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QUÓRUM ACADÉMICO

Vol. 17 Nº 1, Enero-Junio 2020. Pp. 141-145 Universidad del Zulia - ISSN 1690-7582


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Las ciencias de la comunicación en tiempos de inseguridades

LUZ/UNICA, 2018.

Por: Migdalia Pineda de Alcazar


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Migdalia Pineda de Alcázar es periodista e investigadora experta en el área de las tecnologías de información y comunicación. Sus estudios en este campo la han llevado a sumergirse en el análisis de la dinámica del mundo actual dominado por la tecnología, la cual ha

modificado los patrones de relación entre los sujetos y su propio entorno. En este contexto, surge el libro “Las ciencias de la comunicación en tiempos de inseguridades”.


En su libro, la autora comienza haciendo un repaso didáctico por las tres corrientes clásicas sobre los estudios en comunicación en un ejercicio por analizar de dónde venimos y hacia dónde vamos. En esta retrospectiva, menciona las principales características de la corriente funcionalista, propia de Norteamérica; la corriente marxista o socio-crítica alemana y la interpretativa, generada en los círculos teóricos latinoamericanos.


Al inicio, la autora describe a la corriente funcionalista y señala cómo esta se caracterizó por aplicar el análisis científico experimental por medio del manejo de técnicas cuantitativas tales como encuestas por muestreo, análisis de contenido, experimentos de laboratorio y la comprobación empírica de los hechos para elaborar leyes enfocadas en los efectos unilaterales de los medios sobre los receptores, como es el caso de la teoría de la aguja hipodérmica.



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En su trabajo, la autora hace una mención especial sobre la escuela de crítica de Frankfurt y su visión del receptor, para luego presentar la perspectiva de Habermas y su teoría de la acción comunicativa. Uno de los aspectos que rescata en este recorrido es la idea de Habermas sobre la mediación lingüística de los fenómenos mediados, lo que representa un cambio en el rol del lenguaje y su vinculación con la realidad.


En ese apartado, el recorrido teórico es hábilmente contrastado por la autora bajo otras visiones teóricas desde las que se señalan limitaciones tanto de la escuela de Frankfurt como hacia los planteamientos de Habermas. Esto permite presentar argumentos para hablar de la comunicación, no ya como proceso sino como estudio, producto de la relación entre actores y medios que se encuentran bajo modificaciones permanentes.


Posteriormente, Pineda se refiere a los enfoques de la economía política y los estudios culturales, cuyos pioneros destaca: A. Pasquali, J. Martìn Barbero, E. Bustamante, A. Matterlat, entre otros. Desde el enfoque de la economía de la comunicación, se describe cómo se aborda el manejo de la información como bien intangible susceptible a ser comercializable a través de la industria cultural.


Se remarca la importancia de esta corriente por su aporte para la comprensión de los procesos económicos e industriales que mueven a los medios en occidente y cómo los grupos económicos se consolidan como aparatos ideológicos. Sin embargo, la autora critica el no reconocimiento, por parte de esta corriente, del evidente potencial de los receptores para revertir estos efectos ideológicos. También plantea la necesidad de rescatar el sentido crítico del planteamiento marxista de la economía política de la comunicación y las nuevas relaciones que han emergido en el mundo globalizado de las trasnacionales.


En su análisis también incluye a la corriente de los estudios culturales, heredera del marxismo, y desde la cual el sujeto es más que un comunicador: emerge como un sujeto-actor de una acción simbólica que refleja al sistema y sus evoluciones. Así mismo, también se explica que la escuela latinoamericana, como tercera vía en los estudios de comunicación, se alejó por completo del enfoque funcionalista norteamericano y se apoyó en los aportes de la escuela de Frankfurt para insertar conceptos claves como el de dependencia e imperialismo cultural.


A pesar de sus contribuciones al campo teórico, esta teoría perdió fuerza con el ascenso al poder político suramericano de los órdenes neoliberales y sus nuevos paradigmas. Sin embargo, se rescata como uno de los aportes que mejoró la comprensión del rol de los medios en la vida de los sujetos y las mediaciones.


Con el pasar del tiempo, la investigación latinoamericana expandió sus fronteras disciplinarias a otros enfoques para ir más allá de los medios y ahondar los procesos de mediación social y cultural que viven los sujetos en el contexto de la cultura de masas. Entre sus exponentes, Pineda resalta a M. Barbero, G. Canclini, Rosana Reguillo, entre otros.


Al finalizar esta parte de su trabajo, Pineda concluye con la idea de que las tres corrientes ven al receptor como un objeto de los medios y las industrias culturales; sin embargo, entre ellas no existe una unificación en los criterios metodológicos, cuestión que remarcará en capítulos subsiguientes como parte de su argumentación sobre las nuevas demandas teóricas en medio de los escenarios de cambio que caracterizan al mundo actual.


Otra de las reflexiones que esta investigadora hace es que las tres corrientes, históricamente, solo han abordado la comunicación como un proceso entre los medios masivos y las audiencias en el escenario de la cultura de masas, sin que se aproxime la mirada del proceso relacional y dialógico entre sujetos. Esto se suma como otra razón más para proponer un nuevo marco teórico para entender los complejos procesos comunicacionales que hoy en día tiene lugar en nuestra sociedad.


A lo largo de las páginas, Pineda enfatiza la necesidad de ampliar los enfoques existentes para ir más allá del análisis del mensaje y verlo como un espacio de relación entre el emisor y receptor, toda vez que este mensaje establece relación con los sistemas de la sociedad que le concede significado. Este cambio será posible en la medida en la que se apele por la trasdiciplinariedad para aprehender y comprender la comunicación como objeto.


La respuesta a las nuevas demandas teóricas del fenómeno comunicativo podrán ser atendidas en la medida en la que se trabaje por recuperar la crítica teórica y epistemológica a la luz de la obsolescencia en la que han quedado las viejas teorías frente el nuevo panorama de cambios sociales y mediáticos.


Para Pineda, la crítica teórica permitirá profundizar en los hechos comunicativos trascendiendo el estudio de los medios tal como sea hecho hasta hora. A esta crítica ha de sumarse una teoría de la postmodernidad como basamento cultural desde donde operan los sujetos. De igual manera, se señala una reflexión epistemológica que incluye la visión de otras disciplinas desde las que se pueden expandir las fronteras sociales y culturales de las ciencias de la comunicación.


En la segunda parte de libro, la autora describe el contexto actual en el marco de los avances tecnológicos: se trata de una sociedad en la que los conceptos de identidad personal han cambiado los hábitos tradicionales para dar paso a la duda y al alejamiento de las relaciones sociales. Así mismo, surgen relaciones excluyentes entre el sistema y los actores sociales, dentro de los cuales la acción de los sujetos ya no implica intervenciones o cambios en el sistema. Se trata de un mundo totalmente diferente a aquel en el que las teorías tradicionales de la comunicación permitían la comprensión de la realidad.


Ahora, el panorama es diferente y solo una teoría sistémica seria la respuesta para comprender la complejidad de las sociedades actuales. En línea con esto, plantea, como una de las opciones, la teoría de la acción interpretativa de Giddens, la cual parte de la conexión poco visible entre el sistema globalizado y los actores, para proponer un mecanismo de creación de autoidentidades y la reflexividad del sujeto ante las instituciones.


Dentro de su análisis, Pineda también hace un llamado para recuperar el pensamiento interpretativo que hace posible la retórica, a fin de lograr plantear el estudio de la comunicación humana, reconstruir las ciencias sociales y, entre ellas, las ciencias de la comunicación.


Para edificar una teoría de la comunicación acorde con la sociedad actual, es imprescindible considerarla desde una perspectiva humanista que incluye la dimensión espiritual y la libertad del sujeto. Es así como el estudio de la comunicación pasará de la epistemología a la ontología de la comunicación misma como intercambio dialogal entre las personas.


En otros capítulos, se destaca cómo, desde la teoría de sistemas y la teoría cognitiva, se pueden obtener formas de comprensión más integrales y universales en torno a la comunicación. Para esto es fundamental otorgar


un papel central a la comunicación, la naturaleza humana y la reflexión filosófica sobre la existencia de Dios.


En este replanteamiento, Pineda también propone revisar el mismo concepto de comunicación que ahora debe ser visto ya no como un proceso mecánico y rígido, sino como acontecimiento único e irrepetible que transforma a los sujetos que participan en él. Este nuevo concepto debe considerar la confrontación y el encuentro con la alteridad del otro.


En el panorama también asoman otras propuestas como la teoría de la comunicación digital interactiva de Scolari (2009) que, desde la convergencia semiótica, estudia las interfaces con las que se construyen los significados. Esta propuesta señala otro punto sensible: entender la comunicación en la actualidad implica abordar las interfaces que se dan a nivel interpersonal, intrapersonal y social por medio de las tecnologías de comunicación e información. A este nuevo aspecto se suma una ecología de la comunicación como una ciencia que vincula la comunicología y la ecología humana desde la que se abordan los efectos de la comunicación tecnologizada en el hombre, sociedad y entorno físico.


Como puede verse, se trata de un replanteamiento necesario desde los fundamentos mismos del concepto de la comunicación para poder generar todo un nuevo cuerpo teórico acorde con las necesidades de la sociedad actual. Es por ello pertinente sumergirnos en el debate de estos tópicos para trascender las inseguridades de la época y adquirir una comprensión más plena de los procesos sociales que entreteje la sociedad.


En su obra, la autora realiza un análisis profundo de los niveles de revisión y transformación que las teorías de la comunicación necesitan para la comprensión de las nuevas formas de interacción en el mundo actual. Resulta, por tanto, una obra de obligada referencia teórica para renovar, incuso desde las aulas, el pensamiento crítico en torno al comportamiento de los medios y del ser humano en sus complejas formas de comunicación


Deris Cruzco


Editora de Quórum Académico