Invest Clin 63(1): 32 - 46, 2022 https://doi.org/10.54817/IC.v63n1a03
Autor de correspondencia. Ana María Andrés Toribio. Servicio de Medicina Física y Rehabilitación, Complejo Asis-
tencial de Zamora, Zamora, España. Correo electrónico: aandrest@saludcastillayleon.es
Influencia de la densidad de energía de ondas
de choque focalizadas en el tratamiento
de la fascitis plantar.
Ana María Andrés Toribio1, Ana María González Rebollo2, Antonio Tristán-Vega3
y Manuel Garrosa4
1Servicio de Medicina Física y Rehabilitación, Complejo Asistencial de Zamora,
Zamora, España.
2Servicio de Medicina Física y Rehabilitación, Hospital Universitario Río Hortega,
Valladolid, España.
3Laboratorio de Procesado de Imagen, ETSI Telecomunicación, Universidad
de Valladolid, Campus Miguel Delibes, Valladolid, España.
4Dpto. de Biología Celular, Histología y Farmacología e INCYL (Instituto de
Neurociencias de Castilla y León). Universidad de Valladolid. Edificio de Ciencias
de Salud, Valladolid, España.
Palabras clave: ondas de choque focalizadas; fascitis plantar; generador piezoeléctrico;
rehabilitación.
Resumen. La fascitis plantar (FP) es una patología frecuente e invalidante
que puede tratarse con ondas de choque focalizadas. El objetivo principal del es-
tudio fue valorar la eficacia del tratamiento con ondas de choque focalizadas en
la FP según la densidad de energía utilizada. Se incluyeron 82 pacientes con diag-
nóstico clínico de FP que fueron asignados mediante muestreo aleatorio simple
a dos grupos de tratamiento: densidad de energía media- alta (0,59mJ/mm2) y
densidad de energía media-baja (0,27mJ/mm2). Se evaluaron el dolor y la funcio-
nalidad, mediante las escalas EVA (Escala Visual Analógica) y AOFAS (American
Orthopedic Foot and Ankle Society Ankle-Hindfoot Scale) respectivamente, al
inicio del estudio (consulta base), y al primer, tercer y sexto mes tras el trata-
miento. Por último, se evaluó el grado de satisfacción de los pacientes mediante
la escala de Roles y Maudsley. Se compararon los resultados de las escalas en las
revisiones posteriores al tratamiento, obteniéndose significación estadística para
las variables principales del estudio (dolor y funcionalidad) en cada grupo de
intervención. Aunque los niveles de dolor y la funcionalidad mejoraron en ambos
grupos de estudio, se obtuvo una respuesta analgésica y funcional mayor y más
precoz en el grupo tratado con densidad de energía media-alta.
Densidad de energía de ondas de choque en el tratamiento de la fascitis plantar 33
Vol. 63(1): 32 - 46, 2022
Influence of energy density on the effectiveness of the
treatment of plantar fasciitis with focused extracorporeal
shock waves.
Invest Clin 2022; 63 (1): 32 – 46
Key words: focused extracorporeal shock waves; plantar fasciitis; functionality; energy
density.
Abstract. Plantar fasciitis (FP) is a frequent and disabling condition that
can be treated with focused extracorporeal shock waves. The main objective of
this study was to assess the effectiveness of focused extracorporeal shockwave
treatment in FP according to the energy density used. Eighty-two patients with
a clinical diagnosis of FP were included and assigned, by simple random sam-
pling, to two treatment groups: medium-high energy density (0.59mJ/mm2)
and low-medium energy density (0.27mJ/mm2). Pain and functionality were
assessed using the VAS (Visual Analogical Scale) and AOFAS (American Ortho-
pedic Foot and Ankle Society Ankle-Hindfoot Scale) scales, respectively, at the
start of the study (baseline consultation), and at the first, third and sixth month
post-treatment. Finally, the degree of patient satisfaction was evaluated using
the Roles and Maudsley score. The results of the scales in the post-treatment
reviews were compared, and statistical significance was obtained for the main
study variables (pain and functionality) in each intervention group. Although
pain levels and functionality improved in both study groups after treatment,
a greater and earlier analgesic and functional response was obtained for the
medium-high energy density group.
Recibido: 28-07-2021 Aceptado: 18-09-2021
INTRODUCCIÓN
La fascitis plantar (FP) es la causa más
común de dolor a nivel de la almohadilla ta-
lar; se estima que un 10% de la población
general podría verse afectada por esta pa-
tología en algún momento de su vida 1. Su
diagnóstico es fundamentalmente clínico
y los casos analizados anatomopatológica-
mente, revelan un predominio del compo-
nente degenerativo sobre el inflamatorio.
Para enfatizar este hecho, en la literatura se
utilizan otras nomenclaturas como: fasciosis
plantar, fasciopatía plantar o talalgia. Sin
embargo, numerosos estudios, revisiones y
guías de práctica clínica abogan por el uso
del término clínico “fascitis plantar” (FP),
por lo que será el utilizado a lo largo de este
artículo 2. La prevalencia de esta patología
en la consulta de Rehabilitación es elevada
y afecta con mayor frecuencia a la población
entre 40 y 60 años de edad, presentándose
de forma bilateral hasta en un tercio de los
casos 3.
La etiología de la FP es multifactorial,
sin embargo, la causa más frecuente es el
estrés biomecánico sobre la fascia plantar,
a nivel de su inserción en la tuberosidad
34 Andrés y col.
Investigación Clínica 63(1): 2022
medial del calcáneo. Este componente me-
cánico, que no sólo es localizado sino un
resultado de alteraciones en el sistema aquí-
leo-calcáneo-plantar, puede desencadenarse
por la carga de peso prolongada, la obesidad,
la contractura de la musculatura posterior
de la pierna, por patrones de deambulación
y/o carrera anómalos y por la limitación de
la flexión dorsal del tobillo 4.
En la FP el dolor es típicamente más in-
tenso en la mañana, con los primeros pasos
y/o después de un descanso prolongado y se
agrava por la carga de peso continuada. Ini-
cialmente suele ser intermitente y punzante
y progresa hasta hacerse persistente en el
talón, dificultando la deambulación. En ge-
neral, se puede tratar con éxito con medidas
conservadoras (antiinflamatorios no esteroi-
deos, fisioterapia manual, terapia física y/o
infiltraciones locales con corticoides). Sin
embargo, la efectividad de estos tratamien-
tos en la evolución de la FP no se encuentra
bien establecida, al tratarse de un cuadro
que habitualmente tiende a resolverse en un
período variable entre 6 y 18 meses 5-7.
El tratamiento con ondas de choque
extracorpóreas, parece ser una alternati-
va prometedora. Tiene eficacia probada
en numerosas entesopatías, que incluyen
FP, epicondilalgia y tendinopatía patelar y
aquílea 8,9. En la guía clínica sobre el mane-
jo de la FP publicada por el American Co-
llege of Foot and Ankle Surgery en el año
2010, el tratamiento con ondas de choque
extracorpóreas se recomienda con un grado
de evidencia B 10. Las ondas de choque son
ondas acústicas con una presión y duración
específicas, capaces de propagarse a través
de los tejidos sin perder porcentajes signi-
ficativos de su energía. Su cadencia es disa-
rrmónica, con un tiempo de subida de señal
en nanosegundos y un pico de alta presión.
Sus efectos físicos fundamentales son: el
efecto primario o directo (fuerzas de ten-
sión y cizallamiento) y el efecto indirecto o
secundario (fenómeno de cavitación). Estos
efectos físicos causan diferentes reacciones
biológicas en la zona de tratamiento 11.
Las ondas de choque inducen una libe-
ración precoz de factores angiogénicos y de
crecimiento, que suponen un efecto positivo
sobre la neovascularización tendinosa. Estos
efectos serían favorables para la resolución
de la FP crónica, caracterizada por una hipo-
vascularización local 12.
Existe bibliografía que avala la eficacia
del tratamiento con ondas de choque extra-
corpóreas focalizadas en la reducción del
dolor en la FP, pero los datos son heterogé-
neos en cuanto a: tipo de ondas de choque,
generador, número de sesiones, número de
disparos por sesión y densidad de energía
idónea a utilizar en relación a la efectividad
analgésica, lo cual promueve la justificación
de este estudio.
Como hipótesis de trabajo se planteó
que con la densidad de energía media-alta
(0,59mJ/mm2), se obtendrían resultados
clínicos superiores en cuanto a la reducción
de dolor e incremento de la funcionalidad.
Por otro lado, se buscó evaluar el grado de
satisfacción final, tras el tratamiento y se-
guimiento (6 meses) de los pacientes con FP.
PACIENTES Y MÉTODOS
Considerando la hipótesis y los objeti-
vos previamente marcados, se diseñó un es-
tudio experimental tipo ensayo clínico alea-
torizado en grupos paralelos de intervención
terapéutica con análisis de superioridad, por
intención de tratar y de medidas de eficacia.
El reclutamiento se efectuó a partir de
pacientes que acudieron a las consultas ex-
ternas del Servicio de Medicina Física y Re-
habilitación del Hospital Universitario Río
Hortega (H.U.R.H.) de Valladolid (España),
derivados con diagnóstico de FP desde Aten-
ción Primaria o Atención Especializada del
Área Oeste en el período de tiempo com-
prendido desde mayo de 2017 hasta mayo de
2018.
Este trabajo fue aprobado por el Comi-
té Ético de Investigación Clínica (CEIC) del
Área de Salud de Valladolid Oeste. Se llevó
a cabo de conformidad con todas las leyes y
Densidad de energía de ondas de choque en el tratamiento de la fascitis plantar 35
Vol. 63(1): 32 - 46, 2022
normativas aplicables, de acuerdo a los prin-
cipios éticos internacionales, fundamental-
mente la Declaración de Helsinki (Fortaleza,
Brasil, 2013) y las Normas de Buena Práctica
Clínica Epidemiológicas de la ICH (Interna-
tional Conference of Harmonization). Los
datos fueron tratados con absoluta confiden-
cialidad, según la Ley Orgánica 15/1999 del
Gobierno Español, de 13 de diciembre, de
protección de datos de carácter personal. Se
obtuvo la firma de consentimiento informa-
do para la participación en el estudio y para
la aplicación del tratamiento con ondas de
choque focalizadas.
Los criterios de inclusión y exclusión se
detallan a continuación:
Criterios de inclusión: edad igual o ma-
yor de 18 años, capacidad cognitiva suficien-
te para comprender y aceptar los beneficios
potenciales y los riesgos de participación en
el estudio, diagnóstico clínico de FP (dolor
durante los primeros pasos al levantarse de la
cama por la mañana y/o tras estar un período
de tiempo sentado, dolor a la palpación de la
inserción calcánea de la fascia plantar y du-
ración del cuadro igual o superior a 3 meses
en el momento de incorporación al estudio),
percepción subjetiva de dolor causado por
la FP medido por la Escala visual analógica
(EVA) 13, igual o mayor que 4, no haber re-
cibido tratamientos previos por este proceso,
haber recibido terapia conservadora aislada o
combinada entendiéndose como tal: terapia
física, fisioterapia, plantillas, férulas noctur-
nas e infiltraciones con anestésicos locales
y/o corticoides). Período de tiempo mínimo
tras la aplicación de otros tratamientos: 6 se-
manas desde la última infiltración, 4 semanas
desde la última sesión de electroterapia.
Criterios de exclusión: alteraciones
vasculares a nivel local (insuficiencia vascu-
lar periférica), enfermedad maligna con o
sin metástasis, infección de partes blandas
u osteomielitis (aguda, subaguda o crónica)
en la zona a tratar, antecedentes de fractura
de calcáneo, inmunosupresión, tratamiento
anticoagulante activo (por ejemplo: aceno-
cumarol), antecedentes quirúrgicos a nivel
del tobillo y/o pie homolateral a la FP, trata-
miento previo con ondas de choque, emba-
razo, radiculopatía lumbosacra o neuropatía
periférica compresiva (síndrome del túnel
tarsiano), confirmada por electromiografía,
alteraciones neurológicas centrales (déficits
sensitivos o motores), alteración de reflejos
osteotendinosos, ser portador de marcapa-
sos o dispositivos automáticos implantables.
A los pacientes reclutados para el estu-
dio, se les realizó una anamnesis y un exa-
men físico completo por parte del médico
rehabilitador, en la consulta base (cb). Para
el tratamiento con ondas de choque focaliza-
das se empleó el Piezoson 100 plus©, un ge-
nerador piezoeléctrico compacto de ondas
de choque de Richard Wolf GmbH de Knitt-
lingen (Alemania), realizado en tecnología
de doble capa piezoeléctrica que crea un
área focal de gran precisión, la cual permite
un tratamiento selectivo y exacto, sin afec-
tar los tejidos o las regiones adyacentes. Se-
gún la indicación concreta, este aparato per-
mite seleccionar entre un tratamiento con
aplicación de energía a bajo, medio o alto
nivel, gracias a la posibilidad de dosificación
exacta de la intensidad, como se especificará
más adelante.
El protocolo de tratamiento, detallado
en la Fig. 1, consistió en la aplicación de 2
sesiones de ondas de choque focalizadas a
cada paciente, con un intervalo de tiempo
entre ambas de unas 3- 4 semanas. No se uti-
lizó anestesia local. Se situó al paciente en
decúbito prono con el pie afectado en ligera
flexión plantar (postura de reposo) como se
muestra en la Fig. 2. Se aplicaron 1000 dis-
paros por sesión (2000 disparos en total). La
frecuencia máxima del generador fue de 4
Hz. La membrana de acoplamiento utilizada
en la sonda fue la número 25. Dicha mem-
brana se impregnó con gel conductor para
evitar la reflexión y la refracción de la onda
ultrasónica por la interposición de aire. Du-
rante el tratamiento la sonda fue desplazada
sobre la superficie del talón afectado, inci-
diendo sobre la región más dolorosa (previa-
mente localizada por palpación).
36 Andrés y col.
Investigación Clínica 63(1): 2022
Fig. 1. Protocolo de tratamiento de fascitis plantar con ondas de choque focalizadas.
Fig. 2. A. Generador de ondas de choque focalizadas Piezoson 100 plus© (Richard Wolf). B. Almohadillas de
acoplamiento. C. Posición del paciente durante el tratamiento con ondas de choque focalizadas para FP.
Densidad de energía de ondas de choque en el tratamiento de la fascitis plantar 37
Vol. 63(1): 32 - 46, 2022
Posteriormente se realizaron revisio-
nes médicas al primer, tercer y sexto mes
después de finalizar la segunda sesión de
tratamiento. Se evaluaron el dolor y la
funcionalidad mediante las escalas EVA 13
y AOFAS 14, respectivamente; al inicio del
estudio y en las tres revisiones post-trata-
miento. Por último, se evaluó el grado de
satisfacción de los pacientes tras finalizar
el seguimiento, mediante la escala Roles y
Maudsley (RyM) 15,16.
La escala EVA es una escala de valora-
ción que se divide en 11 puntos, de 0 a 10,
el 0 corresponde a la ausencia de dolor y el
10 al máximo dolor que el paciente pudiera
imaginarse. Es la escala más utilizada en los
trabajos que estudian el efecto de las ondas
de choque en la FP 13.
La escala AOFAS incorpora informa-
ción tanto subjetiva como objetiva. Los pa-
cientes puntúan su dolor, y los facultativos
evalúan la alineación del tobillo y del pie
afectado para así completar la parte fun-
cional. Las puntuaciones oscilan entre 0 y
100, considerando 100 el tobillo-pie sano. A
pesar de no encontrarse validada para la FP,
resulta de utilidad para evaluar los niveles
articulares: subtalar, talonavicular y calcá-
neocuboideo 14, que suelen verse afectados
en esta patología.
La escala RyM es una escala de valora-
ción funcional autoadministrada, con cuatro
categorías de clasificación según el nivel de
satisfacción/calidad de vida: excelente, bue-
no, regular y malo 15. No ha sido validada
para la patología del pie, pero ha sido utili-
zada en numerosos estudios para evaluar la
eficacia de las ondas de choque en la FP 16.
Pese a ser un procedimiento seguro
y eficaz, se especificó a cada paciente que
durante la aplicación de la técnica, experi-
mentaría una sensación dolorosa que sería
variable según el umbral de tolerancia indi-
vidual. Como posibles efectos secundarios
podría agudizarse el dolor post-tratamiento
y/o aparecer un leve hematoma en la zona
de aplicación.
De los pacientes con FP inicialmente
reclutados, se seleccionaron 82 que fueron
asignados mediante muestreo aleatorio sim-
ple (tabla de números aleatorios) y enmas-
caramiento ciego para paciente y analizador,
a dos grupos de tratamiento que se denomi-
naron: densidad de energía media-alta: G12
(15 varones, 26 mujeres; edad promedio
51,5 años; rango 34 a 67 años) y densidad
de energía media-baja: G7 (11 varones, 30
mujeres; edad promedio 51,0 años; rango 28
a 66 años).
Las densidades de energía utilizadas
se aplicaron según la clasificación de Rom-
pe 17 y la relación entre estas y la intensidad
del generador piezoeléctrico (Piezoson 100
plus©) se exponen en la Tabla 1.
Tabla 1
Relación entre intensidad y densidad
de energía del tratamiento con ondas
de choque focalizadas por grupos.
Grupo de
estudio
Intensidad Densidad
de energía
(mJ/mm2)
G7 7 0,27
G12 12 0,59
Se utilizó una densidad de energía tera-
péutica que fue aplicada de forma indistinta
por el clínico, según la aleatorización corres-
pondiente, en la totalidad de la muestra. No
existió ningún grupo placebo o que quedase
sin recibir tratamiento por no considerarlo
una opción éticamente aplicable.
Durante el seguimiento hubo hasta 16
pérdidas, de 7 a 9 por grupo, por considerar-
se como criterios de eliminación: no comple-
tar la intervención (un paciente del G7) y no
acudir a alguna o a ninguna de las revisiones
posteriores al tratamiento. De esta manera,
se realizó el análisis de los datos según se
indica en el diagrama de flujo de la Fig. 3.
Para el análisis estadístico descriptivo,
la normalidad de las variables cuantitativas
fue establecida con la prueba de Kolmogo-
rov-Smirnov. Las variables de distribución
38 Andrés y col.
Investigación Clínica 63(1): 2022
normal fueron descritas como media ± des-
viación estándar y las de distribución no
normal y/o discretas como mediana y ran-
go intercuartílico. Por su parte, las variables
cualitativas fueron descritas mediante la ta-
bla de frecuencias absolutas y relativas (por-
centajes) de sus categorías. Finalmente, se
utilizaron diagramas de cajas para represen-
tar las variables cuantitativas. En el análisis
bivariante, para estudiar la asociación entre
variables cualitativas se utilizó la prueba de
Chi cuadrado o razón de verosimilitud (más
de 2 categorías). Para estudiar las diferen-
cias entre medias independientes se utilizó
la prueba de la t de Student no pareada o la
U de Mann-Whitney, dependiendo de las con-
diciones de aplicación (normalidad), para
2 grupos. Para valorar las diferencias entre
Fig. 3. Diagrama de flujo por fases del ensayo clínico aleatorizado paralelo, de dos grupos (reclutamiento,
asignación de la intervención, seguimiento y análisis).
Densidad de energía de ondas de choque en el tratamiento de la fascitis plantar 39
Vol. 63(1): 32 - 46, 2022
medias relacionadas (basales frente a evolu-
ción) se utilizó la prueba t de Student parea-
da (para variables normales según el test de
Kolmogorov-Smirnov) o la de Wilcoxon (para
variables no normales). El nivel de significa-
ción se estableció, para todas las pruebas, en
una p < 0,05.
RESULTADOS
Inicialmente se comprobó la ausencia
de sesgos por sexo, edad, índice de masa cor-
poral (IMC), profesión de riesgo (entendida
como bipedestación prolongada, deambula-
ción prolongada, trabajo de carga de pesos,
etcétera), calzado de seguridad, espolón cal-
cáneo, lateralidad, deporte de riesgo (enten-
dido como deporte de impacto sobre el ta-
lón) y tratamientos previos para la FP, según
Tabla 2.
Además se verificó que ambos grupos
(G7 y G12) partían de una situación basal
similar en cuanto a dolor y funcionalidad,
no existiendo diferencias significativas entre
ellos en ninguna de las dos variables de estu-
dio según se muestra en la Fig. 4.
La eficacia del tratamiento con ambas
densidades de energía se comprobó median-
te la valoración de la significación estadísti-
ca correspondiente a la comparación entre
las tres visitas de control y la consulta basal
entre sí, para las escalas EVA y AOFAS (véase
Fig. 5). Los datos por grupo y escala fueron
analizados de forma independiente. Aunque
para ambos grupos de estudio los valores de
la escala EVA continuaron mejorando desde
la revisión de 3 meses hasta la de 6 meses,
la significación estadística por grupo fue di-
ferente. Mientras que la mejoría de EVA en
ese período en el G12 obtuvo una p<0,01,
Tabla 2
Tabla sociodemográfica por grupos de estudio.
Sesgo Grupo de Estudio p
G7(n=41) G12(n=41)
Sexo Hombre 11 15 NS*
Mujer 30 16
Edad Media
años (rango)
51,0
(28-66)
51,5
(34-67)
NS*
IMC MEDIA 28,4 27,6 NS*
Profesión de Riesgo 28 28 NS*
No 13 13
Calzado de Seguridad Utiliza 7 9 NS*
No utiliza 34 32
Espolón Calcáneo Presente 21 26 NS*
Ausente 20 15
Lateralidad FP Derecha 17 20 NS*
Izquierda 24 21
Deporte de Riesgo Practica 30 27 NS*
No practica 11 14
Tratamientos Previos para FP 39 39 NS**
No 2 2
Test estadístico: t de Student*, Chi cuadrado**; NS no significativo.
40 Andrés y col.
Investigación Clínica 63(1): 2022
Fig. 4. Evaluación del sesgo en la consulta base (cb) según ambas escalas, EVA y AOFAS. Las cajas representan
los percentiles 25 y 75 junto con el valor mediano, y las barras los valores extremos de la muestra. Las
cruces representan valores fuera de rango.
Fig. 5. Comparación de los datos de las escalas EVA y AOFAS correspondientes a cada visita del seguimiento.
En cada casilla: p asociado a la prueba de la t de Student o U the Man-Whitney comprobado con el
test de Kolmogorov-Smirnov; entre paréntesis, tamaño muestral; sombreado en rojo, la ausencia de
significación estadística (NS).
Densidad de energía de ondas de choque en el tratamiento de la fascitis plantar 41
Vol. 63(1): 32 - 46, 2022
la misma variable correspondiente al G7 ob-
tuvo una p<0,05. En el caso de la escala
AOFAS, desde la revisión de 3 meses hasta
la de 6 meses, continuaron mejorando de
forma significativa únicamente los pacientes
del G12 (p<0,01).
La Fig. 6 demuestra que existieron di-
ferencias significativas en la mejoría obser-
vada en cada visita de control respecto de
la consulta basal dependiendo de la dosis
aplicada (G7 o G12), tanto para EVA como
para AOFAS. En especial, cabe destacar la
diferencia para la primera vista de control
según la escala AOFAS que resultó estadísti-
camente significativa con una p<0,01.
Por su parte, la Fig. 7 objetiva que la
principal diferencia entre los resultados clí-
nicos obtenidos para G7 o G12 se produjo
al término del primer período de revisión
(primera visita de control), sin que pueda
aseverarse que la evolución para las suce-
sivas visitas de control (3 y 6 meses) fuera
diferente para ambos grupos. Una vez más,
la significación estadística alcanzada para la
escala AOFAS (p<0,01) fue superior a la de
EVA (p<0,05).
Los resultados obtenidos al sexto mes
de seguimiento según la escala RyM se mues-
tran en las Tablas 3 y 4.
DISCUSIÓN
Este ensayo clínico está diseñado para
proporcionar resultados relevantes para la
práctica clínica futura, con el objetivo de
comparar la eficacia de las ondas de choque
focalizadas utilizando densidad de energía
media-alta y media-baja para el tratamien-
to de la FP. Nos centramos en el rango de
densidad de energía media, descartando la
densidad de energía alta, cuya indicación
fundamental es el tratamiento de las calci-
ficaciones y pseudoartrosis, y la densidad de
energía baja, por su dudoso efecto en la FP
según la bibliografía revisada. Analizamos
los datos obtenidos de cuestionarios y esca-
Fig. 6. Evolución diferencial de la puntuación de las escalas EVA y AOFAS por grupos de estudio de cada visita
de seguimiento respecto a la consulta base (cb). Las cajas representan los percentiles 25 y 75 junto
con el valor mediano, y las barras los valores extremos de la muestra. Las cruces representan valores
fuera de rango.
42 Andrés y col.
Investigación Clínica 63(1): 2022
las para valorar dolor, funcionalidad y grado
de satisfacción.
La significación estadística obtenida
para las diferencias según la escala AOFAS fue
en todos los casos mayor que la que se obtie-
ne para EVA. Puesto que la primera incluye
tanto valoraciones subjetivas (dolor) como
objetivas (funcionalidad). La solidez de las
conclusiones que pueden extraerse del corres-
pondiente estudio para AOFAS debería ser, en
principio, mayor que para EVA. No obstante,
cabe resaltar que los resultados del estudio
son completamente consistentes según am-
bas escalas: en ambos grupos la intervención
resulta beneficiosa en la reducción del dolor
y mejoría de la funcionalidad del paciente con
FP utilizando ambas densidades de energía a
largo plazo. Sin embargo, el efecto analgési-
co es más precoz en el grupo G12 (energía
media-alta). Análogamente, la funcionalidad
se incrementó en mayor cuantía y con mayor
rapidez en ese mismo grupo.
Fig. 7. Evolución diferencial de la puntuación de las escalas EVA y AOFAS por grupos de estudio de cada visita de
seguimiento respecto a la consulta previa. Las cajas representan los percentiles 25 y 75 junto con el valor
mediano, y las barras los valores extremos de la muestra. Las cruces representan valores fuera de rango.
Tabla 3
Tabla de contingencia de la escala RyM por grupos.
Excelente Bueno Regular Malo Total
G7 6 11 13 2 32
G12 9 17 7 0 33
Total 15 28 20 2 65
Tabla 4
Tabla de contingencia escala rym comparativa
de las opciones excelente/bueno respecto
regular/malo por grupos.
p<0,05* Excelente/
Bueno
Regular/
Malo
Total
G7 17 15 32
G12 26 7 33
Total 43 22 65
* Test estadístico: Chi cuadrado.
Densidad de energía de ondas de choque en el tratamiento de la fascitis plantar 43
Vol. 63(1): 32 - 46, 2022
Cabe destacar que en el G12 (energía
media-alta), a los 3 y 6 meses se apreció me-
joría significativa en ambas escalas estudia-
das (p<0,01). Sin embargo, en el G7 (energía
media-baja), la significación estadística de la
escala EVA en ese período fue de p<0,05 y la
escala AOFAS no demostró ninguna mejoría
significativa para este grupo.
En la literatura el generador de ondas
de choque focalizadas más utilizado es el
electromagnético, como ocurrió en el traba-
jo de Su-Jin Lee y col. 18 que utilizó un gene-
rador EPOS Ultra (Dornier©), donde com-
paró densidades de energía media (0.16mJ/
mm2) y baja (0.08mJ/mm2) en la FP. Cada
grupo recibió un número de sesiones diferen-
te. Utilizaron dos escalas comunes a nuestra
investigación (EVA y RyM) y su seguimiento
fue de 3 meses. Como novedad, empleamos
la AOFAS para una valoración más comple-
ta de la evolución de la FP y aplicamos el
mismo protocolo para ambos grupos (2 se-
siones, 1000 disparos/sesión) utilizando dos
densidades de energía media diferentes (alta
y baja); obtuvimos resultados favorables en
ambos y durante el seguimiento (6 meses)
se observó una mejoría más precoz y man-
tenida en el tiempo en el grupo tratado con
densidad de energía media-alta.
En nuestro estudio, el generador em-
pleado fue el piezoeléctrico y las publica-
ciones al respecto con este tipo de genera-
dor son escasas; entre ellas se encuentra el
artículo de Elía Martínez y col. 19 en el que
realizaron una comparación del tratamiento
con ondas de choque radiales y focalizadas
para la FP, no encontrando diferencias signi-
ficativas entre ambas en el seguimiento a 3
meses. Su protocolo consistió en 3 sesiones
de tratamiento de 2000 disparos/sesión con
una frecuencia de 4Hz a ritmo de una cada
14 días y la densidad de energía utilizada fue
de 0.27mJ/mm2. En su estudio, compararon
las ondas de choque radiales y focalizadas,
no compararon las ondas de choque focaliza-
das en ambos grupos de estudio. En nuestra
investigación comparamos dos densidades
de energía de las ondas de choque focaliza-
das para identificar la que resulta más efi-
caz para el tratamiento de la FP. Según esta
misma publicación se desconoce la densidad
de energía óptima del tratamiento con on-
das de choque focalizadas, aspecto en el que
hacemos hincapié en nuestra investigación.
Por otra parte el número de disparos fue el
doble (2000 disparos/sesión), realizaron una
sesión más de tratamiento (3 sesiones) y la
densidad de energía de las ondas focalizadas
que utilizaron fue media-baja pero el grupo
de comparación correspondió a otro tipo de
ondas de choque (radiales) y el seguimien-
to fue a tres meses en lugar de a seis meses
como en nuestro caso.
La aplicación de anestesia local y su in-
fluencia sobre la eficacia de las ondas de cho-
que es un tema controvertido. Nosotros utili-
zamos la densidad de energía 0,59mJ/mm2 sin
anestesia local y la tolerancia al tratamiento
fue similar con respecto a la de 0,27mJ/mm2.
No se notificaron complicaciones en ningún
paciente, más allá de la sensación dolorosa
durante la aplicación del mismo.
Un aspecto a destacar de este estudio
es que es de tipo prospectivo y que evalúa la
mejoría del dolor, así como de la funcionali-
dad y calidad de vida de los pacientes con FP,
aspecto este último de gran importancia por
encontrarse gravemente afectado.
Según Córdova y col. 20, en numerosas
ocasiones la FP ha sido diagnosticada como
espolón calcáneo. Sin embargo, los espolo-
nes no confirman un diagnóstico de FP. De
hecho, se ha comunicado que el 50% de los
pacientes con FP no presentan espolón y el
15% sí lo presentan a pesar de no tener los
síntomas 20. En las radiografías simples del
pie, que no suelen ser de gran utilidad, entre
15 y 20% de los pacientes con espolón calcá-
neo no presenta dolor plantar; tan sólo el 5%
de las personas con dolor plantar presenta
un espolón. En nuestro estudio los resulta-
dos fueron independientes de la presencia
o ausencia de espolón calcáneo, ya que esta
variable no se tuvo en cuenta en el análisis
estadístico debido a la aleatorización de la
muestra (véase Tabla 2).
44 Andrés y col.
Investigación Clínica 63(1): 2022
La limitación fundamental de este estu-
dio es el tamaño muestral que se vio reduci-
do por las pérdidas (iniciales: mala toleran-
cia individual a la aplicación del tratamiento
no completando las dos sesiones del proto-
colo y a largo plazo, por el abandono del se-
guimiento en consulta), por lo cual nuestros
resultados han de ser interpretados de forma
prudente.
Otras limitaciones reseñables son: la
ausencia de grupo control (placebo) por no
considerarse éticamente aplicable, la ausen-
cia de escalas específicas para la valoración
de la FP y la subjetividad de las mismas, que
dificulta la recogida real de datos.
Existen estudios previos que demues-
tran la eficacia del tratamiento con ondas de
choque focalizadas en la FP utilizando densi-
dades de energía media 3, 21-23. En general, los
protocolos son heterogéneos y las compara-
ciones se realizan con placebo 24 o con otros
tratamientos (infiltraciones con corticoides
4, 21-23, ondas de choque radiales 19, toxina bo-
tulínica 16, etc.). Lo novedoso del presente
estudio es la comparación de dos densidades
de energía y la determinación de la más efi-
caz para tratar esta patología tan frecuente
e incapacitante.
Dados los resultados obtenidos en
nuestra muestra, podemos concluir que la
densidad de energía media-alta resulta más
eficaz en la reducción del dolor y recupe-
ración funcional de los pacientes con FP,
por ofrecer una respuesta analgésica mayor
y más precoz sin incrementarse la tasa de
reacciones adversas asociadas con respecto
a la más baja.
Este estudio podría ser un primer paso
hacia el consenso para una terapéutica que
es ampliamente aplicada a una patología tan
frecuente como invalidante. Si bien son ne-
cesarios más estudios para poder determinar
la eficacia de las ondas de choque en la FP
según la densidad de energía aplicada, po-
demos concluir que la densidad de energía
media-alta resulta más eficaz. Por otra par-
te, sería interesante recopilar datos sociode-
mográficos de un tamaño muestral mayor y
con un seguimiento más a largo plazo, para
encontrar la densidad de energía idónea que
permitiera tratar de la manera más eficaz y
precoz la FP.
Financiamiento
No se dispone de financiamiento por or-
ganismos públicos o privados.
Declaración de Conflicto de intereses
No existe conflicto de intereses
Números ORCID de los autores
Ana María Andrés Toribio (AMAT)
0000-0001-8333-5161
Ana María González Rebollo (AMGR)
0000-0002-9547-9880
Antonio Tristán-Vega (AT-V)
0000-0002-4614-2501
Manuel Garrosa (MG)
0000-0002-4280-5611
Contribución de autoría
Concepción y diseño del estudio:
AMAT, AMGR, MG.
Reclutamiento de pacientes y adqui-
sición de datos: AMAT, AMGR.
Análisis y/o interpretación de datos:
AT-V, AMAT.
Redacción del manuscrito: AMAT,
AMGR, AT-V, MG.
Tablas y figuras: AT-V, AMAT.
Coordinación y revisión crítica del
manuscrito: AT-V, AMGR, MG.
Aprobación de la versión del manus-
crito: AMAT, AMGR, AT-V, MG.
Densidad de energía de ondas de choque en el tratamiento de la fascitis plantar 45
Vol. 63(1): 32 - 46, 2022
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