Revista de Ciencias Sociales (RCS)
Vol. XXVIII, No. 3, Julio - Septiembre 2022. pp. 110-128
FCES - LUZ ● ISSN: 1315-9518 ● ISSN-E: 2477-9431
Como citar APA: Rincón, I. B., Rengifo, R., Hernández, C.,
y Prada, R. (2022). Educación, innovación, emprendimiento, crecimiento y
desarrollo en América Latina. Revista de Ciencias Sociales (Ve), XXVIII(3),
110-128.
Educación, innovación, emprendimiento, crecimiento y
desarrollo en América Latina
Rincón Soto, Idana Beroska*
Rengifo Lozano,
Raúl Alberto **
Hernández
Suárez, César***
Prada
Núñez, Raúl****
Resumen
La
importancia de la educación para promover los procesos inherentes a la
innovación, y emprendimiento se hace de vital importancia actualmente en la formación
profesional, ello vincula a su vez el impacto que conlleva en variables
macroeconómicas como el crecimiento económico y desarrollo de una economía. En
ese sentido, el objetivo general de la investigación es explicar la influencia
de la educación en variables como la innovación, el emprendimiento y su impacto
en el crecimiento y desarrollo, en este particular, en países de América
Latina. Desde el punto de vista metodológico se hace revisión documental con
respecto a las proyecciones futuras en el marco de estas variables, y un
análisis estadístico de casos como América, Europa y Asia, a modo de integrar
las diferentes experiencias y modelos, tomando de referencia los resultados que
en la praxis actualmente sean cónsonas a cada uno en particular. Finalmente, se
concluye la importancia de enmarcar en la educación la congruencia y coherencia
pragmática de los objeticos de políticas públicas en materia de innovación,
investigación, ciencia y tecnología, lo que a su vez propicia el efecto
multiplicador en sinergia con sector privado empresarial, impulsando entre
ambos variables como el crecimiento, la pobreza y el desarrollo.
Palabras clave: Educación; innovación; emprendimiento;
crecimiento económico; desarrollo.
* Doctorado en Ciencias Económicas. Magister en Gerencia Pública. Especialista en Investigación. Economista. Docente e Investigadora en la Universidad Central, Costa Rica y Universidad del Zulia, Venezuela. E-mail: idberincon@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0001-8644-9850
** PhD. en Administration Management Atlantic
International University. Máster en
Gerencia Pública, EUCIM Business School. Economista. Abogado. Docente en la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú. E-mail: rrengifolo@unmsm.edu.pe ORCID: https://orcid.org/0000-0002-6545-6442
*** Magister en
Enseñanza de las Ciencias. Docente en la Universidad Francisco de Paula
Santander, Cúcuta, Colombia. E-mail: cesaraugusto@ufps.edu.co ORCID: https://orcid.org/0000-0002-7974-5560
**** Magíster en Educación Matemática. Docente
en la Universidad Francisco de Paula Santander, Cúcuta, Colombia. E-mail: raulprada@ufps.edu.co ORCID: http://orcid.org/0000-0001-6145-1786
Recibido: 2022-03-11 · Aceptado: 2022-05-25
Education, innovation, entrepreneurship, growth and development in Latin America
Abstract
The importance of education to promote the processes inherent to innovation and entrepreneurship is currently of vital importance in professional training, which in turn links the impact it has on macroeconomic variables such as economic growth and development of an economy. In this sense, the general objective of the research is to explain the influence of education on variables such as innovation, entrepreneurship and its impact on growth and development, in this particular, in Latin American countries. From the methodological point of view, a documentary review is made regarding future projections within the framework of these variables, and a statistical analysis of cases such as America, Europe and Asia, in order to integrate the different experiences and models, taking as reference the results that in praxis are currently consonant with each one in particular. Finally, the importance of framing in education the congruence and pragmatic coherence of the objectives of public policies in terms of innovation, research, science and technology is concluded, which in turn promotes the multiplier effect in synergy with the private business sector, promoting between both variables such as growth, poverty and development.
Keywords: Education; innovation; entrepreneurship; economic growth; developing.
Introducción
Considerar
la importancia de la educación en el desarrollo de la población de los países,
por ende de su contexto y entorno, así como enfatizar que su influencia en
variables como la gerencia, el emprendimiento y la innovación, constituyen ejes
vitales para promover en todo sistema social la sostenibilidad del crecimiento
económico, del desarrollo en general y en particular del desarrollo humano;
como fin último de toda política pública, como también disciplina en ciencia
social, radica púes, la constante revisión de los sistemas educativos y sus
avances, encarando los escenarios volátiles y complejos que actualmente se
presentan en la economía mundial.
En ese
sentido, es necesario enfatizar que el rol de las instituciones educativas
prevalece e influye en magnitud y en relevancia para coadyuvar al logro de todo
el enfoque estructural y sistémico político, social, así como económico. Sin
embargo, el principal elemento para desarrollar las capacidades cognitivas
inherentes a los procesos creativos de la innovación, y el emprendimiento, se enmarcan
en la complejidad de fusionar, como también comprender los avances científicos
en la neurociencia, la psicología y su impacto en la economía.
Dado
lo anterior, el objetivo general de la investigación es explicar la influencia
de la educación en variables como la innovación, el emprendimiento y su impacto
en el crecimiento y desarrollo, en este particular, en países de América
Latina. Al respecto, basado en estudios empíricos, y estadísticas de análisis
de comportamiento que vinculan estas variables, enmarcado en una revisión
documental de tipo explicativo, se muestran los resultados en países de América
Latina según organismos internacionales que miden y muestran estas evidencias
científicas.
1.
Educación, innovación y emprendimiento, contexto mundial y América Latina
La
capacidad de innovación empresarial implica una administración efectiva de los
elementos clave de éxito; los internos como la actitud y las actividades
innovadoras, y los externos, asociados con el relacionamiento entre empresas
para mejorar la organización y la competitividad (Pérez, 2019; Rodriguez y
Quintero, 2022). A su vez, Ndubisi et al. (2020) argumentan que las capacidades
de innovación conjunta crean una innovación de servicio superior, incluso en
condiciones de competencia e incertidumbre de la demanda. De igual manera,
Romero y León (2020), sostienen que la capacidad de innovación está compuesta
por la presencia simultánea de cuatro procesos organizativos: Creación de
conocimiento, absorción de conocimiento, integración de conocimiento y
reconfiguración de conocimiento.
Aunado
a lo anteriormente expuesto, Rodríguez (2009); Ramírez, Rodríguez y Licona
(2019); Campo-Ternera et al. (2019); así como Calanchez et al. (2022), señalan que
el enfoque del emprendimiento en el siglo XXI evalúa la vinculación a nivel
organizacional, tanto en el sector público como privado, sectores de servicio o
comercio, y que se exigen en ofrecer productos que evidencian la gerencia de
sus procesos; aluden, además, que emprender determina el crecimiento, la
transformación y el desarrollo de sectores económicos, siendo el ser humano el
pilar fundamental.
Históricamente
aludiendo al concepto de emprendimiento, autores como Pereira (2003); así como
Bucardo, Saavedra y Camarena (2015), refieren que el término entrepreneur apareció por primera vez en el texto “Essai Sur la Nature du Commerce en Général”,
escrito por Cantillon en 1755, distinguía a una persona caracterizada por
comprar productos a precios conocidos para venderlos en el mercado a precios
desconocidos; esta concepción relacionó al emprendedor con los elementos
conceptuales de recursos y riesgo. Sin embargo, Marshall en 1890 describe las
características del emprendedor, y añade la innovación; la cual de acuerdo con
Tarapuez, Guzmán y Parra (2016), es creada por personas audaces que no están
influidas por algún precedente.
A su
vez, Schumpeter (1942) incorpora el concepto de innovación y plantea el modelo
de destrucción creativa, con lo cual los nuevos productos destruyen viejas
empresas y modelos de negocios, argumentando que las innovaciones de los
emprendedores son las que impulsan la economía de los países. Es menester
resaltar, que, con estos preceptos, se tiene clara la idea de interconexión entre
emprendimiento e innovación; posteriormente, surgen los conceptos y propuestas
para coadyuvar en estas variables a través de modelos de gestión, gerencia,
planificación y el rol que determina la educación y sistemas educativos en este
enfoque pragmático.
Por su
parte, Petit (2007) puntualiza que la concepción que mayor influencia se ha
tenido sobre la Teoría de la Innovación es la de Joseph Schumpeter, fundador de
la Teoría del Desenvolvimiento Económico. Desde esta perspectiva, refiere el
autor citado que la innovación es un factor externo vinculado directamente con
el proceso de desarrollo económico capitalista; sin embargo, el avance de los
estudios en las ciencias sociales y humanas en este sentido, ha contribuido
para que el fenómeno de la innovación también se analice desde la perspectiva
económica, pero desde un ángulo distinto, es decir, la innovación como una
estrategia para sustentar el crecimiento y el desarrollo de los países desde
adentro. Es básico para efectos de este trabajo, establecer claramente la
importancia económica de la innovación como variable endógena.
Ambas
concepciones destacan un potencial espacio innovador, donde se estimula el
surgimiento de iniciativas locales, regionales, nacionales, se generan nuevas
empresas y producen acercamientos entre éstas, y otros actores de la sociedad,
para llevar a cabo una dinámica de innovación territorial. El indudable
significado económico de la innovación, radica en explotar este recurso no sólo
con fines comerciales, sino fundamentalmente como una labor colectiva (Vargas,
2005; Petit, 2007), para maximizar la utilidad e incrementar la eficiencia de
los procesos productivos, de manera que, sea factible impulsar el crecimiento,
el bienestar social, el desarrollo endógeno y sostenible de la nación.
Dado
los hechos y el contexto descrito el objetivo de la investigación conlleva a
explicar la influencia de la educación en variables como la innovación, el
emprendimiento y su impacto en el crecimiento y desarrollo, específicamente en
países de América Latina. Al respecto, Guachimbosa, Lavín y Santiago (2019)
manifiestan que la actitud para el emprendimiento empresarial se encuentra
vinculada con diversos factores, destacando la educación, el medio social, así
como la inclinación vocacional.
América
Latina enfrenta el desafío de formar parte de procesos vertiginosos en cambios
en materia de emprendimiento; de lo contrario, se acentuará su dilación
estructural. Muchos países de la región han tendido a incrementar la inversión
pública en Investigación y Desarrollo (I+D); en ese contexto, la creación de
Emprendimientos de base Científico-Tecnológica (ECT) debe ser uno de los
pilares de las estrategias de innovación, asumiendo como marco la construcción,
así como explotación de capacidades científico-tecnológicas (Kantis y
Angelelli, 2020).
En el
enfoque conceptual propuesto, la creación y el desarrollo de ECT depende de un
conjunto de condiciones organizacionales y sistémicas. Las primeras, refieren
al mundo académico y científico, incluidas la vinculación de las agendas de
investigación con los problemas de la sociedad y las empresas, la cultura
institucional y las reglas de juego con las que trabajan los académicos e
investigadores, así como también los procesos de creación de ECT. A su vez,
estos aspectos se insertan en el más amplio conjunto de condiciones sistémicas,
que incluyen a la cultura de la sociedad, los procesos formativos a través de
la educación, el papel de las empresas, el capital social, el financiamiento
público y privado, las regulaciones, al igual que las políticas públicas
(Kantis y Angelelli, 2020).
Según
Kantis y Angelelli (2020), son pocos los desarrollos de más ECT en la región,
su estudio revela que, a pesar de existir discrepancias entre los países, los
principales déficits se relacionan con la débil aportación de la plataforma de
ciencia y tecnología, así como de las empresas frente a la presentación de
propuestas innovadoras. Las agendas de investigación suelen estar poco
vinculadas con los problemas de la sociedad y de las organizaciones, y las
reglas de juego del mundo académico y científico restringen, con distinta
fuerza en cada país, la creación de ECT.
Asimismo,
los déficits se dan en un contexto general de cuellos de botella en capital
humano, capital social, financiamiento, regulaciones y políticas públicas. En
los últimos años, algunos países de la región han desarrollado iniciativas que
corresponderían a una agenda de transformación más ambiciosa, tal como viene
sucediendo en otras zonas a nivel internacional; con lo cual, la región podría
generar mayores ECT en los próximos años; y el resultado sería aún mayor si se
profundizaran las iniciativas de I+D, conllevando a un camino necesario (Kantis
y Angelelli, 2020).
En este sentido, Global Entrepreneurship
Monitor (GEM) es
la red mundial más importante sobre investigación en emprendimiento. Su
objetivo es proporcionar información clave sobre la relación entre
emprendimiento y desarrollo económico que facilite la toma de decisiones y
contribuya a diseñar políticas que favorezcan el crecimiento de las Pequeñas y
Medianas Empresas (PYMES) y la economía. En el marco de este proyecto global,
la Asociación RED GEM España, es el equipo nacional que más encuestas
aporta al proyecto mundial gracias al apoyo del Centro
Internacional Santander Emprendimiento (CISE) de la Universidad de Cantabria, de 90
instituciones y empresas, y del patrocinio del Banco Santander, a través de
Santander Universidades, así como de la Fundación Rafael del Pino.
Según
el Informe Mundial GEM 2018/2019 (Bosma y Kelley, 2018), el 74% de los
emprendedores comienzan sus negocios por oportunidad, se destaca así que el emprendimiento crece en todo el mundo y
que predominan las iniciativas impulsadas por
oportunidades del mercado, aunque refleja una disminución en las
perspectivas de creación de empleo en
todos los niveles de desarrollo económico. Este informe es el mayor estudio vinculado a emprendimiento
del mundo y se desarrolla de forma ininterrumpida desde
1999 evaluando características, motivaciones y ambiciones de cientos de
miles de personas de más de 60 países.
El
informe presentado en Corea del Sur cubre el 68% de la población y el 86% del
PIB mundial. Según el informe del GEM 2018/2019, las economías que mostraron
mayor desarrollo reportaron niveles más altos de iniciativa emprendedora impulsada por oportunidades y, a su vez, mayores
índices de innovación, lo que a su vez
generaba mecanismos de creación de más empleo.
A nivel regional, América del Norte se situaba con un 82% de emprendedores
motivados por oportunidades, seguida de Europa (75%), y Asia y Oceanía (74%).
En España este índice se ha estabilizado en torno al 70% (Bosma y Kelley,
2018).
Por
otra parte, en concordancia con Ojeda (2019), el comportamiento del mercado
asiático, asociada al emprendimiento, la República Popular de China (RPChina) e
India es un ejemplo de cómo la política pública efectiva es posible y más si
está asociada a la empresa. Se observó que para el 2017, en el mundo, nueve de
cada diez proyectos de emprendimiento fracasan por completo en sus primeros
años de incubación. El referido autor, expone en su estudio, cómo,
particularmente en Japón, Taiwán, India y RPChina, esta estadística no solo se
revierte, sino que, bajo la tutela del Estado, y las sinergias de capital mixto
globales y regionales, así como las empresas unicornios, están naciendo y
sosteniéndose en esa parte del mundo. Así lo muestran las estadísticas de la
segunda década del milenio.
Conocer
el esquema de emprendimiento que se desarrolla en el sudeste asiático es un
vestigio más de una sociedad que busca, por una parte, a partir de su política
pública, generar programas integrales de educación y empresa; y por otra,
ayudar a construir sinergias, como un todo, con resultados regionales y
mundiales. Sin embargo, no hay que olvidar que estos referentes deben verse
como modelos que pueden adaptarse, teniendo presente que un emprendedor(a) ha
de prepararse tanto para el fracaso como para el éxito, pues los análisis a
nivel mundial muestran que aquellos que caen y se levantan son los que salen
adelante, por su actitud, así como comportamiento para enfrentar los retos
(Ojeda, 2019; Guachimbosa et al., 2019).
Al
respecto, llama la atención que lejos de la decisión de los jóvenes de las
décadas de los años ochenta y noventa, por ir a hacer sus estudios superiores
en Suiza, Estados Unidos, Inglaterra, Francia, entre otros, hoy se prefiera la
RPChina, India, Brasil, Nepal, Surcorea, Thailandia, Vietnam, Malasia, Colombia
y, en el décimo lugar, otro del sudeste asiático, Indonesia (Barrie y Tindale,
2017).
De los
estudios realizados con énfasis en los modelos educativos de países del Asia,
se tiene que existe el compromiso desde la
educación básica, la cual se centra en trabajar competencias relevantes y
diferenciadoras frente al futuro empresario, tales como el entendimiento y
resolución de problemas, la creatividad, así como la imaginación base de un
modelo que busca segmentar por innovación.
Este escenario educativo permite comenzar a edades más tempranas, a partir de
los catorce o quince años, el desarrollo y la asunción de proyectos de empresa.
Lo anterior se conoce en estos países como “Actitudes de emprendimiento”
(Oheki, 2016).
En el
año 2015, el Global Entrepreneurship and Development
Index (GEDI), en el informe del Global
Entrepreneurship and Development Institute,
colocó a Taiwán en el puesto 6 al resaltar su labor en materias como productos
innovados y riesgo de capital. Al respecto, Taiwán marcó la diferencia por
valor agregado de sus productos y el bajo nivel de riesgo en lo que refiere a
la inversión hecha en este tipo de empresas. En este país asiático el
emprendimiento es parte de la política pública, a partir del mismo Yuan
Ejecutivo.
Desde
su liderazgo, tal como lo señala Ojeda (2018), surge en el 2014 el Taiwan Innovation & Entrepreneurship Center
(TIEC), el cual se centra en la formación del recurso humano que alimenta esta
estructura empresarial, y el Taiwan Startup Stadium
(TSS), en el 2015, que se ocupa principalmente de acompañar estos proyectos en
las etapas de creación y despegue, facilitando redes de conocimiento y trayendo
especialistas de talla mundial para dictar conferencias a emprendedores y para
apoyar empresas sobre todo en el área de la alta tecnología. Los subsectores
que más se están trabajando se centran en la biotecnología, los instrumentos
médicos, la energía limpia, la energía eólica, el turismo, el trasporte aéreo,
la industria aeroespacial, entre otros.
Frente
al tema industrial y su relación con el emprendimiento, se evidencian
resultados para el año 2017, donde en la RPChina, se reportaron cerca del 48%
de las nuevas empresas del mundo (Davis y O’Halloran, 2018). Su Know How, canales globales, cadenas de valor a las
que incorporan millones de micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), bajo
una típica forma eficaz y eficiente de ecosistema, la han convertido en la
mayor receptora de inversión directa en el mundo; asimismo, aportaron a
proyectos de emprendimiento, que son una porción del networking de las cadenas de valor resultantes.
Según Eckart
(2016), una fracción de este auge lo encabeza la mayor tasa poblacional de la
nueva clase media, dentro de la cual hay que incluir gran parte de estos
ochocientos millones de personas que han salido del nivel de la pobreza durante
las últimas décadas, cuyo patrón de ahorro llega al 50% de su propio PIB. Se
puede referir que las competencias y las habilidades propias de un emprendedor
son parte de la educación básica de los estudiantes de países como India,
RPChina, Japón y Taiwán, las cuales inciden notablemente en sus variables
económicas en auge. La curva de aprendizaje que se logra es gracias al énfasis
en una educación pragmática y teórica en el saber hacer empresa, con el fin de
fortalecer los conceptos técnicos y teóricos asociados a la administración y la
gestión de una empresa, lo cual es determinante.
Se ha
reconocido el desarrollo de ferias de emprendedores que son promovidas por
universidades, empresas u órganos públicos y privados especializados, donde
participan de manera activa jóvenes estudiantes. Una actividad continua de esta
naturaleza permite convertir al adulto en una persona responsable, proactiva,
disciplinada, capaz de tomar decisiones, creativa y con una tolerancia mayor
hacia el fracaso y hacia la interactividad multicultural.
2.
Resultados y análisis estadístico en América Latina
Tal
como lo señalan Labarca y Panchana (2022), en las naciones que conforman
América Latina han acaecido una serie de transformaciones tanto políticas, como
sociales y especialmente económicas, desde la independencia del imperio
español, mismas que han estado vinculadas a desajustes y quiebres estructurales
en su comportamiento económico.
Puntualizando
sobre la relación del emprendimiento, innovación y crecimiento económico, en el
caso de Colombia, uno de los países referentes en el estudio, la investigación
realizada por Durán (2019), muestra que en los municipios de Colombia existe
una relación recíproca y positiva entre el PIB per cápita y la tasa de
emprendimiento; por ejemplo, en el Gráfico I, se muestra el diagrama
de dispersión y la línea de ajuste entre el log
del PIB per cápita y la tasa de emprendimiento, y se observa claramente que
mientras mayor es el PIB per cápita por municipio, mayor es su tasa de
emprendimiento.
Fuente: Durán (2019).
Gráfico I: Log del PIB per cápita y la tasa de emprendimiento
También
se halló una relación recíproca y positiva entre el nivel de ocupación y el
emprendimiento; además, las regresiones muestran que el impacto de la tasa de emprendimiento,
tanto sobre el PIB per cápita como sobre el nivel de ocupación, no difiere
demasiado, pues en el primer caso el coeficiente estimado arrojó un valor de
9,84%, y en el segundo, de 9,79%.
En
esta investigación, que aborda Durán (2019), se muestra otros factores
tradicionales que resultaron significativos en la explicación de la actividad
económica local, como el capital humano tomado a partir de la tasa de
escolaridad de educación superior y el gasto fiscal, ambos con un efecto
positivo; y factores de localización asociados a la distancia, entre el
municipio y la capital nacional, y entre el municipio y la capital regional,
con un efecto negativo, pues a medida que aumenta la distancia, disminuye el
PIB.
Por
otra parte, se encontró que variables como las tasas de urbanización, de
inmigración y de desempleo tienen un efecto positivo sobre el emprendimiento,
lo que indica que son diversos los elementos que deben considerarse al intentar
explicar las causas de uno u otro factor.
Los
resultados de la presente investigación, al igual que un conjunto limitado de
trabajos sobre la relación de doble vía entre el desarrollo económico y el
emprendimiento, muestran la presencia de una relación positiva entre dichos
factores. El capital humano emprendedor en este caso en Colombia posiciona en
el ranking mundial el puesto 23 y para
América Latina puesto 1, como puede verse en la Figura I.
Fuente: Kantis y Angelelli
(2020).
Figura I: Capital humano emprendedor. Rankin 2019
De
igual manera, el financiamiento para el desarrollo de proyectos de
emprendimiento, innovación, Pymes, es una variable clave que conjuga la
inversión de capital público y privado cuando se establecen objetivos en
función del crecimiento y desarrollo regional e intrarregional. Como puede
apreciarse, los países como Colombia, Chile y Costa Rica, están en puestos
intermedios en el ranking (ver Figura II). La
importancia de estas cifras, permite evidenciar que la educación y el
financiamiento en investigación, desarrollo, ciencia y tecnología, permite a
los países, en especial su economía, incidencias positivas en variables
macroeconómicas, en cooperación con objetivos políticos, económicos, así como
sociales entre el sector público y el sector privado.
Fuente: Kantis y Angelelli
(2020).
Figura II: Financiamiento. Ranking América Latina, 2019
A su
vez, Durán (2019) analizó la relación entre el desarrollo regional tomado a
partir del PIB per cápita y el volumen de ocupación, con el grado de
emprendimiento en los municipios de Colombia. Las estimaciones econométricas
indican que existe una relación endógena entre el nivel de desarrollo y la tasa
de emprendimiento: Niveles más altos de desarrollo estimulan la acción
emprendedora, pero también mayor emprendimiento favorece el desarrollo local.
Además, variables como las distancias entre el municipio y la capital nacional;
y entre el municipio y la capital regional; así como el gasto fiscal y la tasa
de escolaridad, resultan estadísticamente significativas y con el signo
esperado para explicar el PIB per cápita.
En
Ecuador, de acuerdo con Proaño et al. (2019), este proceso de desarrollo
económico local, tiene un amplio camino por recorrer, debido a la presencia de
indicadores socioeconómicos en cifras negativas en diversos cantones del
territorio nacional, lo cual requiere implementar políticas públicas, así como
económicas, puesto que el modelo aplicado en el estudio, arrojó una mayor
sensibilidad del Producto Interno Bruto hacia el comercio al por mayor y menor,
incentivando al emprendimiento.
Por
otra parte, Kantis y Angelelli (2020) indican que es relevante incrementar la participación del autoempleo asociado con las
categorías ocupacionales de empleadores y cuenta propia con
alto nivel de educación, siendo una
estrategia que permitiría generar una dinámica de retroalimentación positiva con
la actividad económica. En la Figura III, se visualiza la posición de países
como Costa Rica, Venezuela y Colombia en el ámbito educativo.
Fuente: Kantis y Angelelli
(2020).
Figura III: Educación. Ranking 2019
No
obstante, en el caso de Costa Rica, se evidencia un bajo desempeño de la
productividad, debido fundamentalmente a la poca inversión privada en materia
de innovación. La inversión en Investigación y Desarrollo (I+D), está en un
0,5% del Producto Interno Bruto (PIB) de acuerdo con las últimas encuestas de
innovación; mientras se estima que el país debiera estar invirtiendo cerca del
0,9%. Asimismo, el sector privado solamente “financia un tercio de esta
inversión, cuando debiera acercarse a niveles del 50%; este déficit de
inversión privada en innovación se debe tanto al desempeño de las empresas
existentes como a la baja creación de emprendimientos de base tecnológica”
(Beverinotti, Coj-Sam y Solís, 2015, p.13), según la revisión de las últimas
estadísticas publicadas por fuentes oficiales.
Sin
embargo, Costa Rica mejoró un puesto a nivel del ranking
en America Latina, el capital humano emprendedor y sus determinantes, factores
que afectan la expansion de oportunidades y que promueven o inhiben el
desarrollo de emprendimientos dinamicos, refiriendose a este ultimo, como
aquellas nuevas iniciativas que cuentan con potencial y las perspectivas de
convertirse luego de los primeros años de vida en Pymes competitivas; las
propuestas se basan en diferenciacion, innovacion y oportunidades de negocios
orientadas a capitalizar tendencias economicas, dinamicas y escalables. Como se
puede apreciar en la Figura IV, se ubica en el puesto 5, a la par Chile,
Brasil, Argentina, y Mexico, quienes lideran las primeras ubicaciones, seguido
de Uruguay y Colombia.
Fuente: Ministerio de Economía,
Industria y Comercio de Costa Rica (MEIC, 2020).
Figura IV: Ranking en
America Latina, Informe de condiciones sistemicas para el emprendimiento
dinamico 2017, ICSED-PRODEM
Actualmente,
en el caso de Costa Rica, catalogada como un país en transición de una economía
basada en eficiencia hacia una economía basada en la innovación, pues en el
Índice Global de Competitividad ocupa el puesto 51 de 144 economías, y es la
cuarta economía más competitiva de América Latina, en el 2014. A diferencia de
los países desarrollados, Costa Rica no muestra el mismo nivel de desempeño en
sus condiciones de emprendimiento, donde países como Chile, Puerto Rico, y
Colombia, posicionan los tres primeros lugares en la región latinoamericana, como
puede observarse en la Tabla 1.
Tabla
1
Índice de emprendimiento y desarrollo global de los 10 primeros puestos mundial y de América Latina. 2014
Nota: 1/ Representa el Índice de Competitividad Global (IGC, por sus siglas en
inglés).
Fuente: Klaus (2014); y GEDI (2015).
Mejores
condiciones para el emprendimiento pueden significar mayores tasas de
crecimiento en el futuro; por cuanto los emprendedores son los líderes de cambio
que transforman la economía a través de la creación y consolidación de
empresas, mejoramiento de la competitividad de las establecidas, y por medio de
la innovación, así como el progreso tecnológico. Países como Colombia, Uruguay,
Perú, Argentina y México, que en el índice de competitividad se encuentran en
posiciones más baja que la de Costa Rica, pero cuando se valoran los aspectos
de emprendedurismo están mejor posicionados (Petry y Lebendiker, 2011).
Al
respecto, Wong et al. (2005) han planteado una relación entre la innovación
tecnológica y el emprendimiento, determinándolos como elementos fundamentales
que favorecen el crecimiento económico. Asimismo, corroboran empíricamente su
propuesta con un estudio de corte transversal que utiliza información del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) para 37 países
en el año 2002 (Reynolds et al., 2002). En sus resultados afirman que el
emprendimiento promueve el crecimiento económico al introducir innovaciones y
crear competencia en los mercados.
Específicamente,
Wong et al. (2005) evidencian que la actividad emprendedora de las empresas de
alto potencial de desarrollo (High Potential Total
Entrepreneurial Activity) –como son las empresas “gacela”–, es la que
presenta una relación más intensa, positiva, así como estadísticamente
significativa con el crecimiento económico. Por último, revelan que el
emprendimiento no ha encontrado un lugar apropiado en las investigaciones
empíricas de primer orden sobre las fuentes del crecimiento económico, siendo
necesario ampliar la literatura en esa línea del conocimiento.
Finalmente,
estudios como el de Carree et al. (2002); así como Mayer et al. (2020),
vinculan el emprendimiento con el crecimiento, tratando de identificar la
relación existente entre el desarrollo económico y la cantidad de nuevos
empresarios en la economía. En ese sentido, Carree et al. (2002), consideran un
modelo de datos de panel conformado por 23 países miembros de la OCDE;
exponiendo en su estudio, que existe una relación no lineal en forma de U entre
ambas variables, es decir, en las primeras fases del desarrollo surge un gran
número de empresarios que se reduce en tanto la economía camina hacia fases de
desarrollo más avanzadas, consolidándose las grandes empresas generadoras de
empleo en la estructura productiva del país.
En
cuanto al estudio realizado, los gobiernos regionales con más desarrollo, se
destacan por tener una mayor inversión en educación junto con un mayor acceso
de la población al sistema educativo y un porcentaje más elevado de la misma
con nivel terciario o superior. Las diferencias entre países no son tan
significativas en lo que respecta a la incorporación de la educación
emprendedora.
Esto
acontece en un contexto en el cual, a lo largo de los últimos años, se ha
avanzado con numerosas iniciativas en el nivel terciario. De hecho, 11 de los
15 países de la región tienen puntajes mayores o iguales a 70 puntos, con una
brecha de sólo 10 puntos con respecto a los líderes globales. Es probable que
una mirada cualitativa más profunda permita identificar la existencia de
diferencias entre países de la región y también con respecto a otras latitudes.
Sin embargo, en el nivel medio del sistema educativo los progresos son todavía
mucho más lentos, el puntaje promedio de la región llega a 33 puntos (frente a
82 en el top mundial de la dimensión).
Asimismo,
otro aspecto de singular relevancia es el desarrollo de las competencias
digitales en la población (por ejemplo, programación, codificación básica y
lectura digital), y su vinculación con la educación. En primer lugar, cabe
señalar que existe un importante nivel de correspondencia entre la posición que
ocupan los países en el ranking de la
dimensión educación del ICSEd-Prodem y en el de competencias digitales.
Finalmente,
hay mucho por avanzar e innovar para que la educación contribuya a formar a los
emprendedores en los países, y esto incluye muy especialmente aspectos más
estructurales y de nivel general, vinculados al sistema educativo y, en el caso
específico de la educación emprendedora, apuntan en particular a las áreas
pendientes que existen en los niveles iniciales y medios del sistema. Esto
conlleva a ver potenciado los desafíos que plantea el desarrollo de
competencias digitales. Aunado a ello, se tiene en cuenta el vertiginoso desarrollo
en los avances tecnológicos, así como en investigación y desarrollo, con
impacto directo en el crecimiento y desarrollo de las economías. Por tanto, la
era digital, encara desafíos en todas las áreas que impliquen estas variables,
como se puede apreciar en la Figura V.
Fuente: International Telecommunication Union (ITU, 2018).
Figura V: Educación y competencias digitales
En la
Figura VI, el modelo del GEM ilustra las características y variables más
relevantes que deben ponderarse en los estudios y fortalecimiento de toda
política tanto pública como privada; cabe resaltar, que el ámbito educativo es
fundamental para el dinamismo y retroalimentación de todo el sistema. Así, por
ejemplo, un estudio realizado junto al BID para su Diálogo Regional de
Políticas Públicas (Amorós y Bosma, 2014), da cuenta de la necesidad de
fortalecer los esfuerzos en investigación y desarrollo, así como en la
construcción de capacidades y recursos. Pero coloca, además, particular foco en
los importantes desafíos para crear empresas basadas en la ciencia y la
tecnología.
Fuente: Amorós y Bosma (2014).
Figura VI: Modelo del GEM sobre emprendedurismo
Desde
una perspectiva sistémica organizacional, es necesario, por ejemplo, lograr una
mayor vinculación entre las agendas de investigación y los problemas de la
sociedad y las empresas; promover el cambio cultural, así como de las reglas de
juego institucionales, con la finalidad que los investigadores y académicos
cuenten con menos trabas y más incentivos para impulsar la creación de
empresas, así como también establecer plataformas organizacionales, que
promuevan la transformación del conocimiento en nuevas empresas, cambios
regulatorios, y desarrollar una cadena de financiamiento apropiado (Kantis y
Angelelli, 2020).
Conclusiones
El
emprendimiento y la innovación son variables clave para el desarrollo de un
país que desea impulsar la economía y la riqueza de los individuos, más aún en
una economía mundial de elite tecnológica; es por ello, que existen diversos
planteamientos teóricos que lo abordan para explicar su relevancia en el
desarrollo de nuevas ideas y, por ende, de más empresas que permitan ser
soporte a la generación de bienes y servicios necesarios.
El
liderazgo emprendedor es la habilidad de influir en los otros para administrar
recursos estratégicamente, con la finalidad de enfatizar las conductas de
búsqueda de oportunidades y de ventajas; además, consta de seis componentes:
Nutrir la capacidad emprendedora, proteger las innovaciones de las amenazas,
dar sentido a las oportunidades, cuestionarse la lógica dominante, volver a las
preguntas engañosamente simples, y vincular el emprendimiento y la
administración estratégica; es aquí, donde la educación debe fomentar los
espacios para expandir sus potencialidades en consonancia con los lineamientos
de políticas públicas y privadas.
Se
pudo observar, en el caso de países de América Latina y Europa, países como
Alemania, España, Israel, Finlandia, Noruega y Suecia, donde se aplican
políticas y programas para promover los espacios que faciliten el desarrollo en
ciencia y tecnología y que cubren distintas dimensiones combinadas al enfoque
sistémico y organizacional propuesto. Asimismo, existen iniciativas que buscan
generar un marco cultural estimulante, a nivel general y también de los futuros
académicos; otras, fomentan el cambio en la cultura de las organizaciones y de
los investigadores.
De
igual manera, se evidenció una tendencia a prestar cada vez más atención a las
actividades de transferencia; por ejemplo, a través de los criterios de
evaluación que aplican los fondos que financian los proyectos de investigación;
de las reglas propias de las instituciones académicas y científicas; de las
nuevas leyes de innovación, y de los programas específicos, que buscan
estimular e institucionalizar las actividades de transferencia. Un campo muy
importante de transformaciones tiene que ver con compatibilizar la carrera del
investigador y con facilitar su participación en la propiedad y gestión de la
empresa. Por último, están los programas que, a través de distintos instrumentos,
desarrollan la oferta de respaldo técnico, así como financiero a las distintas
etapas del proceso de emprendimiento.
Del
análisis de las características y el contexto de los de la región, así como de
las tendencias internacionales en políticas públicas, surgen algunos
lineamientos orientadores que pueden ayudar a definir estrategias apropiadas,
teniéndolas en cuenta en mayor o menor medida según la realidad de cada país.
Referente
a los casos del continente asiático, el Estado tiene un rol importante en el
emprendimiento, ello porque a través de instituciones responsables de impulsar
la ciencia y la tecnología, generan condiciones para la creación y desarrollo
de nuevos procesos y bienes en las empresas que las hace competitivas e
innovadoras, tal es el caso de Japón y Corea del Sur; además, economías como
Hong Kong, Singapur y Taiwán, han implementado sistemas nacionales de
innovación a partir del fomento a la investigación y desarrollo (I+D), que les
permite crear ciencia y tecnología, que tiene como base la interacción entre el
Estado, las industrias y las universidades en la promoción de la innovación.
Las
economías de Japón, Corea del Sur, Singapur y Taiwán, con la dinámica de
trabajo entre Estado-industria-universidades, son las que han logrado en Asia
Oriental, lograr el mayor desarrollo en el emprendimiento; asimismo, ello
empujó el desarrollo de sus economías, que se refleja en una mayor riqueza de
su sociedad, al igual que bajos niveles de pobreza y de educación entre su
población.
Por
otra parte, dichas economías se convierten en referente para los países que no
han logrado transitar al desarrollo y a la consolidación de sistemas de
innovación que impulsan la competitividad de sus industrias. Por más de una
década China logró tasas de crecimiento económico por arriba de 8%, ello como
resultado de la modernización de la élite gubernamental y de su política
económica, que permitió la transformación de las empresas para ser más
competitivas por medio de innovaciones en los procesos y en los bienes creados.
Finalmente,
la innovación, y el emprendimiento, son variables fundamentales en el estudio
de todas las disciplinas académicas y científicas; en ese sentido, las
políticas públicas enmarcadas en la praxis de llevar a cabo en conjunción con
el sector público y privado, deben estar enfocadas a los objetivos de
crecimiento económico, desarrollo en aras de incidir a su vez en la disminución
de los índices de pobreza, maximizando el bienestar y los niveles de calidad de
vida de la población.
La
gerencia como recurso tecnológico, como catalizador en promover el
emprendimiento y la innovación, es vital también incursionar en el estudio y la
modernización de sus conceptos y modelos según el contexto particular y
dinámico que se presente. En ese sentido, desde la educación como visión
holística, se estimulan los procesos cognitivos que propician el desarrollo de
la innovación, que promuevan el emprendimiento, que fortalezcan y actualicen
modelos gerenciales y de gestión y a su vez la retroalimentación en todo el
sistema.
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