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REDIELUZ

ISSN 2244-7334 / Depósito legal pp201102ZU3769 Vol. 10 N° 2 • Julio - Diciembre 2020: 9 - 10


EDITORIAL

Gestión de redes de conocimientos en los centros de investigación de las universidades públicas


La posibilidad de crear y desarrollar redes con universidades desde el Zulia y hacia Iberoamérica, con el propósito de establecer alianza y acuerdo gestionando el capital intelectual y relacional, que permita intercambiar conocimiento con beneficios directos a las comunidades para mejorar la calidad de vida. Esto se cristaliza, en procesos reales, en función de dar respuesta a problemas puntuales desde el conocimiento aplicado en área prioritarias. En efecto, aprovechar el conocimiento instalado en una institución universitaria, sumar valor organizacional, vale decir, activa un recorrido que permita convertir el conocimiento tácito en conocimiento explícito, para aprovecharlo organizacionalmente.

Al respecto, Reyes y Aular (2018) afirman que el conocimiento tácito significa “mantenerse en silen- cio o en secreto”, el conocimiento tácito es el que se posee, pero no se expresa, es el complemento del conocimiento explícito. Es decir, cuando el co- nocimiento tácito reside en la intimidad de la per- sona, no se podrá aprovechar en la organización, hasta que la persona decida libremente expresarlo en cualquier forma. Mientras que el conocimiento explícito, permite arrancar, explicar, y documentar, estas categorías, direccionan las explicaciones en términos de convertir el conocimiento tácito en ex- plícito y hacer comprensible las funciones, conexio- nes y creación de valor, esto compromete acciones encadenadas que permitan indagar y direccionar el capital activo en un programa de investigación.

En este orden, es pertinente resaltar que la ges- tión del conocimiento tácito, entendido como ex- periencia de aprendizaje a lo largo de la vida, in- volucra intuición, creencias, valores y puntos de vista, entre otros, Desde ese ángulo, se entiende el conocimiento como modelo significativo de difu- sión llevado a lo explicito para compartir el saber desde la realidad social del mundo, considerando para ello el aprendizaje, haciendo del conocimiento un procesos de compresión de las condiciones ac- tuales, en este caso, las vivenciadas por los seres

humano en la situación pandemia del COVID19, que ha generado incertidumbre ante el futuro, por lo cual son pertinentes los cambios en las formas de pensar y actuar, las cuales han ocasionado una ruptura de la cotidianidad generando con ello, nue- vos paradigmas en el saber y el quehacer huma- no, base principal para el desarrollo de las socie- dades y respuesta a los cambios que se enfrentan en la actualidad.

Las instituciones universitarias están en la nece- sidad de reinventar actualizando continuamente su conocimiento, a través de la formación de investiga- dores, exigiendo que tomen parte sistemáticamen- te en dos tipos de actividades relacionadas con el conocimiento. Primero, deben encontrar maneras eficaces para transformar en conocimiento su ex- periencia en desarrollo, creando saberes comunes y conciencia ciudadanas. En segundo lugar, están llamadas a compartir dicho conocimiento a través de la estructuración de redes para fortalecer lazos en apoyo a las sociedades en búsqueda de un bien común en situaciones diferentes.

Estos nuevos paradigmas que se desarrollan a través de la transformación del conocimiento y, experiencia para fortalecerlo, son desplegados en la formación del investigador universitario, por ello la educación, como proceso de transformación del individuo lleva implícita una serie de acciones, de manera tal, que los sujetos puedan ir logrando co- nocimientos, habilidades, destrezas y actitudes bá- sicas, para incorporarse a este mundo globalizado, adaptándose así, a los avances científicos, tecno- lógicos y humanísticos del siglo XXI, esto es una constante para mantener una formación de cali- dad como investigadores que le permita el fortaleci- miento de la gestión del conocimiento (Beer 2016).

Es allí donde la formación del investigador y la gestión de conocimiento, vienen a jugar un papel fundamental en las instituciones universitarias, lo que genera avances significativos en el capital in- telectual de cada institución a través de modelos


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de generación de conocimiento entendido como espirales de contenido, ellos son tanto el epistemo- lógico como ontológico, en un proceso de interac- ción entre conocimiento tácito y el explícito, en cuya naturaleza dinámica y continua constituyen una espiral permanente de transformación real interna del conocimiento.

Estos cambios son visualizados a través de las exigencias de la sociedad, para mejorar la calidad de la formación profesional de manera conside- rable en relación con las organizaciones universi- tarias y el entorno, en un mundo cuyo escenario cambiantes han generado incertidumbre y retos en término de la cotidianidad familiar, laboral y relacio- nal con las sociedades, involucrando la política, el ambiente, esto requiere de profesionales de alta calidad investigativa, que puedan analizar procesos idóneos y ofrecer respuesta reales y plausibles a la situación que vivimos todos en el planeta.

De la misma manera, se plantea la imperiosa necesidad de formar investigadores en la gestión de conocimiento en redes, desde los centros cien- tíficos y tecnológicos, visualizados como conjunto de procesos que permiten al talento humano, apo- yando una organización, generar ventajas com- petitivas, aumentando de forma significativa, sus capacidades de resolución de problemas, con el objetivo final de generar competencias sostenibles en el tiempo dentro de las organizaciones en sus diferentes actividades productivas o de servicio.

Ahora bien, las instituciones universitarias repre- sentan un activos intangibles, inmateriales o inte- lectuales, también llamado capital humano, quienes hacen funcionar óptimamente a las instituciones, predominado la información y el conocimiento, di- chos activos constituyen en la actualidad, la nueva riqueza de las organizaciones, de allí la importan- cia de potenciar el recurso el capitán intelectual e institucional. En efecto, gerenciar el conocimiento a partir de una cultura universitaria implica según Gutiérrez y Reyes (2018), saber cómo maniobrar en el entorno global con el fin de incrementar al máximo sus beneficios a nivel local, este es el gran desafío que enfrentan los sistemas universitarios de todo el mundo.

Al respecto, Reyes y Aular (2018) indican que la gestión del conocimiento, se sistematiza a través de: la captación de colectivos de investigación, ge- neración de conocimiento, promoción y difusión del conocimiento y aplicación de este, interconexión digital-social y creación de valor organizacional.,


permitiendo el enlace entre conocimiento y cons- ciencia en la gerencia del conocimiento, energéti- za y recrea, centrando el discurso con las acciones y respuestas.

En ese orden de ideas, la conformación de redes de gestión del conocimiento, recrea la importancia de la ruptura de paradigmas para llevar a cabo la transformación de la cultura y convertirlas en or- ganizaciones con procesos de gestión del conoci- miento que conduzcan a las generaciones futuras a adquirir herramientas y estrategias tanto individua- les como colectivas, para alcanzar como equipo de trabajo soluciones reales y posibles de ser aplica- das con resultados beneficiosos al colectivo socia.

En efecto, Reyes y Aular (2018) señalan que las redes están direccionadas por un propósito, en ella interactúan un conjunto de actores que comparten una intención y acción, mediados por una política e infraestructura que aportan valor interinstitucional. La confianza es un valor que se genera en las redes, diversifican el conocimiento y flexibilizan la toma de decisiones, al permitir captar de manera amplia una problemática, indagarla e intervenirla, logrando tra- bajos de gran impacto y estudios masivos.

Su finalidad es crear condiciones de sostenibili- dad en las universidades mediante la viabilidad de los procesos de investigación, ciencia, tecnología, innovación y servicio que sirven de vínculo interins- titucional. En este sentido, la incertidumbre, retos y desafíos del momento producto del confinamien- to social y los cambio que buscan la normalidad, enfrentan al hombre a nuevas estrategias donde la sabiduría y la confianza, conformen un marco de referencia y acción, creando y aprovechando oportunidades para el bien común. Cabe agregar que, los conocimientos se generan en un entorno disciplinario de producción y transferencia de cono- cimiento en las instituciones educativas, contextos amplios para la solución de problemas utilizando métodos de investigación entre distintas discipli- nas, instituciones y organismos de formación su- perior, estas deben aparecer ahora como provee- dores de conocimientos científicos para el sector universitario, principalmente para aquellos de alto contenido tecnológico, además de desempeñar un papel fundamental en la formación de capital huma- no (Grados 2010).

Atendiendo a estas consideraciones, la investi- gación actúa como intermediaria en el intercambio de información, conocimiento y transferencia de tecnología, teniendo presente la confianza, credibi-


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lidad, ética entre otros, aunado a la incorporación de programas que fortalezcan, el conocimiento indi- vidual y colectivo de sus miembros, para enfrentar las posibilidades de éxito, la incertidumbre y ries- gos del entorno, formando investigadores en ca- pacidad de visualizar en el contexto, los diferentes fenómenos ofreciendo análisis y procedimientos como alternativas para mejorar la calidad de vida.

Como reflexiones finales se puede destacar que la gestión en redes de conocimiento, compromete un conjunto de competencias y capacidades para planificar, presupuestar, coordinar, gestionar y eva- luar procesos, tales como: las líneas de investiga- ción, la formación del talento humano, la gestión y desarrollo de proyectos, el acceso a la tecnología de la información y comunicación, las políticas edi- toriales y de difusión, que permiten centrar la sabi- duría colectiva sumando direccionalidad y estructu- ra académica-científicas, para lograr el crecimiento intelectual, la convivencia y la pertinencia social del servicio académico.

Es pertinente señalar, que en los viejos paradig- mas la investigación era una actividad normativa, lejana, opcional aislada del modelo de desarrollo, situación que ha cambio completamente en esta realidad que ha revolucionado la forma de ver la investigación, como amalgama del conocimiento en las instituciones universitarias, de manera concreta y coherente, aportando valor agregado a las ins- tituciones de formación profesional, como recurso clave para el rendimiento y productividad de cono- cimiento, pudiendo incidir en el éxito de la gestión del personal docente e investigador y de la gene- ración de relevo.

En este sentido, es significativo el desarrollo de estrategias de trabajo, dirigida a incrementar la cultura investigativa y el uso de los recursos tec- nológicos de información de estas organizaciones, elementos necesarios gestados a partir de la inte- rrelación comunicacional con los grupos, el des- pliegue de las acciones estratégicas con resultados teóricos, metodológicos y prácticos, esto permite conformar grupos de información dinámicos, que incrementan el uso de recursos y herramientas tec- nológicas entre los investigadores, la productividad científica y la sostenibilidad de las instituciones universitarias.

Esto apunta, hacia el uso adecuado de la ges- tión del conocimiento y las tecnologías de la infor- mación, en el marco de la situación cambiante de las organizaciones, considerando; los anteceden-

tes referidos, enfoques de gestión y los elementos externos de la organización, por ser estos cada vez más versátiles, llevando a procesos y capacidad de adaptarse a los cambios, accediendo a formas que potencie y posibiliten el trabajo cotidiano, todo ello a través del incremento del capital intelectual de las organizaciones.

En el mismo orden, las redes de conocimiento, constituyen la máxima expresión del individuo en su rol de productor de conocimientos y su implícita ne- cesidad de intercambiar y socializar lo que aprende y lo que crea, a partir de la interacción social dentro de una plataforma tecnológica y un contexto muy particular. Se centran en el diálogo, la construcción y difusión de saberes que se intercambian a través de vínculos aportando y compartiendo conocimien- tos conectado en un colectivo (sabiduría colectiva) de experiencias y perspectivas múltiples


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Beer, M. (2016). Sistema de gestión del conoci- miento. Thompson. Madrid.

Grados, L. (2010). Gerencia del Conocimientos. Colombia. Editorial McGraw-Hill. Interamericana.

Gutiérrez, J. M. y Reyes, L. (2018). Construyendo una cultura de investigación estudiantil universita- ria. Revista Venezolana de Gerencia (RVG), Año. 23, Edición Especial No. 1, 441 – 444.

Reyes, L. y Aular, J. (2018). Redes de Investigación para la Gerencia del Conocimiento. Una década de liderazgo estudiantil. Venezuela: Serbiluz, Uni- versidad del Zulia.


Dalia Castro

Universidad del Zulia