Revista de Ciencias Sociales (RCS)

Vol. XXX, Número Especial 9, enero/junio 2024. pp. 35-45

FCES - LUZ ● ISSN: 1315-9518 ● ISSN-E: 2477-9431

 

Como citar: González, G. A., Martínez, L. E., Verdecía, L. J., y Moya, Á. M. (2024). Fomento de cultura investigativa universitaria a través de la gerencia estratégica de la investigación. Revista De Ciencias Sociales, XXX(Número Especial 9), 35-45.

 

Fomento de cultura investigativa universitaria a través de la gerencia estratégica de la investigación

 

González Roys, Gustavo Adolfo*

Martínez Arredondo, Leonardo Enrique**

Verdecía Miranda, Luis José***

Moya Rodríguez, Ángela María****

 

Resumen

 

La investigación tiene por objetivo confrontar los mecanismos para el fomento de la cultura investigativa en las universidades, utilizando la planificación estratégica como herramienta de gestión. Se trata de una investigación de tipo documental-propositiva, donde el documento considera la relación entre la promoción de investigación y gestión, mostrando inicialmente el estado actual de las universidades –con énfasis en América Latina- para luego presentar las bases conceptuales de la investigación como proceso cultural abierto y, finalmente, presentar los fundamentos de la gestión mediante gerencia estratégica. Los resultados valorados permiten establecer que el fomento de una cultura investigativa, deberá estar sustentada firmemente en la generación de una política, cuyo eje curricular central sea la investigación, donde la participación de los stakeholders internos y externos sea incluyente e intensiva. De acuerdo con lo anterior, las relaciones interdependientes estarán sustentadas por la funcionalidad organizativa, la co-responsabilidad, la calidad en la generación del conocimiento y administración bajo pensamiento estratégico futurista. Estos principios rectores serán soportados por redes virtuales y presenciales de avanzada tecnología, que permitan la participación, comunicación y delegación horizontal y la difusión universal del conocimiento.     

 

Palabras clave: Cultura investigativa; gestión estratégica; generación de conocimientos; universidad; avances científico-tecnológicos.

 

 

Promotion of university research culture through strategic research management

 

Abstract

 

The research aims to confront the mechanisms for promoting research culture in universities, using strategic planning as a management tool. It is a documentary- propositional type of research, where the document considers the relationship between the promotion of research and management, initially showing the current state of universities - with emphasis on Latin America - and then presenting the conceptual bases of the research as open cultural process and, finally, present the foundations of management through strategic management. The assessed results allow us to establish that the promotion of a research culture must be firmly supported by the generation of a policy, whose central curricular axis is research, where the participation of internal and external stakeholders is inclusive and intensive. According to the above, interdependent relationships will be supported by organizational functionality, co-responsibility, quality in the generation of knowledge and administration under futuristic strategic thinking. These guiding principles will be supported by virtual and in-person networks of advanced technology, which allow participation, communication and horizontal delegation and the universal dissemination of knowledge.

 

Keywords: Investigative culture; strategic management; knowledge generation; university; scientific-technological advances.

 

 

Introducción

Uno de los problemas recurrentes y concurrentes en los centros de investigación de las universidades latinoamericanas, es el poco abordaje a los temas controversiales como objetivo de investigación y desarrollo (I+D) (Gómez, 2020), adicionalmente son muy pocas las universidades que por oficio académico mantienen la investigación como arraigo cultural formal, lo que se traduce en poca producción científica, tecnológica e innovación, en fin, poca calidad en general (Cervantes, Bermúdez y Pulido, 2019). No obstante, a nivel global estudios recientes realizado por Huang y Teo (2020), han demostrado que la presencia de una política clara y contundente ha jugado un rol de primera línea sobre la calidad, participación y uso de tecnologías en proyectos de investigación.

En general una situación relevante se suma a las variables expuestas, debido a las repentinas transformaciones sociales que ocurren en el campo de la globalización, que provocan trastornos de carácter económico, político y ambiental; por otra parte, avances acelerados en las tecnologías de información y búsqueda, requieren que el conocimiento y la investigación sean gestionadas desde diferentes paradigmas, para superar los modelos tradicionales de planificación (Chávez y Martínez, 2021).

Por ello, se propone que las organizaciones e instituciones sean gestionadas desde el enfoque de la gerencia estratégica, que proponga el uso de las perspectivas integradoras de generación de constructos de conocimientos (González y Martínez, 2014), con sus correspondientes variantes locales aplicables para los centros de investigación y universidades.

En virtud que, la gestión estratégica aplicada a las organizaciones da respuesta a la dinámica social, economica y política desde un enfoque de pensamiento futuro (Gutiérrez et al., 2021), este articulo procura como objetivo hacer uso de la gestión y planificación estratégica como mecanismo para recrear la promoción de una cultura de investigación que universalmente involucre a los grupos de interés, tanto internos como externos al entorno universitario, basados en la tétrada docente-investigación-estudiante-comunidad. Para ejecutar la investigación, se utilizó como metodología el análisis documental del fenómeno y variables estudiadas con valoración hermenéutica de publicaciones y artículos científicos referidos al tema tratado. 

 

1. Reseña sobre investigación en universidades

La investigación en universidades es considerada como un proceso curricular que permite, por un lado, la construcción de nuevos conocimientos o ampliación de este con el fin de crear intereses científicos, tecnológicos, humanísticos o sociales para el desarrollo de la sociedad y, por otro lado, permite preparar a los grupos de interés afín o stakeholders –bien sea docentes, estudiantes, comunidad- para el desarrollo académico y productivo.  Por ello, la función de la universidad es una realidad compleja y difícil de abordar (Ruiz-Corbella y López-Gómez, 2019), puesto que, la misma está inserta en un entorno cultural y mercantil globalizado donde surgen constantes y permanentes cambios.

De acuerdo con Charris, Orozco y Torres (2022), los cambios acelerados han traído desarrollo tecnológico-industrial, mayor al que ha sido generado en la investigación universitaria. En otras palabras, las universidades no han ido al ritmo deseado en el avance tecnológico; es decir, la universidad se está quedando rezagada con respecto a lo ocurrido en el contexto global.

Dentro de este marco conceptual la investigación y la academia desde la educación superior requiere de una interpretación filosófica de sus funciones, que permita comprender la complejidad del acto investigativo y educativo, desde un enfoque ontológico, epistemológico y metodológico (García et al., 2022), que promuevan soluciones necesarias para satisfacer las reales necesidades humanas.

Es importante destacar, que la cultura investigativa en una universidad, está cimentada por la calidad académica, formación investigativa del docente y estudiante, el número de postgrados, intercambios internacionales, el extensionismo, la vinculación con las comunidades y acuerdos con el sector productivo; es decir, se vincula a relaciones intra y extrainstitucionales (Alfonzo y Villegas, 2017). Por lo menos en Latinoamérica y el Caribe, se han observado procesos y justificaciones investigativas de tipo teórico, práctico, por conveniencia o solo metodológicos, más que justificaciones sociales, económicas y técnicas (Fernández-Bedoya, 2020). Esta condición inhibe la generación de una cultura investigativa de interés común en el entorno universitario.

La tendencia en general a nivel global, indica que la investigación en las Instituciones de Educación Superior (IES), está supeditada al dominio político, tecnológico y económico de las naciones, también a los grupos de poder, por lo que la generación de conocimiento se ha mantenido elitista, dominada por la complejidad, la ideología y el dominio territorial o geopolítico (Lavanderos, 2022). En un estudio documental realizado por Bernate y Vargas (2020), sobre las tendencias y desafíos de los sistemas educativos universitarios en Latinoamérica, concluyeron que, el sistema investigativo está evolucionando con el uso de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) y el pensamiento computacional; sin embargo, también expresan que un número importante de IES no contemplan en su currículo contenidos de programación informática.

En el contexto actual, la investigación y construcción de conocimiento en la universidad parece indicar una clara fragmentación de la realidad social, puesto que, durante el hecho investigativo existe poca vinculación entre la práxis social y el sujeto investigado, no existe una convicción axiológica, ni ética en relacionar las necesidades comunitarias, la sustentabilidad con el objeto investigado (Torres y Cobo, 2022). Existen dos visiones de fomento de la cultura investigativa universitaria, una relacionada, para que el conocimiento creado pueda ser comercializado y reproducido; la otra, desde un enfoque que atienda las exigencias sociales de lo público (Orellana-Navarrete, Tenorio y Abad, 2022). Ambas forman parte de la generación de comportamientos culturales, puesto que, recrean conductas asociadas a la generación de lo nuevo.

La globalización ha traído consigo las economías basadas en la generación de conocimientos, donde las IES juegan un rol de primera línea; por este motivo, las universidades europeas y norteamericanas han articulado sus perfiles, adaptándolos a mandatos emprendedores y comprometidos con la sociedad, tal mecanismo comienza a observarse en África (Bekele y Ofoyuru, 2021), y América Latina, con la creación de redes de articulación y asociaciones conjuntas. Con las transformaciones sociales constantes es necesario realizar neurogestión de la investigación y del desarrollo tecnológico, es pensar con posiciones mentales y psicológicas para mejorar el desempeño ante la realidad social cambiante (Monzón et al., 2022).

La Responsabilidad Social Universitaria (RSU) recae, en gran parte en la investigación que se genere, de allí, que la cultura investigativa se encuentre signada por la interrelación existente entre ciencia, universidad y sociedad, que propicie el desarrollo humano mediante la práctica colectiva de los stakeholders (Chávez et al., 2023). Esta práctica educativa universitaria, se logra con la investigación formativa, en otras palabras, la formación en y para la investigación (Turpo-Gebera et al., 2020). Complementariamente, la vía para concretar el pensamiento crítico de los estudiantes y docentes es, la investigación (Cangalaya, 2020); por tanto, este debe ser el eje central del currículo universitario.

En acuerdo con lo anterior, la investigación desempeña un papel esencial dentro de las universidades, en tanto propicia el avance del conocimiento, la universalización del saber, la formación estudiantil, el desarrollo de competencias, como elementos centrales para el progreso social actual. Por esta razón, la investigación universitaria se consolida en la formulación de nuevas investigaciones, tecnologías, al abordar problemas sociales desde diversas ópticas del saber, convirtiéndose en un espacio interdisciplinario de actuación social.

Como tal, presenta una serie de desafíos, pero también condiciona el rumbo de América Latina, al llevar el peso de liderar la investigación científica, la formación profesional y la continua actualización docente. La investigación universitaria es generadora de oportunidades, estimulando el crecimiento regional, impactando positivamente la sociedad.

 

2. La investigación como proceso cultural abierto

La práctica de la investigación universitaria como proceso abierto requiere del extensionismo universitario, como función esencial para el logro de la pertinencia social –componente de la culturalización educativa- puesto que, integra los avances académicos en docencia e investigación y a su vez compartiéndolos con la sociedad (Cedeño, 2012). A modo de ejemplo, una interrelación que ha contribuido con la eficiencia de sistemas investigativos abiertos son los recientes estudios científicos de ciencias sociales de la energía, que estudia los nexos entre la ciencia, la tecnología y la sociedad, estos han acelerado el interés de la gente en los temas de energía y clima (Hess y Sovacoolb, 2020), con énfasis en ahorros energéticos y lucha contra el cambio climático.

Un aspecto importante en la creación de espacios científicos con tradición cultural es la producción científica, en número y calidad del conocimiento. La academia universitaria –por lo menos en América Latina- ancla el conocimiento nuevo generado a través de la investigación como un bien común (Deroy, 2022). Un elemento adicional que permite un proceso investigativo abierto en universidades que tributará a crear una cultura investigativa, es la metodología de investigación. En este sentido, la metodología acción-participación procura la acción colectiva de los stakeholders, promoviendo el desarrollo profesional de todos los actores, además que se presta para la creación de redes para la investigación y gestión del conocimiento (Rodelo et al., 2021).

Otro elemento de importancia trascendental es la comunicación del conocimiento, puesto que favorece el acceso, apropiación y uso de los resultados investigativos (Vallejo, 2023). La ciencia abierta es un rol de impacto en la actualidad, dentro de esta aseveración las revistas indexadas y su carácter de «Open Access» tienen relevancia especial. Existen canales formales e informales de difusión del conocimiento científico, los formales, revistas y libros publicados; mientras que, cuando se hace referencia a sistemas, es la práctica docente oral, las conferencias en congresos, comunicaciones personales entre científicos y comunidades organizadas (Deroy, 2022), en general la comunicación científica es tan importante como la investigación misma.

Para generar una cultura que propicie la difusión del conocimiento científico obtenido de investigaciones e innovaciones, es necesario eliminar las barreras que cada vez se interponen entre el lector y el artículo científico. Unas de estas barreras están representadas por los costos asociados a las publicaciones, costos de acceso al artículo y las políticas de gestión, así como restricciones de algunas editoriales (Melero, 2005). Aunque no todo está en contra de la difusión del conocimiento, en estudios bibliométrico realizados en Colombia por Pallares et al. (2022), se muestra una tendencia al aumento progresivo del número de publicaciones científicas en los últimos 10 años en la modalidad Open Access, que han propiciado espacios de lectura y reproducción del conocimiento científico, mejorando los indicadores de masificación.

Crear una cultura que fomente la investigación científica y tecnológica en las universidades es tarea a largo plazo, es necesario crear semilleros de investigación desde los niveles bajos de la educación, donde el proyecto investigativo sea el eje central del currículo. Estos semilleros procuraran crear escenarios conductuales de espíritu de investigación e indagación como forma de ser del individuo en formación (Gómez-Cano, Sánchez-Castillo y Estrada-Cely, 2022). Es necesario crear ecosistemas culturales investigativos que vinculen el potencial humano con lo científico, tecnológico y con la proclividad a innovar (Echeverría y Martínez, 2021). Solo así se formará el talento necesario como elemento de la sociedad que procurará la construcción del conocimiento nuevo, productivo y sostenible.

En el proceso de mundialización que se observa a partir de las últimas cuatro décadas, la ciencia y la tecnología emergen como pilares fundamentales para el logro social que beneficie al entorno ambiental (Leyva, Estupiñán y Batista, 2022). Urge, por lo tanto, deconstruir el enfoque funcionalista y mercantilista de la investigación, devolviendo el carácter social de sus resultados. Esto se logra creando una cultura de participación que fomente los modelos de comunicación horizontales en las universidades, donde la jerarquía facilite el intercambio de ideas para la creación, expresar experiencias, así como trabajar colaborativamente (Aparici y Osuna, 2013), donde la estructura participativa estará signada por la tétrada docente-investigación-estudiante-comunidad.

La conjugación de estos elementos influye dentro de la sociedad, al asumir una posición crítica con respecto al conocimiento, que no se limita a lo generado internamente en las instituciones de educación superior, sino que trasciende a los espacios sociales, a los problemas tangibles, convirtiéndose en fuente de debate y de deliberación permanente. Análogamente, procura la inclusión, que la investigación no sea un proceso selectivo, sino interdisciplinario, sujeto a la interpelación de los actores universitarios y de la comunidad, que se lleve a cabo con transparencia, procurando el impacto social, el bienestar humano y la difusión del saber, haciendo del conocimiento accesible para todos.

 

3. Gerencia estratégica y promoción de la investigación

La gestión de la investigación en la universidad es uno de los procesos medulares que apoya el crecimiento y el fomento de la generación del conocimiento en construcción, puesto que, permite la permanencia en el tiempo con estándares de calidad en los resultados, además el uso de la planificación estratégica moderna en la infraestructura investigativa, adiciona valor a la variable calificación científica universitaria (Abusharekh et al., 2020).

En el mismo orden de ideas, si las universidades desean incorporar programas de fomento de la investigación, han de reconocer el entorno económico nacional y global para incorporar los procesos de gestión ante las nuevas realidades, como: Mercadeo, promoción, competitividad y relación con los stakeholders, a fin de reducir costos asociados en los proyectos de investigación (Cárdenas-Mora, 2011).

La gerencia estratégica es de gran relevancia institucional, puesto que, define, encausa y direcciona los objetivos planteados, a decir de González et al. (2019), plantea la formación de pensamiento crítico y estratégico de los accionantes, permitiendo cambiar los modelos mentales en aras de la productividad. Independientemente del carácter público o privado de una universidad, ya se ha institucionalizado en muchos países desarrollados, que la planificación estratégica es un mecanismo efectivo de avance en la investigación (Bryson, Hamilton y Van Slyke, 2018). Matus (2020), en su obra sobre planificación estratégica expresa el carácter situacional, reflexivo, social y complejo de la gestión pública, de allí la pertinencia de la gestión estratégica de la investigación en universidades públicas.

Es deber de la universidad actual, diseñar y ejecutar proyectos de investigación con intervención de grupos de interés, involucrar a empresas, organizaciones y comunidades en proyectos estratégicos de interés social (Pastor, 2022), a fin de solucionar situaciones planteadas; y transversalmente, fomentar una cultura investigativa con los stakeholders, para ello, se requiere una planificación estratégica diseñada por los agentes implicados. De la misma manera, Fernández (2018), concibe la planeación estratégica como la gerencia de la adaptación en los procesos de gestión, para volverlo competitivo y eficaz, condición muy apropiada para la investigación con pertinencia social.

De los elementos descritos parte el pensamiento estratégico propio de la gerencia estratégica, puesto que, constantemente, se visionan amenazas y oportunidades que permiten elaborar estrategias para afrontar la incertidumbre del entorno, tratando de minimizar impactos en el proceso (García et al., 2023). En un estudio realizado por Valbuena et al. (2012), se demostró una relación proporcional entre la gerencia estratégica y los conflictos en instituciones educativas, a medida que aumentaban los procesos de gestión, disminuían los conflictos entre individuos, condición que es muy frecuente cuando las universidades se interrelacionan con las comunidades.

Pero no solo las comunidades o los stakeholders externos son los únicos actores intervinientes en los procesos investigativos, los propios docentes y estudiantes son actores de primer orden a vencer si se desea fomentar una cultura investigativa a través de la gerencia estratégica. Los incentivos como el reconocimiento, la aceptación, la jerarquización horizontal y los de carácter económico, son factores de la gerencia estratégica que promueven el acercamiento de estudiantes y docentes (Suárez-Amaya, Rodríguez-Altamirano y Ganga, 2022), en consecuencia, son potenciales participantes en proyectos de investigación.

Las universidades están sumergidas en ambientes cambiantes, competitivos y diferenciados, siendo parte de una dinámica muy variable (Yáñez-Jara et al., 2022), esto justifica la aplicación de las técnicas de gestión estratégica en sus procesos. Para implementar la gestión estratégica en los centros de investigación universitario se requiere que toda la institución sea administrada estratégicamente, es decir, crear un Sistema de Dirección Estratégica Universitaria (SDEU), donde la planeación estratégica se sustente en tres etapas: Formulación, implementación y evaluación de estrategias (Aguilar, 2020).

Adicionalmente, si se desea una vinculación masiva de los stakeholder académicos, se tendrá que contar con un Sistema de Información Estratégico (SIE) en las instituciones para mejorar la eficiencia del trabajo, de la gestión y la ventaja competitiva integral (Irfan et al., 2018), que proporcione soporte tecnológico a una cultura investigativa.

Los planes y proyectos de investigación administrados bajo el esquema de planificaciones estratégica, estarán signados por la participación, coordinación y concertación, que tributen a la eficacia de los sistemas integrales educativos, puesto que, desde una visión integral la investigación es parte de la cadena de valor en los procesos de planificación académica (Romero, 2016).

En este sentido, los proyectos investigativos inmersos en los planes estratégicos estarán bien identificados, seguidos y controlados por indicadores de gestión, solo así se garantiza el éxito en la calidad de los resultados de la investigación (Rodríguez, 2014). Estos indicadores deberán estar alineados con la difusión del conocimiento generado, que aporte a crear una cultura investigativa en los grupos de interés.

El pilar fundamental de la culturalización de la investigación universitaria es el acceso universal a la participación y a la difusión de los resultados. Estas premisas estarán definidas en las políticas centrales oficiales emanadas de los entes rectores; por otra parte, se debe conformar un cuerpo académico con altos grados de preparación investigativa para generar elevada producción científica (Suárez-Amaya, Díaz-Barrios y Pereira, 2021).

También es fundamental establecer la filosofía y la cultura investigativa en el estudiante como una forma que rija los procesos académicos de su formación (Vélez, Aragón y Rodríguez, 2022), que reflejen una relación significativa entre la cultura investigativa del docente-estudiante y la producción científica.

En síntesis, la gestión estratégica da un peso importante a la toma de decisiones, a la prosecución hacia objetivos organizacionales, centrándose en la investigación como elemento esencial para el desarrollo de la sociedad. Por esta razón, la interacción de los docentes, estudiantes y comunidad en general en la investigación, conduce al descubrimiento de nuevos saberes, a la innovación tecnológica, a brindar soluciones a problemas reales y tangibles, a suscitar políticas específicas de apoyo a la investigación, a la inclusión y difusión del conocimiento. Mediante la ejecución y ejercicio de tareas específicas, la gestión estratégica impulsa la investigación, en beneficio de la colectividad.

 

Conclusiones                                                                                                         

Para generar una cultura investigativa en la educación superior, se hace necesario la intervención de la política educativa, donde la investigación sea eje central del currículo, cuya operacionalización se sustentará por una dinámica administrada mediante planificación estratégica de la gestión del conocimiento a partir de una estructura organizativa en redes, con apoyo de la tecnología virtual que involucre stakeholders internos y externos, es así como la relación de interdependencia entre comunidad-universidad, universidad-investigación, práctica docente-investigación y universidad-TIC interactuarán para fomentar la promoción del conocimiento, generando un ambiente presencial y virtual que fomente la participación universal de todos en la investigación  

La promoción de una cultura investigativa en las universidades –debido a su naturaleza organizacional compleja y cambiante- no debe situarse en el campo de la gestión vertical, altamente excluyente, puesto que, esto traería inconvenientes en la participación de los grupos de interés, más bien la gestión estará signada por modelos de delegación horizontal, que sean colaborativos, capaces de generar intercambio de ideas. Tanto la participación, como la generación y la difusión del conocimiento científico y tecnológico en la universidad, debe ser una función expresa de los principios de la interdependencia, como: La co-responsabilidad, funcionalidad, calidad, anticipación mediante el pensamiento estratégico, y el carácter situacional de las necesidades de investigación.

Esta investigación presenta un aporte crítico sobre la cultura investigativa y la gestión estratégica. Destaca la importancia de la promoción de la investigación a corto, mediano y largo plazo, articulándose a las políticas internas de cada institución de educación superior. Asimismo, hace énfasis en la inclusión, al involucrar a los stakeholders internos y externos, como medio para ampliar la cultura investigativa, la incorporación de nuevas tecnologías, la actualización de los aprendizajes, entre otros aspectos.

Entre sus limitaciones se presentan las resistencias al cambio, las limitaciones epistémicas y económicas, las estructuras organizativas obsoletas, la dependencia a patrones estructurales y codificaciones organizativas resistentes al cambio, entre otros elementos.

Finalmente, si bien no se espera ofrecer una conclusión definitiva sobre el tema, se plantea las oportunidades de generar nuevas líneas de investigación articuladas a las políticas educativas, a la evaluación tecnológica, la formación docente, a la medición del impacto de la gerencia estratégica, mediante el trabajo abierto, inter y transdisciplinar.

 

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* Doctorante en Gerencia y Políticas Educativas en la Universidad de Baja California UBC, México. Magister en Gerencia de Proyectos de Investigación y Desarrollo. Ingeniero Agroindustrial. Docente e Investigador en la Universidad Popular del Cesar, Valledupar, Colombia y en la Universidad Mariana, Valledupar, Colombia. E-mail: gustavogonzalez@unicesar.edu.co ORCID: https://orcid.org/0000-0001-5274-8182

 

** Doctor en Ciencias de la Educación. Magister en Enseñanza de la Química. Especialista en Pedagogía Ambiental. Licenciado en Ciencias de la Educación Química y Biología. Docente e Investigador en la Universidad Popular del Cesar, Valledupar, Colombia. E-mail: leonardomartinez@unicesar.edu.co ORCID: https://orcid.org/0000-0002-9285-3320

 

*** Doctor en Ciencias Gerenciales. Magister en Administración de los Recursos Humanos. Administrador de Empresas. Docente e Investigador adscrito al Programa de Administración de Empresas en la Universidad Popular del Cesar, Valledupar, Colombia. E-mail: luisverdecia@unicesar.edu.co ORCID: https://orcid.org/0000-0002-9723-2021

 

**** Magister en Pedagogía. Licenciada en Arte, Folclor y Cultura. Docente e Investigadora en la Universidad Popular del Cesar, Valledupar, Colombia. Fundadora de la Institución Educativa “Jardín Infantil Gabush”, Valledupar, Colombia. E-mail: angelamoya@unicesar.edu.co ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5068-2500

 

Recibido: 2023-12-19                · Aceptado: 2024-03-07