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Epidemiología de la enfermedad celíaca, grupos de riesgo y enfermedades asociadas
(Epidemiology of celiac disease, risk group and associated disease)
Yennifer Mariat Socorro Pérez1 https://orcid.org/0000-0002-6071-3753
1Especialista en Medicina Interna y Gastroenterología. Adjunto del Servicio de Gastroenterología Hospital
Vargas de Caracas. Gastroenterólogo Hospital de Clínicas Caracas
Recibido: 1 de Septiembre 2023
Aceptado: 1 de Octubre 2023
RESUMEN
La enfermedad Celíaca (EC) es una patología crónica con afectación mucosa del intestino delgado,
secundaria a la respuesta inmune inapropiada tras la exposición al gluten, en personas con
predisposición genética. La incidencia va en aumento, con una seroprevalencia y prevalencia global del
1-1,4% y 0,5 - 0,7% respectivamente; siendo más frecuente en mujeres, raza blanca y niños, pese que
afecta en cualquier etapa de la vida. La sintomatología clásica con malabsorción no siempre está
presente, con un gran grupo de pacientes que presentan síntomas no clásicos o subclínicos, por lo que
es importante conocer los factores de riesgo para un buen cribado, abordaje y manejo de la
enfermedad. Los grupos de riesgos asociados a EC son aquellos con familiares de 1er grado, presencia
de HLA-DQ2 y HLA-DQ8, Diabetes Mellitus tipo 1, Déficit Selectivo de IgA, Tiroiditis Autoinmune,
Síndrome de Sjögren, Síndrome de Down, Enfermedad de Addison, Síndrome de Turner, Síndrome de
Willians, anemia por déficit de hierro, hipertransaminasemia e infertilidad femenina sin causas
especificadas. Dado al componente genético y autoinmune de la EC compartido por múltiples
patologías existe una asociación entre un gran grupo de enfermedades, siendo las más frecuentes
Diabetes Mellitus tipo 1, Tiroiditis autoinmunes, Hepatitis autoinmune, Colangitis Biliar Primaria,
Dermatitis Herpetiforme, Enfermedad de Addison, Síndrome de Sjögren, Síndrome Intestino irritable,
Enfermedad Inflamatoria Intestinal, Síndrome de Down, Enteropatía asociada a Linfoma de Células T.
Palabras claves: enfermedad celíaca, epidemiología, grupos de riesgo.
ABSTRACT
Celiac disease is a chronic, autoimmune disease with mucosal involvement of the small intestine,
secondary to the inappropriate immune response after exposure to gluten, in people with genetic
predisposition. The incidence of the disease is increasing, with a global seroprevalence and prevalence
of 1-1.4% and 0.5 - 0.7% respectively; being more frequent in women, white race, and children,
although it affects at any stage of life. The classic symptomatology with malabsorption symptoms is not
always present, with a large group of patients who present non-classical or subclinical symptoms, so it
is important to know the risk factors for a good screening, approach, and management of the disease.
The risk groups associated with CD are those with first-degree relatives of CD, presence of HLA-DQ2
and HLA-DQ8, type 1 Diabetes Mellitus, Selective IgA Deficiency, Autoimmune Thyroiditis, Sjögren’s
Syndrome, Down Syndrome, Addison’s Disease, Turner Syndrome, Williams Syndrome, iron deficiency
anemia, elevated transaminases and female infertility without specified causes. Given the genetic and
autoimmune component of CD shared by multiple pathologies, there is an association between a large
group of diseases, being the most frequent type 1 Diabetes Mellitus, autoimmune Thyroiditis,
autoimmune Hepatitis, Primary Biliary Cholangitis, Dermatitis Herpetiformis, Addison’s Disease,
Sjögren’s Syndrome, Irritable Bowel Syndrome, Inflammatory Bowel Disease, Down Syndrome,
Enteropathy associated with T-cell Lymphoma.
Key words: celiac disease, epidemiology, risk groups.
Autor de correspondencia: Yennifer Socorro Pérez, Especialista en Medicina Interna y Gastroenterología. Adjunto del
Servicio de Gastroenterología Hospital Vargas de Caracas. Gastroenterólogo Hospital de Clínicas Caracas, correo
electrónico: ymsp2203@hotmail.com
DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.10192011
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INTRODUCCIÓN
La enfermedad Celíaca (EC) es una patología crónica, autoinmune mediada por células T, que
afecta la mucosa del intestino, debido a una respuesta inmune inapropiada tras la exposición
al gluten, en personas con predisposición genética, siendo este el término utilizado para
englobar a las proteínas gliadinas y gluteninas presentes en los cereales como el trigo, centeno
y cebada (1-3). A pesar que la afección diana es el intestino delgado, se evidencia afectación
multiorgánica, por lo que es relevante no solo enfocar la atención en los síntomas
gastrointestinales (diarrea, flatulencias, dispepsia, dolor abdominal crónico, distensión
abdominal, etc.), si no observar aquellas manifestaciones extraintestinales conocidas
(dermatitis herpetiforme, artritis, neuropatía periférica, anemia por déficit de hierro, elevación
de aminotransferasas, osteopenia, osteoporosis, etc.), debido a que gran parte de los
pacientes presenta síntomas leves, o inclusive son asintomáticos, toma relevancia la
evaluación integral, sus antecedentes personas y familiares así como los hábitos
psicobiológicos, ya que la sintomatología tanto en niños como en adultos no es específica de la
enfermedad, y es trabajo del profesional de la salud reconocerla (4-6).
El conocimiento sobre esta patología es importante, ya que es infradiagnosticada, y en gran
parte del mundo la alimentación se basa en alimentos ricos en gluten, siendo este el enemigo
que desencadena la respuesta autoinmunitaria en aquellos individuos predispuestos
genéticamente (2,3); si bien es cierto no todos aquellos portadores de los principales
haplotipos HLA-DQ2 y HLA-DQ8 desarrollan la patología, y que existen factores de riesgo que
pueden desencadenarla, es imperativa la necesidad de reconocer cuales son y así dirigir los
esfuerzos y encender las alarmas para mejorar el diagnóstico de esta patología. Los esfuerzos
en las mejoras de las técnicas diagnósticas han llevado a un mayor reconocimiento de la
enfermedad, expresado en un aumento en la incidencia y prevalencia de paciente con EC, no
obstante, continúa siendo una enfermedad subdiagnosticada a nivel global (4-6).
EPIDEMIOLOGÍA
Con el paso de los años se ha evidenciado un aumento en la incidencia y prevalencia de la EC,
en gran parte se debe a las mejoras en las técnicas diagnósticas, y a la importancia de una
evaluación integral en aquellas personas con alto riesgo de padecerla, así como el incremento
en la cantidad de ingesta de gluten, y el aumento en la autoinmunidad (1-3). Esto fue
demostrado en una revisión sistémica de 50 estudios a nivel mundial, donde se reportó un
incremento en la incidencia del 7,5% por año, comparado con décadas anteriores(7). En un
estudio español (8), reportaron que la incidencia en adultos se cuadruplicó de 3,08 por cada
100.000 habitantes por año para 1995 a 11,13 por cada 100.000 habitantes por año en el
2005; en niños se triplicó de 2,08 por cada 100.000 habitantes por año entre 1981-1985 a 6,89
por cada 100.000 habitantes por año entre 2001-2005.
Se describe a nivel mundial una seroprevalencia del 1-1,4%, es decir la presencia de los
anticuerpos anti-transglutaminasa tisular IgA (anti-tTg IgA), anticuerpos anti-endomisio (anti-
EMA), anticuerpos anti-péptidos deaminados de gliadina (anti-PDG) (3,5,8-10), mientras que la
prevalencia global, estableciendo la confirmación histológica por biopsias de duodeno, de 0,5 -
0,7% (1-3,5,9,11). Singh P y col (11), publicaron un metaanálisis donde evaluaron 96 estudios, y
evidenciaron una seroprevalencia según los resultados positivos de anti-tTg y/o anti-EMA de
1,4% (IC95% 1,1% - 1,7%), y prevalencia 0,7% (IC95%, 0,5%-0,9%).
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Anteriormente se pensaba que esta patología era exclusiva de los europeos, lo que se ha
desmentido con el paso del tiempo al encontrarse una distribución global, con ciertas
variaciones por regiones, estando relacionada más con los factores ambientales,
predisposición genética y la dieta rica en gluten que por la localización geográfica (3,10,11).
Asia es el continente con la mayor seroprevalencia, estando alrededor del 1,6-1,8% y la
prevalencia de 0,5-0,6%, teniendo Punjab en la India la mayor seroprevalencia con 3,08%; en
China los estudios son escasos, sin embargo, se conoce una seroprevalencia de 1,27%. La
predisposición genética al ser portadores del haplotipo HLA-DQ2 en orden creciente de
frecuencia tenemos a Japón (0,3%), seguido de Corea e Indonesia (<0,5%), China, Mongolia,
Singapur, Taiwán, Tailandia y Vietnam entre el 5-20% y > 20% en Pakistán e Israel, mientras
que portadores del HLA-DQ8 es más común en Japón (8-10%) (3,11).
Oceanía tiene una seroprevalencia del 1,4% y prevalencia del 0,8%. En el continente americano
hay una mayor frecuencia en América del Norte con 1,4% y 0,5% vs Suramérica con 1,3% y
0,4% respectivamente, donde en Estados Unidos se habla de un aumento de la prevalencia de
0,2% al 0.9% a la actualidad, y en términos de incidencia un aumento promedio del 8,1% por
año entre 1950 a 2010; en Canadá la prevalencia es del 0,9%. En América latina hay reportes
de México con una prevalencia entre 0,5-0,7%, y la seroprevalencia de 0,59% asociado al
haplotipo HLA-DQ8; en Argentina la prevalencia es del 2,2% con el haplotipo predisponente
HLA-DQ8, del resto, incluyendo Venezuela hay pocos estudios publicados (3,7,10-12).
En Europa la seroprevalencia es del 1,3% y la prevalencia del 0,8%; en Escocia y Reino Unido se
ha descrito un aumento de la incidencia del 12,8% por año desde 1990 al 2016 en niños, y en
adultos incrementó 11,3% desde 1998 al 2003, Finlandia fue el único país que disminuyó la
incidencia un -3,4% de 2005 al 2014; los países europeos con la mayor seroprevalencia son
República Checa y Portugal (2,1-8,5%), mientras que los que tienen la menor seroprevalencia
son Estonia, Alemania, Islandia, Polonia, España (0,2-0,8%); la mayor prevalencia de EC se
encuentra en Nueva Zelanda, y Suecia (0,9-2,4%), en contraste con Alemania y Rusia (0,2-0,8%)
(1,3,11).
En África la información publicada es menor, sin embargo, se ha descrito una seroprevalencia
del 1,1% y la prevalencia de 0,5%, Marruecos, Algeria y Túnez la prevalencia es del 1,1%,
Etiopía su prevalencia es extremadamente baja debido a una dieta libre de gluten, y en el Sur
de África se ha descrito una prevalencia en niños del 2,5% (3,8-11).
Hace unas décadas se pensaba que la EC era una enfermedad que afectaba solo a niños, lo cual
con el paso del tiempo se pudo observar que afecta en cualquier etapa de la vida, inclusive en
adultos mayores (4,9). Sin embargo hay estudios que han reportado una prevalencia en niños
del 0,9% vs 0,5% en adultos (p<0,001), teniendo dos picos la enfermedad en los primeros 2
años de vida y en la 3era década de la vida (7,10,11,13). Con respecto al sexo reportan una
mayor frecuencia en mujeres tanto en niños como en adultos, con prevalencia de 0,4% vs 0,6%
(p<0,001) (11,13,14), e inclusive se habla de una mayor incidencia en mujeres 17,4% por cada
100.000 personas vs 7,8% en hombres (7). De acuerdo con la raza la EC es más prevalente en
blancos (1%), que en hispanos (0,3%) (9).
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GRUPOS DE RIESGO
Aunque se ha reconocido en la EC la exposición al gluten como el desencadenante de la
respuesta inflamatoria, y existe un componente de predisposición genética, estos no son
suficientes para el desarrollo de la enfermedad, en vista que hay ciertos factores ambientales e
inmunológicos asociados que intervienen en la aparición de esta, y es allí a donde debe ir
dirigido el enfoque diagnóstico, mejorando así la precisión en estos casos. Lo que ha
mantenido activa la investigación de todos aquellos factores familiares, ambientales,
perinatales presentes en los grupos de riesgo bien establecidos por las guías clínicas,
recomendado el abordaje diagnóstico de EC en estos grupos de pacientes (3,6,12).
Familiares con EC: El tener familiares de 1er grado con EC, está asociado con un riesgo
mayor entre el 5-10% de desarrollar la enfermedad, donde la filiación con mayor
probabilidad se encuentra en gemelos monocigotos hasta en un 20%, seguido de hermanos
compatibles con HLA, hermanos no compatibles y de padres a hijos. Aunque en menor
medida también existe un riesgo en familiares de 2do grado, y estos riesgos aumentan si
existe más de un familiar con la enfermedad (2,3,6,12,13).
Diabetes Mellitus (DM) tipo 1: se ha descrito una asociación de riesgo en aquellos pacientes
con DM tipo 1, con una prevalencia de EC del 3-12% en adultos y de 9-12% en niños,
predominando el sexo femenino (8,9,12,13). Dado que ambas patologías comparten la
predisposición genética con la presencia de los haplotipos HLA-DQ2 y HLA-DQ8, en efecto se
plantea su asociación (15,16).
Déficit Selectivo de IgA: tanto el déficit selectivo de IgA como la EC están asociados a la
presencia de HLA-DQ2 y HLA-DQ8, presentándose en el 2-8% de los pacientes con EC, lo cual
es relevante no solo por la relación existente en ambas patologías, si no que podrían
obtener falsos negativos en los anticuerpos IgA para la EC al momento del diagnóstico, y es
debido a ellos que en algunos países como abordaje inicial solicitan los niveles de IgA
(6,9,12,17,18).
Tiroiditis Autoinmune: está descrito el aumento de la frecuencia del 4-7% de EC en este
grupo de pacientes con enfermedad de Graves o tiroiditis de Hashimoto, y hasta un 26% de
los pacientes con EC desarrollan tiroiditis. Esto se debe no solo a compartir la predisposición
genética, si no a una relación con los anticuerpos tTG-2 IgA los cuales reaccionan con el
tejido tiroideo, lo que sugiere el desarrollo patogénico (6,12,19,20).
Síndrome de Sjögren: en los pacientes con EC se ha descrito una prevalencia que varía entre
5-15%, siendo mucho mayor que la población general (6,21,22).
Síndrome de Down: estos pacientes se encuentran en el grupo de riesgo con una
prevalencia de EC entre el 6-16% en los distintos estudios publicados, siendo mayor que la
población general, independiente del área geográfica. Por lo que es necesario descartar la
enfermedad, y realizar un buen cribado ya que en este grupo de pacientes la clínica no es
clásica lo que puede entorpecer el diagnóstico (6,8,21,23).
Enfermedad de Addison: existe una estrecha relación de esta patología con la EC
describiéndose una prevalencia del 5-6%, dado por una relación con la presencia de los
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haplotipos HLA-DQ2; asociándose además con síndrome poliglandular con una relación con
la insuficiencia ovárica, por lo que se ha discutido la necesidad de tomar como grupo de
riesgos mujeres infértiles donde estudios han descrito una prevalencia de EC en este grupo
hasta del 4% (6,8,24).
Síndrome de Turner: se ha descrito una prevalencia del 3-4% de EC en este grupo de riesgo,
siendo menor en Alemania, y predominando en Suecia (6,25,26).
Síndrome de Williams: grupo de pacientes que entra dentro del cribado de EC debido a su
mayor prevalencia sobre la población general, presentándose entre el 4-6% en los distintos
estudios (6,8,22,25).
Además de los antes mencionados, existe una relación sólida de la EC con la anemia por déficit
de hierro no explicada, la infertilidad en mujeres sin causa aparente, y la elevación de
transaminasas inexplicable siendo estos grupos de riesgo (13,19,21). Se ha estudiado factores
perinatales como aquellos pacientes que nacieron pequeños para edad gestacional, cesáreas
electivas, entre otros, tienen un pequeño aumento del riesgo para desarrollar EC. Las
infecciones previas por Rotavirus, Campylobacter species, reovirus también pueden ser
gatillantes de la enfermedad. Al igual que la ingesta de gluten, donde al inicio de los estudios
se pensó que la ingesta temprana (> 6 meses) contribuía al desarrollo de la enfermedad, donde
la evidencia actual ha demostrado que independientemente del inicio de la exposición al
gluten antes o después de los 12 meses de vida no existen resultados estadísticamente
significativos de su asociación con la predisposición a la EC; sin embargo, se ha observado que
si influye la cantidad de gluten a la que ha sido expuesto cada individuo (9,10).
ENFERMEDADES ASOCIADAS
La EC tiene un componente genético marcado relacionado con el Complejo mayor de
histocompatibilidad Clase II, específicamente con los haplotipos HLA-DQ2 y HLA-DQ8, asociado
a un respuesta autoinmune desregulada compartida por múltiples patologías de origen
inmunológico y/o cromosómico, por lo que existe una asociación entre un gran grupo de
enfermedades y la EC, que no solo aumenta su prevalencia si no que influyen en el
comportamiento de las enfermedades, su respuesta al tratamiento y complicaciones que
tienden a disminuir con la dieta libre de gluten (19,21,22,26).
Este grupo de enfermedades asociadas a la EC, han sido tomadas como factores de riesgo para
el desarrollo de la EC, siendo las más frecuentes las incluidas en los protocolos de cribado,
estableciendo los grupos de riesgo antes mencionados; pese a que no todas tienen
indicaciones formales para realizar pruebas serológicas, es de suma importancia el
conocimiento de la relación existente entre ellas para su abordaje y manejo adecuado ya que
el éxito del tratamiento radica en el control con la dieta libre de gluten 1,19-22,27). Por
sistemas se pueden clasificar de acuerdo con su afectación como enfermedades endocrinas,
gastrointestinales, reumatológicas, dermatológicas y otras.
La lista de las enfermedades endocrinas asociadas a EC está encabezada por la Tiroiditis
autoinmune con una prevalencia del 2-7% tanto en niños como en adultos con EC,
describiéndose una mayor prevalencia con Enfermedad de Graves, Tiroiditis de Hashimoto y
Tiroiditis Linfocítica (6,22,24). El reconocimiento de estas patologías es de suma importancia ya
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que pueden solapar síntomas teniendo mala respuesta terapéutica que mejora con la dieta
libre de gluten. Vigilar la asociación de EC con tiroiditis y Diabetes mellitus tipo 1, debido a que
es frecuente la aparición y relación con un aumento de los efectos adversos en el crecimiento,
metabolismo y fertilidad (8,22,24,26).
La diabetes mellitus tipo 1 como fue descrito antes, es una de las enfermedades asociadas más
prevalentes, con mayor riesgo de presentarse en niños menores de 4 años, y en adultos
mayores de 20 años diagnosticados con EC (HR:2,4 IC95% 1,9-3,00);la mayoría de los pacientes
se diagnostica primero la DM y posteriormente la EC, la asociación de ambas patologías
aumenta el riesgo de las complicaciones de la diabetes de osteopenia u osteoporosis,
retinopatía y nefropatía diabética, sin embargo el ajuste terapéutico con una buena
adherencia a la dieta libre de gluten previene complicaciones vasculares (6,16,20,21,24).
Otros trastornos endocrinos descritos son la Insuficiencia Poliendocrina dada por la
Enfermedad de Addison, Tiroiditis e insuficiencia ovárica, siendo esta última uno de los grupos
de riesgo a evaluar en mujeres infértiles sin causa aparente. (21,24)
A nivel dermatológico la mayor asociación está presente con Dermatitis Herpetiforme siendo
está catalogada como una manifestación extraintestinal, con una prevalencia del 17% en EC, y
que hasta un 25% de los pacientes terminan desarrollándola en lo largo de su vida. Se ha
encontrado relación con la alopecia en pacientes con EC, con mejoría de los síntomas al inicio
de la dieta libre de gluten. Hay casos descritos de Vitíligo sin embargo no se ha podido
demostrar una fuerte asociación (19,24).
En lo concerniente a enfermedades gastrointestinales, la mayor prevalencia se encuentra en
las afecciones hepatobiliares se ha propuesto la teoría del eje intestino hígado para su
patogénesis, por el aumento de la permeabilidad intestinal secundaria a la respuesta
inflamatoria local y la liberación de citoquinas proinflamatorias, asociado a la presencia de
anticuerpos con el paso al torrente sanguíneo lo que desencadena la respuesta hepática, de
todo esto desprende que hasta el 10% de los pacientes con EC presentan elevación de
transaminasas, las cuales responden a la dieta libre de gluten (8,20,27). Sobre esta base
fisiopatológica se presenta una prevalencia entre el 3-6% de EC en la Hepatitis Autoinmune
(HAI), aun cuando en EC la prevalencia de HAI es del 2%. La Colangitis Biliar Primaria (CBP)
tiene una prevalencia del 3% en EC, y la Colangitis Esclerosante Primaria (CEP) aun cuando se
han descrito casos es menos frecuente, no obstante, en pacientes con CEP y síntomas
digestivos una vez descartado enfermedad inflamatoria intestinal se debe pensar en EC. Por su
parte en la enfermedad hepática grasa asociada a disfunción metabólica (MAFLD) la
prevalencia de EC es del 3%, y en efecto la EC aumenta hasta más de 6 veces el riesgo de
MAFLD (19-21,27).
Podemos agregar en la esfera gastrointestinal la asociación de EC con Síndrome de Intestino
Irritable (SII), con una prevalencia del 2-3% en SII-diarrea, 3-3,5% en SII-mixto y 1,8% SII-
constipación (12,19-22). Además de lo antes expuesto otras patologías como la dispepsia
donde entre un 3-6% de los pacientes con dispepsia tienen EC (12,21), la Colitis Colágena con
una prevalencia de EC en el 3-23%, en Colitis Linfocítica del 6-15% y Colitis Microscópica del 4%
(8,12,21).
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Con respecto a la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII), ambas entidades comparten
factores genéticos, inmunológicos y ambientales, con una cascada fisiopatológica similar, con
compromiso de la permeabilidad intestinal, disfunción de la células T y aumento de la
citoquinas proinflamatorias, teniendo relación ambas patologías con es mayor el riesgo de EII
en EC (RR:9,88 IC95% 4,03-24,21) que de EC en pacientes con EII (RR: 3,96 IC95% 2,23-7,02)
(28-30).
En otro orden de ideas, dentro de las enfermedades reumatológicas asociadas en orden de
mayor prevalencia se conoce el Síndrome de Sjogren (4,5-15%), la Artritis Idiopática juvenil
(2,5-7%), seguido del Lupus Eritematoso Sistémico y Artritis Reumatoide donde se han
reportado series de casos (8,19,20,25,27).
En el grupo de patologías catalogadas como idiopáticas, se describe la Psoriasis con una
prevalencia de 4,34% de EC (HR:1,72 IC95% 1,54-1,92), Sarcoidosis siendo reconocido que la
EC aumenta su riesgo (HR IC95% 2,32-7,00), Púrpura trombocitopénica Autoinmune donde la
EC aumenta su riesgo igualmente (HR:1,91 IC95% 1,19-3,11) (19,20,26).
Finalmente se describe la Enteropatía asociada a Linfoma de Células T, que aunque es poco
frecuente representando menos del 1% de los linfomas, y se puede evitar con la adherencia al
tratamiento con la dieta libre de gluten, aumenta la mortalidad en EC, y es prevalente hasta en
un 60-80% de los pacientes a los 5 años con EC refractaria tipo 2, tanto con compromiso
intestinal como extraintestinal; donde los factores de mal pronóstico de progresión a
malignidad descritos son la no adherencia al tratamiento, ser portadores HLA-DQ2
homocigotos y un diagnóstico tardío de EC (19,27).
CONCLUSIONES
La EC es una patología autoinmune que afecta al intestino delgado como respuesta a la ingesta
de gluten, con un componente genético predisponente, y con factores asociados que
intervienen en su desarrollo. Teniendo una distribución mundial, con una mayor prevalencia
en Asia, predominando en la India, en Latinoamérica su distribución es similar al resto del
mundo, no obstante, en nuestras regiones se tiene poca información por falta de estudios
epidemiológicos robustos. El predominio de esta patología es en mujeres, personas de raza
blanca y niños, aunque puede afectar en cualquier edad.
Debe señalarse la importancia del reconocimiento de aquellos grupos de riesgos para la
realización de las pruebas necesarias para un diagnóstico precoz, en vista del impacto que
tiene la EC en la morbimortalidad, y cómo se interrelaciona la EC con las patologías asociadas,
con las que comparten componentes genéticos e inmunológicos, como la DM tipo 1, tiroiditis,
enfermedad de Addison, Síndrome de Williams, Síndrome de Sjögren, dermatitis herpetiforme,
hepatitis autoinmune, y su relación con el Síndrome de intestino irritable y la Enfermedad
Inflamatoria Intestinal. Es por lo que la orientación diagnóstica en la EC debe estar dirigida a
los síntomas clásicos, no clásicos, pero sobre todo a identificar estos grupos de riesgos y las
enfermedades asociadas que predomina lo signos subclínicos y es allí donde la pericia del
clínico es lo que logrará el éxito diagnóstico en una patología que aún sigue siendo
subdiagnosticada.
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