Revista
de la
Universidad
del Zulia
Fundada en 1947
por el Dr. Jesús Enrique Lossada
DEPÓSITO LEGAL ZU2020000153
ISSN 0041-8811
E-ISSN 2665-0428
Ciencias del
Agro,
Ingeniería
y Tecnología
Año 15 N° 42
Enero - Abril 2024
Tercera Época
Maracaibo-Venezuela
REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA. época. Año 15, N° 42, 2024
Carlos Sánchez Gómez et al // Análisis de la situación agrícola de la República Mexicana, 8-36
DOI: https://doi.org/10.46925//rdluz.42.02
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Análisis de la situación agrícola de la República Mexicana
Carlos Sánchez Gómez *
Ignacio Caamal Cauich **
Beatriz Bautista Hernández ***
César Constantino López José
****
RESUMEN
El objetivo de la investigación fue efectuar un análisis de la situación agrícola de la República
mexicana (1968-2018). Para el estudio se utilizó estadística descriptiva, teoría económica, los
modelos de regresión y el índice de datos de “agricultura y desarrollo rural” del Banco Mundial.
El PIB agrícola de México representa un poco más del 3% en la producción nacional, con 12.81 %
de la población económicamente activa que se dedica a las actividades primarias, y 25 millones
de personas que viven en el área rural en el o 2018. La superficie agrícola es de 1 068 910 km
2
,
tierras cultivables de 239 250 km
2
, superficie forestal de 659 476 km
2
y se producen cereales en
una superficie de 94 260 km
2
. Hay una utilización promedio de 96 tractores/100 km
2
. El consumo
promedio de fertilizante fue de 73 kg/ha y el 5 % de la superficie agrícola es de regadío. En el
mediano plazo, el índice de cosecha, el rendimiento de los cereales, la producción de cereales, el
índice de producción animal y el índice de producción de alimentos continuarán creciendo a
través del tiempo. En el mediano y largo plazo continuará la disminución de las personas
dedicadas a las actividades agrícolas y, en términos porcentuales, seguirá disminuyendo el valor
agregado generado por la agricultura. En el corto plazo, se prevé se sigan presentando tasas
negativas del crecimiento de la población rural.
PALABRAS CLAVE: Agricultura, insumos agrícolas, efecto de las actividades humanas,
población rural.
*Universidad Aunoma Chapingo. División de Ciencias Económico-Administrativas. Texcoco, Estado de
xico, México. ORCID: https://orcid.org/0000-0001-9276-0186. E-mail:carlossg1607@gmail.com
**Universidad Autónoma Chapingo. División de Ciencias Económico-Administrativas. Texcoco, Estado de
xico, México. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-3571-0542.
***Colegio de Postgraduados, Campus Montecillos. Texcoco, Estado de México, México. ORCID:
https://orcid.org/0000-0002-9022-3923.
****Colegio de Postgraduados, Campus Montecillos. Texcoco, Estado de México, México. ORCID:
https://orcid.org/0000-0002-0693-4520.
Recibido:27/07/2023 Aceptado: 17/10/2023
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Analysis of the Agricultural Situation of the Mexican Republic
ABSTRACT
The objective of the research were to carry out an analysis of the agricultural situation of the
Mexican Republic (1968-2018). For the study, descriptive statistics, economic theory, regression
models and the data index of "agriculture and rural development" of the World Bank were used.
The agricultural GDP of Mexico represents a little more than 3 %, with 12.81 % of the
economically active population dedicated to primary activities and 25 million people living in
rural areas in 2018. The surface agricultural area is 1 068 910 km
2
, with 239 250 km
2
of arable
land, 659 476 km
2
of forest area and cereals are produced in a 94 260 km
2
. There is an average
use of 96 tractors/100 km
2
, the average fertilizer consumption is 73 kg/ha and 5 % of the
agricultural area is irrigated. In the medium term, the harvest index, the cereal yield, the cereal
production, the animal production index and the food production index will continue to grow
through time. In the medium and long term, the decrease in the number of people dedicated to
agricultural activities will continue and, in percentage terms the added value generated by
agriculture will continue to decrease. In the short term, negative growth rates for the rural
population are expected to continue.
KEY WORDS: Agriculture, agricultural inputs, human activities effects, rural population.
Introducción
La superficie mexicana está conformada por 198 millones de hectáreas (ha), en donde el 15 %
de esa superficie se dedica a las actividades agrícolas y el 58 % a la producción ganadera. La
superficie forestal abarca alrededor de 67 millones de hectáreas. La actividad agrícola contribuye
con el 4 % a la producción nacional, y un 10 % de la población total se emplea en las actividades
agrícolas. La agricultura mexicana está integrada por los grandes productores comerciales
capitalizados y el grupo de los pequeños propietarios, estos últimos se caracterizan por no
poseer tecnología para la realización de sus actividades, su producción es para autoconsumo o
sólo una mínima proporción de ese producto lo destinan para el mercado (Cuauhtemoc, 2014).
La producción que se tiene en el campo mexicano ha sido resultado de las políticas
económicas implementadas durante los últimos 60 años; Sánchez (2014) señala que la aplicación
de las políticas neoliberales a la economía mexicana, trajeron consigo el aumento de las
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importaciones de alimentos básicos, incapacidad para satisfacer el mercado interno, escasa
productividad y bajos ingresos para la gran mayoría de los productores del campo.
Por su parte, García y Ramírez (2015) señalan que el Tratado de Libre Comercio con América
del Norte (TLCAN) favoreció la reconversión de las superficies destinadas a las frutas y
hortalizas y hubo una disminución en las superficies destinadas a los granos. Mientras que Hellin
et al. (2012) refieren que en el caso específico de los productores de la Frailesca chiapaneca,
provo intensificación en la producción de maíz, la búsqueda de trabajo fuera de las actividades
agrícolas o simplemente abandonaron dichas actividades.
Cabrera (2015) añade, a su vez, que los mecanismos e instrumentos del TLCAN, solo
contrajeron la economía, el poder adquisitivo y concentraron aún más el ingreso y la riqueza.
Hernández (2021) menciona que para romper esos efectos y desvínculos de la lógica imperialista,
es necesario que los países periféricos como México tomen en cuenta su realidad potica,
económica y social; refiere además que el paso del TLCAN al Tratado entre México, Estados
Unidos y Canadá (TMEC), constituye un mero ajuste para acoplarse aún mejor a las poticas
del nuevo liberalismo.
Por efectos de las políticas implementadas, en México ocurre el fenómeno de la
pluriactividad de los pequeños productores, en donde la mano de obra campesina se dirige a los
sectores no agrícolas de la economía, o dándose el caso de familias que permanecen en el sector
rural sin trabajar en las actividades agrícolas, debido a la escasez y la precariedad de los empleos,
estos fenómenos han provocado lo que se conoce como la descampesinización del campo
mexicano (Grammont, 2015).
Por falta de oportunidades de empleos en las comunidades rurales, las personas migran hacia
los Estados Unidos o a las regiones con mayor desarrollo en México, y en ese desplazamiento,
también están involucrados el movimiento de los infantes. Vera y Durazo (2020) refieren que la
incorporación de niños indígenas al mercado de trabajo agrícola representa para ellos el
abandono de la escuela o ir esporádicamente a ella, están expuestos a problemas de salud por la
extensa jornada laboral, se encuentran en condiciones inadecuadas en sus centros de trabajo y
están expuestos constantemente a accidentes y riesgos en los traslados.
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En el año 2008 se vivió una de las peores crisis a nivel internacional, fueron diferentes los
estragos que se provocaron a lo largo del planeta, según Basurto y Escalante (2012) señalan que
la crisis provocó efectos diferenciados en el sector primario de México, en donde la agricultura
mostró dinamismo y la ganadería perd fuerza, que la falta de financiamiento le ha restado
competitividad al sector agrícola y hay vulnerabilidad ante los cambios climáticos.
El cambio climático que se vive en el planeta es una cuestión innegable, los periodos de lluvia
han cambiado, la situación que enfrentan los campesinos de México y que practican una
agricultura de temporal afectan sus rendimientos y muchas veces, la falta de lluvia significa la
pérdida total de sus cosechas. Mardero et al. (2015) señalan que los productores del sureste
mexicano han tenido que ajustar sus calendarios agrícolas, almacenar agua y diversificar sus
ingresos.
La rdida de los recursos naturales es otro de los fenómenos que se presenta en el campo
mexicano, y es necesario revalorizar a México como centro de origen de muchos productos
agrícolas, entre ellos el maíz, tal como mencionan Fernández et al. (2013), se necesitan definir
estrategias de corto plazo para conservar maíces nativos que se encuentran en la región. La
pérdida de las variedades nativas ha sido por la utilización de semillas que se degeneran a través
del tiempo como son los Organismos Genéticamente Modificados (OGM´s), su uso en el campo
mexicano implicaría lo que mencionan Fischer et al. (2015), “el dominio de los OGM´s por parte
de las empresas privadas limitaría el acceso y la disponibilidad de las semillas para muchos
productores”.
Luego de haber visto el panorama que envuelve a la agricultura mexicana, el objetivo del
presente trabajo de investigación consiste en analizar la situación agrícola de México para el
periodo de 1968-2018, la hipótesis que se planteó es que la situación agrícola de la República
mexicana, puede ser analizada considerando la importancia económica del sector primario, de
los insumos utilizados por los agricultores, de los indicadores en la producción agrícola, del
impacto del sector agrícola sobre el medio ambiente y de la evolución que ha tenido la población
rural.
1. Materiales y Métodos
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El estudio de la situación agrícola de la República mexicana se efectuó utilizando estadística
descriptiva (Infante y Zárate, 2012), teoría económica (Nicholson y Snyder, 2012; Parkin y Loría,
2010; Salvatore, 2009; Dornbusch, Fischer y Startz, 2009), los modelos de regresión (Gujarati y
Porter, 2010; Greene, 2018) y el índice de datos señalados por el Banco Mundial en el apartado
de agricultura y desarrollo rural, además, se sigue la agrupación realizada por Sánchez y
Turčeková (2017) de esos indicadores.
Las temáticas que se abordaron fueron: importancia del sector agrícola para la producción
nacional, insumos utilizados en la agricultura mexicana, indicadores en la producción agrícola,
impacto del sector agrícola sobre el medio ambiente y la evolución que ha tenido la población
rural. El periodo de análisis abarcó los años de 1968 al 2018, en algunos casos no se incluye el
periodo completo debido a la inexistencia de datos.
Para el análisis de los datos se obtuvieron valores mínimos, valores máximos, media
aritmética 󰇡
󰇢, tasa de crecimiento anual 󰇥󰇣󰇡


󰇢 󰇤 󰇦, tasa de crecimiento
promedio en el periodo 󰇫󰇩󰇡


󰇢
󰇪 󰇬 e índices elaborados por el Banco Mundial.
Las ecuaciones de tendencia (  ) se obtuvieron por el método de mínimos
cuadrados ordinarios (MCO), los valores de y de son los valores observados y los valores de
son desconocidos.  se puede expresar como 󰇛󰇜 , si se despeja el término
de error la ecuación queda 󰇛󰇜.
Para obtener
󰇛
󰇜
se aplican las propiedades de las esperanzas matemáticas a la primera
ecuación:
󰇛
󰇜
󰇛

󰇜
󰇛
󰇜
󰇛󰇜
Como las esperanzas de los errores son cero
󰇟
󰇛
󰇜
󰇠
, y también se espera que los
parámetros estimados y los parámetros observados sean iguales (
󰇛
󰇜
), es decir,
󰇛
󰇜
󰇛

󰇜

󰇛
󰇜
, por tanto
󰇛
󰇜
.
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El vector de error que se tenía en un principio es 󰇛󰇜, conociendo
󰇛
󰇜
y
sustituyéndolo en la ecuación, esta última queda:  y la suma de cuadrados de los
errores (SCE) es:

󰇛
󰇜
󰇛

󰇜
󰇛 󰇜

󰇛
󰇜
   
Derivando e igualando a cero la ecuación anterior se tiene:






 

Por lo tanto, el estimador de MCO
󰆹
queda:
󰆹
󰇛󰇜


En la importancia de la agricultura para la producción nacional se analizan las cifras del
Producto Interno Bruto (PIB) generado por el sector primario de México (incluye silvicultura,
caza, pesca, agricultura y ganadería), y se presentan datos de la participación de hombres y de
mujeres en los empleos generados en dicho sector. Los valores del PIB están expresados en
dólares estadounidense a precios constantes del año 2010.
En la sección de insumos utilizados por la agricultura se efectuaron análisis de las siguientes
variables: superficie forestal, superficie agrícola, tierras cultivables, superficies utilizadas para la
producción de cereales, uso de tractor en tierra cultivable (cantidad de tractores por cada 100
km
2
), empleo de fertilizante por hectárea de tierra cultivable (promedio de fertilizantes
químicos a base de nitrógeno, potasio y fósforo y se expresa en kg/ha) y las superficies de regadío
existentes.
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En el rubro de indicadores para la agricultura de México se conformó por el índice de cosecha
(incluye todos los cultivos excepto los forrajeros), los rendimientos de los cereales (incluye trigo,
arroz, maíz, cebada, avena, centeno, mijo, sorgo, trigo sarraceno y mezcla de cereales; se expresa
en kg/ha), la producción de cereales (toneladas), el índice de producción animal (incluye carne,
leche, productos lácteos, huevos, miel, seda, lana, cueros y pieles) y el índice de producción de
alimentos (incluye productos alimentarios que son comestibles, excepto el café y el té).
En el tema del impacto que ha tenido la actividad agrícola sobre el medio ambiente, se
analizaron cifras de las emisiones de óxido nitroso y cifras de las emisiones de gas metano
procedentes de las actividades agrícolas. En el apartado de población rural de México se integró
con datos de la evolución de la población rural (diferencia entra la población total y población
urbana), el acceso a la electricidad y el área que conforma dicho espacio.
2. Resultados y Discusión
2.1. Importancia económica de la producción agrícola en México
El sector primario tiene una enorme relevancia para la producción nacional, el valor agregado
generado por la agricultura mexicana mostró una tendencia creciente a través del tiempo (fig. 1),
en términos reales, tuvo una tasa de crecimiento promedio de 2.08 % durante el periodo de 1968-
2018. El valor total generado por la agricultura fue de 14 mil 683 millones de dólares (mdd)
(precios constantes de 2010) en el año de 1968, y de 41 mil 070 mdd en 2018, hubo, por tanto, una
tasa de crecimiento real de 179.72 %.
El PIB agcola de México se situó en 20 mil 681 mdd en el año de 1978, luego la cifra continúa
incrementándose y se ubicó en 21 mil 685 mdd en 1980, luego cuando México ingresa al Acuerdo
General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio en el año de 1986 (GATT por sus siglas en inglés)
el PIB primario se ubicó en 24 mil 016 mdd.
Durante las crisis presentadas en el periodo de estudio, el valor agregado agrícola fue de 23
mil 368 mdd en el o de 1981, y un año después de 22 mil 840 mdd, habiendo así una reducción
de -2.26 %; la producción agrícola continúa creciendo y se siten 25 mil 591 mdd en 1994, y
creció a 25 mil 952 mdd en 1995 (incremento de 1.41 %); en la crisis del año 2008, el valor
agregado se situó en 33 mil 633 mdd, y al año siguiente, se ubicó en 32 mil 920 mdd, significando
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así una reducción de -2.12 %. Por tanto, la crisis global que tuvo mayor impacto negativo en el
PIB agrícola de la República mexicana fue la crisis suscitada en el año de 1982.
Figura 1. Agricultura de México, valor agregado (miles de mdd estadounidenses a precios
constantes de 2010)
Fuente: elaboración propia con datos del Banco Mundial.
Si bien es cierto que el PIB agrícola de México ha aumentado en términos reales, Brambila et
al. (2014) refieren que los precios reales de los productos agropecuarios han disminuido, y se
pasó de una agricultura basada en granos y productos industriales, a una agricultura y ganadería
enfocada en pollo, res, cerdo, huevo, leche, frutas y hortalizas.
En el caso de la producción hortofrutícola que se exporta a otros países, en el año 2013, el 85
% de la exportación frutícola y el 94 % de la exportación hortícola se dirigieron al mercado de
los Estados Unidos (Sánchez et al., 2019). Se envía al mercado exterior producto hortofrutícola
de primera calidad y el resto queda para el mercado nacional.
La tendencia del valor agregado generado por la agricultura mexicana como porcentaje en el
PIB total disminuyó a lo largo del periodo de estudio (fig. 2), aportó el 10.92 % en 1968, 9.18 % en
1979, 6.81 % en 1986 y a partir de 1999 (3.68 %) la cifra oscila en un 3 %, y finaliza en 3.39 % en
2018. Terrones et al. (2020) refieren de esta disminución en el PIB del sector primario de México
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e indican que pasa de 8.4 % en 1980 a 3.3 % en el año 2016, lo cual significa que el sector agrícola
se encuentra en crisis, e implica pobreza y migración de la población que vive en el sector rural.
Conforme los países avanzan en sus procesos de desarrollo, el PIB generado por el sector
primario va disminuyendo, sin que eso signifique que no tenga relevancia, Sánchez y Turčeková
(2017) mencionan las situaciones del PIB agrícola en la Unión Europea: Alemania, 0.78 %;
Bélgica, 0.72 %; Reino Unido, 0.68 %; y de Luxemburgo, 0.29 %. En el caso de la República
mexicana, los sectores secundario y terciario tienen preponderancia sobre la actividad
económica, con una disminución paulatina de la aportación del PIB agrícola en el total de la
producción nacional.
Figura 2. Agricultura de México, valor agregado (% del PIB)
Fuente: elaboración propia con datos del Banco Mundial.
El decremento en el valor agregado generado por la agricultura ha sido acompañado por un
descenso en la proporción de personas que se emplean en las actividades agrícolas (fig. 3), fue de
21.09 % (en el total de la población empleada) en el año de 1991 y de 12.81 % en 2018, dicha
disminución se explica por la baja rentabilidad que obtienen los productores rurales, y para salir
de la situación en la que se encuentran, buscan otras fuentes de empleo que le permitan
sobrevivir, significando con ello, en muchos casos, el abandono de las actividades agropecuarias.
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Del total de la población masculina en el año de 1991, un 26.44 % se dedicó a las actividades
del campo, mientras que en la femenina fue de 8.3 %, en 2018 fue de 18.37 % y 3.59 %,
respectivamente. La disminución en el número de individuos que se dedican a las actividades del
campo también se explica porque los jóvenes mexicanos no están interesados en dedicarse a las
actividades agrícolas, fenómeno que ha provocado a su vez, un envejecimiento de la mano de obra
que produce los alimentos en el país.
Figura 3. Empleos en la agricultura de México
Fuente: elaboración propia con datos del Banco Mundial.
Con las diversas poticas económicas implementadas durante el periodo de estudio, como
fue la incorporación de México al GATT en 1986, provocó un incremento en el valor agregado
generado por la agricultura mexicana, por ejemplo, en términos reales pasó de 26 mil 965 mdd
en el año de 1997 a 41 mil 070 mdd en 2018 (tasa de crecimiento de 71.01 %), mientras que para
los mismos años mencionados el de Canadá pasó de 18 mil 694 mdd a 30 mil 878 mdd
(crecimiento de 65.18%) y la producción agrícola de los Estados Unidos pasó de 125 mil 417 mdd
a 203 mil 556 mdd en 2018 (crecimientos de 62.30 %).
La producción agrícola de México ha tenido un crecimiento magro si se comparara con el
valor agrícola obtenido en los Estados Unidos, y dista de las grandes bondades que se manejó en
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la aplicación de las políticas neoliberales para la economía mexicana. Así mismo, el incremento
en el valor agregado generado por la agricultura mexicana que se explica por el aumento en las
exportaciones ocurre el fenómeno de desaprovechamiento de los acuerdos comerciales, puesto
que la mayor parte de las transacciones comerciales se realiza con los Estados Unidos.
2.2. Insumos utilizados en la agricultura mexicana
México es uno de los países con mayor extensión territorial, ocupa el lugar número 14 a nivel
mundial (INEGI, 2020), tiene una superficie total de 1 964 375 km
2
, con un área de tierra de 1
943 950 km
2
. La superficie forestal fue de 705 916.50 km
2
en el o de 1990, representando el 36.31
% del área total, mientras que fue de 659 476.10 km
2
(65 millones 947 mil ha) en el año 2018,
representando así el 33.92 % del área total.
Hubo una pérdida forestal de 46 440.40 km
2
(4 millones 644 mil ha) si se comparan los datos
de los años de 1990 y 2018, es decir, la disminución total fue 6.58 % con respecto a la superficie
forestal existente en primer año (la rdida forestal anual para el periodo de 1990-2018 fue de
165 858.57 ha), este decremento se explica por la tala inmoderada de árboles, por los incendios
forestales provocadas y por el desplazamiento de dichas áreas por las actividades ganaderas.
Rosete et al. (2014) encontraron que durante el periodo 1976-2007 hubo una pérdida forestal
anual de 534 707 ha, en donde el destino principal de esas zonas deforestadas fue para la práctica
de agricultura de temporal.
Con respecto a las tierras agrícolas, se ubicaron en 977 690 km
2
en el año de 1968 (50.29 %
del área total), continuó aumentando dicha superficie y se situó en 1 010 200 km
2
en el año de
1983 (51.97 % del área total) y las cifras se mantuvieron por encima de dicho nivel en los
siguientes años para finalizar en 1 068 910 km
2
(106 millones 891 mil ha y represenel 54.99 %
del área total) en el año de 2018 (fig. 4). La superficie selvática representó el 61.7 % de la superficie
destinadas a tierras agrícolas en el año 2018.
La tendencia en el número de hectáreas de tierras cultivables ha sido creciente, fue de 18
millones 850 mil ha en el o de 1968 (9.70 % del área de tierra), de 18 millones 344 mil ha en el
año de 1986 y se ubicó en 23 millones 652 mil ha en el año 2003, y a partir del año 2007 fue de 23
millones 519 mil ha (12.10 % del área de tierra).
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El número de hectáreas dedicadas a tierras cultivables fue de 19 millones 117 mil ha (9.83 %
del área de tierra) en el año 2014, de ahí la variable empieza a crecer nuevamente para finalizar
en 23 millones 925 mil ha en el año 2018 (239 250 km
2
), cifra que representó el 12.30 % del área
de tierra que posee la República mexicana.
Figura 4. Tierras agrícolas en México (% del área de tierra)
Fuente: elaboración propia con datos del Banco Mundial.
En cuanto a la utilización de tierras para la producción de cereales en México, la tendencia
ha sido creciente (fig. 5), se utilizaron 9 millones 735 mil ha (51.65 % de las tierras cultivables)
en el o de 1968 y fue de 7 millones 791 mil ha (44.31 % de las tierras cultivables) en 1979,
ocurriendo por tanto una disminución de 19.97 % si se compara la cifra con el primer año.
Se produjeron cereales en 8 millones 385 mil ha (47.12 % de las tierras cultivables) en el año
de 1982, en 8 millones 767 mil ha (41.34 % de las tierras cultivables) en 2011 y la serie finaliza en
9 millones 426 mil ha (39.43 % de las tierras cultivables) en 2018, por tanto, la disminución total
fue de 3.18 % si se comparan los años de 1968 y 2018.
En el uso de tractores por cada 100 km
2
de tierra cultivable, se presentó una tendencia
creciente en el periodo de estudio (sin datos a partir del año 2008). Se utilizaron en promedio 45
tractores por cada 100 km
2
de tierra cultivable en el año de 1968, 142 tractores en 1991 (valor
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20
ximo) y 102 tractores/100 km
2
en 2007. En México, hubo una utilización promedio de 96
tractores/100 km
2
en el periodo de estudio, aunque lejos está por alcanzar los niveles utilizados
en Canadá (171 tractores/100 km
2
) y en los Estados Unidos (258 tractores/100 km
2
).
Figura 5. Tierra utilizada para la producción de cereales en México (hectáreas)
Fuente: elaboración propia con datos del Banco Mundial.
La gran mayoría de los pequeños productores mexicanos siguen realizando sus actividades
productivas utilizando tracción animal para la preparación de sus tierras agrícolas, y una de las
limitantes para el uso de tractor como es el caso del sureste del país, es la realización de las
actividades en terrenos muy pronunciados y también debido a las pequeñas superficies
destinadas para ese fin. Morett y Cosío (2017) señalan que una persona que vive en una
comunidad agraria o en un ejido en México, en promedio, posee una superficie agrícola de 4.2
hectáreas.
En México hay una pulverización de la pequeña propiedad y los ingresos que se obtienen en
dichos minifundios, no logran compensar los costos en los que incurren los pequeños
propietarios; el incremento en la productividad agrícola a través de la tecnificación de los
procesos productivos permitiría aumentar los rendimientos y por ende los ingresos agrícolas.
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Negrete (2017) señala la importancia de la agricultura de precisión en el aumento de los
rendimientos agrícolas.
En lo que se refiere al consumo de fertilizante por hectárea de tierra cultivable en México, se
tuvo una tendencia creciente en el periodo de estudio (fig. 6), fue de 29.88 kg/ha en el año de
1968, de 63.16 kg/ha en 1976 y se situó en 98.15 kg/ha en 1987. Se presentaron caídas importantes
de 57, 54.24 y de 77.73 kg/ha en los años de 1995, 2008 y 2015, respectivamente.
Figura 6. Consumo de fertilizantes en México (kg/ha de tierra cultivable)
Fuente: elaboración propia con datos del Banco Mundial.
El consumo mínimo de fertilizante se registró en el año de 1968 y el máximo fue de 111.68
kg/ha registrado en 2013. El último registro fue de 102.93 kg/ha en 2018, presentándose así una
tasa de crecimiento de 289.07 % comparándolo con el año de 1968. En el periodo de estudio, se
presen un consumo promedio de fertilizante de 73 kg/ha.
Las superficies agrícolas que poseen los productores mexicanos dependen de los fertilizantes
químicos y estos han tenido un impacto perjudicial en la composición de los suelos. Pazos et al.
(2016) señalan que la utilización de bacterias aplicados como inoculantes en cultivos agrícolas,
permitiría promover el crecimiento de las plantas mediante mecanismos directos e indirectos, y
de esta manera, se contrarrestaría los daños que ha ocasionado la agricultura intensiva.
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En las tierras agrícolas existentes de regadío (de manera permanente), solo un mínimo
porcentaje de ellas se destina para ese fin, fue de 1.91 % de las tierras agrícolas en el año 2003,
5.05 % en 2005, 6.28 % en 2011 y de 5.79 % en el año 2014.
No siempre se utiliza agua limpia en los riegos para los cultivos, sino que a veces se utiliza
agua contaminada, uno de los casos más significativos es lo que sucede en el Valle del Mezquital
en el Estado de Hidalgo, ya que de las aguas negras procedentes de la capital del país se riegan
cultivos como el del maíz, la alfalfa, el frijol, el tomate, el cilantro, la col, entre otros productos
agrícolas y que posteriormente retornan para ser vendidos en las centrales de abastos de la
Ciudad de México.
A parte de la problemática de utilización de agua contaminada, Rivero y García (2011)
mencionan que en México hay un uso ineficiente del agua debido al subsidio a las tarifas
eléctricas para el bombeo y por una inadecuada inspección, monitoreo y sanción por parte de las
autoridades.
Salazar et al. (2014) refieren que el 77 % del agua concesionada en México es utilizada en la
agricultura, y que en ella ocurren los mayores desperdicios, señalan que hacen falta el uso de
tecnologías como el de la hidroponía, ya que permitiría obtener mayores rendimientos, mejorar
la calidad, permitir un manejo eficiente del agua y de los insumos que se utilizan en la
producción.
En los insumos utilizados en la producción agrícola mexicana se toma en cuenta el factor
tierra, el factor trabajo y el factor capital. Terrones y Sánchez (2010) mencionan que el trabajo y
el crédito representan el 91 % de los costos totales en el que incurren los productores agrícolas.
Zarazúa et al. (2011) ubicaron el costo de producción de minifundistas y productores comerciales
en $4 000.00 pesos/ha (201 dólares al tipo de cambio FIX del Banco de México, 2022).
En un estudio realizado por Ayala et al. (2013) señalan que los productores de maíz en
Hidalgo, en promedio, poseen superficies agrícolas de 3.36 ha, en donde el 75 % de dichas
propiedades son ejidales y obtienen un rendimiento promedio de 1.87 ton/ha; de los costos
totales, un 35 % se destina para maquinaria, renta de la tierra un 21 %, para mano de obra 19 %,
insumos 18 %, y gastos generales e interese 7 %; en promedio, las ganancias obtenidas por
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tonelada fueron negativas de $2 416.50 pesos y las que obtuvieron ganancias fueron de $1 067.80
pesos.
Además de los costos que involucran la compra de los insumos, se deben añadir otros costos
como son por la pérdida de los suelos y el de recuperación de los nutrientes, Cotler et al. (2011)
refieren que el costo por erosión de suelo se ubica en el rango de 16-32 dólares
estadounidenses/ha., y el costo de reemplazo de los nutrientes asciende a una cantidad de 22
dólares/ha.
2.3. Indicadores en las actividades agrícolas de la República mexicana
El índice de producción de cosecha tuvo una tendencia ascendente en el periodo de 1968-
2018 (fig. 7). Se inicia con un índice de 31.25 en el año de 1968, 31.06 en 1969, 47.45 en 1980, y
cuando México ingresa al GATT en 1986 se ubicó en 56.17. En las crisis de los años de 1994 y de
2009, los índices fueron de 61.36 y de 82.82 respectivamente. Se presentó una tasa de crecimiento
de 5.62 % en 2016 con respecto a los años bases, mientras que la tasa se situó en 11.85 % en 2018.
La obtención de una mayor cantidad de cosecha a través del tiempo se explica por el
incremento en el número de hectáreas de tierras cultivables, pasando de 18 millones 850 mil ha
en el año de 1968 a 23 millones 925 mil ha en 2018; por el incremento en la utilización de tractores;
y por el alza en el consumo de fertilizantes, que pasó de una utilización de 26.45 kg/ha en el año
de 1968 a 102.93 kg/ha en 2018; por el agua de riego; entre otros factores.
Figura 7. Índices de producción de cosecha, animal y de producción de alimentos en México
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Fuente: elaboración propia con datos del Banco Mundial.
La producción de alimentos puede incrementarse a través del uso de nuevas tecnologías en
los procesos productivos, Moreno et al. (2011) señalan que, en la práctica de agricultura
protegida, se obtienen ventajas al protegerse los cultivos y se reducen los efectos que implican
las variables climáticas, permitiendo con ello beneficios reales para los productores.
Tal ha sido el caso de la utilización de los diferentes paquetes tecnológicos que han mejorado
los rendimientos de los cereales cultivados en México (fig. 8), se obtuvo un rendimiento
promedio de 1 430.40 kg/ha en el año de 1968, de 2 009.00 kg/ha en 1979, 3 078.60 kg/ha en 2004
y de 3 826.30 kg/ha en el año 2018. La tasa de crecimiento del rendimiento fue de 167.50 % si se
compara los años de 1968 y 2018.
El incremento en el rendimiento promedio de los cereales está en función de los insumos
utilizados en la producción agrícola y de factores como han sido las investigaciones que se
efectúan en instituciones como la Universidad Autónoma Chapingo, el Colegio de
Postgraduados, el INIFAP, el CIMMYT, la Universidad Antonio Narro, entre otras instituciones
de educación superior.
Figura 8. Rendimiento de los cereales (kg/ha) en México
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Fuente: elaboración propia con datos del Banco Mundial.
El incremento en el rendimiento promedio de los cereales, que pasó de 1 430 kg/ha en el año
de 1968 a 3 826 kg/ha en 2018, son rendimientos que obtienen los grandes y medianos
productores o algunos pequeños propietarios que utilizan semillas mejoradas y paquete
tecnológicos. En el caso de la gran mayoría de los pequeños productores como son del sureste
del país, no logran obtener los rendimientos promedios mencionados, debido a la producción en
minifundios, por producir en terrenos pronunciados, poseer suelos erosionados y pobres y por
no utilizar los insumos adecuados.
Como los rendimientos de los cereales se han incrementado, la tendencia que presentó la
producción de cereales a lo largo del tiempo también fue creciente (fig. 9). La producción pasó
de 13 millones 926 mil toneladas (t) en el año de 1968 a 20 millones 894 mil t en 1980, y significó
una tasa de crecimiento de 50.04 % con respecto al primer año de estudio.
La producción de cereales se ubi en 31 millones 061 mil t en el año 2001 y las cifras
posteriores se mantendan por encima de ese nivel, exceptuando los años de 2002 (28 millones
773 mil t) y 2011 (28 millones 409 mil t). Finaliza el periodo de estudio con una producción de
36 millones 069 mil t en 2018, es decir, hubo una tasa de crecimiento de 159.01 % con respecto al
año de 1968.
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Figura 9. Producción de cereales (millones de toneladas métricas) en México
Fuente: elaboración propia con datos del Banco Mundial.
En el caso de uno de los principales cereales para el ps como es el maíz, Moreno et al. (2016)
sostienen que durante la era del TLCAN las importaciones de este grano se han incrementado.
Por su parte González y Ávila (2014) señalan que México importa alrededor de 10 millones de
toneladas de maíz anualmente, y mencionan además que se debe tener especial cuidado en la
liberación de semillas transgénicas de maíz, puesto que el control de las semillas estaría en manos
de las empresas transnacionales.
El índice de producción animal tuvo una tendencia ascendente a lo largo del tiempo (fig. 7).
El índice comienza con 25.01 en el año de 1968, fue de 44.08 en 1980 y de 55.27 en 1986. En la
crisis del año de 1994, el índice fue de 60, un año después la cifra se ubicó en 62.6. Mientras que
en las crisis experimentadas en los años de 2008 y 2009, el índice se situó en 89.75 y 90.94,
respectivamente. En el año 2018, se tuvo una tasa de crecimiento en la producción animal de 8.64
% con respecto a los años bases.
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Con respecto al índice de producción de alimentos, este tuvo una tendencia ascendente
durante el periodo de estudio (fig. 7). El índice más bajo fue de 27.49 en el año de 1968 y de 54.46
en 1986, es decir, se incremen en 98 % entre esos dos años. El índice fue de 59.7 en 1994, de
88.21 en 2008, de 86.15 en 2009 y de 110.58 en 2018. El incremento total en la producción de
alimentos fue de 302.26 % si se comparan los años de 1968 y de 2018.
Como puede observarse, la producción de alimentos en México ha aumentado, descuidando
la producción de maíz que es uno de los principales cereales para la alimentación de la población
mexicana. Luego sucede el fenómeno de que hay alimentos en el territorio nacional, pero la
población no tiene los recursos para poder adquirirlos, según el Consejo Nacional de Evaluación
de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL, 2018), en México hay 52.4 millones de personas
que se encuentran en situación de pobreza, y 9.3 millones de personas viven en pobreza extrema.
Para que la oferta de alimentos se corresponda con la demanda, en la República mexicana
hacen falta instrumentar políticas que impulsen a los sectores más desprotegidos de la sociedad,
orientándose principalmente en la creación de puestos permanentes de trabajo en el sector rural
y con salarios que le permitan vivir dignamente.
En el corto y mediano plazo, se prevén que el índice de cosecha, el rendimiento de los cereales,
la producción de cereales, el índice de producción animal y el índice de producción de alimentos
continuarán creciendo a través del tiempo.
2.4. Efectos de la agricultura mexicana sobre el medio ambiente
El gas metano y el óxido nitroso son considerados gases de efecto invernadero, en el caso de
la agricultura, el primer gas proviene de la pudrición y desintegración de la materia orgánica,
mientras que el segundo gas es generado por los ciclos relacionados con el de nitrógeno. Las
emisiones de estos gases generados por la agricultura mexicana se incrementaron durante el
periodo de estudio.
En el sector primario de México se generaron 35 945 t de gas metano en el año de 1970, cifra
que representó el 58.93 % en el total de las emisiones. Luego se produjeron 59 790 t de emisiones
de gas metano (51.04 % en el total de emisiones) en 1998, y en 2008 fue de 54 583 t (47.21 % en
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el total de las emisiones). Hubo una tasa de crecimiento de 51.85 % en las emisiones de gas
metano si se comparan los años de 1970 y 2008.
En lo referente a las emisiones de óxido nitroso procedentes de la agricultura mexicana,
presentaron una tendencia creciente a través del tiempo, se generaron 18 015 t en el año de 1970
y que represen el 79.75 % en el total de las emisiones. Las cifras continuaron incrementándose
para alcanzar el nivel de 59 790 t en el o de 1998 (69.20 % en el total de las emisiones), y de 32
213 toneladas en el año 2008. La tasa de crecimiento de las emisiones agrícolas de óxido nitroso
fue de 56.44 % en si se comparan los años de 1970 y 2008.
La emisión de grandes cantidades de óxido nitroso en el medio ambiente ha sido el resultado
de una utilización (muchas veces indiscriminada) en el consumo de fertilizante a base de
nitrógeno, si se comparan el consumo de fertilizante y las emisiones de óxido nitroso, ambas
variables crecieron durante el periodo de estudio. La utilización de fertilizantes químicos sigue
siendo la principal vía para la fertilización de los suelos agrícolas en el país.
Luego la situación del medio ambiente en México se agrava porque los productores rurales
siguen realizando prácticas como el de la “roza, tumba y quema”, prácticas que muchas veces
terminan en incendios no intencionados, que provocan que las llamas se extiendan y originen
incendios forestales e incrementando así, los niveles el dióxido de carbono presentes en la
atmósfera.
2.5. Evolución de la poblacn rural en México
La población rural de México ha tenido una tendencia creciente a lo largo del tiempo (fig.
10), se ha mantenido por arriba de los 20 millones de personas en los últimos 50 años, alcanzó la
cifra de 20 millones 600 mil personas en el año de 1968 (42.59 % de la población total) y de 22
millones 809 mil individuos en 1980 (33.66 % de la población total), habiendo por tanto una
disminución de la población de 8.93 % en los 12 años transcurridos.
La población rural continuó incrementándose para ubicarse en 23 millones 991 mil
habitantes en el año de 1990, y se dató en 24 millones 999 mil personas en el año 2000, en donde
el incremento total fue de un millón ocho mil habitantes. La cifra máxima registrada fue de 25
millones 325 mil en 2012 y termina el periodo en 25 millones 041 mil habitantes en el año 2018.
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Figura 10. Población rural de México
Fuente: elaboración propia con datos del Banco Mundial.
En rminos porcentuales, la población rural de México ha descendido a través del tiempo
(fig. 11), representó el 42.59 % de la población total en 1968 y 33.66 % en 1980, hubo por tanto un
descenso de 8.93 %; posteriormente fue de 28.58 % en 1990 y de 25.28 % en el año 2000 (-3.30
%); alcanzó una cifra de 22.19 % en 2010 y de 19.84 % en 2018, representando así una mengua de
2.35 %. El decremento total de la población rural fue de 22.75 % en el periodo de 1968 -2018.
La población rural de México, aún y que ha disminuido a lo largo del tiempo en rminos
porcentuales, sigue representando una alta proporción con respecto a la población total, si se
compara la cifra de 20 millones 626 mil personas del año de 1968 (42.59 % de la población total)
con 25 millones 041 mil habitantes en 2018 (19.84 % de la población total), hubo un incremento
de 4 millones 414 mil personas durante el periodo de estudio.
Figura 11. Población rural de México (% de la población total)
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Fuente: elaboración propia con datos del Banco Mundial.
La población rural de México vive en un área de tierra de un millón 831 mil km
2
, con una
población que alcanzó la cifra de 25 325 354 personas en el año 2012, y a partir del año siguiente,
se empezaron a presentar tasas negativas de la población rural. Actualmente, la producción
agrícola aporta alrededor del 3 % a la producción nacional con una población rural que supera
los 25 millones de personas. Existe una alta proporción de mexicanos que se dedican a las
actividades agrícolas (12.81 % del total en el año 2018), sobresaliendo la participación de los
hombres en dichas actividades. El 98.29 % de la población rural mexicana tuvo acceso a la
electricidad en el año 2018 (cuadro 1).
La gente de las poblaciones rurales de la República mexicana vive en condiciones de pobreza,
Martínez et al. (2013) mencionan que el 56.5 % de la población total que vivía en zonas rurales
en el año de 1994, era pobre (la cifra se redujo en 40.1 % en el año de 2006).
La pobreza que se vive en México ha orillado que muchas personas que viven en el sector
rural se conviertan en jornaleros migrantes, y como refiere Rojas (2017), que dado el modelo
económico imperante que los trabajadores agrícolas año con o empacan sus pocas
pertenencias, que, a cambio de un mísero salario, se someten a las más extremas formas de
explotación y de servidumbre para beneficio de unos cuantos.
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Año
Población
rural en
México
Población
rural de
México (%
de la
población
total)
Crecimiento
de la
población
rural (%
anual)
Acceso a la
electricidad
(% de la
población
rural)
Área de
tierra rural
(kilómetros
cuadrados)
1968 20626693 42.59 1.18 - -
1975 22198598 37.24 0.83 - -
1980 22809155 33.66 0.41 - -
1986 23699541 30.54 0.45 - -
1990 23991787 28.58 0.29 - 1831423.50
1995 24411766 26.63 0.23 86.42 -
2000 24999903 25.28 0.34 93.80 1831423.50
2005 25114753 23.69 0.11 96.77 -
2010 25311524 22.19 0.12 97.60 1831423.50
2015 25242938 20.72 -0.16 97.85 -
2018 25041300 19.84 -0.32 98.29 -
Fuente: elaboración propia con datos del Banco Mundial.
Cuadro 1. Datos de la población rural de México de 1968-2018
El gobierno mexicano ha realizado grandes esfuerzos por solucionar la problemática en la
que viven las comunidades rurales, pero han sido insuficientes, García et al. (2020) refieren que
los programas de apoyo de tipo gubernamental y la falta de seguridad en las comunidades rurales,
no ha permitido mejorar la calidad de vida de las personas. Salas y Juárez (2018) sostienen que
un modelo de desarrollo rural debe basarse en el bienestar de la población, debe tomar en cuenta
sus actividades económicas y procurar en todo momento la conservación de los recursos
naturales.
Aguilar et al. (2018) refieren que las políticas blicas que se deben seguir para los municipios
s pobres de México deben ser: las transferencias monetarias son válidas para aquellas
poblaciones rurales en que la generación de ingresos no es posible, aunque deben ser transitorias
e ir acompañadas en inversión en infraestructura, pero, sobre todo, el principal mecanismo sería
impulsando la productividad y fomentando el empleo en las comunidades rurales.
Con todos los datos antes referidos, se prevé que en el mediano y largo plazo continue la
disminución de las personas dedicadas a las actividades agrícolas, así mismo, el valor agregado
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generado por la agricultura mexicana continuará disminuyendo a lo largo del tiempo. En el corto
plazo se prevé se sigan presentando tasas negativas del crecimiento de la población rural.
Conclusiones
La producción agrícola de la República mexicana en el periodo de 1968-2018, tuvo un
crecimiento insustancial para el crecimiento económico del país, en donde los más favorecidos
en dicho incremento fueron los grandes y medianos propietarios agrícolas capitalizados,
mientras que los pequeños propietarios fueron relegados de dichos beneficios. En términos
brutos, en el mediano plazo se prevé que el PIB generado por el sector primario siga
incrementándose, en el largo plazo, se prevé que el PIB agrícola no rebase el 2 %.
Ha habido una disminución en la superficie forestal de México ocasionada por la tala
inmoderada de árboles, por prácticas como la roza, tumba y quema” (que son labores que
provocan incendios no intencionados y que salen fuera de control) y por dedicar dichos espacios
para la crianza de animales. En el corto y mediano plazo se prevé que el área selvática continúe
disminuyendo.
En el corto plazo, la superficie agrícola continuará incrementándose, mientras que en el
mediano plazo se prese mantenga la superficie dedicada a la producción de cereales. En el
mediano y largo plazo seguirá disminuyendo la utilización de tractores para ser sustituida por
sistemas más amigables con el medio ambiente. En el corto plazo, se prevé se mantengan tanto
el consumo de fertilizante por hectárea, así como la superficie agrícola destinada para regadío.
Los indicadores en la producción agrícola se han incrementado a través del tiempo y deben
estar en concordancia con las políticas agrícolas que garanticen seguridad y soberanía
alimentaria del país, se debe volver la mirada hacia los pequeños propietarios, otorgarles
transferencias de ingresos directos a los productores, capacitación, asistencia técnica, créditos y
apoyos para la adquisición de insumos. Así mismo, las políticas deben orientarse para garantizar
la producción de alimentos básicos (como son el maíz, el frijol, el chile y la calabaza), garantizar
que las semillas nativas estén en manos de productores rurales y se asegure la conservación de
los recursos naturales.
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En xico, para disminuir los impactos negativos que han ocasionado las actividades
primarias sobre el medio ambiente, como es la disminución en el uso indiscriminado de
fertilizantes a base de nitrógeno, se deben utilizar fertilizantes de tipo biológico, realizar
tratamientos a las aguas contaminadas como es el caso de los ríos del Valle del Mezquital, utilizar
tecnología en la aplicación de los riegos para evitar desperdicios y todo lo referente en la
realización de buenas prácticas agrícolas.
Las políticas de desarrollo rural en México deben enfocarse en la conservación de las
poblaciones en sus lugares de origen, puesto que ellos producen los alimentos y velan por los
recursos naturales que posee el país. A la población rural se les debe garantizar infraestructura
para su desarrollo, educación en todos los niveles, salud y la práctica del deporte. El principal
reto de la política de desarrollo rural en México para con sus habitantes, es la creación de puestos
permanentes de trabajos y que estos sean bien remunerados.
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