Presentación

 

Maristella Svampa

CONICET/ Universidad Nacional de La Plata, Argentina.

 maristellasvampa@yahoo.com.

 

A modo de Introducción

1-

Vivimos un tiempo extremadamente rico en conocimientos y saturado de información, mucha más de lo que podríamos absorber y procesar en siete vidas consecutivas. El nuestro es un tiempo atravesado de crisis extensas y probables colapsos civilizatorios, que el Antropoceno, en tanto nuevo concepto-diagnóstico, no se ha cesado de anunciar.

El término Antropoceno junta dos raíces provenientes del griego, ἄνθρωπος (anthropos), que significa hombre y καινός (kainos), que significa nuevo o reciente. Fue propuesto por algunos científicos eminentes para sustituir el Holoceno, y designa una nueva era geológica en la cual el hombre se convierte en una fuerza de transformación con un alcance global y geológico. El ingreso al Antropoceno significa que el ser humano y su acción, su repercusión sobre el sistema Tierra, han traspuesto un umbral crítico, visible en el calentamiento global, la extinción masiva de especies y el avance de la deforestación, entre otros tópicos. El Antropoceno designa, por ende, el ingreso a una nueva edad de la Tierra, en la cual “lo que viene no será como lo que vino antes”, como bien nos alerta la filósofa Donna Haraway.

En tanto concepto-diagnóstico, ante la devastación ambiental, ilustrada de modo paradigmático por el cambio climático, el Antropoceno ha conocido una gran popularidad, que claramente desborda el campo de las ciencias de la tierra, para abarcar a las ciencias sociales, humanas y ambientales, e incluso el campo del arte. Son numerosos los y las especialistas y científicos que consideran que habríamos ingresado al Antropoceno hacia 1780, esto es, con la invención de la máquina de vapor y el comienzo de la era de los combustibles fósiles, primero con el carbón, luego con el petróleo y el gas.

A partir de un fondo inter y transdisciplinario, el Antropoceno abre a una serie de grandes interrogantes sobre el presente y futuro del planeta. ¿Será que está ligado exclusivamente a la expansión del capitalismo, una fase actual de acumulación que exige un mayor consumo de materia y energía y por ende presiona cada vez más sobre los bienes naturales y los territorios? ¿O bien el Antropoceno designa algo más? ¿Será que está en el ADN de la especie humana, como sostienen algunos, apelando a la clásica fábula de la rana y el escorpión, tantas veces citada?  Y si indagamos sobre representaciones sociales dominantes, ¿cuál es su impacto sobre la ciencia y la filosofía? ¿De qué modo (nos) afecta la relación instrumental que la civilización occidental –y el capitalismo-  ha consolidado respecto de la naturaleza?

Más allá de la generalización de las responsabilidades que debemos asumir como seres humanos, otros interrogantes colocan el acento en aspectos geopolíticos. ¿A qué nos referimos cuando hablamos de “anthropos”? ¿Acaso es posible hablar de la especie humana en términos genéricos, arrojando por la borda las responsabilidades históricas que aluden al rol de las clases sociales y las lógicas (neo)coloniales? ¿Qué repercusiones tiene éste en términos de modelos de desarrollo en los países del sur, en el marco de la actual división entre la geografía de la extracción y la geografía del consumo? Si efectivamente creemos que el Antropoceno exige pensar un nuevo paradigma civilizatorio: ¿es posible desconectar este diagnóstico, de una historia social de la humanidad? ¿Debemos entonces deshacernos del término Antropoceno, por considerarlo demasiado genérico o quizá no suficientemente radical, para hablar sin más de Capitaloceno, como sostienen algunos, siguiendo al más reconocido representante del eco marxismo hoy, Jason Moore?

Last but not least, si somos conscientes de que hemos entrado a una nueva edad en la cual la especie humana se ha consolidado como una fuerza geológica global, ¿qué respuesta estamos dispuestos a dar a nivel local de nuestros problemas socioambientales? Dicho de otro modo, viendo la escala planetaria de la crisis ambiental, ¿Qué tipo de Antropoceno estamos dispuestos a vivir?

 

2-

Este número especial de Utopía y Praxis Latinoamericana está consagrado a pensar la crisis socioecológica, en términos de Antropoceno, desde el Sur.

El número se abre con una nota-homenaje al gran intelectual peruano y latinoamericano, Aníbal Quijano, autor de las tesis sobre la colonialidad del poder, tan influyentes en el pensamiento crítico actual, cuya proyección global es innegable. Para ello, contamos con el aporte de otro gran sociólogo e intelectual peruano, Gullermo Rochabrun, quien evoca su vínculo intelectual con Quijano.

Para asumir el desafío de pensar el Antropoceno desde América Latina convocamos a diferentes pensadoras y pensadores de la región. El dossier se abre en la sección Estudios con un artículo escrito por Claudia Briones, José Luis Lanata y Adrián Monjeau, antropólogos e investigadores del Conicet, con sede en la Universidad Nacional de Río Negro, Argentina, sobre “El futuro del Antropoceno”, el cual identifica las diferentes discusiones y horizontes disciplinarios que hoy existen sobre el Antropoceno, al tiempo que nos proponen reflexionar sobre una de las paradojas que dichas controversias plantean; el de pensar menos la evolución extensa del sistema-tierra que identificar problemas actuales gestados en un pasado reciente que activan diversas preocupaciones a futuro. La paradoja de “no creernos seres únicos y excepcionales, sin dejar de advertir que sí somos responsables de (trans)formaciones planetarias excepcionales”.

Le sigue a éste un artículo de mi autoría, titulado “El Antropoceno como diagnóstico y paradigma. Lecturas globales desde el Sur”. El mismo desarrolla las diferentes narrativas del Antropoceno, en términos de campo de disputa, al tiempo que presenta el debate en clave latinoamericana. Una segunda vía apunta a pensar las consecuencias de dicho diagnóstico en la relación Sociedad/Naturaleza; Capitalismo/Naturaleza, en la escala regional. Para ello, conecta la idea de Antropoceno con la expansión de la frontera de los commodities en América Latina (neoextractivismo), y se propone indagar sobre los enfoques relacionales que circulan respecto de la relación Sociedad/Naturaleza, muy especialmente ligado a las luchas sociales y la producción de alternativas civilizatorias.

Esta sección primera se cierra con un texto de la ensayista y feminista boliviana, Elizabeth Peredo, “Antropoceno y Biopolítica: Narrativas, resistencias y nuevas epistemologías ante el avance de la frontera extractivista en la Bolivia del Siglo XXI”. Dicho artículo indaga, por un lado, en las narrativas críticas que atraviesan las lecturas sobre el Antropoceno, en particular la crítica al capitalismo, al racismo, al colonialismo y el patriarcado. Por otro lado, propone pensar el avance de la frontera neoextractivista y muy particularmente, la apuesta energética que ha hecho Bolivia recientemente, en pos de los combustibles fósiles, a contramano de los discursos sobre la Madre Tierra y la defensa de la Vida que sostiene la propia constitución boliviana. Como señala Peredo: “Mirar Bolivia desde adentro nos permite entender desde una perspectiva crítica de cómo la deuda de desarrollo y el extractivismo han ido configurando una biopolítica funcional al despojo territorial, la restitución capitalista colonial y patriarcal”.

En la segunda sección, “Artículos” contamos con un trabajo de Gian Carlo Delgado, doctor en ciencias ambientales e investigador de la UNAM, México, titulado “Espacio urbano, medio ambiente y capital en la época del Antropoceno”. El autor introduce no solo el concepto de Antropoceno, sino también otras conceptualizaciones como la del “cambio ambiental global” y “fronteras (ecológicas) planetarias”, a fin de revisar los alcances y limitaciones teórico-conceptuales de la idea del Antropoceno. Posteriormente, ofrece una lectura crítica de los retos que trae consigo la expansión del espacio urbano bajo la lógica del capital, ello en tanto configuración principal del espacio de la nueva época. En ese sentido y desde una perspectiva asociada a la geografía política urbana y la ecología política urbana, discute en torno del carácter especulativo de la producción contemporánea del espacio urbano y sus principales implicaciones socioecológicas. El texto concluye con una reflexión en torno a “las características básicas de una eventual transición urbana hacia modalidades ambientalmente menos devastadoras y socialmente más justas e incluyentes”. 

La segunda sección se continúa con un artículo de la escritora y ensayista argentina Graciela Speranza. Su texto, titulado “Visible / Invisible. Arte y cosmopolítica”, propone que “El arte, por definición, vuelve visible lo que no se ve y se vuelve político en el develamiento. Pero lo mueve ahora un apremio mayor que magnifica la empresa, una urgencia cosmopolítica”. Promoviendo cruces disciplinarios, la autora nos propone un recorrido que va de una obra de Goya, pasa por la reflexión sobre las dimensiones de la crisis ecológica contemporánea, retomando los aportes de Isabelle Stengers y Bruno Latour, entre otros, para ilustrar cómo el arte puede presentar pruebas concretas, materiales y visibles, de la acción del hombre en el planeta. Speranza nos introduce en el mundo de ese arte que “alienta un diálogo no jerárquico entre ciencia, teoría social y arte, en singularísimos proyectos interdisciplinarios”.

En la sección Notas y Debates de actualidad, contamos con el aporte de Dipesh Chacrabarti, destacado teórico e historiador hindú, uno de los fundadores de la corriente poscolonial, quien en los últimos años se ha dedicado a indagar en profundidad los diferentes aspectos de la crisis socioecológica, entre ellos, el cambio climático. Gracias a su autorización, publicamos en este número un reconocido artículo sobre el tema, “El clima de la historia: cuatro tesis”, que ha sido traducido gentilmente por Ramiro Luis Gorriti y María Luz Gómez ambos investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba, en Argentina.

Finalmente, la última sección se ocupa de reseñar algunos de los libros que hoy circulan sobre el Antropoceno. Entre ellos, Francisco Longa nos resume las tesis fundamentales del reciente libro de Manuel Arias Maldonado, Antropoceno. La política en la era humana; Juan Acacio y Nazaret se ocupan del excelente texto del ya desaparecido ensayista español, Ramón Fernández Duran, fundador de Ecologistas en acción, La quiebra del capitalismo global: 2000-2030. El inicio del fin de la energía fósil: una ruptura histórica total; Belisario Zalazar y Marcelo Silva Cantoni reseñan el último libro de Bruno Latour sobre el tema, “Cara a cara con el planeta. Una nueva mirada sobre el cambio climático alejada de las posiciones apocalípticas” y Daniel Schein, la compilación de Jason Moore, Anthropocene or Capitalocen? Nature, History and the Crisis of Capitalism, texto publicado en inglés en 2016.

Por último, con Francisco Longa, joven investigador argentino, con quien encaramos la coordinación y edición de este número, quisiéramos agradecer al equipo de Utopía y Praxis Latinoamericana, muy especialmente a su director, Álvaro B. Márquez-Fernández, querido colega y gran intelectual, quien depositó su confianza en nuestra selección y trabajo. Lamentablemente, en el transcurso del camino, Álvaro falleció. Sabíamos de su compromiso con esta querida revista, de su gran trabajo al servicio de las epistemologías del sur. Vaya este número entonces como homenaje, el que nunca habría visto la luz, si no hubiese sido por su enorme dedicación y paciencia.

 

Esperemos que este número contribuya a un debate por demás urgente y necesario desde el Sur, del Antropoceno como “campo de batalla”.

 

Buenos aires, diciembre de 2018