TETELBOIN HENRION, Carolina; ITURRIETA HENRÍQUEZ Daisy y SCHOR-LANDMAN, Clara -Coordinadoras (2020) América Latina: sociedad, política y salud en tiempos de Pandemias. CLACSO/Universidad Autónoma de Metropolitana UAM. Buenos Aires y Xochimilco. Pp. 382.

Actualmente es indiscutible que la pandemia de COVID-19 es el acontecimiento contemporáneo de salud más importante. Ha irrumpido con fuerza en la cotidianidad de los países, ciudades, comunidades y familias. Sin embargo, parece necesario tener presente que es un advenimiento en progreso y no tenemos certeza sobre el curso que tomará y cuáles serán sus ulteriores efectos. Esto significa que cualquier reflexión sobre covid-19 es preliminar. Con el transcurrir de los últimos seis meses la pandemia se ha convertido en tema obligado en las primeras planas de los periódicos. Ha desatado un debate en el cual muchos se sienten con la competencia para opinar, apoyar o rechazar la actuación de los gobiernos. Ante los cuestionamientos los gobiernos han creado su propia narrativa sobre lo que están haciendo. La pandemia es en este sentido un tema altamente politizada.

La epidemia de SARS-COV-2 confluye con otro proceso de largo alcance que es la transformación de inspiración neoliberal de los sistemas de salud desde por lo menos tres o cuatro décadas. Otro proceso en los orígenes de la epidemia es el acelerado deterioro del medio ambiente y el calentamiento global que está trastocando los ecosistemas en todo el planeta. En su determinación está entonces la confluencia de tres grandes procesos que caracterizan a la globalización. Éstos a su vez se irradian en toda la sociedad y tienen efectos sobre otros procesos. Así, cada vez queda más claro que el análisis de la pandemia tiene muchas dimensiones que van desde la puramente biológica hasta la filosófica. Por ello es preciso plantearse un conjunto de interrogantes para delimitar la temática, dado que, como dice Bourdieu, no es posible decir todo sobre todas las cosas y además al mismo tiempo. Las preguntas que me parecen relevantes a mi es porque no se han planteado o se han planteado mal.

El primer interrogante es cuáles son las dimensiones más importantes de la pandemia; pregunta que ya se planteó el Frente por la Vida de Brasil. Su enfoque es transversal y no vertical como el modelo aplicado por ejemplo en México. El análisis demuestra cómo, en una perspectiva integral de operación eficaz del sistema de salud, se requiere conocer las relaciones entre las dimensiones. Esto revela que omitir lo social, económico y político no permite atacar el problema y al mismo tiempo fortalecer el sistema público de salud. Esto implica que cada dimensión podría abordarse individualmente pero siempre impacta en las demás dimensiones.

Las condiciones de los sistemas de salud previas a la pandemia eran precarias en la mayoría de los países de la región dado las transformaciones neoliberales que habían apostado a su privatización. Incluso la reversión de las reformas progresistas en Brasil, Ecuador y Bolivia, así como los efectos de la guerra de cuarta generación en Venezuela habían debilitado la capacidad de enfrentar la atención de los pacientes con covid-19 de manera satisfactoria. La cepal-ops resalta este problema en su informe conjunto.

Otra pregunta relevante es: ¿Cuál es el impacto relativo de la covid- 19 con relación al resto de las “epidemias”, por ejemplo, las crónicodegenerativas o la malnutrición? La COVID-19 ha tenido un desarrollo acelerado tanto en el número de contagiados como en defunciones en un plazo relativamente breve, pero por ejemplo en México hubo en 2019 un total de 718 mil defunciones mientras que a la fecha (30/08/2020) ha habido 64 mil muertos por COVID. Sin embargo, simultáneamente hay evidencias de todo el mundo de que la mortalidad por todas las causas está incrementando importantemente y para algunos padecimientos hasta en un 100%. A la vez hay abundantes pruebas de que la desigualdad en salud, de por sí grande en nuestros países, está creciendo. Ambas cuestiones podrían tener varias explicaciones que necesariamente incluyen causas socioeconómicas, las estrategias de combate a la pandemia y las características del sistema de salud. El abrupto empobrecimiento de una parte importante de la población se combina así con las insuficiencias preexistentes del sistema de salud y su orientación hace que la reconversión de hospitales deje fuera a pacientes de otras condiciones agudas con potencial mortal.

Correlativamente habría que preguntarse por qué tanta preocupación por el COVID y la invisibilización de otros padecimientos que parece haber ocurrido en la mayoría de los países latinoamericanos según los autores de este libro. A mi parecer es crucial porque explica parcialmente el enorme impacto psicológico de la epidemia que tiene en el fondo la idea del CONTAGIO y el miedo a lo desconocido; está la idea de que todos somos susceptibles al contagio y que la muerte puede ser inminente. Esta idea se potencializa con las medidas tomadas con la finalidad de disminuir el contagio y la transmisión con el confinamiento, la “sana distancia” y la prohibición de contacto físico. Estas intrusiones controladoras en las vidas de las comunidades, las familias y las personas tienden a distribuirse desigualmente por edad, situación socioeconómica y lugar de residencia.

Las preguntas respecto a los impactos económicos van en varias direcciones. Están por un lado los aspectos macroeconómicos y por el otro los microeconómicos que señalan quienes se han convertido en los ganadores de la epidemia. Con la prolongación de la pandemia y las intervenciones para disminuir el contagio, los efectos macroeconómicos se están convirtiendo en un problema fundamental. La atención estaba inicialmente centrada en la interrupción del contagio bajo un modelo epidemiológico tradicional, pero después de seis meses de epidemia, su impacto en la economía ha llegado a ser la preocupación principal.

Cuando se considera los datos estimados por la CEPAL en su documento conjunto con la OPS para los próximos años se puede apreciar que la economía se encuentra en serias dificultades. Así, estima que el descenso del PIB de la región será de 9.1; el desempleo subirá de 8.1% a 13.5%; la extrema pobreza de 4.5 a 15.5% y; la desigualdad incrementará en perjuicio de mujeres, indígenas y afrodescendientes, discapacitados, migrantes y refugiados. El efecto ha sido todavía más funesto cuando se combina con la guerra de cuarta generación como es el caso de Venezuela. Estas condiciones afectan como es evidente desigualmente a los grupos y clases sociales.

Por el contrario, varios grupos del gran capital han lucrado con la pandemia y el combate contra ella. Es en primer lugar el complejo médico industrial, pero también los grandes capitales relacionados con la tecnología informática y con el comercio por internet.

El complejo médico-industrial se compone por lo menos de tres grandes negocios: la industria farmacéutica, de equipo médico y de insumos médicos. Las tres se han visto enriquecidas, pero en distinto grado.

La industria farmacéutica ha apostado en primer lugar a las vacunas y actualmente hay, según la OMS, 160 en proceso con 5 o 6 en fase tres, o sea, con posibilidades de salir al mercado en el próximo año, pero falta mucho conocimiento sobre el virus y la inmunidad para garantizar su éxito. La búsqueda de medicamentos contra la covid se orienta en dos direcciones. Por un lado, la industria está pidiendo licencias temporales para medicamentos certificados para otras enfermedades con efecto posible sobre COVID. Por el otro, está tratando de producir nuevos medicamentos biotecnológicos con patentes válidas durante al menos durante 20 años. Es de señalar que tanto la producción de vacunas como los medicamentos tiene un componente de especulación financiera que en algunos casos se perfila como el ámbito principal de ganancias. Hay ejemplos de incremento de las acciones de las empresas en más de 100% en cuestión de unas cuantas semanas o meses sin que haya garantía de que lleguen al mercado.

El crecimiento de las ganancias de las empresas de tecnología informática y con el comercio por internet son las empresas más importantes del mundo en cuanto a su valor en la bolsa. Su crecimiento encaja con la visión epidemiológica sobre como interrumpir el contagio: la oficina en la casa y la clausura de una parte del comercio. La visión epidemiológica dominante y la instalación del miedo en los colectivos humanos y en los individuos favorecen su utilización. Debe advertirse que algunas iniciativas promovidas por gobiernos latinoamericanos, por ejemplo, Argentina y México, han intentado disminuir la especulación con los remedios contra el virus sean estas vacunas o medicamentos. Resta por ver si tendrán éxito o no. Los gobiernos también podrían basarse en las excepciones para salud pública de Doha, fuertemente promovido por Brasil en su momento, que les permitiría romper las patentes. Sin embargo, se ha mostrado un procedimiento intrincado.

Un problema que afecta tan profunda y ampliamente a toda la población necesariamente se refleja en la esfera de la política. En varios países ha tenido repercusiones sobre la gobernabilidad. Inicialmente no fue un tema generalizado, sino que se circunscribía principalmente a gobernantes insensatos y manipuladores como Trump en EUA y Bolsonaro en Brasil, donde se vincula con el desprecio por el conocimiento científico y con dogmas racistas y maltusianos. Son gobernantes que han causado daños importantes a la población por su negativa de siquiera sugerir medidas de protección contra el contagio y sus iniciativas “terapéuticas”, algunas mortales. Tal vez por primera vez un presidente pierda su reelección a causa de una pandemia en los EUA.

En cuanto ha avanzado la epidemia muchos países tienen problemas de gobernabilidad debido a acciones emprendidas por la ultraderecha y por la izquierda. Caracteriza a los primeros que protestan por la pérdida de “libertad” causada por las medidas dictadas por los gobiernos, por ejemplo, en EUA, Alemania o Argentina. Las protestas de la izquierda más bien han sido causadas por la suspensión de los procesos políticos en marcha y medidas gubernamentales autoritarias como en Chile. Los gobiernos parlamentarios existentes al inicio de la pandemia han caído en Italia y Francia a raíz de los efectos de la covid-19.

El uso político de la pandemia se ha dado en muchos países de la región latinoamericana. La conspicua infodemia, entendida como desinformación y noticias falsas, ha causado confrontaciones fuertes entre el gobierno y la oposición. Por otro lado, es también observable que varios gobiernos han hecho un manejo de la información que no permite al público o a los expertos dimensionar el tamaño y gravedad de los problemas. Habría que añadir que desde por lo menos veinte años existe la conciencia de que se va a enfrentar una pandemia y se ha hecho muy poco para prepararse.

No sólo los políticos han estrenado su pensamiento sobre control poblacional sino también los filósofos. Destaca particularmente los filósofos italianos cercanos a la corriente de la biopolítica, Giorgio Agamben y Roberto Espósito, que han postulado que las medidas tomadas por los gobiernos significan mecanismos fuertes de control de población. Otro filósofo que rápidamente escribió un libro sobre la pandemia es Slavoy Zizek que postula que habrá barbarie o alguna forma de comunismo a raíz de la crisis de COVID.

Estos postulados no llevan de regreso a las grandes interrogantes sobre la pandemia que se relacionan con el origen o determinación socioeconómica, ambiental y política de la pandemia. ¿Estamos ante una crisis civilizatoria que sólo se puede resolver con una ruptura total con el desarrollo existente para recuperar el Buen Vivir de los pueblos originarios de la región? ¿Si es así, cómo se puede llegar a esta ruptura y cuáles son las fuerzas políticas necesarias para lograrla? Estas preguntas se dirigen a responder el ¿qué hacer ante la COVID-19 y qué les corresponde a los gobiernos, a la academia y la sociedad?

A mi parecer en salud los gobiernos están obligados a tomar medidas efectivas para disminuir el contagio, garantizar la atención a los enfermos no sólo de COVID-19 sino también de las otras enfermedades de alto riesgo. Deben revisar a fondo su modelo de atención y darle mucha más fuerza al primer nivel de atención y a la participación de la comunidad en la toma de decisiones. Esto pasa por el fortalecimiento integral del sistema público y su financiamiento suficiente. Como suele decirse es convertir a la crisis en una oportunidad. También es obligado que hablen con la verdad sobre el proceso de la pandemia y que hagan una revisión crítica de las medidas tomadas como ya lo están haciendo varios países europeos. Deben asumir que la covid-19 no será la única pandemia y en la próxima no habrá pretextos para justificar la falta de prevención y fortalecimiento de la capacidad de atención.

La academia debe asumir su responsabilidad ante la sociedad que le provee de recursos públicos. A las distintas disciplinas y a los grupos inter o transdisciplinarios como los de salud colectiva o medicina social les toca contribuir con conocimiento y vigilancia crítica sobre lo que hacen los gobierno y contribuir sus saberes a ellos. A la sociedad le corresponde, en primer lugar, exigir que se proteja a su salud y que se atienda con calidad sus padecimientos. Para ello es preciso que se informe y no participe en protestas sin fundamentos, pero también debe vigilar a su gobierno y su narrativa. La aplicación de las medidas para bajar el contagio requiere de cumplimiento de los ciudadanos, pero esta obediencia no puede ser ciega sino basada en la confianza mutua entre ciudadanos y su gobierno. Finalmente es de subrayar que las condiciones de cada país son diferentes, pero sus posiciones políticas no pueden cegarlos a lo que hace mal el gobierno ni a apoyar incondicionalmente lo que hace la oposición.

Asa Cristina Laurell

Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco, Coyoacán, México.

E-mail: laurell9998@gmail.com