Universidad del Zulia (LUZ)

Revista Venezolana de Gerencia (RVG)

Año 29 No. 105, 2024, 303-324

enero-marzo

ISSN 1315-9984 / e-ISSN 2477-9423

Como citar: Camacho, M., Horta, R., Silveira, L., y Silva, E. (2024). Impacto de las dimensiones económicas en la felicidad de las personas. Revista Venezolana De Gerencia29(105), 303-324. https://doi.org/10.52080/rvgluz.29.105.20

Impacto de las dimensiones económicas en la felicidad de las personas

Camacho, Micaela*

Horta, Roberto**

Silveira, Luis***

Silva, Emilio****

Resumen

El bienestar es generalmente entendido como un estado que reporta satisfacción a las personas, por lo que es algo deseable. Existen elementos de ese estado que son de carácter netamente económico y que juegan un papel fundamental en el nivel de satisfacción último que tienen los individuos, afectando el bienestar observable u objetivo y, por lo tanto, al bienestar percibido o subjetivo. El objetivo de esta investigación fue identificar qué características del bienestar objetivo económico tienen impacto en el bienestar subjetivo de los individuos, y estudiar si varían su incidencia siguiendo un criterio de división espacial. A esos efectos, se realizó un estudio cualitativo con la finalidad de identificar los elementos del bienestar objetivo que son más relevantes a la hora de aumentar el bienestar subjetivo, indagando sobre comportamientos y percepciones a nivel de regiones subnacionales en Uruguay. Se pudo comprobar que, efectivamente, existen categorías del bienestar objetivo económico que son importantes para la determinación del bienestar subjetivo o felicidad de las personas y que su importancia varía a nivel subnacional.

Palabras clave: bienestar objetivo; bienestar subjetivo; felicidad; regiones.

Recibido: 24.07.23 Aceptado: 03.10.23

* Este artículo se basa en un proyecto de investigación, del Instituto de Competitividad de la Universidad Católica del Uruguay denominado “Potencial Competitivo a nivel Departamental”, cuyo trabajo de campo fue realizado a mediados del año 2020, y que fue financiado por la Vicerrectoría de Investigación e Innovación de dicha universidad. Partiendo de la concepción que la competitividad es el proceso de generar bienestar sostenible, el proyecto tuvo dos objetivos principales: i) definir conceptualmente el potencial competitivo y construir un índice sintético que pudiera correlacionar con indicadores del bienestar, y ii) apoyar la formulación de políticas públicas y de estrategias de actores privados, e impulsar acciones que promuevan la descentralización y el desarrollo regional. En el marco del proyecto, se consideró necesario profundizar en el análisis del bienestar subjetivo de las personas a nivel de los territorios objeto de estudio, a efectos de complementar la investigación que originalmente se había planteado.

* Doctora en Economía por la Universidad Católica Argentina. Master on Business Administration por la Copenhagen Business School. Licenciada en Economía de la Empresa por la Universidad Católica del Uruguay. Email: mce@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0001-9137-8399

** Doctor en Economía y Dirección de Empresas por la Universidad de Deusto (San Sebastián, España) y Economista - Licenciado en Economía por la Universidad de la República (Montevideo, Uruguay). Profesor emérito de la Universidad Católica del Uruguay. Email: rhorta@ucu.edu.uy ORCID: https://orcid.org/0000-0001-5138-2377

*** Doctor en Competitividad Empresarial y Desarrollo Económico, Universidad de Deusto (España). Magíster en Economía y Regulación de los Servicios Públicos, Universitat de Barcelona (España). Magíster en Gerencia de Empresas de Telecomunicaciones, Universidad ORT (Uruguay). Economista, Universidad de la República (Uruguay). Es profesor de alta dedicación en el Departamento de Administración y Negocios de la Universidad Católica del Uruguay. Email: luis.silveira@ucu.edu.uy ORCID: https://orcid.org/0000-0001-9506-256X

**** Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Entre Rios (Argentina). Magister en Desarrollo Regional y Local por la Universidad Católica del Uruguay. Profesor de Geografía por el Instituto de Profesores Artigas (Uruguay). Profesor de alta dedicación de la Universidad Católica del Uruguay, Email: emsilva@ucu.edu.uy ORCID: https://orcid.org/0000-0001-8249-6860

Impact of economic dimensions on people's happiness

Abstract

Wellbeing is generally understood as a specific state that reports satisfaction to people, so it is desirable. There are elements of that state that are mainly of economic nature and play a major role on the ultimate satisfaction level of individuals, affecting both the observable, objective wellbeing and thus the perceived or subjective one. The objective of this investigation was to identify which characteristics of the economic objective wellbeing have impact on the subjective wellbeing of individuals and whether they change at the regional level. To this end, a qualitative assessment was made with the aim to identify most relevant elements of economic objective wellbeing for the enhancement of subjective wellbeing, inquiring about behaviors and perceptions at regional subnational level in Uruguay. Results show that there are relevant economic characteristics that have impact on happiness or satisfaction levels of individuals and that they vary across regions.

Keywords: Wellbeing, Subjective wellbeing, Happiness, Regions.

1. Introducción

El bienestar es el principal objetivo de las ciencias sociales y también es considerado como un objetivo básico de las políticas públicas (Navarro, 2022). Es un concepto analizado tanto por la filosofía, como por la psicología, la sociología, la antropología y la economía, utilizando tanto el término bienestar como el de calidad de vida. Inclusive, para el caso de las investigaciones económicas en idioma inglés, se ha usado tanto el término well-being como el término welfare, traducidos al español, ambos como bienestar. 

Sin embargo, tal como plantea Ansa (2008), el significado de welfare es más objetivo, se refiere más a actividades que a sensaciones, por lo que sería wellbeing la palabra inglesa que más se acerca a bienestar, en el sentido que se desea estudiar en este artículo.

En particular, el bienestar es un concepto muy relevante en la literatura sobre el desarrollo económico, dado que el desarrollo aparece estrechamente relacionado con el bienestar (Unece, 2009) y con igual significado aparece el término progreso (Meadowcroft, 2000). Más recientemente, se lo ha vinculado a la literatura que estudia la competitividad a nivel de territorios y regiones. Diversos autores (Aiginger, 2006; Aiginger y Firgo, 2015, 2017; Aiginger, Bärenthaler-Sieber y Vogel, 2013; Huggins et al, 2013; Aiginger y Vogel, 2015; Horta, Albertoni y Camacho, 2020) consideran que la competitividad es un proceso que tiene por objetivo final el bienestar de las personas y sociedades.

Camacho (2020), analizando la literatura correspondiente, argumenta que el bienestar se lo ha entendido como un estado que reporta satisfacción a las personas y que, por lo tanto, es algo que se desea lograr. Dicho estado es lo que se denomina “bienestar objetivo” que corresponde a la situación en que se encuentran las personas, siendo algo observable y medible. Por otra parte, existe el llamado “bienestar subjetivo”, que tiene que ver con el nivel de satisfacción respecto al estado al que acceden.

El bienestar subjetivo, generalmente asociado a los niveles de felicidad, podría pensarse que se asocia más a los aspectos analizados y estudiados por la psicología o la sociología, pero se ha comprobado que hay aspectos económicos que afectan al bienestar de las personas y que no solo afectan al bienestar objetivo, sino también, al bienestar subjetivo (Camacho y Horta, 2022).

Por lo expuesto, las investigaciones en el área de la economía que arrojen luz sobre el asunto de la construcción del bienestar subjetivo o la felicidad de las personas se consideran relevantes en la búsqueda de realizar aportes al desarrollo competitivo de las regiones.

De acuerdo con lo mencionado, este artículo tiene por objetivo identificar características del ámbito económico que determinan el estado o situación en el que se encuentran los individuos y que tienen incidencia en su nivel de satisfacción con la vida. En otras palabras, identificar qué características del bienestar objetivo económico tienen impacto en el bienestar subjetivo de los individuos.

Al mismo tiempo, considerando que las percepciones sobre los estados que conforman el bienestar objetivo pueden variar a nivel espacial, se investigó si las características del bienestar objetivo económico varían su incidencia en el bienestar subjetivo a nivel subnacional. Para considerar estas posibles diferencias, se realizó el estudio por regiones (Viales, 2010) tomando como caso de referencia a Uruguay.

2. Bienestar: referentes teóricos

El estudio del bienestar ha sido planteado desde hace décadas, incluso siglos, en diversas áreas del conocimiento (Camacho, 2020). Inclusive, desde el pensamiento aristotélico ya es posible identificar interés por conceptos como la felicidad o el bienestar. A lo largo de la historia se observa esta preocupación en las ideas planteadas por ejemplo, por Santo Tomás de Aquino sobre la virtud ética y el bien común; la pública felicitá de la escuela económica italiana en la Edad Moderna, desarrollada por Ludovico Muratori y Antonio Genovesi, entre otros, contemporáneos de la búsqueda de la felicidad escrita por Thomas Jefferson en la declaratoria de la independencia de Estados Unidos y al movimiento de la ilustración francesa que diera paso a la revolución en ese país (Bruni y Porta, 2007; Stutzer y Frey, 2012; Bruni y Zamagni, 2016; Frey, 2018 y Camacho, 2020).

Con la publicación, en 1776, de “La Riqueza de las Naciones” de Adam Smith se abandona el estudio de la felicidad de forma directa en la corriente de estudios económicos y se pone el foco en la creación y distribución de la riqueza, por considerarla instrumental al aumento de felicidad (Bruni y Porta, 2007; Bruni y Zamagni, 2016). Si bien la felicidad no aparece en dicha obra, A. Smith elige usar la palabra wealth en lugar de richness al titular “The Wealth of Nations”, con la idea de que la riqueza es instrumental a la felicidad.

Asimismo, en la obra de Thomas Malthus (1798) se puede identificar la presencia del interés por el estudio de la felicidad, ya que, aunque se alinea a la idea de qué mayor riqueza puede llevar a mayor felicidad, argumenta que la relación es compleja y el estudio sobre “la felicidad de las naciones” es una investigación quizás aún más interesante (Malthus, 1798; citado en Bruni, 2004 y Rojas, 2009). Este enfoque es seguido por A. Marshall, quien equipara la felicidad al bienestar (wellbeing), planteando que la economía como ciencia se centra en examinar los requisitos materiales del bienestar (Bruni y Zamagni, 2016; Camacho, 2020).

Esta línea de pensamiento fue seguida por A. Pigou quien incorpora un elemento adicional al estudio del bienestar, al centrarse solamente en los aspectos económicos del bienestar general (lo que llama bienestar económico), o la parte del bienestar que puede ser expresada directa o indirectamente por un valor monetario. Estas ideas también fueron tomadas por J. M. Keynes al diferenciar entre necesidades básicas y necesidades relativas, donde el crecimiento económico puede satisfacer las primeras, mientras que las segundas tienen una conexión pequeña o indirecta con los ingresos (Camacho, 2020).

Sin embargo, este enfoque sobre felicidad y bienestar no fue el dominante en la época, sino que es la doctrina utilitarista de Jeremy Bentham la que ocupa un espacio preponderante. En esta línea de pensamiento desaparece la diferencia entre el fin y los medios, o la felicidad y la riqueza. La felicidad es tomada en la ciencia económica identificada plenamente con la utilidad (Bruni y Zamagni, 2016). De esta manera, se desarrollan teorías sobre la base de que el bienestar puede ser medido (o aproximado u observado) directamente (Camacho, 2020).

Por lo tanto, si bien pueden encontrarse, tal como se mencionaron, diversas referencias a la felicidad en las obras de economistas y pensadores anteriores al siglo XIX, luego, la felicidad es sustituida por el estudio de la utilidad y desaparece del escenario de la teoría económica (Ansa, 2008).

Avanzado el siglo XX surge un quiebre en la teoría económica relativa al estudio o aproximación al bienestar (Camacho, 2020). A partir de las ideas de W. Pareto, se cuestiona la posibilidad de la utilidad cardinal y en los desarrollos posteriores de Hicks, Allen y Samuelson, entre otros, se elabora la teoría de la elección racional y las preferencias reveladas, centros de la teoría económica moderna dominante, con el rechazo de la utilidad como un concepto mensurable (Camacho, 2020). De esta manera, las preferencias se pasan a representar gráficamente en un mapa de curvas de indiferencia, se construyen mediante la observación de las elecciones de los individuos y la medida resultante es solo importante en tanto que permite ordenar las utilidades (Varian, 1993).

En décadas más recientes han aparecido críticas a esta corriente de pensamiento sobre el bienestar, tanto desde la teoría económica como desde otras ramas como la filosofía, cuestionando la posibilidad cierta de derivar la utilidad de las elecciones observables de los individuos (Camacho, 2020).

En este contexto, el estudio de la felicidad bajo el enfoque del bienestar subjetivo podría ayudar a aliviar los mencionados cuestionamientos complementando los análisis de utilidad (Frey y Stutzer, 2002). La visión subjetiva del bienestar asume que cada persona tiene sus propias ideas sobre qué es bienestar, y que el comportamiento observado es solo un indicador incompleto del bienestar individual (Camacho, 2020).

De esta manera, y aunque puedan existir problemas potenciales de sesgo, se entiende que involucrar factores subjetivos al análisis de bienestar, es una pieza esencial y su incorporación brinda elementos esenciales al análisis del bienestar. Así, La necesidad de integrar el bienestar subjetivo en los análisis de desarrollo comienza a ser un enfoque ampliamente aceptado (Domínguez, Martín y López Noval, 2012), dando lugar a un nuevo campo en la disciplina económica denominado “la economía de la felicidad”, donde hoy en día trabajan en conjunto diversos científicos sociales (Ansa, 2008).

El estudio de la relación entre la felicidad y distintas variables económicas como el ingreso, el desempleo y la inflación, ha generado múltiples investigaciones, según plantea Rojas (2009). De acuerdo con Frey (2018), una de las tareas más importantes para el estudio de la felicidad es determinar, aislar y medir los varios determinantes del bienestar humano.

Por su parte, Easterlin (2004) dice que la economía pone especial énfasis en la importancia de las circunstancias del bienestar: particularmente el ingreso y la situación de empleo. En esta línea, Stutzer y Frey (2012) hacen un repaso sobre las variables abordadas en las investigaciones, encontrando que el ingreso, el empleo, el capital social y la salud, son las variables más estudiadas como determinantes del bienestar subjetivo. Diener, Oishi y Tay (2018) encuentran que un mayor bienestar subjetivo se ha asociado, en las investigaciones realizadas entre 2008 y 2018, con buena salud y longevidad, mejores relaciones sociales, desempeño laboral y creatividad.

Investigar sobre las variables económicas de la situación personal de los individuos que influyen en su bienestar subjetivo se transforma, por lo tanto, en un instrumento útil para comprender y aportar al desarrollo de los territorios específicos.

Asimismo, para considerar las diferencias en cada uno de los espacios o territorios específicos, es necesario seguir un criterio de división espacial. En ese sentido, desde el punto de vista operativo, se consideró pertinente analizar el tema bienestar subjetivo indagando sobre sus comportamientos y percepciones a nivel de regiones subnacionales en el Uruguay. La superficie terrestre del país apenas supera los 176.000 km2, lo que posibilita analizar recortes espaciales claramente identificables (regiones), con relativo grado de homogeneidad interna y sentidos de identidad y pertenencia, que genera en los actores locales la posibilidad de conocer y expresar sus representaciones a esta escala (Horta, Camacho y Silveira, 2017).

El uso de la categoría espacial “región” supone la identificación de una o más partes dentro de una totalidad relativa, a partir de la utilización de criterios predefinidos (Benedetti, 2009). Cada región se conforma de lugares vividos con una especificidad socioeconómica que le concede una estructura particular, susceptible de generar percepciones que se formulan a partir de imágenes mentales, tanto por parte de los propios habitantes como de los “forasteros” (Frèmont, 1976; Viale, 2010).

En este contexto, las regiones pueden analizarse desde visiones diferentes a las “objetivas” que se basan en características geográficas y socioeconómicas, y estudiarse teniendo en cuenta las opiniones y puntos de vista de las personas que las habitan y participan en sus dinámicas. Ello permite reflexionar sobre una región como espacio experimentado o vivido, y con cierto grado de identificación y percepción compartida de la realidad (Marín, 2003). En este sentido, se puede tener en cuenta numerosos aspectos que relacionan los lugares con las personas que los habitan. Como afirma Claval (1993) ello permite comprender mejor la incidencia de las regiones en modelar las identidades individuales y colectivas de un territorio.

Por otra parte, se ha demostrado (Haesbaert, 2010) que existen diferentes actores del territorio, a saber, empresas, sector académico, organizaciones gubernamentales o el propio gobierno local o nacional, que con su accionar van construyendo y reconstruyendo las regiones. Esta realidad habilita a que representantes de dichas organizaciones puedan constituirse en informantes calificados sobre las regiones a la hora de valorar los aspectos del bienestar subjetivos indagados en este artículo, tal cual se procedió como se detallará más adelante.

Teniendo en cuenta estudios anteriores como Claval (1993), Benedetti (2009), Arocena (2002) y Arocena (2011), que han analizado en profundidad la temática local y regional en Uruguay y, a su vez, la experiencia propia sobre el tema del equipo de investigación se consideró como mejor opción utilizar la división territorial del Uruguay propuesta por Arocena (2011). Esta división se basa en patrones culturales y propone siete regiones (ilustración 1):

Ilustración 1

Regionalización del Uruguay

Mapa

Descripción generada automáticamente

Fuente: Arocena (2011: 39).

La representación de la ilustración 1 expresa:

  1. Montevideo: el departamento1-región, donde se ubica la capital del país, y es el centro financiero y político de Uruguay;
  2. Canelones: el departamento-región con mayor población, exceptuando a Montevideo, y que junto a la capital conforma un área metropolitana que alberga el 60% de la población del país;
  3. Centro: se trata de la región con menor densidad de población y una de las que evidencia menor dinamismo económico, correspondiendo a los departamentos de Durazno, Flores y Florida;
  4. Suroeste: los departamentos de San José, Colonia y Soriano, formando una región que dispone de un relativo alto desarrollo económico, centrado en actividades agropecuarias, agroindustriales y turísticas;
  5. Litoral: incluye a los departamentos de Río Negro, Paysandú y Salto, que componen una región con costas al río Uruguay, límite con Argentina, y que presenta un importante desarrollo agroindustrial, forestal y turístico;
  6. Norte: los departamentos de Artigas, Rivera, Cerro Largo y Tacuarembó, una región que se ubica contigua al sur de Brasil y cuenta con actividades forestales que van cobrando cada vez más importancia, sin perjuicio de lo cual cuenta con indicadores socioeconómicos deprimidos;
  7. Este: si bien con diferencia entre los departamentos, se trata de una región, con costa al océano Atlántico, de producción diversificada y con un importante desarrollo de los servicios turísticos y agropecuarios.

La regionalización planteada por Arocena (2011) considera, además de los aspectos culturales, cierto grado relativo de homogeneidad geográfica, económica e histórica. Vale decir que la región es definida como un espacio que se presenta relativamente similar internamente y diferenciado de otros, de acuerdo con un conjunto de atributos seleccionados para su definición (Benedetti y Salizzi, 2023).

3. Consideraciones metodológicas de la investigación

Con base a las regiones definidas, se realizó una investigación cualitativa orientada a identificar los elementos del bienestar objetivo más relevantes de cada región, que tuvieran alguna incidencia en aumentar el bienestar subjetivo. A esos efectos, se llevó a cabo lo que se denomina “ronda de opiniones” a partir de un cuestionario aplicado a un conjunto de actores locales. El objetivo fue identificar aquellos aspectos o categorías significativas para la construcción del bienestar subjetivo. Como establece Reyes-Guarnizo (2014), en términos generales, esta metodología no busca descubrir la realidad tal cual es, sino en cómo la perciben actores calificados de cada región.

Siguiendo lo propuesto por Arocena (2002) y Haesbaert (2010), se consultó en cada región a cuatro categorías de actores: 1) políticos y administrativos, 2) empresarios, 3) socio-territoriales y 4) académicos. La lista de categorías de actores se presenta en el cuadro 1.

Cuadro 1

Referentes metodológicos de la investigación

Políticos y Administrativos

Intendente

Sec. Intendencia

Alcalde

Diputado Departamental

Funcionario Administrativo/Técnico

 

Empresarios

Dirigente gremial

Empresario de la región

 

Socioregionales

Integrante de ONG

Dirigente sindical

Periodista

Gerente sucursal Banco de la República - Uruguay

 

Académicos

Profesor universitario

Maestro/a

Gestor centro educativo

Sobre la base de un guion orientador, se envió un formulario de encuesta a 129 referentes seleccionados por juicio. La selección por juicio se basa en una muestra no probabilística en la cual los participantes nos son elegidos al azar, sino que se los elige a partir del conocimiento y el juicio del investigador (Averch, 2004)2.

La ronda de opiniones buscó analizar el tema planteado desde de la diversidad de visiones de los consultados. El principal objetivo fue que todos pudieran manifestar sus puntos de vista y lograr conclusiones plurales. El procedimiento no buscaba representatividad ni cuantificación, sino opiniones definidas hasta la saturación de la información recabada. Los temas del cuestionario se focalizaron en aspectos considerados relevantes para el objetivo buscado, relacionados con vivienda, ingresos, empleo, vida en comunidad, rol de las instituciones públicas locales, salud, educación, medio ambiente y seguridad, y condiciones del desarrollo regional.

Posteriormente a la realización de la ronda de opiniones, se llevaron a cabo entrevistas a funcionarios de los gobiernos locales conocedores de la realidad económica y social de la región, lo que permitió validar determinados resultados.

4. Principales hallazgos sobre las dimensiones económicas que hacen a la felicidad3

Aunque Uruguay es un país chico a nivel de Latinoamérica, dado que tiene una superficie del orden de los 177.000 km2 y una población cercana a los 3,5 millones de habitantes, la mitad de la cual habita en su capital, es un país donde es posible reconocer regiones que, por un lado, se diferencian, pero, por otro lado, muestran claros signos de homogeneidad interna.

Las características físicas del territorio, incluyendo su clima, así como la distribución de la población en áreas costeras, centrales o fronterizas, junto con los aspectos relacionados con la influencia humana en la transformación de los recursos naturales, han creado regiones fácilmente reconocibles. Se trata de un dato de la realidad que muchas veces no ha sido reconocido y entendido adecuadamente por los estudios e investigaciones socioeconómicas, a pesar de los cual se considera un aspecto significativo para ubicar los diversos perfiles del territorio del país.

Las entrevistas realizadas para esta investigación reflejan esa clara diferenciación regional.

A continuación, se presentan y se discuten los principales hallazgos que surgen del análisis de la información recabada en la ronda de opiniones y validada en la entrevista en profundidad.

En el cuadro 2 se resumen, para cada categoría y dimensión, los resultados de la ronda de opiniones a los actores consultados en cada región. Las categorías fueron seleccionadas teniendo en cuenta la literatura analizada (Rojas, 2009, Stutzer y Frey, 2012; Diener et al, 2018), así como considerando las dimensiones utilizadas por el estudio Latinobarómetro. Este es un estudio de opinión pública que aplica anualmente alrededor de 20.000 entrevistas en 18 países de América Latina, representando a más de 600 millones de habitantes.

Cuadro 2

Importancia de las dimensiones para el bienestar por región

Categorías

Dimensiones

Regiones

1

2

3

4

5

6

7

Vivienda

Ubicación de la vivienda

 

 

 

 

 

 

 

Tamaño de la vivienda

 

 

 

 

 

 

 

Acceso a los servicios básicos (agua, luz, saneamiento, etc.)

 

 

 

 

 

 

 

Propiedad de la vivienda

 

 

 

 

 

 

 

Calidad de la construcción de la vivienda

 

 

 

 

 

 

 

Ingresos

Contar con ingresos suficientes

 

 

 

 

 

 

 

Contar con ingresos seguros

 

 

 

 

 

 

 

Contar con ingresos superiores a los necesarios

 

 

 

 

 

 

 

Contar con ingresos que permitan ahorrar

 

 

 

 

 

 

 

Contar con ingresos que permitan invertir

 

 

 

 

 

 

 

Empleo

Tener un buen balance trabajo-tiempo de ocio

 

 

 

 

 

 

 

Contar con un empleo formal

 

 

 

 

 

 

 

Que en el trabajo haya buen clima laboral

 

 

 

 

 

 

 

Estabilidad laboral

 

 

 

 

 

 

 

Trabajar en lo que le gusta

 

 

 

 

 

 

 

Comunidad

Confianza en las personas

 

 

 

 

 

 

 

Actividad política

 

 

 

 

 

 

 

Participación en decisiones de la comunidad

 

 

 

 

 

 

 

Integrar asociaciones civiles

 

 

 

 

 

 

 

Existencia Proyecto comunitario

 

 

 

 

 

 

 

Instituciones

públicas locales

Que brinden servicios eficientes

 

 

 

 

 

 

 

Que se relacionen con otras organizaciones públicas y privadas del medio

 

 

 

 

 

 

 

Que sepan tomar decisiones de manera descentralizada

 

 

 

 

 

 

 

Que generen oportunidades para los jóvenes de la región

 

 

 

 

 

 

 

Que impulsen políticas de desarrollo local

 

 

 

 

 

 

 

Salud

Esperanza de vida elevada

 

 

 

 

 

 

 

Acceso a servicios médicos

 

 

 

 

 

 

 

Buena infraestructura edilicia en hospitales

 

 

 

 

 

 

 

Personal médico y asistentes capacitados

 

 

 

 

 

 

 

Hábitos saludables de vida

 

 

 

 

 

 

 

Educación

Alcanzar el mayor nivel de educación/formación posible

 

 

 

 

 

 

 

Acceso a opciones de formación

 

 

 

 

 

 

 

Nivel educativo que permitan acceso laborar

 

 

 

 

 

 

 

Formarse en educación privada

 

 

 

 

 

 

 

Formarse en la educación pública

 

 

 

 

 

 

 

Medio Ambiente

Disfrutar de un medio ambiente sano

 

 

 

 

 

 

 

Buena gestión de residuos

 

 

 

 

 

 

 

Controles medioambientales estrictos

 

 

 

 

 

 

 

Políticas medio ambientales

 

 

 

 

 

 

 

Acciones comunitarias a favor del ambiente

 

 

 

 

 

 

 

Seguridad

Seguridad privada en el hogar

 

 

 

 

 

 

 

Acceder a una justicia eficiente

 

 

 

 

 

 

 

Existencia de presencia policial barrial

 

 

 

 

 

 

 

Adecuada iluminación pública

 

 

 

 

 

 

 

Tener seguridad propia en el hogar

 

 

 

 

 

 

 

* Nota: verde importancia alta, amarillo importancia media y rosa importancia baja. Regiones: 1. Montevideo, 2. Canelones, 3. Centro, 4. Suroeste, 5. Litoral, 6. Norte, 7. Este.

El cuadro muestra, por regiones, las dimensiones dentro de cada categoría utilizando los colores verde (importancia alta), amarillo (importancia media) y rosa (importancia baja). Estos datos permiten analizar las diferencias o similitudes en cuanto a las percepciones que se tienen en cada región sobre la importancia o no de determinadas dimensiones por las categorías definidas. La primera comprobación es la existencia de diferencias apreciables entre regiones según las categorías.

En lo que refiere a la categoría Vivienda, en las siete regiones consideradas los actores consultados calificaron como de importancia alta que la vivienda tuviera acceso a los servicios básicos, mientras que la propiedad de la vivienda fue calificada como de importancia alta solo en cinco regiones y de importancia media en las otras dos. La ubicación de la vivienda es considerada como de importancia alta en Montevideo, Canelones y la región Centro. Tanto el tamaño como la calidad con la que está construida la vivienda fueron calificados como de importancia media por la mayoría de los actores consultados en todas las regiones. En cuanto a esto, los actores de Canelones calificaron como de importancia baja el tamaño y los actores de la región Norte como de importancia alta la calidad de esta.

Respecto a la categoría Ingreso, los actores de todas las regiones calificaron como de importancia alta el tener ingresos suficientes y seguros. Contar con ingresos superiores a los necesarios fueron señalados como de importancia alta solo por los actores en Montevideo, mientras que en las demás regiones (el resto del país) fue calificado como de importancia media. En cambio, el hecho de contar con ingresos que permitan ahorrar o invertir, o bien fueron calificados como de importancia media o de importancia baja, especialmente contar con ingreso que permitan invertir.

En el caso del Empleo, la dimensión más considerada por los actores de todas las regiones en cuanto a su incidencia en el bienestar es la de contar con estabilidad laboral. Luego, en la mayoría de las regiones se califica como de importancia alta el contar con un empleo formal y solo dos regiones calificaron a esta dimensión como de importancia media (Centro y Suroeste). El balance trabajó-ocio tuvo una calificación similar (alta o media según la región). La dimensión menos valorada fue la de contar con un buen clima laboral que, si bien mayoritariamente fue señalada como de importancia media, dos regiones la calificaron como de importancia baja (Canelones y región Norte).

En la categoría Comunidad, las dimensiones más valoradas en todas las regiones consideradas, por su influencia en la construcción de bienestar, fueron la confianza en las demás personas y el poder participar en las decisiones de la comunidad. Le sigue el disponer de un proyecto de desarrollo local colectivo, participar en política y el poder integrar asociaciones civiles.

El que las Instituciones públicas locales presten servicios eficientes fue la dimensión más valorada a nivel regional. La segunda dimensión más valorada fue la de que estas instituciones ayuden a generar oportunidades para los jóvenes de la región, aunque en algunas regiones se percibe como de importancia también el hecho de que las instituciones tomen decisiones descentralizadas.

En la categoría Salud, el acceso a la atención médica es la dimensión que los actores de todas las regiones señalan como de importancia alta. Le siguen en orden de importancia el contar con personal técnico y profesional capacitados y contar con una buena infraestructura edilicia. La dimensión menos valorada es la esperanza de vida. En este sentido, los actores de Canelones valoran esta dimensión como de importancia baja.

En Educación, alcanzar el mayor nivel de educación posible, contar con diferentes opciones de formación en la región y contar con un nivel de educación que sea coherente con los requisitos laborales son igualmente calificados por los actores de todas las regiones como de muy alta importancia. En cambio, que dicha formación se realice en el sector público o en el privado es calificado como de importancia media o incluso baja.

En lo que refiere al Medio ambiente, el disfrutar de uno que sea sano es señalado como muy importante por los agentes de todas las regiones. Las acciones referidas a reciclaje de residuos o el desarrollo de políticas medioambientales ambientales son también muy valoradas. En relación con la dimensión, controles medioambientales estrictos, estos son considerados como de importancia media por casi todas las regiones, a excepción de Canelones, en donde los actores la califican como de importancia baja.

Por último, en la categoría Seguridad, el contar con buena presencia policial en el barrio es valorado como de mayor importancia en todas las regiones consideradas. La disponibilidad de buena iluminación pública y el contar con un sistema de justicia eficiente le siguen en orden de importancia. Menos valorado es el hecho de contar con cámaras de seguridad, rejas y otros implementos de seguridad (excepto nuevamente en Canelones). Por último, contar con un sistema de seguridad privada en el hogar es la dimensión de esta categoría, que es la menos valorada de todas las tenidas en cuenta (cinco de siete regiones la califican como de importancia baja, Montevideo y la región Litoral la señalan como de importancia media).

Si se realiza el análisis por las principales dos dimensiones en orden de preferencia, también existen valoraciones diferenciales asociadas al bienestar subjetivo por región. No obstante, ello, en algunas categorías el país se diferencia por grandes zonas más allá de las regiones. Por ejemplo, en Montevideo, Canelones y las regiones Este y Litoral se valora más alcanzar los mayores niveles educativos posibles, en tanto que en las regiones Norte y Centro el acceso a educación (especialmente superior) es lo más apreciado.

En el primer caso, se refleja una coincidencia en la disponibilidad de opciones educativas en los diferentes departamentos de la región, lo que las hace accesibles. Sin embargo, en el segundo caso, la oferta educativa es limitada o no existente. Lo concerniente a la preferencia entre instituciones educativas públicas y privadas, no se observan diferencias notables, escenario similar se presenta con respecto a la seguridad. En Montevideo, Canelones y el Suroeste, la presencia policial es considerada prioritaria. Mientras tanto, en el resto del país, se valora tener un sistema judicial eficaz (ilustración 1 y 2).

Ilustración 2

Dimensiones valoradas de la educación

Ilustración 3

Dimensiones valoradas en seguridad

Algunas dimensiones, tales como la confianza en las personas de la comunidad (ilustración 4), la eficiencia de los servicios públicos locales, el acceso a la salud y disfrutar de un entorno saludable, son valoradas en el país. Ahora, existen diferencias en la importancia que se le otorga a ciertos aspectos. Por ejemplo, en Montevideo la participación política sigue siendo relevante, mientras que en el resto del país se valora más el desarrollo local y la participación en las decisiones de la comunidad en segundo lugar.

Ilustración 4

Dimensiones valoradas de la comunidad

De cualquier manera, surge claramente la idea de que las instituciones de los gobiernos locales tal como es representado en la ilustración 5 deben cumplir en forma eficiente y eficaz las funciones de promover procesos de desarrollo en su jurisdicción.

Ilustración 5

Dimensiones valoradas de las instituciones locales

Por otra parte, en materia de salud (ilustración 6 y 7) llama la atención la baja valoración que se le brinda al cuidado personal a partir de hábitos saludables de vida en la mayoría de las regiones, aspecto muy valorado en la región Este y en Canelones.

Ilustración 6

Dimensiones valoradas en la salud

.

Ilustración 7

Dimensiones valoradas del ambiente

En la mayoría del país, excluida la capital, la seguridad del ingreso (ilustración 8) y la estabilidad del trabajo tal como es representado en la ilustración 9 (independiente de la formalidad) son aspectos muy valorados; por el contrario, en la capital del país se valora en forma significativa contar con un empleo formal e ingresos suficientes.

Ilustración 8

Dimensiones valoradas del ingreso

Ilustración 9

Dimensiones valoradas del empleo

Mientras que en el Suroeste y el Este la propiedad de la vivienda es un aspecto clave para la población, en el resto del país el acceso a servicios públicos vinculados a la vivienda es el aspecto más valorado. Aunque aparece como una segunda opción de preferencia, hay que resaltar que la ubicación de la vivienda es un aspecto priorizado en Montevideo, Suroeste y Centro (ilustración 10).

Ilustración 10

Dimensiones valoradas sobre la vivienda

A partir de la información analizada previamente, surge que Uruguay es un país donde se identifican regiones que se diferencian entre sí, pero a la vez, muestran cierta homogeneidad interna. Este dato de la realidad, no siempre reconocido y entendido desde análisis sociales y/o económicos, es clave para explicar las diferencias de perfil que existen en el territorio nacional (Arocena, 2011; Rodríguez y Menéndez, 2020).

Aunque existen diferencias en la valoración del bienestar subjetivo según la región, se ha observado que en algunas categorías el país se divide en zonas distintas a las regiones. Por su parte, Montevideo, capital del país y hogar de más de la mitad de la población, presenta diferencias marcadas con respecto al resto del país, ejemplificando en la capital se considera de mayor importancia contar con un empleo formal y tener ingresos suficientes, con márgenes superiores a los necesarios, mientras que en el resto del país se valora la seguridad del ingreso y estabilidad laboral, más allá de la formalidad del empleo. Estas diferencias tienen implicancias importantes en la formulación de políticas públicas.

Respecto a las valoraciones que se verifican por región en relación con las diversas dimensiones del bienestar subjetivo, se destaca que la propiedad de la vivienda es importante para las regiones de Canelones, Suroeste, Litoral, Norte y Este; mientras que la ubicación de la vivienda es importante para el resto de las regiones.

Se ha podido verificar que el acceso a los servicios básicos es una temática clave para todas las regiones. A su vez, mantener ingresos suficientes y seguros son dos aspectos considerados importantes para todas las regiones; mientras que acceder a ingresos superiores a los necesarios únicamente es algo que aparece entre las prioridades de la capital, Montevideo. Esto es reflejo de una situación estructural que tiene el país, la alta concentración de la actividad económica en la capital.

En lo que refiere a los gobiernos locales, en todas las regiones surge que el aspecto que más contribuye a mejorar la satisfacción de las personas es que dichas instituciones brinden servicios eficientes. En menor medida, aparecen algunas regiones como Canelones, el Litoral y el Este, que consideran importante que los gobiernos locales generen oportunidades para la jóven.

Por último, y relacionado con la seguridad, en todas las regiones aparece como aspecto significativo la necesidad de tener una buena presencia policial en el barrio. Hay algunas regiones donde se destaca la importancia de la eficiencia del sistema de justicia (Litoral, Norte y Este).

En síntesis, hay diferencias por regiones, pero también aparecen diferencias por zonas. Esto no implica que se vaya en contra de las regiones como una dimensión espacial, sino que muestra la complejidad a la hora de definir determinadas regiones para el análisis. Más allá de esto, se puede afirmar que el territorio sí impacta en las dimensiones del bienestar económico objetivo que influyen en el bienestar subjetivo.

5. Conclusiones

A partir de un estudio cualitativo basado en una ronda de opiniones con actores seleccionados por juicio de expertos, en diferentes regiones de Uruguay, se pudo comprobar que, efectivamente, determinadas categorías y dimensiones del bienestar objetivo, impactan en forma diferente en el bienestar subjetivo de las personas según cada región. Esto puede tener importantes implicancias en la determinación de las políticas públicas, en primer lugar, como evidencia de la necesidad de anclar las políticas a los diversos espacios territoriales y luego, para comprender qué objetivos específicos deber perseguirse según el territorio para alcanzar mayores niveles de felicidad.

A su vez, existen algunas dimensiones como, por ejemplo, la seguridad del ingreso y la estabilidad del trabajo, que son consideradas importantes o muy importantes por los actores de todas las regiones, constituyéndose en aspectos significativos en la construcción del bienestar subjetivo de las personas, independientemente de las regiones. Por otra parte, hay dimensiones que difieren en forma apreciable entre regiones, en cuanto a su importancia en la construcción del bienestar subjetivo de las personas de dicha región.

Se considera que este trabajo puede alentar a nuevas investigaciones, a nivel de otros países, a efectos de lograr más evidencias sobre el tema analizado. A su vez, entender más las relaciones ente el bienestar objetivo y el bienestar subjetivo, y su diferenciación espacial, es un punto relevante para la definición de políticas públicas.

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