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QUÓRUM ACADÉMICO

Vol. 19 Nº 2, Julio - Diciembre 2022. Pp. 36-52

Universidad del Zulia


Comunicación alternativa: un concepto en construcción*


José Javier León1


Resumen


El concepto de comunicación conocido parte de las conexiones, las estructuras materiales y las relaciones económicas de producción capitalista, en tanto que herramienta empleada para la obtención de un objetivo específico: la valorización del capital. El «intercambio de significados» estará condicionado por tales estructuras y tal objetivo y buscará ocultar la violencia estructural, propia de la desterritorialización. De modo que seguir usando ese concepto es permanecer en el ámbito de significados impuestos por el sistema económico dominante. Y si este niega a los sujetos (en tanto los des-territorializa y des-humaniza), el concepto de comunicación que necesitamos ha de recurrir a los sujetos, que son sujetos, justamente cuando territorializan, es decir, cuando rehacen el territorio que habitan.


Palabras clave: Territorio, comunidades, relaciones, estructuras económicas.


* Artículo de revisión


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Recibido: Agosto 2022 – Aceptado: Septiembre 2022


1 Doctor en Ciencias para el Desarrollo Estratégico por la Universidad Bolivariana de Venezuela.

Magister en Literatura Venezolana y Licenciado en Letras por la Universidad del Zulia. Profesor

del PFG de Comunicación Social de la Universidad Bolivariana de Venezuela. Tiene publicados los

libros: Al Margen (2002), El arte de envejecer discretamente (2004) La noche definitiva. Elías David

Curiel y sus contemporáneos (2021) y artículos sobre comunicación y educación en diversas revistas

académicas y de divulgación. Correo electrónico: joseleon1971@gmail.com



image Este obra está bajo una licenciadeCreativeCommonsReconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0Unported.


Alternative communication: a concept under construction


Abstract


The well-known concept of communication starts from the connections, the material structures and the economic relations of capitalist production, as a tool used to achieve a specific objective: the valorization of capital. The "exchange of meanings" will be conditioned by such structures and such an objective and will seek to hide the structural violence, typical of deterritorialization. So, to continue using this concept is to remain within the realm of meanings imposed by the dominant economic system. And if this denies subjects (to the extent that it deterritorializes and dehumanizes them), the concept of communication that we need has to resort to subjects, who are subjects, precisely when they territorialize, that is, when they remake the territory they inhabit.


Keywords: Territory, communities, relationships, economic structures


"La comunicación mediatizada se ha convertido en un verdadero campo de batalla político, en el que distintos agentes se disputan la construcción de sentidos hegemónicos sobre el

modelo de Estado y de democracia".


Rocío Orlando, 2012


"En esta lógica neoliberal de las políticas culturales, el Estado

-como critica Martín Barbero- se hace cargo del pasado y el capital se ocupa en exclusiva del futuro desarrollo de la era

digital". Francisco Sierra Caballero, 2008


1. Introducción


La comunicación alternativa como concepto no se dirige a una práctica uniforme o coherente, antes bien, cambia su contenido cuando cambian los emisores, los sujetos, la práctica y el contexto. Por ejemplo: se habla de comunicación alternativa practicada desde una radio comunitaria, por un sistema público de medios; o bien, por una "red social" como Twitter, corroborando la confusión, prevista por Capriles (2016), "entre comunicación alternativa –en tanto que paradigma de una “nueva” u “otra” comunicación– y uso alternativo de medios masivos de difusión" Capriles (2016: 162).


Pero este concepto, como tantos otros, dependerá estructuralmente del concepto moderno de Estado; hoy, sin embargo, en crisis. La comunicación alternativa hace parte de la discursividad de esta crisis, siempre que el paradigma de la modernidad y sus modos particulares de ejercer el poder buscan la reasunción de su legitimidad. En efecto, casi toda la teoría sobre comunicación alternativa depende de la teoría sobre comunicación massmediática, y según ésta la comunicación alternativa surge de la aparición en el escenario histórico de nuevos actores y, por ende, de nuevas estrategias de control.


Por otro lado, el concepto de comunicación, como el de cultura, acaso se encuentre entre los más utilizados; no obstante, carece de un sentido o definición que satisfaga todos los intereses, múltiples éstos como actores haya. La diversidad de pareceres se compagina con la cantidad de prácticas que tienen a la comunicación como centro o base de operaciones, muchas veces de manera implícita, inherente, cuando no simplemente connatural.


Además, difícilmente haya una actividad humana en la cual "algún tipo de comunicación" no sea necesaria. Así pues, lo primero que habría que hacer para abordar el problema es tratar de reducir el campo de acción de un concepto tan difuso y tan inaprensible como el de comunicación; en otras palabras tratar de decir, sólo para comenzar, de qué comunicación se hace referencia y a qué prácticas corresponde.


2. Comunicación alternativa o productores locales de comunicación hegemónica


El concepto que la articula como estrategia capitalista se basa en la desterritorialización y descentralización, una vez que se comprende que el poder funciona más efectivamente actuando en redes que re-localizan


(con sujetos y contextos particulares) las operaciones capitalistas. En otras palabras, la comunicación alternativa es un instrumento de las operaciones de información y comunicación capitalistas.


Se piensa la comunicación alternativa desde la racionalidad instrumental, objetivista y pragmática, con escasa y, a veces, nula participación de algún tipo de intersubjetividad. Las lagunas o vacíos terminológicos y/o conceptuales generan prácticas de investigación que reproducen el paradigma comunicacional hegemónico. Un ejemplo de ello es que, como no está puesto en discusión el paradigma comunicacional desde su base antropológica, el nivel que domina la discusión es el impuesto por la racionalidad instrumental –fetichizada-, que ya no es pensada y en cambio ha sido naturalizada.


En tal sentido, los proyectos de comunicación alternativa abonan al paradigma comunicacional que tributa a la plusvalía ideológica; o bien, si apuntan a la transformación social no aciertan a desarrollar proyectos alternativos inscritos en un metabolismo social no-capitalista.


Ejemplo y síntesis de la situación planteada: se desarrollan en barriadas populares proyectos de radios o periódicos comunitarios que si bien pueden nacer por el impulso de colectivos, terminan con la disolución del colectivo o en el mejor de los casos desvinculados de la comunidad, atendiendo exclusivamente a la agenda impuesta por la hegemonia comunicacional.


Dicho esto, resulta necesario aportar un concepto de comunicación alternativa que resuelva el problema en las dimensiones ya comentadas. Esto es, en lo gnoseológico, aportando un término que distinga sin confusión las prácticas de comunicación capitalistas de las no-capitalistas, apostando y plantándose en el marco de estas últimas.


Esta decisión trae consigo modos de pensar y hacer comunicación. En términos epistemológicos, un concepto de comunicación alternativa no- capitalista que participe no sólo de la crisis, la crítica y la deconstrucción del Estado moderno, sino que se planta en el bando de los subalternos que necesitan no sólo, luchar y enfrentar el Estado capitalista moderno, sino construir otro Estado, otras relaciones de poder.


Este posicionamiento que en el sentido marxista hace parte de la conciencia de clase, contribuye, como primer y esencial paso metodológico, a la des- mitificación de las formas de la comunicación hegemónica y en especial, de la tecnología que la hace posible. Por lo que la instrumentación o el ejercicio práctico, o en otras palabras, la práctica social de la comunicación


alternativa partiría del reconocimiento socio-histórico de los sujetos que se saben luchando contra formas de poder que niegan precisamente su carácter social, su historia y en especial, como resultado de estas vastas y minuciosas operaciones, su subjetividad. El problema, pues, se manifiesta en dos grandes niveles: el estatal y el local.


Hay que partir de que la comunicación alternativa es una solución pensada y permitida por y dentro del Estado, desde el momento en que la crisis del sistema exige la relocalización de productores locales de comunicación hegemónica.


Sólo cuando los actores de la comunicación alternativa la utilizan como estrategia para la toma del poder, es que los aparatos represivos del Estado van contra los comunicadores alternativos. Pero, esencialmente ̧ el modelo de comunicación alternativa no es extraño, no es estructuralmente contrario al modelo de comunicación pensado-permitido por el Estado.


Desde esta perspectiva, la comunicación alternativa no ofrece problemas, puesto que, funcione como funcione, el Estado opresor continúa intacto. Si una radio comunitaria funciona (o dis-funciona) dentro del marco de las operaciones económicas y sociales pensadas y permitidas por el Estado, no existe como tal problema de investigación, desde una óptica –se entiende- de investigación politizada, que busca la transformación social, esto es, la transformación de las estructuras. Esto nos lleva a plantear el problema en el marco de la comunicación alternativa necesaria para la construcción de otro Estado.


Dichoesto,lacomunicaciónalternativaconocida(funcionalodisfuncional) se da como problema sólo, en tanto y en cuanto, su particular existencia histórica coadyuva a la existencia del Estado capitalista, problema que no se ve. De ahí la necesidad subyacente de re-conceptualizar la comunicación alternativa, porque el concepto al uso no contempla la dimensión de lucha contra el Estado burgués ni se la plantea hasta sus últimas consecuencias lo que podría resultar de avanzar en la construcción de otro Estado: "Un Estado que encarnaría y expresaría, bajo las condiciones de la globalización, el carácter democrático, igualitario, multicultural y multiétnicos del pueblo: un pueblo-Estado" (Beverley, 2011: 190)


En resumen, el problema en la dimensión del Estado es que la comunicación alternativa que se practica y piensa, no tiene herramientas gnoseológicas, epistemológicas, metodológicas, instrumentales y prácticas para luchar –esto es, ir- contra las estructuras del Estado capitalista.


  1. Comunicación alternativa o comunicación como producto de la desterritorialización


    En lo local, la comunicación alternativa es una estrategia/herramienta de las operaciones de plusvalía ideológica del capital. Sea una comunidad campesina, indígena o urbano-periférica, la comunicación alternativa lleva y, en cierto modo, traduce y re-localiza la información y el conocimiento que el capital precisa posicionar en esas poblaciones. En ese sentido, forma parte de las vastas operaciones de des-territorialización provocadas por la expansión de la explotación de la tierra, contribuyendo a reunir los pedazos dispersos de la idea de nación, identidad o historia colectiva (del Estado- nación), en constante movimiento de dispersión centrífuga.


    Como mencionó previamente, funcione o no, la solución ya está dada. No requiere una re-conceptualización por parte de sus actores. El problema verdadero no puede ser si una radio comunitaria está articulada o no a una comunidad, pues en cualquier caso lo estará a la comunidad concreta producida por la desterritorialización capitalista, sea que la comunidad se informe y comunique a sí misma dentro de los marcos informativos y comunicativos dominantes; o bien, que la comunicación e información sea producida por actores que aprendieron a manipular las herramientas de la producción de comunicación a escala local (e incluso nacional). El problema (tal como se observa) está, pues, en otro lado: se ubica en la in-articulación de la comunidad-como-producto-de-la-desterritorialización y la conciencia de una comunicación alternativa que luche contra el capitalismo.


    El problema, como en el caso anterior, es precisamente uno que no se ve, porque el concepto de comunicación alternativa al uso, parte de un supuesto: la existencia de comunidad (en otras palabras: la pre-existencia de un concepto de comunidad). Lo que sabemos y vemos concretamente son comunidades-producto-de-la-desterritorialización pero, el problema es que la comunicación alternativa al uso parte de un supuesto, si se quiere, romántico propio de los tiempos de fundación del Estado-nación: una idea de comunidad a-histórica que no ha sufrido los estragos de la desterritorialización.De donde obtenemos un concepto fundado sobre el aire, sin referente empírico concreto. En otros términos, esta condición aérea del concepto hace que las prácticas de comunicación alternativa no conciban estrategias ciertas, objetivas, prácticas, de enfrentamiento de la continua destrucción de la territorialidad, único asiento objetivo y concreto para la construcción de un proyecto verdaderamente alternativo al capital.


    Ciertamente, sólo una comunicación alternativa que logre detener el violento y vasto proceso de des-territorialización puede subvertir la que funciona para el capitalismo en su estrategia de destrucción de los territorios como construcción geo-humana. El problema entonces es el desfase que existe entre la comunicación alternativa y las comunidades-producto-de-la- desterritorialización, lo cual nos debe llevar a plantear una comunicación alternativa para comunidades en proceso de re-territorialización, es decir, en proceso de radical politización.


  2. En resumen


    1. La comunicación –alternativa al capital- parte necesariamente de la conciencia de la des-territorialización.


    2. Todas las formaciones humanas (comunidades, pueblos, ciudades, regiones, el país) han sido afectadas por la des-territorialización; de donde se desprende que el análisis de las estructuras específicas y concretas se puede desarrollar en cualquiera de los niveles de dichas agrupaciones.


    3. El estudio concreto de una comunidad revelará a esa escala en particular el funcionamiento de las estrategias de des-territorialización, de modo que, cualquier estrategia de transformación debe conducir a afectar el proceso de des-territorialización, es decir, debe llevar a procesos de re-localización. En otras palabras, la construcción política –relacional e intersubjetiva- del lugar, como espacio donde deben confluir –desde la perspectiva de los sujetos, desde el sujeto subalterno- las memorias, los conocimientos y los territorios.


  3. Apuntes sobre des-territorialización y trabajo des-alienado


    El análisis de la des-territorialización pone a la vista las fuerzas y el dinamismo de las corrientes socioeconómicas que dibujan los movimientos sobre los territorios dominados y controlados por la lógica capitalista. Descubrir estas corrientes socio-geo-humanas, evidencia los nudos gordianos de la explotación, del control de los medios de producción, de la energía, de los recursos, del trabajo. Las corrientes existen en su movimiento de flujo y reflujo de acuerdo a los objetivos visibles u ocultos del interés del capitalismo. En otras palabras, las migraciones, los asentamientos, las


    ocupaciones de tierra, pero la urbanización también, responde a dichos intereses.


    Lo que sigue estando fuera del control de los sujetos que habitan cualquier escala de asentamiento humano es el trabajo. Con el término trabajo a la reproducción ampliada del capital que, en términos estrictos, no necesita de sujetos en escala particular sino en general, esto es, como clase explotada. En ese sentido, la anomia social que advertimos en un barrio popular es – en cuanto a la relación con el trabajo- la misma que en un barrio de clase acomodada.


  4. Comunicación alternativa y re-territorialización


    De modo que pensar la re-territorialización es inseparable de pensar el trabajo des-alienado. Y si el trabajo des-alienado es producto directo de la re-territorialización, ambos procesos conllevan la re-construcción de memorias, territorios y comunicación:



    Sobre estas bases políticas se concebirían proyectos de comunicación alternativa que, ahora sí y sólo así, cumplen el objetivo de construir subjetividades no-capitalistas.


  5. La comunicación es lo invisible


    Cuando las personas de una comunidad establecen relaciones (tejen redes, se agrupan, se juntan, etc.), para llevar a cabo una acción conjunta, ocurren de manera implícita o, si se quiere natural, procesos de comunicación. Pero, la comunicación es lo invisible. Se ve lo que se hace, no el cómo. Se ven las asambleas o la convocatoria, se "ve", de alguna manera, la comunidad; se llega incluso hasta el punto de sentir, ser de, o pertenecer a, un barrio, formar parte de una comunidad.


    Pero lo que permanece invisible es el campo de fuerzas que lo hace posible, el flujo comunicacional, que relaciona, que teje, que fragua la unidad y cohesiona a los miembros de la comunidad, sea que participen activamente en acciones comunitarias o no; o que la comunidad esté compuesta por un caserío o sea una ciudad, un país, o vaya más allá. En cualquier caso, sea cual sea la escala, se trata de una "comunidad imaginada" como la definió Benedict Anderson.


    Lo interesante y problemático es la invisibilidad de un intenso proceso que permanece tácito, del cual se ven sus efectos más no sus causas u orígenes. Su carácter invisible puede resultar obvio porque las preguntas no suelen dirigirse al origen concreto de los problemas.


  6. La comunicación, expresión de la estructura económica


    Lo que no se advierte es cómo el proceso de comunicación (implícito, inherente), es decir, lo propio del flujo comunicacional, es expresión de la estructura económica de la comunidad originando «prácticas» precisamente observables puesto que se verifican en la superficie: esto es, el hacer cotidiano o sencillamente «práctico» de la comunidad. Prácticas que mantienen oculto el proceso comunicacional, las interacciones entre las unidades familiares.


    Lo comunicacional, entonces, hace parte de un cuerpo de significados construidos socialmente, que le dan sentido a esas prácticas y que, en últimas instancias, las explican. Si se dice que comunicación es un conjunto de interacciones entre los miembros de un sistema para realizar coordinaciones conductuales, según la clásica definición de Maturana (Gorostiza, 2021), habría antes que establecer y definir el marco histórico, social, político, ecológico, etc., en que ocurre tal conjunto de interacciones. En otras palabras, las interacciones, el tipo, las circunstancias, van a determinar la forma de la comunicación. Es decir, la comunicación no preexiste a la naturaleza de las interacciones y en cambio éstas la determinan.


    Las interacciones, por ejemplo, en un barrio de difíciles condiciones de vida, son muy distintas a las que se generan en una urbanización consolidada. De modo que los procesos de comunicación en uno u otra serán muy distintos, y difícilmente pueda derivarse un concepto que funcione en las dos realidades indistintamente. El concepto, pues, de comunicación va a depender precisamente de las "interacciones".


    El primer paso, por tanto, de cualquier investigación en esta línea es conocer la estructura de la comunidad donde se desarrollará de manera de


    estudiar las interacciones que allí suceden y que responden a la dinámica económica de dicha comunidad. El trazo, el dibujo, el diagrama, el recorrido de estas interacciones permitirá estudiar las "relacione"», las "redes", los intercambios, los flujos de comunicación, como la base estructural y material de determinadas prácticas sociales.


    Sólo superficialmente, atendiendo a un concepto convencional y miope, la comunicación puede observarse en la entrega de volantes, en la convocatoria casa por casa, en las estrategias de conducción de las asambleas, en la existencia o no de radios o periódicos comunitarios; en este caso estaríamos ante la actuación de un concepto que pre-supone las estructuras económicas, y las da por dadas y estáticas, y sobre estas estructuras capitalistas per se se "piensa" (si es que "pensar" ideológicamente es, en verdad, "pensar") en los "medios de comunicación" como herramientas "idóneas" para la solución de los problemas de comunicación.


    Muy al contrario, creemos que el concepto de comunicación debe atender a las «interacciones» derivadas éstas de la estructura económica de la comunidad. Dichas interacciones, son, en tanto que relaciones, la base material y concreta de la comunicación.


  7. Comunicación, comunidad y comuna


    De los problemas suscitados a partir del concepto de comunicación, pasemos ahora a considerar los problemas con respecto a la distinción "comunal" y "comunitario". En efecto, existe una lógica de lo comunal que se relaciona dialécticamente con una determinada concepción del Estado, y existe una lógica comunitaria que, aunque establece inexorables relaciones con el Estado, pareciera desarrollarse sin depender de éste, sin dialogar al menos directamente y, en algunos casos, llega a confrontarlo. Lo comunal es una organización que postula una imagen del Estado; lo comunitario, con sus lógicas locales, supone en principio prácticas autónomas y autogestionarias que, si bien pudieran alimentar desde las bases un Estado comunal, también pudieran existir prescindiendo del Estado. Se piensa, por ejemplo, en comunidades indígenas, para poner un ejemplo extremo.


    Lo cierto es que esta distinción opera sobre la clasificación de las prácticas sociales, pues, ciertamente, son muy distintas las llevadas a cabo por organizaciones comunales o por organizaciones comunitarias. Incluso, habría que trabajar la distinción entre organizaciones comunitarias que aspiran a la organización de comunas, de aquellas que procuran otros


    modelos de organización más allá de la propia comunidad, por ejemplo, construyendo circuitos económicos o corredores comunitarios autónomos con respecto al Estado. En fin, las figuras o combinaciones pueden ser diversas. Lo importante es que las prácticas son distintas y responden a los intereses y objetivos geo-políticos, territoriales o nacionales de las organizaciones comunales o comunitarias.


    Según lo expuesto, avanzar en el análisis de las estructuras económicas de las comunidades, releva –en clave comunicacional- las redes, las relaciones, los mecanismos de intercambio, que generan el tejido social sobre el cual será posible la construcción de una comunicación alternativa.


    Conocer el estado del tejido social hace parte de investigaciones etnográficas y antropológicas, con aportes significativos de la historia, la geografía, la sociología, la economía, etc. La comunicación como disciplina

    –entendida tradicionalmente- sólo capta un aspecto si se quiere el más superficial: la interacción sociedad-medios de comunicación, y en especial la articulación con la llamada mediasfera. Los proyectos de investigación que parten de estas interacciones e intermediaciones, suponiéndolas propias de la comunicación, están supeditadas a un concepto parcial, limitado y condicionado por el capital cultural y tecnológico.


    La comunicación que se produce a través de los mecanismos citados ofrece dos vertientes diametralmente opuestas, sea que se consideren desde los medios (que ha sido la vía tradicional), sea desde los tejidos sociales, desde las relaciones y las redes de intercambio, determinadas éstas a su vez por las estructuras económicas.


    Los proyectos de comunicación que desconozcan estas estructuras, parten de una presupuesta unidad y homogeneidad proveída por los medios y las tecnologías de la comunicación. Es lo que sucede con los proyectos dedicados no sólo a las radios y/o televisoras comunitarias, sino sobre todo aquellos que abordan el uso de las TIC. El paradigma tecnológico hace tabla rasa y provee un "modelo de sociedad" instalado en un presente que se prolonga en el futuro... Un futuro linealizado por el desarrollo y el progreso moderno.


    Los proyectos de comunicación que parten, en cambio, de las estructuras económicas generadas por la implantación del capitalismo, de su desentrañamiento con vistas a hacer conscientes a los sujetos de cómo han actuado sobre su pasado y presente las fuerzas de la desterritorialización y segregación, en su afán de valorizar el capital y explotarlos, generar pobreza y exclusión y multiplicar la ganancia de plusvalía, hace que se


    dirija la atención a dar con los nudos donde se encuentran localizados, en el tejido social (obviamente fracturado), los puntos de quiebre del modelo de comunicación hegemónica.


    Por tanto, las investigaciones deben abordar la realidad social tal como está, sin postular comunidades armónicas o arcádicas. Las sociedades están compuestas de tejidos sociales destrozados por el avance del capitalismo, y es, sobre esta realidad, que se debe avanzar en la construcción de proyectos de investigación que des-cubran el avance del destrozo con miras a re-unir los pedazos, a re-ligar los hilos, en base a una reconstrucción sociohistórica que corresponde a todos –en la urgencia y la emergencia- como pueblo- Estado.


  8. Hipótesis o supuestos provisionales


    Si se parte de que la comunicación es un proceso de intercambio de significados, lo que supone la existencia de una fuente, emisores y códigos, es preciso entonces, que exista un sistema de significación, un sustrato o infraestructura que hace posible la comunicación.


    Por lo tanto, se parte de la idea de que la comunicación comunitaria o comunal, supone una relación dialéctica con la estructura económica de dicha comunidad. Comprender y, más allá, transformar el proceso de comunicación, pasa forzosamente por el estudio de las estructuras económicas de la comunidad, con el objetivo de hacer consciencia sobre tal situación socio-histórica, a fin de acelerar las contradicciones que conlleven la superación de la alienación y la explotación.


    La comunicación liberadora no puede sostenerse sobre un concepto de comunicación que deja intacto, por dado y ya establecido, el estatus quo, las estructuras de la dominación. Es lo que ocurre cuando se trabaja en las comunidades por la construcción de radios y periódicos que (aunque se digan en principio comunitarios) terminan indefectiblemente reproduciendo el modelo de comunicación hegemónico.


    La comunicación alternativa a la impuesta por el capital, desentraña las estructuras económicas de la comunidad y devela cómo el capital crea desterritorialización, segregación, pobreza; desempleo, racismo y exclusión; y cómo promociona, vende y difunde el modo de vida capitalista a través de los medios como mecanismo de "compensación simbólica".


  9. La toparquía, categoría fundamental de la comunicación otra


    En el transcurso de este trabajo se ha mencionado la tarea de construir la memoria (y con ella) los saberes y conocimientos, las ciencias y las tecnologías necesariamente territorializadas, en las que se expresaría el poder y en particular el poder-hacer.


    La toparquía es una expresión empleada por Simón Rodríguez y que traduce etimológicamente "el poder del lugar": Para él, la verdadera utilidad de la creación es hacer que los habitantes se interesen en la prosperidad de su suelo; de este modo se destruyen los privilegios provinciales. Su ideal fue que cada parroquia se erigiera en una toparquía, como vía para alcanzar la confederación. Igualmente, En palabras de Rojas (2008), Rodríguez confería:


    "mucha importancia a la comunidad, desde la cual, de manera ascendente y considerando lo global llevaría necesariamente a la confederación, y en esa unidad comunidad-confederación tendríamos el gobierno más perfecto, tal y como había tratado de construirlo el Libertador, pues a esa escala está quien, como colectivo, sabe y hace por su bien común; y para tal saber y hacer, la instrucción y la educación eran fundamentales para vencer aquellos vicios denunciados por Bolívar en 1828 (...) La escala del nuevo poder que define [Rodríguez] es precisamente la de la cotidianidad del ser social, la de su lugar, la de su comunidad" (Rojas, 2008: 171-173) .


    Esta dimensión local y en escalas continuamente ascendentes del saber y el poder- hacer es concebible sólo si existe comunicación alternativa, la cual vista así es alternativa precisamente por ser comunitaria, esto es por partir del lugar y ser expresión de la topoarquía.


    Pero estas definiciones y funciones de la comunicación alternativa responden a una visión antropológica de la comunicación, que la funda en un radicalismo social y cultural que las definiciones al uso no abarcan. Se puede decir incluso que las definiciones convencionales parten de supuestos dados, como por ejemplo, la naturalización del capitalismo y sus mecanismos de construcción de poder. Parten de la sociedad dada y, el cambio (que no resulta tal), sólo se concibe al interior del sistema.


    Al contrario, pensar el poder desde el lugar supone una redefinición de la sociedad, la cual pasa entre otras cosas por la asunción del conocimiento y en definitiva del saber y el poder-hacer territorializados, desde y por


    concretos sujetos históricos. En otras palabras, la comunicación alternativa sería la comunicación del poder popular.


  10. En conclusión


La comunicación hegemónica se ejerce separada de la memoria, del territorio, del conocimiento y del poder, y así sucede con cada uno de los elementos y cada uno entre sí. Es posible, entonces, habitar territorios desconocidos, sin memoria alguna, y participar en una comunicación que aleja y extraña, que no relaciona y, muy al contrario, disocia. Como dice Vicente Romano (2005): «los individuos y grupos aislados no tienen posibilidad de articular y desarrollar en el lenguaje institucional sus experiencias y deseos», vale decir, no pueden llevar a cabo proyectos con- juntos. «La incomunicación la ausencia de interrelación social, incapacita para la acción común y desarrolla trastornos psíquicos» (Romano, 2005: 105).


De la misma manera, se llega a la ecuación absurda de que el trabajo no guarda relación alguna con las necesidades, toda vez que "bajo las condiciones capitalistas de producción, el ser humano es, en cierta forma, una anécdota, pues sus necesidades están enteramente subordinadas al metabolismo del capital" (Fernández Lira, 2011: 399). La comunicación entonces, hace parte de la unidad o totalidad que establece una relación inextricable entre el conocimiento y la naturaleza, los sujetos y sus territorios. De donde se deduce que la comunicación alternativa participa en el proyecto de restitución de la unidad, convirtiéndola en un objetivo político. Se colocaría esta comunicación entre:


  1. Los procesos de territorialización llevados a cabo por los sujetos desplazados por la violencia capitalista y arrojados prácticamente a su suerte a las márgenes de las ciudades; y


  2. La territorialización vista por los movimientos y la teoría social que podemos llamar radical, enfrentada a la territorialización capitalista o estatal que busca controlar de manera privada o pública la producción, la distribución y el consumo.


La territorialización de las barriadas es un mecanismo de resistencia pero también de sobrevivencia, y puede tener un proyecto estratégico o simplemente carecer de él. La territorialización indígena y campesina, politizada, autónoma y autogestionaria, tiene evidentemente objetivos históricos; la territorialización urbana tiende estructuralmente a no superar


las terribles condiciones de la pobreza, de modo que la resistencia está demasiado cerca de la sobrevivencia.


La territorialización indígenas y campesina puede construir comunicación alternativa mediática (no capitalista pero también no estatalizada y en ese caso buscar dialogar creativamente); la territorialización urbana periférica construye comunicación alternativa [pero] de contacto primario, con estructuras básicas de corta memoria, y la gran mayoría de las veces sin medios. No obstante, cuando aparecen, no participan realmente en el proceso de territorialización (de resistencia y sobrevivencia), el cual corre por otros cauces... mientras murales y "periódicos", dan cuenta en silencio de una identidad arrasada, que no se busca ni tiene ganas de encontrarse y que, de proponérselo, tal vez no encuentre sino jirones de una historia demasiado dolorosa.


Tal como se puede ver, se ha desarrollado un núcleo de ideas y problemas en torno a la relación intrínseca entre territorio y poder, elementos los cuales redefinen la relación sujetos–comunicación, los cuales observan en ésta por un lado, mecanismos de cohesión y unidad en la diversidad de nuestras comunidades, y por otro, la base sobre la cual reconstruir, como parte de un proyecto político autónomo y autogestionario, el tejido social de una nueva sociedad de hombres y mujeres libres y libremente asociados, libres además de las servidumbres que impone el capital.


La territorialización (y por ende la comunicación alternativa local) entonces, deberá estar aliada estratégicamentea a la re-territorialización (comunicación alternativa nacional) practicada por el Estado subalterno (el pueblo-Estado) que emerge y llega al poder, para recuperar la tierra y la energía que haga posible la sustentabilidad.


Sólo sobre un análisis concreto de las posibilidades reales de sustentabilidad es que es posible la real existencia de comunidades cuyos habitantes puedan, en un espacio sustentable (eco-reconstituido), trabajar con-centradamente, conservando la memoria de sus tragedias, pero construyendo cotidianamente vida y sentido.


Por otro lado, la mirada desde la territorialización, concretamente una mirada que parte de unidades geo-humanas de ámbito regional, trasciende la segregación y fragmentación que produce el capital cuando con su violencia intrínseca avienta a la desesperación a los grupos humanos que, de cualquier manera y en cualquier lado, son obligados a construir espacios de resguardo, de protección.


La territorialización es un acto político, pero el desplazamiento producto de las operaciones de explotación capitalista es un acto de sometimiento y de recóndita resistencia, contra una violencia estructural y sistemática que busca despojar de todo a los más vulnerables grupos humanos. Pese a ello, resulta increíble desde esta perspectiva, que conserven en los lugares a los que han sido arrojados la esperanza en una vida mejor.


13. Referencias bibliográficas


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