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Julio-Diciembre 2015
Vol. 5 No. 2
Julio-septiembre 2024
Vol. 14 No. 2
Fabrika, Kostyshyna et al / Democracia digital y gobierno de la inteligencia artificial: Problemáticas sociales
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Interacción y Perspectiva Dep. Legal pp 201002Z43506
Revista de Trabajo Social ISSN 2244-808X
Vol. 14 N
o
2 328-340 pp. Copyright © 2024
Julio-septiembre
ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN
Democracia digital y gobierno de la inteligencia artificial: Problemáticas
sociales
DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.10909505
Alla Fabrika*, Tatyana Kostyshyna**, Eduard Kliuienko***, Tetiana Mats****,
Larysa Kharchenko****
Resumen
La digitalización de la democracia significa que más personas tienen la oportunidad de
interactuar con las instituciones y órganos del poder público por medio de las tecnologías
de la información y comunicación en un proceso que, aparentemente, facilita el ejercicio
de la ciudadana y el goce y disfrute de las libertades civiles. En este contexto, no es raro
pensar que la inteligencia artificial se integrará activamente en los aparatos de toma de
decisiones de las democracias contemporáneas. Por lo tanto, el objetivo de la
investigación es describir los problemas sociales de la democracia digital y del uso de las
IA en el gobierno. La investigación se sirvió del método filosófico de tipo mayéutico y de
la técnica de investigación documental, con el acopio de fuentes de naturaleza científica.
Se concluye que existen tres posibilidades en lo concerniente a la democracia digital y
IA: primero, un escenario constructivo donde estas tecnologías signifiquen un avance
para la democracia en el mundo; segundo, un escenario de optimismo moderado, que
identifica los aspectos positivos y negativos de estas experiencias y; tercero, un
escenario crítico, que percibe como negativo para la democracia la integración de la IA
a la vida política de la sociedad.
Palabras clave: democracia digital; gobierno; inteligencia artificial; problemas sociales;
teoría social; participación ciudadana; tecnología.
Abstract
Digital democracy and artificial intelligence governance: Social issues
The digitalization of democracy means that more people have the opportunity to interact
with the institutions and organs of public power by means of information and
communication technologies in a process that, apparently, facilitates the exercise of
citizenship and the enjoyment of civil liberties. In this context, it is not unusual to think
that artificial intelligence will be actively integrated into the decision-making apparatus
of contemporary democracies. Therefore, the aim of the research is to describe the social
problems of digital democracy and the use of AI in government. The research made use
of the philosophical method of the maieutic type and the documentary research
technique, with the collection of sources of a scientific nature. It is concluded that there
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are three possibilities concerning digital democracy and AI: first, a constructive scenario
where these technologies mean progress for democracy in the world; second, a scenario
of moderate optimism, which identifies the positive and negative aspects of these
experiences; and third, a critical scenario, which sees the integration of AI into the
political life of society as negative for democracy.
Keywords: digital democracy; government; artificial intelligence; social problems;
social theory; citizen participation; technology.
Recibido: 11/12/2024 Aceptado: 12/01/2024
* Volodymyr Vynnychenko Central Ukrainian State University, Kropyvnytskyi, Ukraine. ORCID iD:
https://orcid.org/0000-0002-0882-4798 E-mail: fabryka.alla71@gmail.com
** Poltava University of Economics and Trade, Ukraine. ORCID ID: https://orcid.org/0000-0003-4776-5150
E-mail: tkost2017@gmail.com
*** Volodymyr Vynnychenko Central Ukrainian State University,Ukraine. ORCID iD: https://orcid.org/0000-
0002-9412-2281 E-mail: eduard.socio@gmail.com
**** Poltava State Agrarian University, Ukraine. ORCID iD: https://orcid.org/0000-0001-6793-0892 E-mail:
tetiana.mats@pdau.edu.ua
***** Hryhorii Skovoroda University in Pereiaslav, Pereiaslav, Ukraine ORCID: https://orcid.org/0000-0002-
5731-0531 E-mail: harchenko_lora@ukr.net
1. Introducción
La democracia digital y la gobernanza de la inteligencia artificial son campos en
rápida evolución, que plantean importantes preocupaciones sobre su posible impacto
social. Con la creciente automatización y digitalización de los sistemas políticos, existe
una necesidad objetiva de garantizar que estas tecnologías se utilicen adecuadamente
para apoyar y reforzar la democracia y el Estado de Derecho. Por estas razones, el
objetivo del artículo es describir los problemas sociales de la democracia digital y del uso
de las IA en las labores de gobierno, cuestión que implica discutir los retos y
oportunidades de la reapropiación social de los procesos de IA para fines humanos y
democráticos, a como el papel de la investigación científica y las instituciones
democráticas para promover un enfoque humanista de la digitalización de la cosa pública
(Ford, 2019).
A medida que avanzamos en el siglo XXI, hay una tendencia innegable hacia la
automatización de los sistemas políticos. La integración de tecnologías avanzadas, en
particular la inteligencia artificial, ha allanado el camino para la simplificación y
optimización de diversos procesos administrativos y de toma de decisiones. Sin
embargo, con este creciente recurso a sistemas basados en algoritmos, ha habido una
escalada paralela de preocupaciones respecto a los posibles riesgos y efectos adversos
sobre el tejido democrático de la sociedad. La manifestación de sesgos, la falta de
transparencia y el juicio humano inevitable que implica el desarrollo de estos sistemas
han suscitado importantes preocupaciones éticas, jurídicas y sociales que no pueden
pasarse por alto, estas preocupaciones se expresan en preguntas como: ¿En el futuro
los sistemas políticos serán controlados por algoritmos inteligentes con muy poca
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supervisión antrópica? ¿la democracia es necesariamente el gobierno de la inteligencia
humana o puede ser también, llegado el caso, el gobierno de formas de IA?
En la era digital actual, no se puede insistir lo suficiente en la urgencia de abordar
reflexivamente la gobernanza que surge de los sistemas de democracia digital, en el
marco del gobierno de la inteligencia artificial, como condición de posibilidad para
entender sus posibles problemáticas sociales. El impacto de las decisiones tomadas por
algoritmos, especialmente en el ámbito político, tiene el potencial de influir en la vida de
millones de personas y dar forma al futuro de las naciones contemporáneas. Como tal,
es imperativo que los responsables políticos, los expertos en tecnología y los pensadores
éticos colaboren en el desarrollo de marcos y normativas sólidos para garantizar que la
aplicación de sistemas automatizados en el ámbito político, cumpla los principios
fundamentales de la democracia y salvaguarde los derechos y libertades de las personas,
para evitar un futuro distópico controlado por entidades no humanas, metahumanas o
transhumanas.
De hecho, las preocupaciones éticas, políticas, económicas y sociales que
emergen legítimamente de la proyección general de experiencias democráticas basadas
en la digitalización de la información y en la participación protagónica de algoritmos de
IA en funciones de gobierno, administración pública, administración de justicia y toma
de decisiones en general, ha servido de marco temático para el desarrollo de un conjunto
de debates en pleno desarrollo en la actualidad que reconocen con cierta preocupación:
Que la digitalización y otras innovaciones tecnológicas, al tiempo que
entrañan un enorme potencial para fomentar el bienestar social y la
prosperidad económica inclusiva y sostenible, presentan desafíos y
riesgos considerables para la convivencia pacífica y la gobernanza
democrática expresados, por ejemplo, en la agudización de las
desigualdades existentes, la violación de los derechos humanos y el
debilitamiento de la democracia y la cohesión social. (Parlamericas,
2022, p. 01) (negritas añadidas).
2. Aspectos teóricos de la investigación
Es necesario entender en principio el alcance y significado preciso de la
democracia digital y del gobierno de la IA, como condición necesaria para superar las
posibles ambigüedades y falta de precisión conceptual sobre estos complejos fenómenos
tecnológicos, que identifican a la fase actual del desarrollo de buena parte de la
humanidad, mucho más cuando la democracia es la forma de gobierno que, más allá de
sus limitaciones y contradicciones, permite el goce y disfrute de los derechos humanos
y, al mismo tiempo, fomenta el desarrollo integral de la sociedad, mediante la
modernización continua de las fuerzas productivas (Giovanni, 2009; 1988).
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Por democracia digital se quiere significar al tipo de democracia que se ha venido
desarrollando en los espacios virtuales de la WEB. Si antes las democracias tradicionales
se daban en espacios geográficos demarcados por los Estados, ahora todas las
condiciones tecnológicas están dadas, para llevar la participación ciudadana en temas
de interés colectivo; de contraloría social o, incluso, en lo relativo al acto del sufragio, a
los mecanismos de participación virtual mediante aplicaciones, redes o páginas de
organismos oficiales en la WEB, de modo que paulatinamente la ciudadanía tradicional
dará lugar al surgimiento y consolidación de una ciudadanía digital, con poder de
dedición, acción y participación en los lugares materiales de la sociedad y en los
universos digitales.
Según Ford (2015) son muchos los beneficios que trae consigo la digitalización
de la democracia, entre los cuales destacan: Reducir la corrupción, acceso eficiente a la
información de interés público, estructuración de una sociedad colaborativa, mayores
espacios de experiencias colaborativas y deliberativas de democracia, inclusión y no
discriminación de las personas e impulso de la modernización tecnológica del Estado. No
obstante, como se puede suponer a priori, la democracia digital también tiene aspectos
negativos que deben ser identificados y debatidos abiertamente, sin sesgos o falacias.
En palabras de Mena (2021), destacan en los aspectos negativos de las
experiencias de democracia digital que la web, no es, necesariamente, un sitio
democrático, ya que la internet está controlada por corporaciones multinacionales que
no necesariamente responden al llamado interés general de la ciudadanía:
Son personas e instituciones, como por ejemplo Microsoft, Google, American
Express, Visa, CNN, compañías de televisión y de teléfonos. En conjunto, este
nuevo entramado social está controlado y dominado por entidades privadas.
La inexistencia de un poder público y democrático en Internet es uno de los
argumentos para cuestionar que la red sea un espacio democrático. (Mena,
2021, p. 176)
No obstante, Mena se equivoca al suponer que el control de la WEB, total o parcial,
por parte de ciertos organismos estatales significaría, en contraste, la garantía de la
democratización de los espacios digitales, cuando sabemos que los Estados
normalmente devienen en fuerzas autoritarias cuando se trata del manejo público de la
información. En este orden de ideas, la única garantía, si es que la hay, para consolidar
a las experiencias de democracia digital históricamente existentes está en el desarrollo
de una sociedad civil informada y dispuesta a construir sus espacios de democracia y
ciudadanía digital, a contravía de los intereses mezquinos de los Estados y de las
grandes corporaciones, de ahí que hay cierto pensamiento libertario en la reivindicación
de las formas de democracia directa como la democracia digital.
Otro de los aspectos problemáticos para la consolidación de una verdadera
democracia digital, está en el uso de las IA en labores políticas, ya que se puede suponer
que las IA podrían sustituir a la inteligencia humana en los aparatos de toma de
decisiones desde los cuáles se controla al orden social. En este sentido, resulta
paradójico que el gobierno de la IA no significa, al menos por el momento, que sea un
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algoritmo de inteligencia artificial el que asume el gobierno completo de algunas
sociedades humanas, situación que no se descarta en un futuro lejano, aunque se trata,
sin lugar a dudas de una situación antidemocrática porque el gobierno del pueblo o
poder del pueblo implica que sea la persona humana la protagonista de la acción política
en todas sus fases y momentos.
Aclarado lo anterior todo indica que en los próximos os formas de IA serán
integradas como recursos tecnológicos a las labores administrativas del gobierno para
incrementar la eficiencia y la eficacia en muchos ámbitos de acción, como por ejemplo
el diseño, ejecución y evaluación de las políticas públicas. De hecho, existen muchos
ejemplos prácticos
1
que evidencian el uso de la IA al servicio de la satisfacción de las
necesidades de la sociedad moderna. En este sentido, Ospina y Zambrano (2023)
agregan que el uso de la IA en labores de gobierno, busca automatizar procesos en
distintas areas estrategicas para: “…contribuir a dar solución a problemáticas sociales,
como la lucha contra la corrupción, medio ambiente, seguridad, salud, educación, etc.,
y con ello mejorar la experiencia ciudadana” (2023, p. 25).
3. Metodología
La investigación se sirvió del método filosófico de tipo mayéutico y de la técnica de
investigación documental, mediante el acopio de fuentes de naturaleza científica. Desde
Sócrates, en la antigua Grecia, la mayéutica se expresa en el arte de formular buenas
preguntas --en la modalidad de preguntas acertadas-- como condición de posibilidad
para aproximarse a un conocimiento verdadero sobre personas, situaciones o, en este
caso, fenómenos sociales de origen político y tecnológico. En este caso las preguntas
del equipo de investigación fueron formuladas a priori no a un interlocutor dispuesto a
dialogar, sino a un conjunto de fuentes documentales. En este sentido, se trató más
bien de una mayéutica hermenéutica.
En consecuencia, todas las fuentes consultadas fueron leídas e interpretadas con
arreglo a tres preguntas transversales en completa sintonía con el objetivo planteado:
¿Cuáles son los principales problemas sociales que surgen del uso de las IA en la
democracia digital? ¿Qué tipo de aportes que la integración de la IA a las democracias
contemporáneas? ¿Es la democracia una forma de gobierno que requiere para su
realización de una inteligencia exclusivamente humana? De alguna manera estas
preguntas obtuvieron respuestas en esta investigación.
4. Análisis y discusión de resultados
Reapropiarse de los procesos de IA para fines humanos y democráticos
1
En Este particular se recomienda consultar (OECD iLibrary, 2023): https://www.oecd-
ilibrary.org/sites/6150ef8b-es/index.html?itemId=/content/component/6150ef8b-es
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Tal como supone Vesteinsson (2024), ante las crecientes preocupaciones sociales
generadas por la progresiva automatización de los sistemas políticos, hay una
apremiante necesidad de reapropiarse de los procesos y aplicaciones de la inteligencia
artificial para alinearse con fines democráticos y dignificantes de la condición humana.
Los beneficios potenciales de la IA en el panorama político, cuando se utiliza ética y
responsablemente, son sustanciales. Desde la mejora de la eficiencia en la prestación
de servicios públicos hasta la facilitación de procesos de toma de decisiones informados,
la utilización de la IA puede ofrecer valiosas contribuciones al funcionamiento de las
instituciones democráticas.
Para conseguir esta apropiación, es decir, el dominio social de IA, es esencial hacer
hincapié en el desarrollo ético y transparente de los sistemas de IA, en particular en el
contexto de la administración de políticas y servicios públicos que proporcionan los
Estados. Por otra parte, la integración de mecanismos de responsabilidad, supervisión
y evaluación continua es crucial para mitigar los riesgos potenciales asociados a la
implantación de la IA en el ámbito político. Cuando se otorga prioridad a la mejora de
la confianza del público en las aplicaciones de IA, es posible cultivar una relación
armoniosa entre la tecnología y la gobernanza democrática, entendiendo que la
tecnología es solo un instrumento y no un fin en mismo, aunque, incluso, en algún
punto de su evolución la IA adquiera conciencia política y autonomía existencial
(Benedikt, Mirbabaie, Lembcke, & Hofeditz, 2021).
Garantizar que la IA apoya la democracia y el Estado de Derecho
En medio de los rápidos avances de la tecnología digital y la inteligencia artificial,
nunca ha sido tan acuciante la necesidad de garantizar que los sistemas de IA apoyan
inequívocamente la democracia y el Estado de Derecho. Dos estrategias primordiales
sustentan la realización de un paradigma de IA democrático y centrado en el ser
humano, esto supone: por un lado, la integración de consideraciones éticas en el
desarrollo y despliegue de la IA; por el otro, la participación activa en el discurso y los
procesos de toma de decisiones relativos a la función de la IA en el mantenimiento y
fortalecimiento de los cimientos de la democracia y los derechos humanos.
La necesidad de abordar el posible impacto de la IA en la democracia y los derechos
individuales ha llevado a esfuerzos concertados de los responsables políticos como el
G7 y la Unión Europea, entre otros, con las partes interesadas para establecer
directrices y mecanismos normativos completos (Galaski, 2021). Subrayar la
importancia de la transparencia, la rendición de cuentas y la salvaguardia de los
derechos fundamentales en la utilización de la IA en el sector público, es un pilar
fundamental para garantizar que estos sistemas operan dentro de los mites éticos y
legales de la gobernanza democrática. Además, fomentar el diálogo multiinstitucional y
promover un enfoque participativo para el desarrollo de políticas de IA, es esencial para
navegar por la compleja interacción entre la tecnología y la preservación de los
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principios democráticos, sin los cuales las democracias modernas pueden distorsionarse
(Dahl, 1992)
Por otro lado, tal como sostiene Bobbio (1985) la vitalidad de la democracia como
sistema político dinámico demanda por parte de los sujetos y actores colectivos en
general, de la anticipación de las profundas transformaciones sociales venideras, como
resultado del avance de la ciencia y la tecnología y su imbricación en todas las esferas
de la realidad social. En este contexto, la digitalización de la sociedad y los crecientes
avances en inteligencia artificial han dado lugar a un panorama repleto del potencial
para provocar profundas transformaciones para resolver los históricos problemas de
pobreza, exclusión social, violencia y las desigualdades de todo tipo. La fusión de la
tecnología digital y la IA tiene la capacidad de permear y revolucionar diversos aspectos
de las estructuras sociales, económicas y políticas, redefiniendo así el modus operandi
de la gobernanza, la participación ciudadana y los procesos de toma de decisiones. Sin
embargo, junto a las perspectivas de progreso e innovación, existen legítimas
preocupaciones sobre las posibles ramificaciones de la IA en la democracia y el tejido
social en general ¿Puede ser la IA un dispositivo de control social formal e informal por
parte de gobiernos autoritarios? Obviamente, la respuesta es sí.
Por las razones aludidas, los usos múltiples de la IA en el ámbito público exigen una
comprensión global de su impacto social y, s n, de la formulación de estrategias
proactivas para anticipar en lo posible y abordar los retos que puedan surgir en términos
políticos, económicos y sociales. Cuestiones como el uso ético de los datos (UNESCO,
2024), la mitigación de los sesgos algorítmicos y la salvaguardia de los derechos de las
personas frente a los avances tecnológicos son fundamentales para garantizar que la
integración de la IA se alinee con los principios de la gobernanza democrática y la
equidad social.
Igualmente, los esfuerzos por minimizar la exacerbación de las desigualdades
existentes y por defender los principios de transparencia, equidad y responsabilidad en
la implantación de la IA son fundamentales para configurar un futuro en el que la
tecnología sirva como herramienta para una transformación social positiva, situación
que solo puede suceder en democracias reales.
Digitalización y AI avanzada para la democracia
La convergencia de la digitalización y la AI avanzada anuncia un momento crucial
en la historia de la humanidad, que presenta oportunidades sin precedentes para la
innovación y el progreso. Sin embargo, la velocidad y escala inigualables de la
transformación digital, unidas a las complejidades de la IA, presentan un terreno
polifacético repleto de retos y complejidades. Las implicaciones éticas, jurídicas y
sociales de este cambio de paradigma subrayan la necesidad de enfoques estratégicos
e inclusivos para aprovechar el potencial de la IA de una manera que se alinee con los
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valores democráticos y la cohesión social de cara a la configuración de un modelo de
sociedad digital sostenible (CEPAL, 2021).
Abordar las dimensiones sociales y políticas de la IA requiere un enfoque concertado
en el desarrollo y la aplicación ética de la IA, la protección de los derechos individuales
en la esfera digital y el cultivo de un marco normativo que equilibre la innovación y la
rendición de cuentas. Mediante el estudio de estas consideraciones polifacéticas, es
posible allanar el camino hacia un futuro digital que no esté definido únicamente por el
avance tecnológico, sino también. por su compromiso inquebrantable con los principios
democráticos y el bienestar de la sociedad en general. Sin embargo, la materialización
de esta realidad dependerá en buena medida de dos aspectos centrales: primero, del
uso adecuado que los poderes políticos hagan de las IA, y; segundo, de las capacidades
de la sociedad civil organizada para cuidar mediante prácticas decididas de contraloría
social, los espacios democráticos existentes, lo que en ultimo termino fortalece el capital
social.
En palabras de Adam y Hocquard (2023), pensando en el caso del parlamento
europeo, probablemente extensivo a otras realidades, el potencial de la IA avanzada y
las tecnologías digitales para reforzar los procesos y las instituciones democráticas
depende de un enfoque deliberado y consciente de su integración, por su puesto, este
enfoque solo es posible en sociedades democráticas, donde existe una ciudadanía
madura dispuesta a participar en la construcción de sus espacios de desarrollo y
convivencia. La realización de este potencial depende del cultivo de sistemas de IA y
herramientas digitales que se sustenten en principios de transparencia, equidad y
protección de los derechos individuales. Además, utilizar la IA para mejorar la
participación ciudadana, el acceso a la información y la prestación de servicios públicos
tiene la capacidad de fortalecer los cimientos de la democracia y generar un marco de
gobernanza más inclusivo y receptivo para todas las fuerzas democráticas.
Definitivamente, es dentro de esta intersección entre la innovación tecnológica y la
gobernanza democrática donde se siembran las semillas de un futuro impregnado de
un mayor compromiso de los ciudadanos, de una toma de decisiones informada y de un
acceso equitativo a las oportunidades sociales. Utilizando la IA para aumentar los
procesos democráticos, vigilando al mismo tiempo para salvaguardarse de posibles
peligros, las sociedades pueden aspirar a realizar un futuro en el que el ethos
democrático florezca al mismo tiempo que avanzan las nuevas tecnologías digitales.
AI y Digitalización Humanista
La amalgama de la IA y lo que los autores de esta investigación definen como
digitalización humanista, representa una yuxtaposición paradigmática que encapsula el
potencial del avance tecnológico para armonizarse con los requerimientos sociales y así
poder fomentar los imperativos del bienestar humano y los principios democráticos.
Basándose en el desarrollo ético e inclusivo de la IA, la digitalización humanista encarna
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una visión en la que el progreso tecnológico está guiado por una profunda consideración
de su impacto en la sociedad, la preservación de las libertades individuales y el fomento
de un mundo más justo y equitativo. Para navegar por este intrincado terreno, es
primordial adoptar una ética de colaboración, compromiso interdisciplinario y
reevaluación continua de las dimensiones sociales, políticas y éticas de la IA. Para lo
cual se impone la necesidad de defender en todo momento los principios de dignidad
humana, equidad y justicia social en el desarrollo y despliegue de la IA, esto esfuerzo
hará plausible hacer realidad un futuro en el que las innovaciones tecnológicas se aúnen
incondicionalmente con las aspiraciones de las sociedades democráticas y el bienestar
colectivo de la humanidad (Werthner, Prem, Lee, & Ghezzi, 2022).
IA y Democracia: perspectivas para la investigación científica
La evolución de la interacción entre la IA y la democracia ha precipitado una
creciente expansión de la investigación y el estudio interdisciplinario encaminados a
comprender y conformar exhaustivamente los contornos de estas tecnologías con
impacto directa en la vida de personas y comunidades. Este ámbito de la investigación,
que definimos desde ya como de apropiación social en lo material y simbólico de la IA
para la democracia, encierra exploraciones multifacéticas sobre las implicaciones éticas,
sociales, económicas y políticas de la IA en el contexto de la gobernanza democrática,
la salvaguarda de los derechos individuales y el impacto global de los avances
tecnológicos en la sociedad.
Mediante una rigurosa labor de documentación y estudios empíricos, se pone de
relieve la identificación oportuna de los riesgos, beneficios y enfoques óptimos de la
amalgama de la IA y la democracia. Esta línea de investigación no sólo sirve para
informar la formulación de políticas y marcos normativos idóneos, sino que también
fomenta una comprensión matizada de las intrincadas interdependencias entre la IA y
la democracia, sentando así las bases para un futuro en el que la innovación tecnológica
se alinee sin problemas con los imperativos de los valores democráticos y el bienestar
social (Lokshin & Umapathi, 2022).
En medio del floreciente discurso y la imperiosa necesidad de investigación
exhaustiva sobre las interrelaciones entre la IA y la democracia, el establecimiento de
instituciones multilaterales ejemplifica un compromiso concertado para abordar las
múltiples dimensiones de esta intrincada convergencia. El este contexto, la Unión
Europea está situado a la vanguardia de la investigación sobre IA y gobernanza, ámbitos
en los que se esfuerza por catalizar la investigación interdisciplinar, los diálogos políticos
y las iniciativas estratégicas encaminadas a fomentar una integración armoniosa y de
impacto de la IA en el paisaje democrático global, para lo cual ya se han formulado
varias iniciativas de ley, como: la Ley de Inteligencia Artificial, que es la primera ley
integral sobre IA del mundo (News european parliamnet , 2023).
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Canalizando esfuerzos concertados hacia la investigación, la defensa y la
formulación de mejores prácticas, las instituciones políticas y científicas más avanzadas
del mundo se están preparando para servir de guía en la comprensión e imbricación
ética y eficaz de la IA con la gobernanza democrática. A través de sus esfuerzos
institucionales, en los que también participan instituciones no gubernamentales,
universidades y actores de la sociedad civil organizada, no sólo pretende prevenir y
abordar los posibles retos, riesgos y oportunidades que genera la integración de la IA
en el ámbito político, sino que también se aspira diseñar de forma concertada, un futuro
en el que la innovación digital armonice con los principios perdurables de democracia,
derechos humanos y bienestar social, sin los cuales el desarrollo tecnológico seria,
lamentablemente, una herramienta de dominación al servicio de poderes no
democráticos, tal como lo sostiene Panditharatne y Giansiracusa (2023), para quien:
“Las herramientas de inteligencia artificial, cada vez más populares, podrían propiciar
la diseminación desenfrenada de desinformación y crear otros peligros para la
democracia” (2023, par., 3).
5. Conclusiones
En medio de la era digital, la recalibración del papel de la IA en la gobernanza
democrática trasciende el ámbito del discurso académico y asume el manto de un
imperativo categórico. Es deber tanto de los responsables políticos como de los
tecnólogos y los ciudadanos dirigir colectivamente la trayectoria de la integración de la
IA en una dirección que no sólo respete los principios fundamentales de la democracia
y los derechos humanos, sino que también se acople con las aspiraciones colectivas de
un futuro justo, inclusivo y tecnológicamente constructivo para la sociedad.
La democracia digital y la gobernanza de la inteligencia artificial deben dar prioridad
a la protección de los derechos humanos y, al mismo tiempo, garantizar que la
utilización de los sistemas de IA apoye la democracia y el Estado de Derecho. Aunque
existen preocupaciones sobre los posibles impactos sociales de la IA, es importante
reconocer que también tiene el potencial de beneficiar a las democracias cuando se
utiliza correctamente. A medida que avanzamos hacia una sociedad cada vez más
digitalizada y automatizada, es crucial debatir sobre la gobernanza de la IA y sus
implicaciones para la democracia como estilo de vida. En este ámbito de acción,
organizaciones como la ONU y La UE están creando las condiciones de Gobernanza y
dando pasos para investigar y promover procesos de IA centrados en las personas, pero
los gobiernos y las sociedades nacionales deben hacer s para garantizar un uso
responsable y democrático de la IA.
Finalmente, cuando se trata de describir los problemas sociales de la democracia
digital y del uso de las IA en el gobierno, se debe responder primero ¿qué necesita una
formación social determinada? para poder, valorar en su justa medida, que puede
ofrecerle la IA, mediante el impulso continuo de la democracia digital. Si en el pasado
reciente las personas y comunidades esperaban de las democracias la protección al
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ejercicio de sus derecho políticos y libertades civiles en un marco de prosperidad
económica general, que permitiera a la mayorías una vida digna por sobre el umbral de
pobreza, tal como explica Nussbaum (2012), ahora con las democracias digitales se
suman a las demandas sociales, la necesidad de hacer de la democracia digital
sustentadas en la IA, un lugar para superar las crisis de participación y representación
de las poliarquías de antaño.
En consecuencia, si la democracia digital no logra satisfacer las problemáticas
sociales que, varían de un lugar a otro, pero que en líneas generales se sintetizan en la
búsqueda de desarrollo con equidad, libertad de ser y hacer en un ambiente seguro y
justicia social para con los sectores y grupos vulnerables, como: las mujeres, los
migrantes, las diversidades sexuales, los grupos indígenas o los animales en situación
de calle, esta forma de gobierno va a fracasar por más de que posee un grande soporte
tecnológico a su favor. En este orden de ideas, la democracia social como todas las
formas de gobierno racionales históricamente existentes, obtiene su legitimidad social
en la media en que se convierte en un dispositivo útil para satisfacer las necesidades,
aspiraciones y demandas de una sociedad cambiante.
Se concluye que existen tres posibilidades en lo concerniente a la democracia digital
y IA: primero, un escenario constructivo donde estas tecnologías signifiquen un avance
para la democracia en el mundo; segundo, un escenario de optimismo moderado, que
identifica los aspectos positivos y negativos de estas experiencias sin prejuicios o sesgos
y; tercero, un escenario crítico, que percibe como negativo para la democracia la
integración de la IA a la vida política de la sociedad. Desde el punto de vista científico,
conviene optar por el segundo escenario cunado se busca estudiar estos fenómenos en
sus aspectos esenciales y en sus nodos problemáticos.
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