Universidad del Zulia - Facultad de Humanidades y Educación
Encuentro Educacional
e-ISSN 2731-2429 ~ Depósito legal ZU2021000152
Vol. 30 (2) julio - diciembre 2023: 340-357
Competencias laborales generales y la empleabilidad externa del
economista de la Universidad del Zulia, Venezuela
1
Maryana Sandrea y Mariby Boscán
Universidad del Zulia, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Maracaibo-Venezuela.
marysandrea@yahoo.com; maribyboscan@yahoo.com
https://orcid.org/0000-0001-5756-1982; https://orcid.org/0000-0002-4974-812X
Resumen
Demostrar competencias laborales altamente demandadas en el mercado de trabajo es un factor
importante para la empleabilidad del profesional, siendo una limitante al respecto la brecha
existente entre las competencias que las universidades contribuyen a formar y las demandadas
por el mercado. En este sentido, esta investigación se propone como objetivo general identificar
las competencias laborales generales más valoradas en el mercado de trabajo accesible para
economistas desde la ciudad de Maracaibo, estado Zulia, Venezuela. Partiendo de los aportes de
Manríquez (2012) y Chowdhury (2020) sobre competencias y empleabilidad se diseñó un estudio
descriptivo-documental y de campo basado en los anuncios en los principales portales de empleo,
utilizando la revisión de fuentes de información disponibles en internet, se encontró un total de
50 anuncios de demanda de trabajadores, que arrojaron como resultados las siguientes tendencias:
las competencias laborales generales más demandadas en el mercado de trabajo marabino son:
comunicación efectiva y asertiva (76,92%), manejo avanzado de Microsoft office (76,92%) y
trabajo en equipo (61,54%), en general se evidencia una marcada proporción a favor de las
competencias blandas (70%), así como una relativa baja coincidencia entre las competencias
generales del economista de la Universidad del Zulia (LUZ) y las competencias identificadas en
el trabajo de campo (37,5%). Se concluye que, ésta relativamente baja coincidencia de las
competencias laborales generales puede estar afectando negativamente la empleabilidad externa
del profesional.
Palabras clave: Competencias laborales generales; empleabilidad; competencias blandas;
competencias duras; economistas.
1
Este artículo forma parte de la productividad del proyecto de investigación intitulado “Análisis comparativo de la oferta de
servicios educativos en microeconomía a nivel universitario” registrado en el Instituto de Investigaciones Econ. Dionisio Carruyo,
de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad del Zulia.
Abstract
General labor competences and external employability of the economist from Zulia
University, Venezuela
Demonstrating work skills that are highly in demand in the labor market is an important factor for
the employability of professionals, with a limitation in this regard being the gap between the
skills that universities contribute to training and those demanded by the market. In this sense, the
general objective of this research is to identify the most valued general labor skills in the labor
market accessible to economists from the city of Maracaibo, Zulia state, Venezuela. Based on the
contributions of Manríquez (2012) and Chowdhury (2020) on skills and employability, a
descriptive-documentary and field study was designed based on advertisements on the main
employment portals, using the review of information sources available on the internet. A total of
50 worker demand announcements were found, which resulted in the following trends: the
general labor skills most in demand in the Marabino labor market are: effective and assertive
communication (76.92%), advanced use of Microsoft office (76.92%) and teamwork (61.54%), in
general there is a marked proportion in favor of soft skills (70%), as well as a relative low
coincidence between the general skills of the University economist of Zulia (LUZ) and the
competencies identified in the field work (37.5%). It is concluded that this relatively low
coincidence of general job skills may be negatively affecting the external employability of the
professional.
Keywords: General job competences; employability; soft skills; hard skills; economists.
Introducción
Las instituciones de educación superior deben responder a las necesidades de formación de los
estudiantes, de la sociedad a la que pertenecen y del mercado laboral actual junto con sus
tendencias futuras tanto a nivel regional, nacional e internacional, buscando el mayor engranaje
posible que permita al egresado desarrollar las competencias necesarias para ser contratado o bien
para emprender exitosamente su propio negocio. Sin embargo, para las universidades esto no es
una tarea fácil, pues cada ente involucrado tiene intereses diferentes, los mercados de trabajo
cambian sus requerimientos frecuentemente y además existen fallas internas en el diagnóstico de
las demandas, todo lo cual impulsa la brecha entre las competencias que las instituciones de
educación superior pretenden contribuir a formar y las demandadas por el mercado de trabajo.
El artículo presenta una referencia a las consideraciones teóricas sobre competencias laborales
siguiendo los aportes de Manríquez (2012); Casanova et al. (2018) y Ruth (2020) y su relación
con la empleabilidad externa fundamentado en planteamientos de Chowdhury (2020),
enfatizando en las competencias laborares genéricas más demandadas en estudios previos,
seguidamente se incluyeron los aspectos metodológicos del estudio, destacando su carácter
descriptivo-documental y de campo, basado en los anuncios en los principales portales de empleo
factibles para economistas, así como los resultados y discusión, enfatizando las competencias
generales de la carrera de economía en la Universidad del Zulia y sus coincidencias o no con las
competencias identificadas tanto en el estudio de campo como en los estudios previos revisados
sobre el tema, entre los que destacan World Economic Forum (2023);Villarreal y Estrada (2023)
y Del Aguila, Rivas y Cruz (2022).
En este marco de ideas, las competencias laborales generales blandas son las más idóneas para
facilitar la adaptación a los cambios del entorno laboral, en combinación con algunas
competencias generales duras. Las competencias laborales genéricas blandas se deberían
comenzar a formar en la familia, luego en la escuela y reforzarse en la universidad, mientras que
las duras han estado tradicionalmente más relacionadas con la educación superior; sin embargo,
el gran reto para las instituciones académicas está en lograr un mayor fomento de competencias
blandas y su certificación colaborativa con otras instituciones, en vista de su mayor importancia
relativa para la empleabilidad externa del egresado.
Considerando los aspectos anteriores, la investigación presentada pretende identificar las
competencias laborales generales más valoradas en el mercado de trabajo accesible para
economistas desde la ciudad de Maracaibo, estado Zulia Venezuela, para lo cual es importante
distinguir entre blandas y duras, así como comparar las más demandadas por el mercado laboral
con las identificadas en la literatura científica y con las que la Universidad del Zulia contribuye a
formar en sus egresados de economía.
Fundamentación teórica
Competencias laborales
La palabra competencia tiene varias acepciones según la Real Academia Española (2023), sin
embargo, para esta investigación revisten relevancia las que la conceptualizan como: aptitud,
pericia e idoneidad para hacer algo. La diversidad de acepciones genera confusión y dificultades
para asimilar este término (Villa y Poblete, 2004). Siguiendo a Manríquez (2012: 371) una
competencia es entendida como:
Capacidad de articular y movilizar recursos aprendidos saberes con vistas a un
desempeño de excelencia. Las competencias se expresan en la acción y suponen la
movilización de conocimientos, habilidades y actitudes que la persona ha aprendido
en contextos educativos formales e informales.
Casanova et al. (2018), proponen que las competencias son capacidades, habilidades que
tienen o pueden desarrollar las personas, de acuerdo con las necesidades e influencias del
contexto, sus aspiraciones y motivaciones individuales, además requieren de actitudes favorables
para ponerlas en evidencia en determinados contextos, esta definición acentúa el carácter de
capacidad real y potencial que posee un individuo o que puede aprender para ejecutar
eficientemente un conjunto de acciones.
En las diversas definiciones propuestas por distintos autores pueden encontrarse elementos
comunes como: la movilización de saberes y recursos adecuados de forma interrelacionada para
logar algo, que fueron adquiridos previamente y que son generalizables a más de una actividad,
posibilidad de modificación en el transcurso del tiempo, se evidencian en ejecuciones exitosas de
una tarea, entre otros. Por tanto, para este artículo se entiende por competencias las capacidades
de una persona para captar, adquirir, movilizar y aplicar saberes-recursos (conocimientos,
información y datos, habilidades, destrezas y capacidades, así como valores, actitudes y
comportamientos) a fin de realizar determinadas actividades y/o resolver problemas, aprovechar
oportunidades y superar retos de forma satisfactoria.
Cuando se aplican en actividades de trabajo se denominan competencias laborales. Según
Ruth (2020), la competencia laboral se entiende como la capacidad de alcanzar un desempeño
estándar satisfactorio en una tarea ocupacional característica de una profesión, destacando que
tales competencias se pueden aprender y expandir, mejorando los desempeños. Para la presente
investigación se asume la definición de competencias laborales como la capacidad de articular,
integrar y movilizar conocimientos, datos e información, habilidades, capacidades y destrezas, así
como valores, comportamientos y actitudes, para lograr un desempeño satisfactorio en una
actividad laboral.
Siguiendo a Cano (2008), las competencias no se transmiten, sino que el aprendiz las adquiere
a partir de la exposición a experiencias de aprendizaje, es decir, mediante el aprender haciendo.
Según Villa y Poblete (2004), existen tres formas de desarrollar las competencias: en la
formación previa, antes de la vida laboral activa, por ejemplo, en la universidad; a través de
cursos de formación para adultos (autoaprendizaje, no escolarizado); y por el ejercicio mismo de
una actividad en entornos de trabajo, por tanto las competencias laborales pueden ser adquiridas
en ámbitos no necesariamente educativos; sin embargo, esta investigación se centra en las
competencias laborales adquiridas en las universidades.
Competencias laborares y universidades
Durante las dos últimas décadas del siglo XX, los distintos sistemas educativos en varios
países se vieron presionados a transformar sus programas de forma que estuvieran más
vinculados a los requerimientos del mercado laboral, surgió entonces la idea de desarrollar un
currículum basado en el aprendizaje de competencias (Pérez, 2014). Los antecedentes de este
enfoque, se sitúan en Europa entre 1998-1999 con la declaración de Boloña y posteriormente en
el año 2000, con el Proyecto Tuning, que buscaba favorecer la movilidad, cooperación y la
convalidación de créditos y títulos. En América Latina, este enfoque se comienza a incorporar
desde 2004, con la versión americanizada del referido proyecto (Manríquez, 2012).
Estas iniciativas y otras acciones posteriores han colocado a las competencias en el centro de
los procesos de enseñanza-aprendizaje en las instituciones de educación superior, generando una
tendencia a estandarizar la educación en los distintos países con el marco común de la
Comunidad Económica Europea y la taxonomía global del Foro Económico Mundial, lo cual
permitiría patrones generalmente aceptados para la evaluación de las certificaciones de la fuerza
de trabajo a nivel internacional (Belchior, Casquilho y Simões, 2022; Vitanova y Sampanthar,
2023).
En este contexto, las instituciones de educación superior deberían ser el conector entre la
formación recibida y la demanda que tienen las empresas, así como desarrollar y poner en
práctica estrategias de inserción de los graduados al mercado laboral (Del Aguila, Rivas y Cruz,
2022), jugando en ello un papel importante la dimensión del saber hacer y las pruebas de
competencias reales como las pasantías a lo largo del proceso educativo para que los alumnos
sean evaluados en sus desempeños y concienticen aquello que es relevante aprender para el
mercado laboral.
Sin embargo, existe una brecha entre las competencias adquiridas en la universidad por los
egresados y las necesarias en el empleo, que se ha ampliado con el paso del tiempo, lo que
provoca que en la actualidad las competencias más demandadas por los empleadores sean
ofertadas por otro tipo de instituciones educativas y del mundo laboral (Del Aguila, Rivas y Cruz,
2022; Villarreal y Estrada, 2023). Además, se ha evidenciado el incremento de la valoración de
las certificaciones en detrimento de los títulos universitarios tradicionales para respaldar
competencias, principalmente en el área de tecnología (Vitanova y Sampanthar, 2023).
La predominancia de las habilidades sobre los conocimientos e información en los mercados
laborales conlleva a replantearse las competencias a formar en las universidades, pues las
personas se contratarán más según sus capacidades para brindar resultados específicos, en lugar
de por solo su tiempo, fuerza física, conocimientos e información. El rápido avance de la
tecnología pareciera dirigir hacia una economía del post-conocimiento, donde las habilidades
desarrolladas posibilitarían vivir con altos niveles de bienestar (Vitanova y Sampanthar (2023).
En este contexto, conviene precisar que toda competencia presenta tres dimensiones
fundamentales: cognitiva, procedimental y afectiva (Ruth, 2020). La dimensión cognitiva,
incluye los contenidos en un área de especialización, pero también las facultades para conocer y
aprender algo (saber conocer). La dimensión procedimental, implica la capacidad operacional de
aplicar lo aprendido a la práctica (saber hacer) (Ruth, 2020). Mientras que la dimensión afectiva,
involucra valores, actitudes, intereses, emociones, autocontrol y otros aspectos personales
relacionados a la tarea a realizar (saber ser y sentir) (Villa y Poblete, 2004). Además, según Cejas
et al. (2019) es importante destacar que estos aspectos cognitivos, procedimentales y actitudinales
no se adquieren de forma aislada, sino que forman conjuntos articulados entre sí, por tanto,
aunque sea más valoradas por los mercados laborales la dimensión del saber hacer, para ser
competente en algo se requiere en algún nivel las otras dos dimensiones involucradas.
Ante las tendencias del mercado laboral y las consideraciones de los procesos de formación de
competencias, algunas universidades están trasformando sus planes de estudios para que estén
más orientados a la dimensión del saber hacer, lo cual, según Katz et al. (2021), debe comenzar
por revisar el currículo académico; transformando las prácticas educativas, así como incrementar
las pasantías (en varias ocasiones a lo largo de la carrera), que permita ganar experiencia al recién
graduado, desarrollo de especialización y certificaciones, así como fortalecer las alianzas con
empresas públicas y privadas para fomentar la práctica profesional.
Competencias laborales y la empleabilidad externa
Según Villarreal y Estrada (2023), los planes de estudio deben permitir la inserción exitosa del
egresado en el mundo laboral, además es importante que las instituciones educativas comprueben
el trayecto de sus egresados en cuanto a su vida profesional, especialmente en relación a la
utilidad de las competencias promovidas desde la universidad para la empleabilidad, a fin de
identificar oportunidades de mejora. En la actualidad, las universidades han venido realizando
progresos al enfocar más sus currículos hacia desempeños en la práctica (Oraison, Konjarski y
Howe, 2019).
La empleabilidad, es la capacidad que tiene una persona para adaptar sus competencias a las
necesidades laborales que las empresas exigen para contratar a su personal en un determinado
puesto (McQuaid y Lindsay, 2005; Tymon, 2013, citados por Del Aguila, Rivas y Cruz, 2022),
incluyen el conjunto de aptitudes y actitudes que permiten a una persona conseguir empleo,
progresar en él, o cambiarse a otros mejores, adaptándose a los cambios en el mercado de trabajo.
Según Villarreal y Estrada (2023), la empleabilidad se evidencia en tres elementos: la obtención
del empleo, la habilidad de mantenerlo y para movilizarse hacia mejores empleos.
Según Chowdhury (2020), la empleabilidad puede clasificarse en dos categorías, interna y
externa. La externa, refiere a la capacidad del empleado para obtener un mejor puesto de trabajo
en otras industrias; mientras que la interna, permite avanzar en puestos de trabajo mejores dentro
de un mismo sector. Para este artículo se considera exclusivamente la empleabilidad externa, por
estar más asociada con la obtención y/o conservación de trabajos en general. De acuerdo a
Belchior, Casquilho y Simões (2022), cuanto mayor es el nivel educativo, mayor es la
empleabilidad. Sin embargo, esto depende de que tan demandado es lo aprendido en el mercado
laboral y de la capacidad del aprendiz para aplicar los aprendizajes en contextos diferentes. La
empleabilidad puede ser desarrollada a través de prácticas laborares o simulaciones de éstas
(Chowdhury, 2020).
En la actualidad los requerimientos para el empleo cambian frecuentemente, por tanto, la
empleabilidad se debe actualizar constantemente durante toda la vida laboral activa del
profesional, manteniendo un perfil de alta empleabilidad (Del Aguila, Rivas y Cruz, 2022), en
este contexto, el aprendizaje autónomo de largo plazo se vuelve una habilidad fundamental. El
fomento a la empleabilidad internacional de los egresados universitarios, debe partir de utilizar
un lenguaje común que defina los perfiles profesionales, permitiendo la comparación entre las
competencias certificadas en las diferentes instituciones educativas (Martínez, González y
Rebollo, 2019).
Tipos de competencias laborales y la empleabilidad externa
Existen diversos criterios para clasificar las competencias laborales, para esta investigación se
considera un criterio académico formal que distingue entre competencias generales, básicas y
específicas; y otro más común a nivel internacional, que las clasifica en dos grupos blandas y
duras. A nivel de la formación universitaria las competencias generales, transversales o genéricas
son capacidades (aptitudes y actitudes) que los graduados pueden transferir de un contexto
laboral a otro rápidamente (OIT, 2020, citado por Villarreal y Estrada, 2023), incluyen elementos
compartidos comunes a diferentes programas universitarios; las básicas son aquellas compartidas
en un área de estudio (carreras de la facultad). En tanto que, las específicas según Ramos et al.
(2021), son aquellas capacidades desarrolladas durante la etapa de formación profesional de una
carrera universitaria, se consideran propias de una profesión.
Cuando se trata de evaluar la empleabilidad externa, las competencias laborales más
relacionadas son las generales; según García et al. (2022), éstas son el factor clave de la
empleabilidad, dado que van más allá de un ámbito disciplinar particular, favoreciendo el proceso
de inserción socio-laboral del universitario y su adaptación a los cambios que se presentan
(Martínez, González y Rebollo (2019). Además, según Belchior, Casquilho y Simões (2022) las
competencias genéricas son las más factibles de permitir estrechar la brecha entre las demandas
del mercado de trabajo y la formación universitaria. Siendo denominadas como las habilidades
del siglo XXI (Oraison, Konjarski y Howe, 2019); en este sentido, por su impacto en la
empleabilidad externa este artículo se refiere únicamente a las competencias laborales generales.
Por otro lado, siguiendo a Del Aguila, Rivas y Cruz (2022), las competencias para la
empleabilidad se pueden clasificar también en dos categorías, las duras y las blandas. Las
competencias duras, son aptitudes más ligadas al coeficiente intelectual, se refieren a
conocimientos teóricos-prácticos, habilidades cognitivas, numérico-matemáticas y técnicas, uso
de herramientas externas (computadoras, maquinas, y/o utilizar programas), habilidades para
programar, capacidad de aprender diversos idiomas y otras adquiridas frecuentemente en
institutos de educación (Del Aguila, Rivas y Cruz, 2022).
Mientras que las blandas, son actitudes, comportamientos, formas de pensar, rasgos y valores
ligados a características de la personalidad e inteligencia emocional, combinan habilidades
personales, interpersonales y sociales, capacidad de comunicarse e interrelacionarse efectiva y
asertivamente con otras personas (Del Aguila, Rivas y Cruz, 2022). Según García et al. (2022),
las competencias blandas son una combinación de habilidades, que ayudan a las personas a
adaptarse y comportarse en forma positiva. Entre estas comúnmente se cuentan: el trabajo en
equipo, la resiliencia, pensamiento creativo y crítico, comunicación asertiva, resolución de
problemas, adaptabilidad, entre otras. Según García et al. (2022), las competencias blandas son
más demandadas por los empleadores, porque facilitan el trabajo entre individuos, pero, a
diferencia de las duras, son más difíciles de enseñar y aprender (Del Aguila, Rivas y Cruz, 2022).
Las habilidades blandas por ser más genéricas se ajustan a diversos tipos de trabajos, estando,
por tanto, más asociadas con competencias generales, en cambio, las competencias duras, están
más asociadas a competencias específicas, sin embargo, algunas competencias duras son también
generales (como la capacidad de aprender varios idiomas), entonces, en este contexto, toda
competencia blanda es general, pero no toda competencia general es blanda. Para este artículo se
consideraron las competencias genéricas duras y blandas más valoradas por los empleadores y de
mayor relevancia para la formación de economistas.
Competencias laborares genéricas de mayor demanda en estudios previos
La revisión de la literatura científica permitió encontrar múltiples estudios sobre competencias
laborares más demandadas, entre ellos se seleccionaron los 10 que se consideraron más
significativos, siendo estos: estudio del Foro Económico Mundial sobre el futuro del trabajo a
nivel mundial (World Economic Forum, 2023); Villarreal y Estrada (2023); García et al. (2022);
Del Aguila, Rivas y Cruz (2022); Belchior, Casquilho y Simões (2022); Karatas y Arpaci (2021);
Ruth (2020); Chowdhury (2020); Martínez, González y Rebollo (2019) y Oraison, Konjarski y
Howe (2019), a partir de los cuales se identificaron las 10 principales competencias generales
duras y blandas, más demandadas en la revisión de la literatura; en este sentido, la mayoría son
competencias blandas, destacando solo dos duras, alfabetización tecnológica y uso de programas
de computación (gráfico 1).
Gráfico 1. Competencias generales más mencionadas en la literatura científica analizada
Fuente: Elaboración propia (2023), a partir de la revisión de la literatura científica
Dentro de las competencias generales duras más mencionadas en los estudios consultados
destacaron la alfabetización tecnológica y el uso de programas de computación. La mayoría
(70%) de los estudios revisados (World Economic Forum, 2023; García et al., 2022; Del Aguila,
Rivas y Cruz, 2022; Karatas y Arpaci, 2021; Ruth, 2020; Chowdhury, 2020 y Oraison, Konjarski
y Howe, 2019), consideran como uno de los componentes de las competencias generales duras la
alfabetización tecnológica, que implica el uso de tecnología en general. Por su parte, García et al.
0 1 2 3 4 5 6 7 8
Alfabetización tecnológica
Flexibilidad, adaptabilidad y agilidad
Solución de problemas
Trabajo en equipo
Liderazgo
Responsabilidad
Comunicación efectiva y asertiva
Habilidades interpersonales
Pensamiento crítico y reflexivo
Uso programas computación
Número de estudios que lo identifican
(2022); Del Aguila, Rivas y Cruz (2022); Belchior, Casquilho y Simões (2022) y Chowdhury
2020), representando un 40%, consideran el uso de programas de computación, particularmente
los ofimáticos, y dentro de estos especialmente Excel.
En el caso de los componentes de competencias blandas destacan, con igual porcentaje de
mención (70%): la flexibilidad, adaptabilidad y agilidad; la solución de problemas; y, el trabajo
en equipo. El primer componente, se refiere a la capacidad para manejar nuevas situaciones,
adaptación al cambio de forma rápida y efectiva, lo cual fue mencionado por World Economic
Forum (2023); Villarreal y Estrada (2023); García et al. (2022); Del Aguila, Rivas y Cruz (2022),
Belchior, Casquilho y Simões (2022), Chowdhury (2020) y Martínez, González y Rebollo
(2019). Otra mayoría significativa (70%), identificó la solución de problemas que implica el
reconocimiento-anticipación, Finalmente, el trabajo en equipo que refiere la capacidad de trabajar
en colaboración con otros, según Del Aguila, Rivas y Cruz (2022), los empleadores peruanos en
el área de administración en realidad buscan graduados que posean combinación de competencias
duras y blandas, pero con predominio de las primeras.
Metodología
Para identificar las competencias laborales más demandadas en puestos de trabajos
susceptibles de ser ocupados por economistas, se diseñó un estudio descriptivo-documental y de
campo virtual (elaboración propia, 2023), no experimental, utilizando la técnica del censo, la
observación y revisión de fuentes documentales e información disponible en internet, las
unidades de análisis fueron publicaciones de los portales web de empleo (específicamente:
Computrabajo, Google empleos, Jooble, Indeed y Empleate) sobre demandas de trabajo
presencial o remoto, para ser ejecutadas desde Maracaibo, estado Zulia, Venezuela. Para la
búsqueda, se utilizaron las palabras clave “economía” y “economista”; el estudio de campo
virtual se llevó a cabo entre julio-agosto 2023. Una vez realizado el trabajo de campo la
información se organizó en una base de datos en Excel, identificando las primeras 10
competencias generales más demandadas por los empleadores.
Resultados y discusión
En el estudio de campo virtual se encontraron un total de 50 anuncios de demanda de
trabajadores, y un total de 52 trabajadores demandados por empresas en el mercado de trabajo
dependiente, pudiendo estos clasificarse en 13 puestos de trabajo accesibles para economistas
bajo las consideraciones del estudio, entre los cuales destacaron: analista de crédito y cobranza
(25%), analista y asesor de ventas (13,46%) y analista contable (13,46%), como los puestos de
trabajo con mayor cantidad de trabajadores demandados (51,92%) del total de trabajadores
demandados. Estos datos evidencian las consecuencias en el mercado laboral marabino de la
fuerte contracción que ha sufrido la economía venezolana en los últimos años, aunado a la mayor
capacidad de empleabilidad de otros profesionales del área administrativa, como el caso de los
contadores y administradores.
Competencias laborales generales más demandadas en el mercado de trabajo marabino
Considerando la cantidad de puestos de trabajo que requieren las distintas competencias (duras
y blandas), éstas se organizaron jerárquicamente y se identificaron las 10 competencias laborales
generales más demandadas en el mercado de trabajo marabino, destacando entre estas:
Comunicación efectiva y asertiva (76,92%), manejo avanzado de Microsoft office (76,92%),
trabajo en equipo (61,54%), inglés nivel avanzado (oral y escrito) (53,85%), liderazgo (53,85%),
siendo todas estas demandadas por más del 50% de los puestos de trabajo considerados (cuadro
1).
Cuadro 1. Competencias generales más demandadas en puestos de trabajo para
economistas desde Maracaibo
Demanda de competencias generales
Competencia
N° de puestos
de trabajo
Tipo
Blanda/Dura
1
Comunicación efectiva y asertiva
10
Blanda
2
Manejo avanzado de Microsoft office
10
Dura
3
Trabajo en equipo
8
Blanda
4
Inglés nivel avanzado (oral y escrito)
7
Dura
5
Liderazgo
7
Blanda
6
Habilidades interpersonales
6
Blanda
7
Solución de problemas
6
Blanda
8
Flexibilidad, adaptabilidad y agilidad
6
Blanda
9
Manejo de grandes volúmenes de datos
5
Dura
10
Responsabilidad
5
Blanda
Fuente: Elaboración propia (2023), trabajo de campo
La competencia comunicativa en idioma natal, que incluye comunicación oral y escrita, formal
(gerencial), informal, fluida, efectiva y asertiva, fue la más demandada entre las competencias
blandas fundamentalmente por el rol que cumple en las presentaciones de reportes gerenciales y
en el devenir de la cultura organizacional. Las competencias de trabajo en equipo, son altamente
demandadas para el logro de los objetivos empresariales que generalmente requieren del esfuerzo
y habilidades de más de una persona. Mientras que, las habilidades de liderazgo son cruciales a la
hora de motivar al personal para alcanzar objetivos establecidos.
En término de las competencias laborales generales duras, destacan las habilidades en el
manejo avanzado Microsoft office (demandado en el 76,92% de los puestos de trabajos
considerados), e inglés nivel avanzado (hablado y escrito) (53,85%). Dentro de las habilidades
ofimáticas destaca el manejo avanzado de la hoja de cálculo Excel, especialmente el uso de
funciones relacionadas con el cálculo de impuestos, nominas, y otros, así como el manejo de
programas bajo ambiente Windows como Word, PowerPoint, Outlook, y más. La habilidad de
comunicación en inglés implica fluidez inglés-español, resultó especialmente solicitado para el
caso de los empleos remotos y puestos gerenciales.
Luego, al comparar estas competencias generales con las 10 primeras consideradas en la
revisión de la literatura realizada, se encontró una alta coincidencia (80%). Destacando las
siguientes: blandas: comunicación efectiva y asertiva, trabajo en equipo, liderazgo, habilidades
interpersonales, responsabilidad, solución de problemas, flexibilidad, adaptabilidad y agilidad; en
las duras coinciden: el uso de programas de computación que incluyen Microsoft office en modo
avanzado; es decir, de 10 coincidieron un total de 8. Por otra parte, la proporción entre
competencias blandas y duras, evidencia una marcada tendencia a favor de las blandas, pues 70%
de las diez competencias laborares generales más demandadas son blandas y 30% son duras.
Esta situación es compatible con los resultados de los 10 estudios científicos previos
considerados, aunque con una leve variación en la cuantía, pues en conjunto en estos casos la
proporción fue de 80% de blandas por 20% de duras. Lo cual concuerda con las apreciaciones de
García et al. (2022), de que las habilidades blandas por ser más genéricas están más asociadas
con competencias generales; y contrasta con los resultados en el mercado de trabajo para
administradores peruanos, expuestos por Del Aguila, Rivas y Cruz (2022), donde la combinación
de competencias demandadas generales favoreció a las duras.
Competencias generales de la carrera de economía en la Universidad del Zulia y la
empleabilidad del economista
En la carrera de economía de la Universidad del Zulia (LUZ), existen actualmente 8
competencias generales (Escuela de economía, 2014)., que aparecen listadas en el Cuadro 2, de
las cuales la mayoría (5) son blandas (62,5%) y 3 son duras (37,5%). Del total de competencias
generales incluidas en el plan curricular, solo 3 coinciden tanto con los estudios previos como
con la demanda en el mercado de trabajo del economista marabino, estas son: tecnología de la
información y la comunicación (TIC), responsabilidad social y comunicación, para una
coincidencia general del 37,5%. Luego comparando solo con las 10 primeras competencias
generales identificadas en la revisión de la literatura, el nivel de coincidencia aumenta al 50% (4
de 8) al incluirse el pensamiento crítico; mientras que, comparando con los resultados del estudio
de campo se mantiene en el 37,5%.
Cuadro 2. Competencias generales de la carrera de economía en la
Universidad del Zulia por tipo
Competencias generales de la carrera de
Economía en la Universidad del Zulia
Tipo
Investigación
Dura
Tecnología de la información y la comunicación (TIC)
Dura
Identidad cultural
Blanda
Responsabilidad social
Blanda
Pensamiento crítico
Blanda
Comunicación
Blanda
Ecología y ambiente
Dura
Ética
Blanda
Fuente: Sandrea y Boscán 2023, trabajo de campo
Estos resultados podrían estar influyendo negativamente en la empleabilidad del economista,
pues las competencias generales que componen el currículo tienen poca coincidencia con las
demandadas en el mercado laboral, lo cual también podría estar afectando la cantidad de
bachilleres que deciden cursar la carrera. Considerando solo las competencias generales duras, en
la carrera de economía solo 1 de 3 tiene coincidencias tanto con el resultado del mercado de
trabajo como con los estudios previos considerados, esa competencia denominada “Tecnología de
la información y la comunicación (TIC)esta a su vez asociada con la competencia de manejo
avanzado de Microsoft office del mercado laboral marabino, y con alfabetización tecnológica y
uso de programas de computación identificadas en la revisión de la literatura.
En cuanto a las competencias generales blandas del plan de estudios de economía, solo 2 de 5
(40%) coinciden con las identificadas en el estudio de campo y en los estudios previos
(responsabilidad social y comunicación), en este caso el mayor nivel de coincidencia estuvo con
las competencias generales blandas de estudios previos, donde al incluirse el pensamiento crítico,
el nivel de coincidencia ascendió al 60%. En términos globales, se encontró que el mayor nivel
de coincidencias se registra en las competencias blandas. Del total de competencias generales
consideradas en la formación de economista no coinciden con los estudios previos, ni con los
resultados del trabajo de campo: investigación, identidad cultural, ecología y ambiente, y ética.
Conclusiones
Es importante reflexionar sobre el rol de las familias y la escuela básica para la formación de
competencias laborales generales blandas, en este caso la sociedad en general debe propiciar la
coordinación familia-escuela básica-universidad para fomentar el desarrollo de este tipo de
competencias más vinculadas al entorno laboral. Para la formación de competencias laborares en
el ámbito universitario, es fundamental identificar las competencias de mayor demanda en el
mercado laboral y ajustar los programas formativos para propiciar el desarrollo de las mismas.
Desde el punto de vista teórico, las competencias de empleabilidad facilitan el ingreso al
mercado laboral y la conservación de un trabajo decente, bajo el supuesto de que cuantas más
competencias generales importantes para el mercado laboral manejen mayor será la
empleabilidad en cualquier área; en este sentido, cabe destacar el bajo nivel de coincidencias
entre las competencias generales del economista formado en la Universidad del Zulia y las 10
primeras competencias laborales más demandadas por el mercado laboral en o desde Maracaibo,
lo cual podría estar afectando negativamente la empleabilidad del profesional así como la
cantidad de bachilleres que deciden cursar la carrera de economía.
Para aumentar la empleabilidad externa del economista formado en la Universidad del Zulia,
es importante modificar las competencias generales, enfocándolas hacia una mayor coincidencia
con las competencias generales más demandadas a nivel local e internacional; en este sentido, se
podría eliminar la competencia de identidad cultural, pues no parece tener relevancia para el
entorno laboral y más bien incorporar algunas como: flexibilidad, adaptabilidad y agilidad;
trabajo en equipo; solución de problemas y habilidades interpersonales. Por otra parte, el cambio
climático ha generado una tendencia mundial a empleos verdes que favorecería la persistencia de
competencias relacionadas con la sustentabilidad ambiental dentro del programa formativo.
Además, los vertiginosos avances tecnológicos hacen prever cambios importantes en el
mercado laboral, especialmente en cuanto a la sustitución de trabajadores humanos por robots
inteligentes que tendrán un impacto importante en tareas cognitivas no rutinarias como las
asociadas al campo de acción del economista; en este caso, algunas tareas y roles de la profesión
podrían ser sustituidos, pero aquellas que involucren una estrecha relación con otros seres
humanos y la toma de responsabilidades probablemente sean menos factible (legal y socialmente)
de sustitución; sin embargo, ante los cambios en el mercado laboral las competencias generales
duras deben incluir algunas que faciliten la interacción con robots inteligentes y permitan
aprovechar el máximo potencial de la inteligencia artificial generativa para aumentar la
productividad de los profesionales en el área económica.
Las competencias generales están directamente relacionadas con la empleabilidad externa,
siendo las blandas las de mayor relevancia en tal sentido, resaltando para el mercado laboral
marabino de economistas, la comunicación efectiva y asertiva, trabajo en equipo y liderazgo. Sin
embargo, también algunas competencias duras son importantes para la empleabilidad, como el
manejo avanzado de programas de computación ofimáticos y el dominio avanzado del idioma
inglés, por tanto, son fundamentales para la empleabilidad competencias generales blandas y
duras.
Finalmente, los contantes cambios en el mercado laboral demandan que los profesionales sean
capaces de realizar aprendizajes continuos a lo largo de la vida, que se mantengan activos en
constante mejora de sus capacidades de empleabilidad.
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