Revista de Ciencias Sociales (RCS)
Vol. XXVIII, No. 4, octubre - diciembre 2022. pp. 230-244
FCES - LUZ ● ISSN: 1315-9518 ● ISSN-E: 2477-9431
Como citar APA: Romero, J., Gutiérrez, J. M., Barrios, J.
R., y Núñez, O. A. (2022). Financiamiento de micro y pequeñas empresas
familiares del sector confección de Barranquilla – Colombia. Revista de
Ciencias Sociales (Ve), XXVIII(4), 230-244
Financiamiento de micro y pequeñas empresas familiares
del sector confección de Barranquilla – Colombia
Romero Borre, Jenny*
Gutiérrez
Silva, José Manuel**
Barrios Barrios, Jaime Rafael***
Núñez
Sarmiento, Oscar Alberto****
Resumen
El
financiamiento constituye un factor clave para la consolidación de planes en
empresas, pero su acceso muchas veces es restringido y costoso, sobre todo para
entidades de menor tamaño. Este artículo analiza el financiamiento de las micro
y pequeñas empresas familiares del sector confección del suroriente de
Barranquilla-Colombia. Para ello, se empleó un estudio descriptivo, no
experimental de campo. La población estuvo conformada por 122 entidades
afiliadas a la Cámara de Comercio de Barranquilla, aplicando un cuestionario de
27 items a todos los propietarios o administradores,
quedando como respuestas válidas las de 93 empresas. Los resultados develan
que: 86,7% de las entidades tiene menos de 10 años operando, estando en manos
de la primera generación familiar; a corto plazo el 37,8% del sector utiliza
recursos propios para financiarse (ahorros o reinversión de utilidades) y 33,3%
préstamos externos (familiares, amigos y de tipo informal); a largo plazo el
22,2% se financia nuevamente con recursos propios, préstamos externos y
bancarios, descartando la emisión de acciones, bonos y arrendamiento. Se
concluye, que estas empresas son nuevas en el mercado, con problemas de
supervivencia y expansión por falta de recursos, que deben plantearse
estrategias para financiar el desarrollo de operaciones y motorizar su
crecimiento.
Palabras clave: Financiamiento; empresas familiares; sector
confección; préstamos informales; crédito bancario.
* Doctora en Ciencias
Humanas. Magíster en Gerencia de Empresas, mención Finanzas. Economista.
Docente e Investigadora adscrita a la Facultad de Ciencias Económicas en la
Universidad de la Costa, Barranquilla, Colombia y al Instituto de
Investigaciones “Econ. Dionisio Carruyo” de la
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad del Zulia,
Maracaibo, Venezuela. E-mail: jennyfrb@yahoo.com
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-0457-6467
** Magister en Gerencia Pública. Economista. Docente -
Investigador adscrito al Instituto de Investigaciones “Econ. Dionisio Carruyo” de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales
en la Universidad del Zulia, Maracaibo, Venezuela. E-mail: jmgsilva30@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0001-9929-0172
*** Magíster en Administración de Empresas de la
Universidad de la Costa. Adscrito al Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, Barranquilla,
Colombia. E-mail: jbarrios66@cuc.edu.co ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4982-8824
**** Magíster en Administración de Empresas. Licenciado
en Administración de Empresas. Docente en la Universidad de la Costa, Barranquilla,
Colombia. E-mail: onunez@cuc.edu.co ORCID: https://orcid.org/0000-0002-9018-6704
Recibido: 2022-05-19 · Aceptado: 2022-08-07
Financing of micro and small family businesses in the clothing sector of Barranquilla - Colombia
Abstract
Financing is a key factor for the consolidation of plans in companies, but its access is often restricted and expensive, especially for smaller entities. This article analyzes the financing of micro and small family businesses in the garment sector in the southeast of Barranquilla-Colombia. For this, a descriptive, non-experimental field study was used. The population was made up of 122 entities affiliated with the Barranquilla Chamber of Commerce, applying a 27-item questionnaire to all owners or managers, leaving 93 companies as valid responses. The results reveal that: 86.7% of the entities have been operating for less than 10 years, being in the hands of the first family generation; in the short term, 37.8% of the sector uses its own resources to finance itself (savings or reinvestment of profits) and 33.3% external loans (relatives, friends and informal type); in the long term, 22.2% is financed again with its own resources, external and bank loans, ruling out the issuance of shares, bonds and leases. It is concluded that these companies are new to the market, with problems of survival and expansion due to lack of resources, that strategies must be considered to finance the development of operations and motorize their growth.
Keywords: Financing; family businesses; garment sector; informal loans; bank credit.
Introducción
En
Colombia, las empresas familiares están presentes en todos los sectores de la
economía, siendo un motor esencial para el sistema económico colombiano, por
contar con el mayor número de unidades organizacionales, según Sukier et al. (2018). No obstante, su permanencia en el
mercado se reduce a la mitad en los primeros cinco años de su creación, debido
a problemas financieros como acceso a créditos o financiamiento, entre otros
inconvenientes que las induce a un estado de sobrevivencia, haciéndolas
susceptibles a perecer o limitar su crecimiento, sobre todo en el caso de las
micro y pequeñas empresas de acuerdo con Rodelo et
al. (2020).
En el
caso de Barranquilla, siguiendo a Navarro-Caballero et al. (2020) las empresas
de familia se enfrentan cada día a un panorama competitivo en el cual la
innovación y el financiamiento constituyen factores clave para la consolidación
de sus planes en el mercado, su productividad y prosperidad. No obstante,
presentan problemas con sus estructuras organizativas, debilidades en los
procesos administrativos y en el apalancamiento financiero, poca visión de
crecimiento a largo plazo, limitaciones en el uso de plataformas digitales,
entre otros inconvenientes que las aleja de la
estabilidad empresarial.
Específicamente,
en el sector confección de Barranquilla, con más de 100 años de historia
industrial y catalogado como el gran empleador de la economía en la opinión de Jaimes, Luzardo y Rojas (2018), ha venido funcionando con
problemas de diversos tipos, entre los que destacan: Ausencia de registros
financieros, altas tarifas arancelarias, competencia desigual, debilidades en
la administración, falta de créditos para suplir las necesidades de capital de
trabajo, decaimiento de la productividad laboral y falta de inversión en
materia prima. Aunado a las bajas ventas y paralización de la producción que
presentan por la pandemia COVID-19, que golpea la rentabilidad de estas
entidades.
A esto
se suman, los problemas característicos de las empresas familiares ligados a la
vinculación familia – empresa, problemas de traspaso a otra generación, la
profesionalización, política de recursos humanos, el control, la desmotivación
de algunos miembros de la familia por el negocio, incremento de los costos de
la materia prima, falta de promoción y publicidad de los productos que se
fabrican, entre otros, que han impactado en la productividad y rentabilidad de
las empresas.
Tal
panorama, lleva a que estas organizaciones se aboquen a formular estrategias
que faciliten el acceso a otras formas de administración y diferentes fuentes
de financiamiento, con la finalidad de lograr sus objetivos financieros y tomar
decisiones que le ayuden a crecer y consolidarse, aun en momentos de
incertidumbre. Por ello, esta investigación se orienta a analizar el
financiamiento de las micro y pequeñas empresas de familia del sector
confección del suroriente de Barranquilla (Departamento del Atlántico) en
Colombia.
1.
Fundamentación teórica
1.1.
Algunas consideraciones sobre el financiamiento de empresas
Para Boscán y Molina (2020), el financiamiento consiste en
proporcionar recursos para la puesta en marcha, desarrollo y gestión de todo
proyecto económico. Dichos recursos deben ser recuperados durante un plazo
establecido y retribuidos a un tipo de interés fijo o variable. Cada fuente de
financiamiento puede perseguir distintos objetivos, por lo que las metas y los
retornos esperados a su inversión también serán distintos.
Ruíz y
Puértolas (2013), afirman que la naturaleza de la inversión determina el tipo
de financiación a utilizar. Por ejemplo, un préstamo a corto plazo no se puede
utilizar para financiar una operación de inversión cuando esta no genera la
suficiente liquidez para pagar el crédito. Por otra parte, tampoco es
aconsejado utilizar una financiación a largo plazo, cuando la operación de
inversión no puede liquidarse antes de la finalización del préstamo, por lo
que, se debe recurrir a una ampliación del capital social.
De
este modo, cada decisión de inversión lleva implícita una decisión de financiamiento,
no pueden tomarse de manera independiente. Se debe considerar que la
rentabilidad esperada de una inversión siempre deberá ser superior al coste de
su financiación según Boscán y Sandrea
(2009). Es así, como las decisiones financieras están relacionadas con el
origen de los recursos que la empresa destina para el desarrollo de sus
actividades. En función de su origen, estos recursos pueden clasificarse como
recursos propios (patrimonio neto), o recursos ajenos (pasivo, exigible o
endeudamiento).
Al
respecto, García (2016) manifiesta que la financiación propia tiene un costo
superior al de la financiación ajena, pero mejora la solvencia de la empresa.
Asimismo, indica que la financiación ajena a largo plazo suele tener un costo
superior a la financiación ajena a corto plazo, pero proporciona una mayor
solvencia, puesto que dichos recursos permanecerán durante un mayor tiempo en
la empresa, es decir, su plazo de amortización es mayor.
Por
otra parte, se debe considerar entre las decisiones, contar con varias
alternativas de financiamiento. El decisor no puede basarse en un único
criterio, sino que debe analizar los efectos que las distintas alternativas
tendrán sobre la situación interna de la empresa y en qué medida estos efectos
están alineados con la estrategia global de la empresa dada la opinión de Logreira-Vargas et al. (2018); siendo importante, por lo
tanto, como lo señalan Romero y Zabala (2018), una planificación estratégica
financiera. Por ello, se debe tener en cuenta qué se requiere financiar, cuánto
es el valor para financiar, cómo se requiere financiar, y finalmente, quién o
quiénes pueden ser la fuente de financiación.
En
otras palabras, el financiamiento consiste en abastecer de recursos financieros
a una empresa, permitiéndole al empresario conseguir el capital necesario para
llevar a cabo sus operaciones y así mejorar la situación del negocio. Dentro de
este contexto, para que una empresa pueda permanecer operando en el largo plazo
es necesario que logre financiar sus actividades habituales.
1.2.
Algunas características predominantes de las empresas familiares
En el
devenir histórico, las empresas familiares han constituido la forma de
organización empresarial más antigua, siendo la base de los procesos de
desarrollo que suceden a las grandes crisis estructurales, pues las primeras
formas de organización de la actividad comercial e industrial constituyeron una
extensión del sistema familiar. En la actualidad, estas entidades cobran mayor
preeminencia, su sustancial contribución en la generación de producto, empleo e
ingreso las convierten en pilar de progreso y bienestar de acuerdo con Quejada
y Ávila (2016).
Cabe
señalar, que su estructura es heterogénea, hallándose establecimientos con un
elevado grado de avance organizacional, tecnológico y financiero, así como
empresas con escaso desarrollo. Desde el punto de vista del tamaño, agrupa a la
micro, pequeña, mediana y gran empresa, que se han fortalecido a lo largo de
los años, al punto de constituir más del 40% de las empresas en el mundo,
siguiendo a Romero y Hernández (2014).
En el
caso del continente europeo, Gómez-Betancourt, Betancourt y Zapata (2012)
afirman que cuentan con una relevancia considerable, por ejemplo, en Alemania
constituyen el 82% de las empresas, en Italia (75%), en España (71%), y en
Francia (60,5%). En Estados Unidos, el porcentaje de empresas familiares
asciende al 90% y en China representan un 90% de la empresa privada del país.
Para el caso colombiano, las empresas familiares representan aproximadamente el
69,5% del tejido empresarial según Alcalá (2011).
Estas
empresas mantienen la orientación hacia el largo plazo y una mayor
independencia de acción. Asimismo, consideran en opinión de Acosta et al.
(2019) la cultura de la familia como fuente de orgullo, la estabilidad, las
relaciones de afecto, compromiso de sus miembros, flexibilidad en el trabajo,
el tiempo y el dinero, mayor adaptación en tiempos de crisis y disposición a
reinvertir los beneficios.
No
obstante, enfrentan inconvenientes relacionados a la organización y
capacitación gerencial; delegación de poder; toma de decisiones compartidas;
solución de problemas y manejo de conflictos; confección del plan de negocios;
criterios de selección y remuneración de familiares, así como no familiares;
cumplimiento del plan de sucesión; dificultades en la distribución de
dividendos; entre otros problemas. Debiendo adoptar una estructura empresarial
más sólida y aplicar herramientas gerenciales que faciliten su desempeño
organizacional, y al mismo tiempo, les permitan aumentar su nivel de
productividad.
2.
Metodología
Esta
investigación utiliza un tipo de estudio descriptivo, con un diseño de
investigación no experimental de campo, transversal. Teniendo como población a
las micro y pequeñas empresas del sector confección de la zona suroriental de
Barranquilla (Departamento del Atlántico) en Colombia, afiliadas a la Cámara de
Comercio de Barranquilla para el año 2020. En total estas unidades económicas
suman 122 establecimientos, considerándose una población finita y accesible.
Por lo
que se decidió tomar cada uno de los elementos del marco muestral
(censo) para aplicar a los diferentes propietarios o administradores de las
micro y pequeñas empresas familiares de la confección, un cuestionario
compuesto por 27 ítems con respuestas de
selección simple. Finalmente, fueron admitidas como válidas 93 respuestas de
los empresarios, puesto que algunas resultaron defectuosas y otras no
respondieron el cuestionario (aplicado entre diciembre 2020 y febrero 2021). El
resultado del análisis estadístico de Alfa de Cronbach
indicó que el coeficiente de confiabilidad del instrumento fue de 86,55%, valor
que expresa una fuerte confiabilidad.
El
procesamiento de los datos recolectados incluyó el uso del programa estadístico
SPSS (Statistical Package for
the Social Sciences)
Versión 24 y la Hoja de Cálculo Excel, que
permitieron la elaboración de frecuencias absolutas y relativas, elaboración de
tablas y diagramas, estadísticos descriptivos, demostración de hipótesis
mediante las pruebas: Chi cuadrado, t-Student para muestras independientes, correlación de
Spearman, al 95% de
confianza.
3.
Resultados y discusión
En
cuanto a las características más sobresalientes de estas unidades económicas se
encuentra que, la figura jurídica que predomina de acuerdo con el Gráfico I son
las Sociedades por Acciones Simplificadas (S.A.S.) en un 66,7% de los
establecimientos. Resultado esperado dado que es un tipo societario que no
exige un número mínimo de accionistas y permite la unipersonalidad
según Ley 1258 del 2008; además no exige crear una junta directiva ni la
revisoría fiscal, aspectos cómodos para las micro y pequeñas empresas.
Fuente: Elaboración propia, 2022.
Gráfico I: Figura jurídica que predomina
El
17,8% es de Sociedad Limitada, que se constituye en escritura pública entre
mínimo dos socios y como máximo 25, quienes responden según sus aportaciones.
Un 8,9% de las empresas es de Sociedad en Comandita, y un porcentaje muy bajo
es de Sociedad Colectiva y Anónima.
En el
caso de la Sociedad Colectiva, siguiendo al Código de Comercio (Decreto 410 de
1971), la empresa quedará constituida entre dos o más socios, los cuales
responderán solidaria, ilimitada y subsidiariamente por sus obligaciones. La
razón social se forma con el nombre de uno de los socios seguido de las
expresiones “y compañía”, “hermanos” o “e hijos”, práctico para las empresas
familiares. Por su parte, la Sociedad Anónima es el esquema más usado por las medianas
y grandes empresas, siendo un aspecto positivo para las unidades que tienen
esta figura jurídica.
En el
Gráfico II, se observa que el 46,7% de las empresas tiene entre 1 y 5 años
operando, por lo que están relativamente nuevas en el sector y están tratando
de mantenerse. El 24,4% posee entre 6 y 10 años en el mercado, tiempo
suficiente para conocer la dinámica del sector y seguir consolidándose dentro
de este. Asimismo, el 8,9% declara tener más de 11 años trabajando y 4,4% más
de 20.
Fuente: Elaboración propia, 2022.
Gráfico II: Tiempo dedicado a la confección
De acuerdo a la generación familiar que actualmente dirige la empresa, se evidencia en el Gráfico III que el 68,9% de las entidades la lleva la primera generación, que comprende la gestión del fundador. Este porcentaje significativo viene relacionado con los años en el mercado, donde la mayor parte de los negocios no tiene 10 años operando, teniendo la oportunidad de sembrar las bases para una buena relación familia-empresa, que constituye el foco problemático de este de organizaciones siguiendo a Acosta et al. (2019).
Fuente: Elaboración propia, 2022.
Gráfico III: Generación de la familia que dirige las empresas
De
igual manera, los encuestados reportan que el 26,7% de las unidades económicas
están dirigidas por la segunda generación y un porcentaje muy bajo por la
tercera y cuarta generación, debiéndose a empresas con más años en el sector de
la confección, donde la existencia de un último hermano (el último tío para la
siguiente generación), es lo que mantiene la supervivencia de la empresa en la
segunda generación, y sólo la incapacidad definitiva de este último dará paso a
la tercera generación (primos), que muchas veces entra en conflicto por el
elevado número de familiares que trabaja en la empresa y los cruces de edades
que se dan entre las generaciones según García (2016).
Con
respecto a los miembros de la familia propietaria que trabaja en el negocio,
los encuestados indican que en el 66,7% está laborando de 1 a 5 miembros de la
familia, y en el resto (33,3%) están de 6 a 10 parientes (ver Gráfico IV). Esta
situación es característica en este tipo de organizaciones dada la influencia
del vínculo familiar, donde muchas veces se descuida el enfoque empresarial y
sus políticas de reclutamiento y selección del personal, remuneración,
compensación, evaluación y control de los empleados familiares y no familiares,
que demandan a criterio de Hernández et al. (2008) la definición e
instrumentación de una política de recursos humanos clara y precisa que elimine
el conflicto emocional producido por la participación de los miembros
familiares en diferentes actividades de la empresa.
Fuente: Elaboración propia, 2022.
Gráfico IV: Miembros de la familia que labora en las empresas
En
relación al financiamiento de corto plazo de las micro y pequeñas empresas de
la confección del suroriente de Barranquilla, se tiene que un 71,1% de los
negocios utiliza este apoyo financiero, mientras que el resto no lo hace. De
acuerdo con Boscán y Sandrea
(2009), las empresas buscan recursos internos o externos para que en menos de
un año puedan financiar fondos estacionales y temporales como el capital de
trabajo o pasivos que se programan para liquidarse.
Los
encargados de los negocios reportan a través del Gráfico V que, estos recursos
de financiamiento a corto plazo han sido utilizados para mantener las
operaciones de las empresas (53,3%), otro grupo los ha destinado para
incrementar el inventario (31,1%), así como para cancelar deudas pendientes
(8,9%). Este comportamiento se debe a las pocas posibilidades de acceso a
financiamiento que tienen las empresas del sector como señalan Logreira y Bonett (2017), que
llevan a destinar la mayor parte de los recursos al mantenimiento de las
operaciones, sin posibilidades de invertir en tecnología. Sin embargo, es
necesario se capten fondos para la continuidad de las operaciones, que
promuevan la estabilidad y futuro crecimiento.
Fuente: Elaboración propia, 2022.
Gráfico V: Utilización de los recursos de financiamiento a
corto plazo
Un
aspecto necesario para lograr tal crecimiento, es el incremento del inventario,
que a pesar que el 31,1% de las empresas lo realiza, sería oportuno que otras
más lo pudieran hacer, teniendo la ventaja de incrementar la producción, ventas
e ingresos, pero el tamaño de las empresas influye y por lo general, se adaptan
a requerimientos mínimos para operar de acuerdo a Escorcia
y Rodelo (2018), por lo que, la rotación de
inventario está sujeta a cantidades pequeñas y no hay prioridades para
incrementarlo.
En el
mismo orden de ideas, el 48,9% de las micro y pequeñas empresas aseguran que,
para la búsqueda de financiamiento a corto plazo, fijan atención en los requisitos
exigidos por las entidades financiadoras. El 28,9% considera la tasa de interés
ofrecida, y el 11,1% le da importancia a la rapidez en la aprobación de los
recursos (ver Gráfico VI). Al respecto, Boscán y Sandrea (2009), así como Díaz-Barrios y Velazco (2017),
exponen que existen diversos criterios que permiten precisar el financiamiento
para los negocios, destacando el costo o tasas de interés, condiciones,
garantías, formalización de la operación, tiempo de liquidación, entre otros
aspectos.
Fuente: Elaboración propia, 2022.
Gráfico VI: Criterios utilizados para la búsqueda de
financiamiento a corto plazo
Cada
criterio para la obtención de financiamiento es fundamental en la opinión de
Montserrat y Josep (2015), y deben manejarse de acuerdo a las necesidades de
las empresas frente a la capacidad de respuesta que estas puedan dar, de manera
de cumplir con las exigencias de los entes financiadores, siendo trascendental
el destino final de los recursos, es decir, el uso que se le dé al
financiamiento en pro de obtener beneficios de este.
Ahora
bien, los negocios de la confección afirman de dónde proviene mayoritariamente
el financiamiento que obtienen en el corto plazo, sobresaliendo en el Gráfico
VII los recursos propios (ahorros de los propietarios o reinversión de
utilidades) (37,8%), los préstamos de familiares y amigos (22,2%), seguido de
los préstamos bancarios (17,8%), de prestamistas informales (11,1%), y crédito
con proveedores (8,9%).
Fuente: Elaboración propia, 2022.
Gráfico VII: Alternativas de financiamiento a corto plazo
Ante
estas respuestas, autores como Barona y Gómez (2010) señalan que, en los
primeros años de vida de las micro y pequeñas empresas colombianas, los
recursos financieros provienen de los mismos propietarios, producto de sus
ahorros o de préstamos de familiares y amigos; develando los problemas de
acceso a financiamiento formal de entidades públicas y privadas para las
nacientes empresas de la economía.
Ruíz
(2015), así como Portillo et al. (2018), manifiestan que las micro y pequeñas
empresas son la mayor parte de las unidades productivas y las responsables de
un significativo porcentaje del empleo en Colombia, pero su acceso al
financiamiento continúa siendo limitado, desencadenando debilidades estructurales
que merman su competitividad y posibilidades de supervivencia. Por lo que han
recurrido al autofinanciamiento o financiamiento de proveedores puesto que es
menos costoso que el crédito bancario. En el caso de las empresas de la
confección, sería oportuno encontrar mayor crédito con proveedores,
disminuyendo los fondos de prestamistas informales, que se aprovechan muchas
veces de las necesidades de los empresarios.
Cabe
destacar, que en el largo plazo el 77,8% las empresas empleadoras de la economía
afirman que no han solicitado financiamiento, sólo el 22,2% del sector ha
incurrido en este tipo de alternativa. Este panorama puede devenir por los
elevados costos del financiamiento a largo plazo en comparación con las deudas
de corto plazo, encontrando según Díaz-Barrios y Velazco (2017), una mayor
incertidumbre respecto a la capacidad del prestatario para cumplir con los
pagos programados.
También
puede incidir el tamaño de las empresas, pues a largo plazo las grandes
entidades tienen más opciones de endeudarse y de responder cómodamente a los
compromisos asumidos de acuerdo con Briozzo et al.
(2016); aspecto que no ocurre con las micro y pequeñas entidades que acuden al
autofinanciamiento u otras escasas posibilidades.
En
cuanto a la utilización principal del financiamiento, para las empresas que
optan por este apoyo; el 41% declara que destinan los recursos para la
ampliación de la infraestructura, un 36% compra maquinaria y equipos, y otro
grupo de unidades de la confección cancela deudas pendientes (ver Gráfico
VIII). Siendo inversiones necesarias a largo plazo, donde además se puede
contratar más personal dadas las ampliaciones que se han realizado (Brealey, Myers y Marcus, 2007; Boscán
y Sandrea, 2009). Muy pocas empresas destinan dinero
para la capacitación del recurso humano, variable fundamental para el
mejoramiento de procesos a juicio de Gitman y Zutter (2012).
Fuente: Elaboración propia, 2022.
Gráfico VIII: Utilización de los recursos de financiamiento a
largo plazo
El
Gráfico IX por su parte deja ver que, entre los criterios utilizados por las
micro y pequeñas empresas familiares para la búsqueda de financiamiento se
encuentran, los requisitos exigidos para la financiación (48%), la tasa de
interés ofrecida por los prestamistas (23%), los plazos que otorgan para la
cancelación de la deuda (20%), y la rapidez en la aprobación de los fondos
(8%). Teniendo resultados casi similares al corto plazo, incrementando ahora
los plazos para cancelar los recursos. Aspecto importante para los empresarios,
de manera de planificar y ejecutar un buen plan de financiamiento, que permitan
cancelar la deuda sin inconvenientes según Logreira y
Bonett (2017).
Fuente: Elaboración propia, 2022.
Gráfico IX: Criterios utilizados para la búsqueda de
financiamiento a largo plazo
Los
negocios de la confección además reportan que, a largo plazo siguen
financiándose con recursos propios proveniente de los ahorros de los
propietarios o la reinversión de utilidades (26,7%), incrementándose ahora el
préstamo de familiares y amigos (42,2%), situación habitual en micro, pequeñas
y medianas empresas colombianas como señalan Ruíz (2015); y, Portillo et al.
(2018).
Cabe
destacar, que estos porcentajes pudieran disminuir si tuvieran mayor éxito con
los bancos, pero apenas el 17,8% de las unidades económicas ha aplicado a
préstamos bancarios (ver Gráfico X); porcentaje similar al del corto plazo, que
demuestran el restringido acceso a esta fuente, aun cuando informes como el del
Banco Interamericano de Desarrollo (BID, 2012), han expuesto que ha
incrementado el crédito de la banca a las pymes.
Fuente: Elaboración propia, 2022.
Gráfico X: Alternativas de financiamiento a largo plazo
En
opinión de Jiménez y Rojas (2014), la banca colombiana prefiere destinar sus
recursos a empresas mejor establecidas y con menos inconvenientes de riesgo y
costo, siendo posible que las unidades que poseen financiación a largo plazo,
sean las que ya tienen experiencia crediticia, teniendo las puertas abiertas
para nuevas solicitudes de financiamiento o han consolidado su deuda,
reemplazando la de corto plazo por otras con vencimientos más prolongados como
explica García (2016). Por último, el 13,3% de las empresas de la confección
recurren a prestamistas informales, que se aprovechan de la situación de los
empresarios como ha recalcado Barona y Gómez (2010), con altas tasas de interés
y pocos plazos para cancelar la deuda.
También
hay que mencionar, que las empresas descartaron por completo financiarse a
través de acciones, el leasing
(arrendamiento) o emisión de bonos, que son opciones para la adquisición de
recursos en el largo plazo (ver Gráfico X), que han dejado a juicio de
Díaz-Barrios y Velazco (2017), resultados positivos para quienes la utilizan.
Sin embargo, el tamaño de las empresas puede estar influyendo, puesto que estas
alternativas funcionan muy bien con empresas medianas y grandes que disponen de
mayor capacidad para endeudarse a criterio de Jiménez y Rojas (2014). Las micro
y pequeñas entidades, por el contrario, mantienen temor a endeudarse
excesivamente o de perder la propiedad y el control.
Conclusiones
Se
concluye que las micro y pequeñas empresas familiares del sector de la
confección del sur-oriente de Barranquilla, son entidades nuevas en el mercado,
la mayoría se encuentra en manos de la primera generación familiar, estando
apenas en supervivencia y expansión, donde el vínculo familiar que las
caracteriza es importante sobrellevarlo, pues la mayoría de los trabajadores
son parte de la familia, teniendo la confianza suficiente para organizarse y
llegar a acuerdos que les permitan crecer y posicionarse ante un entorno
económico competitivo e innovador.
Siendo
el financiamiento un aspecto clave para incrementar su productividad e ingresos,
pero las empresas se limitan a utilizar en el corto plazo fuentes comunes como
los recursos propios (ahorros de los propietarios o reinversión de utilidades),
y como fuentes externas destacan recursos de familiares y amigos, de
prestamistas informales, relación con los proveedores, así como préstamos de
entidades bancarias. Resultando necesario que mantengan la relación con los
proveedores y disminuyan la recurrencia a prestamistas usureros, que fijan
altas tasas de interés y escasos plazos para cancelar la deuda.
Existe
en el largo plazo, la esperanza de concretar resultados esperados, pero escasas
empresas optan por esta vía de financiamiento, utilizando nuevamente recursos
propios, préstamos de familiares y amigos en mayor proporción, recursos informales
y algunos préstamos bancarios, sobre todo de la banca privada; descartando por
completo la emisión de acciones y bonos, así como el arrendamiento. Situación
que devela los problemas de subsistencia que tienen las micro y pequeñas
empresas de la confección, sin mayor apoyo de instituciones privadas o
públicas, que prometen fondos para pequeños emprendimientos.
Asimismo,
es necesario abrir un compás de discusión para ampliar el estudio en otras
zonas de Barranquilla y del Departamento del Atlántico – Colombia, con mayores
posibilidades de análisis y estrategias financieras para el sector, que
fortalecerían esta línea de investigación que toma giros importantes tras el
proceso de pandemia, retos del mercado y el intento de nuevos emprendimientos,
que terminan en condiciones de subsistencia y sin posibilidades de ampliar la
capacidad productiva, dado que no cuentan con los fondos necesarios y garantías
requeridas para financiar su expansión.
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