QUÓRUM ACADÉMICO
Vol. 20 Nº 1, Enero - Junio 2023. Pp. 49-71
Universidad del Zulia
El objetivo es analizar las estrategias discursivas del presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, durante el Paro Nacional 2022. Es un estudio cualitativo e interpretativo, basado en el discurso político (destinatarios y entidades del imaginario) y el ethos discursivo. El corpus está compuesto por ocho discursos de Lasso en cadenas nacionales. Entre los resultados están: la construcción de los otros como “violentos” y “criminales”, deslegitimando a los dirigentes indígenas y a la movilización como desestabilizadora, considera a los manifestantes de comunidades como sujetos manipulables; el ‘nosotros’ está conformado por lo institucional: el Gobierno, la Policía y Fuerzas Armadas, con articulaciones políticas y geográficas; también quiso persuadir a los paradestinatarios. Lasso intentó construir su ethos como competente, combativo y dialogante, con racionalidad.
Recibido: Febrero 2023 – Aceptado: Abril 2023
1 Docente Universidad UTE, Quito-Ecuador, Rumipamba y Bourgeois, Quito-Ecuador. Correo: byronandinov@gmail.com. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-0455-3724
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'Us' before the 'violent and criminals'. Guillermo Lasso's speech during the 2022 national strike in Ecuador
The objective is to analyze the discursive strategies of the President of Ecuador, Guillermo Lasso, during the 2022 National Strike. It is a qualitative and interpretative study, based on political discourse (recipients and entities of the imaginary) and discursive ethos. The corpus has eight Lasso speeches on national channels. Among the results are: the construction of others as "violent" and "criminals", delegitimizes indigenous leaders and the mobilization as destabilizing, considers community protesters as subjects that can be manipulated; the 'we' is made up of the institutional: the Government, the Police and the Armed Forces, with political and geographical articulations; also tries to persuade pararecipients. Lasso tried to build his ethos as competent, combative and dialoguing, with rationality.
Keywords: Political speech, political communication, contest, government
Las movilizaciones sociales en Ecuador han sido parte de procesos históricos y contingentes de lucha política. El paro nacional 2022 (del 12 al 30 de junio), junto con las manifestaciones de octubre de 2019, se constituyen como los momentos de protesta más fuertes en el país en los últimos años: integran esas acciones heterogéneas que convergen a través de los movimientos sociales (en este caso trabajadores, docentes, estudiantes, movimientos feministas, sobre todo agrupaciones indígenas, entre otras) como una especie de laboratorios que gestan marcos de significados mediante la auto-organización, al tener a individuos y diferentes colectividades como centros de acción (Berrío, 2006).
Esos estallidos con demandas históricas (Ulloa y Baquero, 2022) tuvieron actos de contienda, como interacción episódica entre múltiples actores que buscan reorganizar o modelar un escenario político mediante luchas sociales para impulsar reivindicaciones (McAdam, Tarrow y Tilly, 2005). En las movilizaciones de junio incluían 10 puntos solicitados desde 2021 por las organizaciones indígenas. Son demandas sociales que reflejan
los condicionamientos estructurales a los que está sometida la población. De forma resumida, estos incluían: reducción del costo de combustibles, moratoria y renegociación de deudas en sistema financiero, precios justos para producción en zonas rurales, políticas para generación de empleo y derechos laborales, moratoria a ampliación de frontera extractiva minera/ petrolera, respeto a 21 derechos colectivos, alto a la privatización de sectores estratégicos, políticas de control de precios y especulación en el mercado, mayor presupuesto para salud y educación en todos sus niveles, seguridad y protección ante la violencia y el crimen organizado.
¿Cómo se llegó a este nuevo escenario de protesta que dejó al menos
7 muertos y cientos de heridos, entre múltiples afectaciones sociales? Guillermo Lasso asumió su mandato el 24 de mayo de 2021, tras culminar el gobierno de Lenín Moreno, quien -en un inicio- fue electo por Alianza PAIS en el marco de los movimientos del Giro a la Izquierda (Arditi, 2009), pero después tuvo un giro marcado por su acercamiento a élites económicas del país y políticos de derecha, lo cual se vio reflejado en sus políticas y recortes. Moreno enfrentó el paro nacional de octubre de 2019, que duró 11 días y cuyo factor detonante fue la disminución de los subsidios a los combustibles.
Lasso, entonces, asumió un país endeudado, con afectaciones múltiples por la pandemia, pero sobre todo un Estado debilitado por Moreno, al cual lo ha mantenido así: con ajuste presupuestario, ha ampliado notoriamente las reservas monetarias del país (más de $ 9 mil millones) mientras que para el mes de junio los niveles de pobreza y pobreza extrema se ubicaban en un 36 %, siendo la población rural la más afectada (22,7% en pobreza extrema y 42,9% en pobreza). También, la canasta básica llegaba a $ 751, un 51,6% de la gente estaba laboralmente en la informalidad, según datos del INEC, entre otras cifras alarmantes sobre condiciones sociales (Coba, 2022). En su accionar, el mandatario elaboró proyectos de ley que connotan su tendencia hacia un modelo empresarial y económico desde arriba hacia abajo y por goteo. Todas estas medidas eran impulsadas y apoyadas por el Fondo Monetario Internacional, con el que Ecuador ha mantenido un acuerdo por créditos desde el gobierno de Moreno.
Así llegó el accionar de los movimientos sociales ante esa difícil situación en la que había en el país “una arremetida de la delincuencia común, el crimen organizado y las matanzas en las cárceles. Es decir, hubo una combinación de inseguridad, desempleo y una falta de conexión con el ciudadano común” (Ulloa y Baquero, 2022: 30). La contienda fue de forma relacional, al tener como otro actor al gobierno, con el cual se ejercen prácticas de comunicación
política con interacciones interdiscursivas en un contexto social y cultural, en un ámbito circular y dinámico de comunicación política (Canel, 1999).
De ahí radica la importancia por explorar cómo fue la estrategia discursiva del principal representante del gobierno, el Presidente de la República Guillermo Lasso, ante el litigio durante el paro nacional 2022, para identificar la vinculaciòn entre el discurso y sus condiciones de producción, pues en el momento de crisis aparece el contenido más político que pone en juego y evidencia el poder (Mangone y Warley, 1994).
Aquí se explora cómo Guillermo Lasso construye a las personas del discurso, a sí mismo y a otras personas textuales (como destinatarios) para un ejercicio estratégico político de formación de aliados, opositores e indecisos. Se trata de la dimensión polémica del discurso político (Verón, 1987), con una lucha entre enunciadores. Para ello, el mandatario ejerció su control del contexto comunicacional -por ejemplo- a través del uso de las cadenas nacionales y sus mensajes transmitidos por medios tradicionales y las distintas pantallas, los cuales son objeto de este estudio. Fueron elementos comunicacionales estratégicos difundidos a lo largo de los 18 días que duraron las movilizaciones en el país.
Este artículo pretende ser un aporte al estudio de los discursos presidenciales en Ecuador. En su mayoría, las investigaciones del discurso de Guillermo Lasso han sido sobre sus campañas previas (Bayas, 2022; Alemán, 2022; Valverde, 2021) siendo -al momento- escasos los trabajos sobre sus discursos en el mandato, por ejemplo sobre su posesión en el cargo (Soto 2022).
La metodología de esta investigación es cualitativa al darle una perspectiva interpretativa para entender los significados, en este caso, de discursos en un contexto. El objetivo es analizar las estrategias discursivas del presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, durante el Paro Nacional 2022. El diseño es no experimental y transversal al recoger información del 12 al 30 de junio de 2022.
El corpus se conforma por ocho discursos de Guillermo Lasso, los dos primeros no están identificados explícitamente como cadenas, mientras que los otros cinco sí lo están, a uno lo denominan “carta” en su nombre colocado. Se constituyen como discursos presidenciales al haber sido difundidos públicamente por medios tradicionales y también por las redes sociales
y canales oficiales del gobierno nacional, haciendo uso de las potestades que el cargo le otorga a Lasso como mandatario, entre ellas la maquinaria comunicacional oficial y herramientas legales para su difusión. Además, las cadenas nacionales permiten -ese momento- no ser colocadas en los encuadres de los medios u otras instancias institucionales que modifiquen, direccionen o corten el material, mostrándose en su totalidad ante la gente.
Estos discursos fueron elegidos porque condensan una postura institucional y oficial que se propaga ante la contienda política. Vale reconocer que no fueron los únicos, pues la comunicación de gobierno -sin duda- fue más amplia con spots publicitarios, declaraciones públicas de autoridades, además de los discursos multimodales a través de las distintas redes sociales oficiales del gobierno, lo cual excede el presente tema.
Tras su difusión, los videos del corpus quedaron colgados con libre acceso en las plataformas de Youtube y Facebook. Además, los textos oficiales de los discursos 3 al 8 estaban en la página https://www.presidencia.gob.ec/ discursos/, quedando solo por ser transcritos el 1 y 2.
Tabla 1: Fecha y número de discursos presidenciales durante el paro 2022
Nùmero | Fecha |
1 | 12-06-2022 |
2 | 16-06-2022 |
3 | 17-06-2022 |
4 | 20-06-2022 |
5 | 24-06-2022 |
6 | 26-06-2022 |
7 | 28-06-2022 |
8 | 30-06-2022 |
Fuente: Elaboración propia (2023) |
La perspectiva teórica y analítica de la que partimos es desde el análisis del discurso y la sociosemiótica, con Eliseo Verón, al considerar la dimensión polémica del discurso político en una situación de comunicación. El autor considera tres tipos de destinatarios:
"El destinatario positivo es esa posición que corresponde a un receptor que participa de las mismas ideas, que adhiere a los mismos valores y persigue los mismos objetivos que el enunciador: el destinatario positivo es antes que todo el partidario. Hablaremos
en su caso de prodestinatario (...). El destinatario negativo está, por supuesto, excluido del colectivo de identificación: esta exclusión es la definición misma del destinatario negativo (...) lo llamaremos contradestinatario. (…) la posición de “indecisos” tiene, en el discurso político, el carácter de una hipótesis de suspensión de la creencia. Designaremos esta posición como la posición del paradestinatario. Al paradestinatario va dirigido todo lo que en el discurso político es del orden de la persuasión" (Verón, 1987: 17).
Esa es la primera parte, identificar quiénes son los destinatarios. La segunda es saber cómo se los denomina. Verón incluye a las entidades:
Colectivos de identificación: es la relación entre enunciador y destinatario, incluye el ‘nosotros’ inclusivo o el ‘ellos’ negativo.
Entidades más amplias que designan colectivos más en condición de ‘receptores’, se dirigen al paradestinatario.
Metacolectivos singulares: no admiten cuantificación y difícilmente la fragmentación, son más abarcadores que los colectivos y que fundan la identidad de los enunciadores.
Expresiones nominalizadas: adquieren cierta autonomía semántica respecto del contexto discursivo. Son fórmulas que poseen valor metafórico de sustitución.
La retórica nos ha mostrado la importancia del discurso durante miles de años para intentar convencer a los otros. En este caso, es relevante conocer uno de los elementos que Aristóteles incluía como el ethos, el carácter moral del orador para persuadir al auditorio y ganar su confianza (Maingueneau, 2002). Aquí se tomará más el ethos discursivo, que se basa en lo dicho o mostrado por el político. Es una forma de buscar más adhesiones como aliados según los valores y creencias que poseería el público al que se dirige (Bermúdez, 2007). Aquí se analizan en el texto, por ejemplo, la deixis personal, los términos valorativos y el nosotros inclusivo que evoque.
El ethos tiene una representación del enunciador, con un “carácter” y “corporalidad”, “tono” y “voz” (Maingueneau, 2009). Por ello también se pueden tomar elementos de la retórica de la imagen (Barthes, 1986) para entender la connotación de cómo se muestra Lasso en las cadenas nacionales. Para ello se tomaron capturas de pantalla de cada una de las cadenas y se aplicó la observación. Aquí se explora su mensaje icónico y los connotadores que construyen significados a través de lo audiovisual.
Tabla 2: Esquema de metodología
UNIDAD DE ANÁLISIS | VARIABLES | |
Discursos de Guillermo Lasso durante el Paro Nacional 2022 | Estrategia discursiva: destinatarios y ethos | |
Destinatarios (Verón, 1987) | 2.1 Prodestinatario | Entidades del imaginario: colectivos de identificación, colectivos más amplios, metacolectivos singulares, formas nominales con poder explicativo |
2.2 Contradestinatario | ||
2.3 Paradestinatario | ||
Ethos (Maingueneau, 2009) | 3.1 Ethos discursivo | Deixis personal, términos valorativos. Denotación y connotación (retórica de la imagen). |
Fuente: Adaptado de (Andino, 2020a). |
Con esta base teórico-metodológica basada en un anterior trabajo, y que posee modificaciones para el nuevo caso de estudio, se procedió al análisis del discurso de forma manual e interpretativa con las categorías descritas, mediante la observación detallada de textos, así como de la denotación y connotación (retórica) de la imagen presentada durante sus cadenas. Se escogieron ejemplos para sustentar los subtemas y redacción de los mismos en temáticas basadas en las categorías de destinatarios y el ethos.
En los resultados se analizan dos partes, que van relacionadas: la primera es sobre la construcción de destinatarios a través de las entidades del imaginario para conocer cómo se nombra a los aliados, opositores e indecisos. La segunda es el análisis de su ethos, para indagar cómo buscaba legitimidad en su figura y cuál sería la intencionalidad.
Se trata de una construcción estratégica del discurso al seleccionar detalladamente ideas, términos y una composición lingüística y visual para colocar su contenido bajo encuadres y líneas de relato oficiales.
Tabla 3: Entidades del imaginario en los prodestinatarios | ||
Destinatario | Categoría | Variantes y fechas en junio de 2022 |
Prodestinatario / Nosotros (Verón, 1987) | Generalidad | |
Fuerza pública | - La fuerza pública (16), las fuerzas del orden (28) | |
y los agredidos | - “Nuestra Policía Nacional y nuestras Fuerzas Armadas” (24, | |
26) | ||
- “Los miembros de nuestra fuerza pública, ciudadanos y | ||
periodistas” (24) | ||
- miembros de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas | ||
(28) | ||
Articulaciones políticas | ||
Identificación institucional | - Gobierno (24, 26, 28) | |
Quito | ||
Fuente: Elaboración propia (2023) |
“Todos nos hacemos daño (12)
Todos los que queremos trabajar (16, 24, 26)
Todos queremos diálogo, paz y lo mejor para el país (20, 28, 30)
“Valoramos el compromiso de la Izquierda Democrática, del Partido Social Cristiano, de la bancada del Acuerdo Nacional y los asambleístas que públicamente se han manifestado en favor del orden constituido” (24)
“La unidad de los demócratas debe prevalecer” (24)
“Los ecuatorianos que buscan el diálogo” (26)
“La gran mayoría que no quiere el caos” (12)
Nosotros (20)
Gobierno nacional (24)
Gobierno legalmente constituido (24)
Gobierno con la mano extendida (26)
“nuestra capital” (17)
Quito (20)
Para construir discursivamente a sus aliados, Lasso expresa una generalidad mediante el pronombre indefinido “todos”, que en categorías de Verón (1987) refiere a un meta-colectivo singular que no admite cuantificación ni fragmentación, a la vez que es muy abarcador. De esta forma, intenta una totalización de una razón, para involucrar a todo el país en su postura; es decir, contra las movilizaciones sociales. El mandatario carga de valores (trabajo, diálogo, paz) a ese “todos” para legitimarlo.
Sobre las entidades enumerables, están los colectivos asociados a su gestión del conflicto y la fuerza pública para resaltar la existencia y acción de los aparatos represivos del Estado. En lo lingüístico, habla de “nuestra” y “nuestras”, como deícticos que muestran su alianza con esas entidades y su capacidad de ejercer el monopolio de la fuerza estatal. Además, nombra a periodistas y ciudadanos, a quienes coloca dentro de su ‘nosotros’ agredidos durante las manifestaciones.
Los colectivos de identificación suelen ser los que potencian la unificación de un nosotros explícito como entidades enumerables. En este caso, eso se remite a una identificación política de élites, al nombrar a algunas agrupaciones políticas de la Asamblea: Izquierda Democrática, Partido Social Cristiano y la Bancada del Acuerdo Nacional (CREO y sus aliados independientes). Menciona a esa articulación como la “unidad de los demócratas”, colocándose de manera diferencial ante los que llama no- demócratas. De igual forma ocurre al mencionar como sus prodestinatarios, a quienes buscan el diálogo y no quieren caos, para marcarlos en oposición a los manifestantes.
Su colectivo de identificación es institucional, al nombrarse como gobierno. No trasciende hacia un mito de “El gobierno del encuentro”, sino que enfatiza con un tèrmino genérico, así se centra más en la política de la coyuntura sin proyección a la construcción de un colectivo más amplio. Además, se remite a la formalidad política con el pronombre “nosotros” para defender su sostenibilidad en el mandato.
Otros metacolectivos que aparecen son "Quito" y “nuestra capital”, con el deíctico posesivo y en plural, con los cuales intenta construir el imaginario territorial de que la totalidad de la ciudad está en contra de las protestas y es víctima de ellas. Esto se diferencia de la realidad material que se visibilizó, pues en las calles, múltiples barrios y ciudadanos respaldaron la contienda; sin embargo, estas categorías estuvieron en la primera mitad de los discursos de Lasso.
El otro despersonalizado
- “Dicen que luchan por el costo de la vida, pero cierran carreteras (…). Dicen que quieren mejorar los servicios de salud…”. (17)
- “los que no quieren dialogar” (26)
Tabla 4: Entidades del imaginario en los contradestinatarios | ||
Destinatario | Categoría | Variantes y fechas en junio de 2022 |
Leonidas Iza, dirigentes y la CONAIE | - Grupos políticos (12) - Dirigentes de la CONAIE (12) - La CONAIE (12, 24) - Señor Iza (24), él (24), Leonidas Iza (28) - “Varios delegados del señor Iza” (24) - “Que nunca más seudo dirigentes los vuelvan a engañar” (26) - “Un oportunista como líder” (28) - “Solo cuando se cuente con legítimos representantes de todos los pueblos y nacionalidades del Ecuador” (28) | |
Contradestinatario | Los violentos | - “Unos pocos violentos” (20) - “Los violentos” (24) - “Para los que siguen con la violencia y causando terror” (26) - “Alrededor de cien violentos” (28) |
/ Ellos-los otros Los criminales (Verón, 1987) | - “Criminales infiltrados”, “grupos de vándalos”, “vándalos y criminales”, “grupos de criminales” (24). | |
Indígenas, comunidades y engañados | ||
Fuente: Elaboración propia (2023) |
“Todos aquellos que los han perpetrado”, “estos delincuentes”, “los que buscan el caos, la violencia y el terrorismo... toda la fuerza de la ley”, “los que siguen con la violencia y causando terror” (26).
“Quienes pretenden secuestrar la paz de los ecuatorianos”, “quienes atacan a nuestras fuerzas de seguridad y juegan con la salud y la vida de los ecuatorianos”, “quienes mantienen al Ecuador como rehén, con quienes atacan a nuestras fuerzas de seguridad” (28).
“Hay gente buena que está marchando para reclamar causas justas” (17).
“A nuestros hermanos indígenas y campesinos que han sido traídos a Quito con engaños”, “quienes se sintieron engañados por sus dirigentes” (24, 26, 28)
“Dirigentes de organizaciones sociales y comunidades que ya nos han contactado” (24, 26, 28).
Esta sección obtuvo mayor carga discursiva al indicar quiénes fueron los adversarios de Lasso en la contienda durante las movilizaciones sociales. El primer punto muestra el cambio progresivo del uso de las entidades que tuvo el Presidente sobre la CONAIE y los dirigentes indígenas, entre ellos, Leonidas Iza. Empezó de manera formal, nombra sin adjetivaciones o términos valorativos al principal movimiento y fuerza colectiva que encabezaba las protestas, a pesar de que no era el único, pues también estuvieron, por ejemplo, la FENOCIN y la FEINE.
Después, personaliza la contienda para centrar el foco de atención, fijar responsabilidades y cuestionamientos en “el señor Iza”, lo que connota menosprecio en su tratamiento. Lo tilda de “oportunista” y “pseudo dirigente”, lo que deslegitima su representatividad elegida colectivamente por las bases de la CONAIE.
Así como el mandatario personaliza la contienda, también despersonaliza, lingüísticamente, a los contradestinatarios y evita su presencia explícita como personas del discurso: “Dicen que luchan por el costo de la vida” (Discurso 3, 17/06/2022); “los que no quieren dialogar” (Discurso 6, 26/06/2022). Esto significa invisibilizar la heterogeneidad de agrupaciones que presentan sus demandas sociales a través de la movilización y evita que cobren mayor propagación simbólica.
La dimensión polémica del discurso se profundiza en Lasso al juntar la construcción de opositores con formas nominales que demonizan o criminalizan a los manifestantes, es decir, apela al miedo al volverlos una amenaza. Son calificativos a los que se les atribuye un poder explicativo que simplifica la totalidad. “Violentos”, “criminales”, “vándalos”, “delincuentes” serán, con sus variantes, las formas de denominarlos con cuantificación al describirlos como “unos pocos”, “alrededor de cien”, “grupos de”.
De ahí que se aproxima a la construcción de los manifestantes como la ‘barbarie’, también usando la despersonalización, pero ahora sería para una totalidad: “los que buscan el caos, la violencia y el terrorismo” (Discurso 6, 26/06/2022), o “quienes pretenden secuestrar la paz de los ecuatorianos” (Discurso 7, 28/06/2022), como si la condición precedente a las movilizaciones hubiese sido de armonía y absoluta convivencia, sin desigualdades o problemáticas sociales.
En la función estratégica del discurso, Lasso desarrolla una forma de persuasión hacia los contradestinatarios para intentar que abandonen el antagonismo: “Hay gente buena que está marchando para reclamar causas justas” o “a nuestros hermanos indígenas y campesinos que han sido traídos a Quito con engaños”. Primero, vuelve a un tratamiento de carácter positivo hacia ellos: “gente buena”, “hermanos indígenas y campesinos”, “dirigentes”; es decir, intenta proximidad y cercanía. También admite que hay causas justas por las que reclaman, por lo que tiene una solidaridad selectiva; sin embargo, Lasso produce una ambigüedad al afirmar que los engañaron, lo cual connota su concepción de los manifestantes como sujetos manipulables, maleables, sin capacidad de raciocinio o de juicio crítico.
Tabla 5: Entidades del imaginario en los paradestinatarios | ||
Destinatario | Categoría | Variantes y fechas en junio de 2022 |
Paradestinatarios (Verón, 1987) | Ecuador y ecuatorianos | - Ecuador (12, 16, 24, 26, 28, 30). - País (12, 17, 20, 24, 26, 28, 30). |
Ciudadanos y familia | - Ciudadanos, cientos de miles, millones de ciudadanos (16, 24, 26, 28). - Familia y familiares (12, 17, 20, 24, 28, 30). | |
Múltiples entidades más amplias | -“Ecuatorianos, profesionales, empresarios, maestros, transportistas” (28). | |
Fuente: Elaboración propia (2023) |
Ecuador como rehén (28).
Ecuatorianos (en todos los discursos).
millones de ecuatorianos (20).
“Ecuatorianos agredidos” (24).
Nuestros hermanos en el Ecuador (26).
Iglesia Católica (28).
Iglesia, Naciones Unidas y universidades (16).
“Sociedad civil, a los médicos, a los artesanos, a los agricultores, a los transportistas, a las universidades, a todas las organizaciones sociales” (17).
“Organizaciones de la sociedad civil” (20).
“Organizaciones de derechos humanos” (24).
“Muchas voces de la sociedad civil, gremios, transportistas, alcaldes, prefectos, organizaciones indígenas y campesinas, asambleístas de las distintas bancadas, la iglesia y millones de ciudadanos del país, nos han hecho conocer el respaldo a la democracia y a la búsqueda de la paz” (26).
Lasso aplica la persuasión e intentos de seducción para los ciudadanos que se mantienen indecisos, “fuera de juego” o con suspensión de la creencia (Verón, 1987) hacia alguno de los bandos de la contienda. Estas son categorías que estuvieron en la mayoría de discursos, apelan a entidades genéricas de metacolectivos singulares, que refieren a una totalidad (Ecuador, país), por ello son más abarcadores y no admiten cuantificación.
La cuestión del ser ecuatorianos y pertenecer a Ecuador atraviesa el relato, de forma reiterativa, para impulsar esa identidad nacional unificante que propende -mediante su imaginario- abolir diferencias internas. Lasso acude a otra forma genérica y totalizante de la población: la idea de ciudadanía, al cuantificar como “cientos de miles”, “millones” de ciudadanos los que cuestionan las protestas.
Se presentan las categorías “familia” y “familiares”, como ideas también abarcativas presentes en 6 de los 8 discursos, tomando esa concepción de la
unidad social mínima y su énfasis en nuestra matriz cultural. Otra estrategia discursiva del mandatario fue la enumeración de múltiples identidades más amplias, una heterogeneidad de agrupaciones sociales que no son parte del campo político institucional, pero sí parte de la sociedad civil. Es un agradecimiento directo a algunos paradestinatarios que han impulsado el diálogo, mientras que evoca directamente a esas otras agrupaciones para que se unan a su propuesta de consenso. Lasso coloca a todas esas entidades (aunque sean colectivos sin militancia política específica) como víctimas, rehenes de quienes impulsan y actúan en el paro nacional, con la intención de que se adhieran a su ‘nosotros’ ante las movilizaciones.
Ethos discursivo de Guillermo Lasso
El gobierno nacional tuvo, mediante las cadenas nacionales, el dominio del texto y del habla (Van Dijk, 1999) para ejercer prácticas comunicacionales en las que puede construir o proscribir una representación sobre sí, en cuanto a ideas e imagen. Sobre lo lingüístico, la deixis personal con carga en primera persona singular y plural se evidencia más en las conjugaciones, no tanto sobre una autodescripción extendida o explícita de su ‘yo’ – ‘nosotros’, sino para anunciar las acciones y promesas que le permitan cobrar legitimidad como presidente y gobierno. Lo segundo será el análisis semiótico que apoye este apartado. A continuación, una tipología de ese intento de construcción de su imagen durante el paro de junio de 2022.
Lasso nombró elementos que corresponden a la racionalidad administrativa referente a su gestión presidencial y gubernamental (Cerbino, Maluf y Ramos, 2016) como justificación de sus acciones ante el paro: “Mi responsabilidad como Presidente es garantizar al país el derecho a movilizarse libremente, a estudiar y a trabajar” (Discurso 1, 12/06/2022). Lo construye con conjugaciones en infinitivo, presente y presente continuo, para acercarlas a ese tiempo inmediato de la protesta, como respuesta a algunos de los pedidos de los movimientos sociales:
"Estamos trabajando para construir un Estado fuerte que atienda a todos los ciudadanos, especialmente a los más vulnerables. Estamos preparando mecanismos para compensar las consecuencias económicas de la pandemia y de la guerra de Rusia contra Ucrania".
-"Estamos buscando mecanismos de alivio a las deudas de los más pobres" (Discurso 2, 16/06/2022).
"Estamos atendiendo las legítimas demandas ciudadanas" (Discurso 4, 20/06/2022).
-"Asumimos directamente el compromiso de resolver todos los puntos de la agenda de nuestros hermanos indígenas y campesinos, con resultados reales" (Discurso 6, 26/06/2022).
Estas partes de su intervención muestran un intento de convencer a los paradestinatarios de que ha tenido actividad, planteamientos desde su gobierno y acciones orientadas a su causa, para de esa forma desacreditar los motivos de la protesta. Se trata de justificar el cumplimiento de ser político como vocación y de su ética de convicción (Weber, 1993). Además, admite que no hay un Estado eficiente, por lo que intenta mostrarse ante el colectivo amplio de ciudadanos como un mandatario que trabaja a favor de los más vulnerables y pobres. Aquí intenta mediante el pathos evocar sensibilidad ante los otros, apelar a la emotividad, sin datos, pruebas o evidencias de que así sea.
Ante un escenario de contienda, configuró su imagen a través de una exaltación de sí mismo en su capacidad de ser defensor y combativo ante los ‘otros’ construidos; es decir, plantea un campo de contraposición política y social:
·Desde aquí me comprometo a defender nuestra capital y a defender el país" (Discurso 3, 17/06/2022).
"Aquí estoy para defender a Quito, a cada familia de la capital y del país" (Discurso 4, 20/06/2022).
"Tenemos que defender la democracia" (Discurso 7, 28/06/2022).
"A todos los ciudadanos que solo quieren trabajar, volver a la normalidad, vamos a seguir protegiéndolos, vamos a recuperar la paz para el Ecuador" (Discurso 5, 24/06/2022).
Es un discurso apegado a una imagen de héroe en la construcción del mito nacional, cercano al ser redentor que protege a la comunidad imaginada de una amenaza. Su rol se apega a la religiosidad de ser un salvador, capaz de proveer felicidad a Ecuador a través del retorno a una ‘normalidad’, concebida a un orden sin antagonismo, queriendo bloquear
ahora a un enemigo interno que afectaría la unidad y pasividad de la nación y de Quito, como uno de los centros geopolíticos. El método es advertir el uso progresivo de la fuerza estatal al estar en control del contexto del poder gubernamental:
"Tomaremos todas las medidas necesarias y aplicaremos las leyes con todo el rigor posible" (Discurso 1, 12/06/2022).
"Estamos listos a impedir que las movilizaciones se vuelvan más violentas, a utilizar dentro del marco de la ley el uso progresivo de la fuerza" (Discurso 2, 16/06/2022).
"En defensa de los ciudadanos y de la institucionalidad del país, el gobierno nacional utilizará todos los recursos legales que la ley le faculta" (Discurso 5, 24/06/2022).
Se trata de una imagen de líder gubernamental que utiliza una economía del uso del poder, con advertencia de aplicación controlada de la fuerza para evitar un incremento de la violencia, lo cual -si ocurriera- representaría un fracaso de sí al ser vulnerada su autoridad (Wolin, 2011). También evoca ese ethos redentor en el futuro no inmediato, más allá de las movilizaciones, cuando manifiesta “tengo la voluntad para cambiar el Ecuador” (Discurso 1, 12/06/2022), utilizando el verbo en infinitivo, con tiempo incierto, como un elemento programático.
Los rasgos del pensamiento eurocéntrico se desarrollan implícitamente en su ‘yo’. Forma su ‘nosotros’ construido como la civilización, que significa poseer la razón absoluta para alcanzar el desarrollo, según su concepto del mismo. Así mencionaba que se debía: “retomar la senda del progreso para todos” (Discurso 6, 26/06/2022). Lo que quiere decir que, bajo su mandato, ya se caminaba por ese rumbo que llevaría a mejores condiciones sociales en el país.
De ahí resaltan, en varios de sus discursos, las palabras orden, paz y desarrollo para indicar cómo sería ese Ecuador civilizado: “¡El Ecuador elige la democracia, nunca el caos!” (Discurso 5, 24/06/2022). Así empieza a reproducir la lógica ‘civilización vs. barbarie’, promovida históricamente por parte del liberalismo y eurocentrismo (Guerrero 2017): “nuestro país ha sido objeto de múltiples actos de barbarie” (Discurso 6, 26/06/2022), la segunda es considerada como forma irracional y retrasada, a diferencia de
su propuesta de consenso que sería la única que permite el ejercicio de la razón.
Lasso también manifestó: “Hago un llamado a los dirigentes de la CONAIE para que recapaciten y respeten el derecho de la gran mayoría que no quiere el caos” (Discurso 1, 12/06/2022), impulsa la interiorización de la reflexión sobre esas ideas, las cuales deben ser universalizadas, según su criterio hacia minorías que fueron engañadas (por no conocer la ‘verdad’) y que no se incluyen en las lógicas de orden y consenso.
Este punto es algo contradictorio con el ethos combativo, pues tiene relación con una imagen consensual, ya que, anteriormente, Lasso resultaba combativo con el uso de la fuerza y la aplicación legal. Es uno de los puntos con amplio desarrollo por parte del mandatario:
"Hemos insistido en nuestra disposición al diálogo. Varias organizaciones se han ofrecido a mediar (…) Tenemos que sentarnos en una mesa. Juntos buscar soluciones, el diálogo es la mejor salida" (Discurso 2, 16/06/2022).
"Invito al diálogo a la sociedad civil, a los médicos, a los artesanos, a los agricultores, a los transportistas, a las universidades, a todas las organizaciones sociales. Unidos encontraremos las soluciones que alivien la situación de las familias ecuatorianas" (Discurso 3, 17/06/2022).
"Nosotros siempre hemos estado abiertos al diálogo. Escuchando las necesidades de los ecuatorianos, especialmente de los más vulnerables (…). Mantenemos abierto el diálogo, hemos aceptado la convocatoria de varias organizaciones de la sociedad civil. Todos queremos diálogo, menos unos pocos violentos (…). Hago un llamado por la paz" (Discurso 5, 24/06/2022).
Es un perfil conciliador, aglutinador de los sujetos de la contienda ante ese choque social que se desarrollaba mediante las movilizaciones. Esto significaría una racionalidad única mediante la deliberación como salida ante los litigios sociales. Se asimila al ethos de Lenín Moreno (Andino, 2020b) que evadía antagonismos como si la política fuera un terreno neutral y en igualdad de condiciones que satisfacen a todos, pero Jacques Rancière (1996) indica que eso corresponde a la desaparición de la política, pues si no hay cambios profundos solo habría inmovilidad social encubierta por el dominio de quienes ya tienen su parte de lo social.
El “diálogo” se vuelve una forma nominal, que adquiere un poder explicativo por sí mismo y es una especie de fórmula para la salida del conflicto. Sin embargo, el mandatario no da mayor sustento de cómo, cuándo, quiénes serán sus mediadores, la metodología o más detalles de su concreción práctica, entonces, su significado se vacía, por lo cual la imagen de Lasso se trastoca al no tener algo certero sobre su misma propuesta.
En épocas de dominio de la imagen, se ha gestionado su producción e intentado administrar su sentido en el marco de regímenes de visibilidad que habilitan qué es visible o hace invisible a algo. Es una forma de expresión del orden de lo estético, por lo cual responderá a formas de organización social, cultural y política. La configuración de la imagen consiste en una imitación o representación de la realidad, intenta orientar los sentidos también en compañía del texto y lo sonoro como convergentes para evitar significantes flotantes frente al poder perceptivo (Barthes, 1986).
La imagen mostrada por Guillermo Lasso es parte de su discurso, por lo que también permite construir su ethos. Sobre la imagen denotada, Barthes indica que es un mensaje icónico, por lo que se indagan elementos con los que fue construido. En cuanto a su composición en todos los mensajes presidenciales, la imagen tiene un encuadre que centra al Presidente y lo coloca en primer orden, tiene mirada directa a la cámara para enfatizar la atención en su rostro y en su gestualidad, la cual se alcanza al estar en un plano medio que omite el resto del cuerpo.
Sobre la iluminación, las tres primeras intervenciones (12, 16 y 17 de junio) muestran de forma más explícita la noche, con colores fríos y una interpretación de apacibilidad de Lasso, a lo cual se suma su vestimenta que
va entre lo semiformal al componerse de una chaqueta, suéter y camisa, esto último se extendió hasta su sexto discurso.
Mediante una lectura con mayores niveles de profundidad para significar la imagen y para su connotación, se interpretan rasgos de las subjetividades con las que se forjó. Al colocar a Lasso como centro y en soledad, se muestra que el mandato radicaría en él en cuanto al gobierno, es la personalización del poder. Imágenes diferentes se han mostrado, por ejemplo en 2019, cuando el expresidente Lenín Moreno apareció junto a quienes eran vicepresidente, ministro de Defensa y la cúpula militar, con una imagen de fuerza pública, élites políticas y otras significaciones. Distintas eran las imágenes de Rafael Correa al tener a sus correligionarios junto al Palacio de Gobierno y junto a él, cuando surgían manifestaciones masivas en su contra.
Imagen 1: Capturas de pantalla de los mensajes y cadenas presidenciales durante el paro
Fuente: Televistazo (2022)
Sobre los momentos de la protesta, la imagen también da algunas pistas. En las cuatro primeras (12, 16, 17 y 20 de junio), Lasso aparece en el Palacio de Carondelet, en tres imàgenes se coloca desde la terraza con un fondo que identifica que estaría en Quito. Se visibilizan elementos cercanos a la presidencia, como las cúpulas de la Catedral Metropolitana. La intención es mostrar que se mantiene en el sitio simbólico del poder presidencial con su ethos de competencia para estar al mando de la situación, lo cual resulta una interdiscursividad diferencial ante otros episodios en que, debido a las protestas, los entonces mandatarios cambiaban la sede a otras ciudades o
-tras ser derrocados- se iban del sitio.
En las cuatro últimas intervenciones (24, 26, 28, 30 de junio) varía el escenario de la construcción de la imagen del mandatario. Aparece en su oficina, resalta como símbolo patrio la bandera de Ecuador, tiene implementos como su escritorio, agenda y documentos para enfatizar ese ethos trabajador, incluso acompañado por colores calientes, a diferencia de los primeros discursos. Está en el lugar de mando del país, su traslado correspondería a establecer una imagen más fuerte sobre su rol de Presidente ante la intensificación de las protestas, por la cual el 24 de junio denuncia un supuesto intento de golpe de Estado.
En los dos últimos mensajes presidenciales del 28 y 30 de junio, la construcción de su imagen se vuelve más formal, pues ya utiliza terno, camisa y corbata. Lasso intentaría ratificarse ante la mirada de los otros con autoridad como Primer Mandatario ante las jornadas de manifestaciones. Estas eran fechas clave para consolidar la propuesta formal de diálogo y también anunciar el fin del paro nacional, tras sus acciones de trabajo y competencia frente a la contienda.
El discurso presidencial hipermediatizado de Guillermo Lasso fue parte de la contienda del paro nacional de junio de 2022. En el mismo se ejerció la interdiscursividad hacia los movimientos sociales, otros ciudadanos, instituciones estatales y más actores políticos. Es un punto de disputa social, al incluir argumentación y construir el campo antagónico, en este caso, aprovechando el control del contexto presidencial y sus recursos de poder también comunicacionales.
La retórica para la formación de su ethos incluyó una amplia autorrepresentación positiva que intente legitimar su mandato y accionar
como presidente ante una circunstancia de crisis y tensión social. Se mostró en lugares simbólicos del poder gubernamental, con elementos lingüísticos y visuales referentes al nacionalismo. Intentó formar una imagen como un político que trabaja con eficiencia y convicción en su cargo de elección popular. El ethos presenta una partición de su identidad, pues por un lado resulta ser combativo ante las movilizaciones, mostrándose como protector y redentor, mientras que por otro lado mantiene un llamado para el diálogo, es decir, con una tonalidad hacia el consenso.
La construcción estratégica de destinatarios promovió un ‘nosotros’ con identificación institucional y formal como gobierno, distanciándose de quienes no tienen el mandato, incluso de los ciudadanos, al no promover colectivos de identificación más concretos para sus prodestinatarios y correligionarios, lo cual es una debilidad de su capital social. Evoca como aliados a la Policía Nacional, Fuerzas Armadas y al poder represivo, ante un conflicto que también estaba en el marco de lo político y la política.
Lasso desarrolló una amplia construcción de la otredad, en este caso, mediante la delincuentización o criminalización como entidades recurrentes, lo que termina siendo parte de la formación de imaginarios mentales sobre la protesta social como una barbarie con actos irracionales. Esas entidades devienen en estereotipos sobre la movilización, al tomar una parte del todo y convertirla en totalidad para deshistorizar las luchas. También pretendió personalizar el conflicto, visibilizando a Leonidas Iza para deslegitimarlo como líder social, omitiendo que se trata de acciones colectivas y heterogéneas de protesta.
El Presidente acudió a múltiples intentos de persuasión y convencimiento de los paradestinatarios, que son los indecisos, sobre una postura a favor de alguno de los contendores. Incluso se dirigió hacia sus contradestinatarios, las comunidades y manifestantes indígenas, para intentar desmovilizarlos.
Queda por complementar el análisis, por ejemplo, con el estudio de los componentes del discurso que permiten conocer la narración y más encuadres del presidente Guillermo Lasso sobre la movilización, también con otros elementos de la comunicación política a través de spots publicitarios gubernamentales y estrategias en redes sociales, asì como el discurso multimodal desde las organizaciones sociales y sus líderes para comprender diversas dimensiones de la contienda.
El texto indagó el desarrollo del discurso político en el marco del antagonismo social, al cual el presidente Lasso intentó deslegitimar, reducirlo y anularlo mediante la coacción estatal y el llamado a una lógica
de consenso, pero sin elementos concretos y eficaces. El mandatario ejerció una estrategia discursiva como parte de la formación de la hegemonía para interceder en el sentido común, con articulaciones de poder, alianzas de élite y oposiciones a las otredades construidas. Esa interdiscursividad evidencia que la comunicación política se despliega en ambientes complejos, multidimensionales y con diversos participantes que intervienen en las luchas por la construcción de sentidos sociales.
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