Universidad del Zulia - Facultad de Humanidades y Educación
Encuentro Educacional
e-ISSN 2731-2429 ~ Depósito legal ZU2021000152
Vol. 30 (1) enero - junio 2023: 77-102
Promoción de actitudes positivas hacia la vejez en niños
y adolescentes marabinos
Marhilde Sánchez de Gallardo; Marisela Árraga Barrios y
Ligia Pirela de Faría
Facultad de Humanidades y Educación. Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela.
marsanchezg@gmail.com; mariarraga@gmail.com; ligia.pirela@gmail.com
https://orcid.org/0000-0001-5880-240X; https://orcid.org/0000-0003-1051-4534;
https://orcid.org/0000-0002-6940-8528
Resumen
Partiendo de algunas consideraciones negativas sobre la vejez, esta investigación tuvo por
objetivo determinar los efectos de la administración de un programa educativo para promover
actitudes positivas hacia la vejez en niños y adolescentes marabinos. Fue un estudio con enfoque
cuantitativo, nivel explicativo, método de campo, diseño experimental, utilizando un muestreo
por conglomerados. Participaron 35 niños entre 9 y 11 años y 28 adolescentes entre 12 y 15 años,
de educación primaria. Se administró el instrumento Escala AAV-NADO para medir actitudes.
Se diseñó un programa de 16 horas sobre la vejez, que se aplicó a esos estudiantes y
posteriormente se efectuó otra medición. Se utilizaron estadísticos descriptivos para analizar los
puntajes obtenidos antes y después de impartirlo, y la prueba t de Student para muestras
relacionadas y determinar diferencias significativas en la actitud y los componentes cognoscitivo,
afectivo y conductual, antes y después de realizada la mencionada intervención. Previo a
implementar el programa, el promedio se siten la categoría neutra, para la actitud y sus 3
componentes; posterior a su ejecución, el promedio se situó en la categoría ligeramente positiva
en la variable y en los componentes cognoscitivo y conductual; en el componente afectivo se
localizó en muy positivo. Se encontraron valores con probabilidades menores de 0,05, lo cual
indica que los puntajes en las actitudes y sus componentes se incrementaron significativamente
después de su aplicación.
Palabras clave: Actitudes; vejez; programa.
Abstract
Promoting positive attitudes towards old age in Maracaibo’s children and adolescents
Starting from some negative considerations about old age, this research aimed to determine the
effects of the administration of an educational program to promote positive attitudes towards old
age in children and adolescents from Marabinos. It was a study with a quantitative approach,
explanatory level, field method, experimental design, using cluster sampling. 35 children between
9 and 11 years old and 28 adolescents between 12 and 15 years old, from primary education,
participated. The AAV-NADO Scale instrument was administered to measure attitudes. A 16-
hour program on old age was designed, which was applied to these students and later another
measurement was made. Descriptive statistics were used to analyze the scores obtained before
and after delivering it, and Student's t-test for related samples to determine significant differences
in attitude and cognitive, affective, and behavioral components, before and after the
aforementioned intervention. Prior to implementing the program, the average was in the neutral
category, for attitude and its 3 components; after its execution, the average was placed in the
slightly positive category in the variable and in the cognitive and behavioral components; in the
affective component it was located in very positive. Values with probabilities less than 0.05 were
found, which indicates that the scores in the attitudes and their components increased
significantly after their application.
Keywords: Attitudes; old age; program.
Introducción
Al revisar los Récords Guinness, se encontró el adjudicado a la ciudad de Medellín, Colombia,
en el año 2018, un récord de vejez saludable otorgado por esta organización gracias a la Lección
de envejecimiento activo y saludable más grande del mundo, el cual consistió en una caminata de
s de 5 Km, donde participaron 252 adultos mayores (Noticias Caracol, 2018). Otro récord es el
de Kane Tanaka, una mujer japonesa quien en 2019 recibió la placa de Récord Guinness como la
persona viva más vieja del mundo a sus 116 años. A esa edad, gozaba de buena salud, solía
levantarse a las 6:00 de la mañana y en la tarde solía estudiar matemáticas y jugar Otello
(Guinness World Records, 2019).
Sin embargo, en la mayoría de las culturas se concibe al adulto mayor, individuo entre 60 o 70
años y más, como una persona aquejada de múltiples padecimientos físicos, cognitivos y hasta
sociales. Es decir, se concibe como una persona enferma, poco activa. Como si todos los adultos
mayores presentaran dolencias características de su edad por envejecimiento, más que de la
calidad de vida que han tenido en épocas previas.
No existen acuerdos definitivos sobre la significación del envejecimiento. Este es considerado
por algunos como un proceso que se inicia desde el nacimiento y dura toda la vida o, como aquel
que se inicia al finalizar el proceso de funcionamiento óptimo del ser humano y es seguido por el
declive o deterioro de este funcionamiento (González y De la Fuente, 2014).
En general, las ciencias sociales y del comportamiento, han considerado el envejecimiento
como un proceso más del desarrollo; mientras que las ciencias biológicas lo han considerado más
bien como un proceso de deterioro y pérdidas que ocurre en las últimas etapas de la vida. Esta
última perspectiva está muy arraigada en algunos países del hemisferio occidental y sobre todo en
Latinoamérica, donde en las últimas cadas se ha hecho un culto a la juventud, traducido en la
creencia de que lo bello y más preciado es ser y mantenerse joven a cualquier precio; mientras
que la vejez se considera como un mal, algo que muchos quisieran evitar, porque le asignan
significados tales como deterioro, inutilidad, enfermedades, estorbo, falta de belleza, entre otros
epítetos. Es así como se observan personas que experimentan o manifiestan temor de llegar a la
vejez, rechazo hacia ella o hacia el aspecto físico y estético característico de esta etapa.
La antipatía hacia la vejez comienza a observarse abiertamente en adultos jóvenes, niños,
niñas, e incluso en los propios adultos mayores. Una muestra de ello es el planteamiento
presentado por Nalvarte (2013) donde informa que el rechazo a los adultos mayores, parece ir
creciendo solapadamente en la sociedad peruana, contradictoriamente a su envejecimiento
poblacional. Lo mismo ocurre en mucho de los países latinoamericanos.
Este comportamiento actitudinal, parece ser una predisposición aprendida concretada en
acciones a favor o en contra de algo; no existe en forma aislada en la persona, generalmente está
vinculada con otras actitudes y su sistema de valores. En este sentido, la cultura asume un papel
trascendental en la forma de pensar, sentir y actuar de la gente, que en este caso se traduce en la
actitud hacia la vejez.
De acuerdo a Pachano y Álvarez (2006), la familia, los medios de comunicación, la iglesia, la
escuela, entre otros, son responsables de la educación de niños, niñas y adolescentes; a su vez,
tienen una gran influencia en el desarrollo de actitudes hacia la vejez, las cuales, sin lugar a
dudas, repercutirán en las relaciones intergeneracionales y los prepararán para su propio proceso
de envejecimiento.
A su vez, la actitud que se tenga hacia la vejez influye inevitablemente en la calidad de vida,
no solo de los adultos mayores, sino de todos los que le rodean: familiares, amigos, vecinos,
compañeros. Es así como, en la medida en la que en una sociedad prevalezcan actitudes
prejuiciosas hacia la vejez, el envejecimiento y las personas mayores, se hace necesario realizar
esfuerzos para informar, educar e investigar, entre otras acciones, acerca de sus características e
implicaciones, con el propósito de acercarse a la realidad que representa, destruir los mitos que
puedan estar manteniendo actitudes negativas o algún tipo de discriminación hacia la vejez, y
construir actitudes positivas que beneficien a toda la población. La importancia de este estudio
radica precisamente en este planteamiento, de allí que el objetivo general fue determinar los
efectos de la administración de un programa educativo para promover actitudes positivas hacia la
vejez en niños y adolescentes marabinos.
Para ello se trabajó con los siguientes objetivos específicos: 1) Analizar los componentes de la
actitud hacia la vejez en niños y adolescentes marabinos antes de la administración de un
programa educativo para promover actitudes positivas hacia dicha etapa del ciclo vital. 2)
Analizar los componentes de la actitud hacia la vejez en niños y adolescentes marabinos, después
de la administración de un programa para promover una actitud positiva hacia la vejez. 3)
Comparar los componentes de la actitud hacia la vejez en niños y adolescentes, antes y después
de la administración de un programa diseñado para promover actitudes positivas hacia dicha
etapa del ciclo vital.
Fundamentación teórica
Vejez y envejecimiento
Carbajo (2009) expone que, a lo largo de la historia, la vejez ha sido valorada de dos formas,
una positiva y otra negativa. La positiva hace referencia a la consideración de la persona mayor
como sabia, cargada de experiencias, de alto estatus social, merecedora de un gran respeto, con
influencias sobre los demás. La negativa destaca la vejez como una etapa de la vida que lleva
consigo pérdidas significativas e irreversibles. Esta visión representa mitos y prejuicios que
influyen en la actitud que las personas tienen sobre la vejez. La familia, la educación, los amigos,
los medios de comunicación, son los principales actores que influyen en la adquisición y
desarrollo de actitudes tanto en niños, adolescentes y adultos.
En este orden de ideas, la tolerancia, la solidaridad, la aceptación, son valores que deben
fomentarse y desarrollarse a través de la educación, para fortalecer las actitudes positivas hacia la
vejez y el envejecimiento. De allí se deriva la importancia de trabajar estos temas en la escuela
como parte de la formación integral del estudiante (Árraga et al., 2016).
La mayoría de los estudios e investigaciones coinciden en que la enfermedad, dependencia y/o
falta de productividad no son características inherentes al envejecimiento ni a la vejez sino a la
forma como se han vivido los años anteriores; no obstante, según Alonso y Moros (2011), está
claro que el proceso de desarrollo evolutivo, implica cambios y transformaciones de diferente
índole en las estructuras internas y externas del ser humano que se traducen en cambios físicos-
fisiológicos, psicológicos-cognitivos y socioafectivos. A continuación, se describen los más
comunes en la literatura sobre la vejez.
Cambios físicos y fisiológicos: En la madurez comienza la disminución progresiva de las
capacidades sensoriales, que se extiende a lo largo de la vejez; esto incluye la visión, audición, la
sensibilidad olfativa, gustativa y táctil. El tejido que conecta músculo y articulaciones se engrosa
haciendo que las articulaciones se vuelvan menos flexibles, lo que vuelve menos eficiente las
destrezas manuales; igualmente, se produce una pérdida neta de hueso, con mayor frecuencia en
las mujeres que, al ser excesiva, los vuelve más delgados y quebradizos. Otras transformaciones
importantes relacionadas con el desarrollo sexual, ocurren debido a cambios en la producción
hormonal, tales como retardo en el tiempo de excitación en el hombre y disminución de la
cantidad de espermatozoides, resequedad vaginal en la mujer y orgasmos menos prolongados
(Sánchez, Árraga y Maldonado, 2011).
Además, aparecen con mayor frecuencia algunos trastornos y enfermedades como el
Alzheimer y Parkinson.
Cambios psicológicos - cognitivos: Sánchez, Árraga y Maldonado (2011) destacan que
algunos estudios confirman cómo la capacidad memorística está influenciada por las creencias,
expectativas, actitudes y sentimientos de las personas hacia su memoria, de tal manera, quienes
tienen un alto grado de autoeficacia y bajo nivel de ansiedad con relación a su capacidad
memorística, presentan mejor rendimiento memorístico y recuerdan con más eficacia que quienes
no creen en sus capacidades, tienen un alto nivel de ansiedad o bajo nivel de autoeficacia.
También es cierto que con el envejecimiento hay transformaciones en la memoria de maneras
diferentes según sus tipos. La sensorial, la semántica y la implícita se conservan con pocas
variaciones con los años. La episódica y del trabajo, relacionada con la memoria a corto plazo,
tienden a disminuir durante la vejez.
La mayoría de los investigadores del desarrollo humano, continúan las autoras, coinciden en
que durante la vejez se produce una disminución de la inteligencia fluida o capacidad para
procesar información novedosa y aplicar facultades intelectuales a situaciones que requieren poco
o ningún conocimiento previo; está relacionada con el estado del cerebro y el sistema nervioso; y
un aumento en la inteligencia cristalizada, considerada como la habilidad para aplicar la
información y experiencia adquirida. Asimismo, coinciden en que la sabiduría es una
característica que se observa con frecuencia en adultos mayores y ancianos, producto de la
experiencia acumulada y del haber desarrollado algunas fases del pensamiento posformal del que
hablan los psicólogos piagetianos.
Cambios socioafectivos: En cuanto a la adaptación, las investigaciones en general concluyen
que no se observan cambios relacionados con la edad. Algunos estudios de personalidad
muestran que los cambios son posibles hasta la edad avanzada y no todos pueden interpretarse
como una reducción o aumento, sino como estructuras cualitativas características y
fundamentales de la personalidad. Aunado a esto, algunos estudios concluyen que lo que
caracteriza la personalidad en la vida adulta, incluyendo la vejez, es su estabilidad.
Otros estudios indican que las personas casadas o que viven en pareja en la vejez, suelen
presentar mayores niveles de felicidad y que los matrimonios entre adultos mayores tienen
bastante éxito (Papalia, Konopaske y Matteson, 2009). En esta etapa del ciclo vital, generalmente
se produce el retiro entre los que trabajan, por lo que se dispone de más tiempo para el ocio y
para compartir con la familia y amigos. Según los autores, es frecuente que los lazos con los
hermanos e hijos se estrechen y que las personas se conviertan en abuelos, para muchos, un
nuevo rol.
Actitudes
Ivancevich, Konopaske y Matteson (2006), un clásico en el tema de actitudes, las consideran
como determinantes del comportamiento, debido a que vinculan la percepción, personalidad,
sentimientos y motivación. Robbins y Judge (2013) las definen como un enunciado de
evaluación, favorables o desfavorables acerca de objetos, personas o situaciones. Exponen que
reflejan cómo se siente alguien con respecto a algo.
Ivancevich, Konopaske y Matteson (2006) enuncian que las actitudes son un estado mental de
preparación, aprendida y organizada por medio de la experiencia, que ejerce una determinada
influencia en la respuesta de una persona hacia la gente, objetos y situaciones con que se
relaciona. Dichos autores plantean que esta definición tiene sus repercusiones: en primer lugar,
las actitudes se aprenden; en segundo lugar, ellas definen las predisposiciones propias hacia
determinados aspectos del mundo; en tercer lugar, constituyen el fundamento emocional de las
relaciones interpersonales y la identificación de mismo con los demás, y, por último, están
organizadas y próximas al núcleo de la personalidad. Así mismo, refieren que algunas actitudes
son persistentes y duraderas, no obstante, como toda variable psicológica, están sujetas a
cambios.
Cortada de Kohan (2008) expone que la actitud tiene tres componentes esenciales:
cognoscitivo, emocional y la tendencia a la acción. El componente cognoscitivo se expresa en las
creencias que una persona tiene sobre un objeto y especialmente, las creencias evaluativas, más
explícitamente, las creencias que ven las cualidades de un objeto como buenas o malas, deseables
o indeseables, aceptables o inaceptables, y estas creencias están fundadas sobre la información
que se tiene de un objeto. Robbins y Judge (2013) destacan que estas creencias crean el escenario
para el elemento fundamental de la actitud: el componente afectivo. Según Cortada de Kohan
(2008), el componente emocional se refiere a los sentimientos y emociones vinculados al objeto
de una actitud, por ejemplo, amor, temor, admiración, rechazo, tolerancia o intolerancia. El autor
refiere que los sentimientos o emociones están ligados no al objeto de la actitud, sino a la persona
que enfrenta el objeto.
En cuanto al componente tendencia a la acción, explica que hace referencia a la preparación
del individuo para responder a un objeto. De manera que se puede entender la actitud, como
configuraciones de conceptos, creencias, hábitos y motivos vinculados a un determinado objeto.
Al respecto, Robbins y Judge (2013) expresan que el afecto conduce a eventos del
comportamiento, la intención de comportarse de cierta manera hacia alguien o hacia algo.
Es importante considerar, según estos autores, los tres elementos de la actitud, para entender
su complejidad y la relación potencial entre ellas y el comportamiento. También enfatizan que los
componentes se relacionan estrechamente, subrayando que cognición y afecto se encuentran
entrecruzados.
Programas educativos
Respecto a los programas educativos, se definen como un conjunto de acciones sistemáticas,
planificadas, orientadas por metas u objetivos concretos, cuya finalidad es responder a las
necesidades de un grupo o comunidad, en determinado contexto o situación (Carpio, 2007).
Jesüites Educació y UOC (2018) coinciden con esta definición al considerarlo como una
respuesta académica para ayudar a mejorar en algún área y a resolver las necesidades que pueda
tener un grupo. En general, es concebido como un instrumento que permite planificar, organizar y
detallar actividades y experiencias del proceso educativo, con la finalidad de lograr los objetivos
diseñados a responder a las necesidades del grupo al que va dirigido. También son llamados
programas de intervención o programas de intervención educativa.
En esta investigación se trabajó en el ámbito educativo diseñando y aplicando un programa
con la finalidad de reforzar actitudes positivas hacia la vejez de niños y adolescentes marabinos.
Para Molina (2007), existe una serie de elementos orientadores para la elaboración de un
programa, tales como:
a) ¿A quién va dirigido el programa? Se refiere a quiénes son los beneficiarios. Si se trata de
una intervención primaria, es conveniente integrar el mayor número de personas. También, se
debe tener presente a los profesores, facilitadores y agentes educativos, como sujetos claves del
proceso formador. Para la presente investigación, el programa estuvo dirigido a 35 niños y 28
adolescentes cursantes de 4to. y 6to. grado de educación primaria de una escuela pública de la
ciudad de Maracaibo, Venezuela. Durante el desarrollo del programa estuvieron presente los
docentes encargados de dichos cursos y algunos padres y representantes.
b) ¿Para qué? Implica delimitar los objetivos; es decir, lo que se pretende conseguir en un
ámbito determinado, que puede responder a una o varias áreas. El objetivo general del programa
fue promover actitudes positivas hacia la vejez en niños y adolescentes marabinos.
c) ¿Qué? Representa los contenidos, que constituyen los núcleos temáticos del programa
vinculados a cada objetivo específico. En tal sentido, los contenidos deben representar los tópicos
que se plantea en los objetivos, los cuales aportan un conjunto de elementos que facilitan el logro
de los objetivos que se persiguen.
Los contenidos de este programa fueron, en la etapa de inicio y sensibilización, conceptos y
definiciones sobre la vejez y el envejecimiento y, mitos, creencias, prejuicios y estereotipos sobre
la vejez y el envejecimiento. Para comenzar, los participantes tuvieron la oportunidad de expresar
sus conceptos y definiciones, posteriormente se aportaron las que indican los investigadores y
estudiosos de esta etapa evolutiva.
Posteriormente, se trabajó con las características físicas, cognitivas y socioemocionales de la
vejez como etapa evolutiva y las diferencias en la manera de envejecer: ejemplos que conocen de
personas mayores, sus diferencias, fortalezas y debilidades. A partir de esto, se explicó lo que
dicen las teorías. Para finalizar, se exploraron sus valores personales y los principales valores
humanos, relacionándolos con su vida y con el proceso de envejecimiento: valores y vejez. Se
exploraron actitudes personales y grupales antes de comenzar el programa en esta etapa final.
d) ¿Cómo? Determina las estrategias a utilizar para el logro de los objetivos. Para la selección
de las actividades hay que tener en cuenta los beneficiarios, los objetivos y contenidos. Las
estrategias deben ser flexibles, dinámicas y responder a las necesidades, expectativas e intereses
de quienes intervienen en el programa. El programa se desarrolló utilizando como técnica el
Encuentro grupal. Se planificaron cuatro sesiones de cuatro horas cada una, repartidas en cuatro
mañanas, durante dos semanas; dos sesiones por semana, los días martes y jueves de 8:00 am a
12:00 m. Se utilizaron como estrategias: torbellino de ideas, juego de roles, narración de historias
y vivencias, construcción de collages, construcción de mini proyectos de vida, discusiones
grupales, análisis de casos particulares.
e) ¿Con qué? Tiene que ver con los recursos humanos, institucionales y financieros que se
disponen para la implementación del programa. Este elemento hace posible su ejecución y
determina el grado de compromiso de los agentes educativos. Se contó con la presencia y
participación de los docentes de los niños y adolescentes y algunos de sus padres, quienes
asistieron a algunas sesiones, participando eventualmente. También hubo apoyo institucional; es
decir, la directora de la escuela concedió el permiso para desarrollar el programa e incentivó a los
docentes, niños, padres y representantes a participar; hizo posible la disponibilidad de salones y
concedió el tiempo necesario para implementar el programa. Se utilizaron revistas, lápices y
bolígrafos, tijeras, lápices de colores, pega, pizarra, marcador de pizarra, retroproyector,
presentaciones en PowerPoint, facilitadores e investigadoras, entre otros.
f) ¿Cuándo? Se refiere al establecimiento de la secuencia de ejecución del programa e incluye
su temporalización o cronograma. El programa se desarrolló durante dos semanas consecutivas,
cuatro horas por sesión, los días martes y jueves 8:00 a 12:00 m., para un total de 16 horas.
g) Y finalmente ¿Dónde? Invita a delimitar geográficamente y espacialmente el ámbito donde
se llevará a cabo la intervención, ya sea la escuela, la etapa educativa, el grado o los grados o la
sección. Se realizó en una escuela pública de la ciudad de Maracaibo, Venezuela, que atiende
niños, niñas y adolescentes desde primero hasta sexto grado de educación primaria.
Metodología
La presente investigación es explicativa, de campo, con diseño experimental.
El estudio de tipo explicativo es definido por Hernández, Fernández y Baptista (2014), como
aquel dirigido a responder respecto a las causas de fenómenos físicos o sociales. Así mismo,
Tamayo y Tamayo (2012), enuncia que se presenta mediante la manipulación de una variable
experimental, bajo condiciones rigurosamente comprobadas, con el propósito de describir de qué
modo o por cuál causa se produce una situación o acontecimiento particular. En este caso, los
cambios en las actitudes de niños y adolescentes, luego de la intervención efectuada, que consiste
en la aplicación de un programa educativo para promover actitudes positivas hacia la vejez. La
variable dependiente, las actitudes de los niños y adolescentes, proviene de las puntuaciones
obtenidas en el instrumento Escala AAV-NADO, referido a los componentes de la actitud:
cognitivo, afectivo y conductual y sus indicadores: físico, cognitivo y socioemocional.
El estudio también se califica de campo, según lo señalado por Arias (2012), tomando en
cuenta que la recolección de datos se realizó directamente en los sujetos investigados o, de la
realidad donde ocurren los hechos; particularmente, en el interior de los salones de una
institución educativa, donde los alumnos asisten a sus clases presenciales regulares y en los
cuales se administró el programa de intervención correspondiente.
Se utilizó un formato de consentimiento informado, que fue aprobado por los progenitores y
representantes de los niños y adolescentes. Previamente, se le expuso a la junta directiva del
colegio el objetivo y utilidad del estudio, solicitándoles permiso para trabajar con niños y
adolescentes de la institución y contactar a los padres y representantes, para que autorizasen su
participación en esta investigación. A los niños y adolescentes se les explicó de qué se trataba la
investigación, antes de aplicar el instrumento de medición y el programa, una vez que obtuvieron
el consentimiento respectivo para colaborar.
En cuanto a los participantes, fueron 63 personas: 35 niños entre 9 y 11 años y 28
adolescentes entre 12 y 15 años cursantes de 4to. y 6to. grado de educación primaria de una
escuela pública de la ciudad de Maracaibo, Venezuela. Se realizó un muestreo por
conglomerados. Se seleccionó al azar el colegio, de la totalidad de las instituciones educativas de
Maracaibo y, además, se escogieron 2 salones de clases, uno integrado por niños y otro por
adolescentes y se tomaron la totalidad de los alumnos que estudiaban en dichos grados.
Para el análisis de los resultados se aplicaron estadísticos descriptivos a las puntuaciones
obtenidas para la actitud en general, sus dimensiones o componentes y sus indicadores, y luego se
aplicó la prueba t de Student para muestras relacionadas para determinar si hubo cambios
significativos en la actitud después de la intervención.
En cuanto al instrumento de recolección de datos se utilizó la Escala AAV-NADO, constituida
por 43 ítems, con enunciados en dirección positiva y negativa, y cinco alternativas de respuestas:
completamente de acuerdo (5), de acuerdo (4), ni de acuerdo ni en desacuerdo (3), en desacuerdo
(2) y completamente en desacuerdo (1); sin límite de tiempo para responder. El puntaje promedio
máximo fue 5 y el mínimo 1. A mayor puntaje, la actitud es más favorable. Es importante
destacar que, al cuestionario aplicado a los niños, se le agregó en las alternativas de respuestas
imágenes de caritas, desde una carita feliz hasta una carita triste, con el propósito de facilitar la
comprensión de los mensajes y la emisión de las respuestas.
Respecto a sus propiedades psicométricas, previamente para la validez de expertos, el
instrumento cuantitativo fue sometido a la revisión de especialistas en el área de actitudes, vejez
y metodología. Efectuadas las correcciones señaladas por los expertos, se realizó una prueba
piloto con una muestra de 40 personas para el instrumento denominado Escala AAV-NADO,
específicamente veinte niños y veinte adolescentes con características similares al grupo con el
que se trabajó, en edades comprendidas entre 9 y 15 años, estudiantes de primaria en escuelas
públicas. Con esa data se hizo el cálculo de confiabilidad mediante procedimiento estadístico
utilizando el coeficiente Alfa de Cronbach y el procedimiento de partición por mitades. La Escala
AAV-NADO obtuvo 0,92 para Alfa de Cronbach y 0,83 en la partición por mitades, resultando
dicho instrumento altamente confiable.
Seguidamente, se realizó un análisis discriminativo de ítems. Como consecuencia de este
análisis, del instrumento preliminar elaborado para niños y adolescentes, que contenía 72
reactivos, quedaron eliminados 29 de ellos; estos fueron los siguientes: 5, 6, 8, 12, 16, 18, 10, 21,
23, 25, 31, 35, 36, 37, 40, 41, 42, 43, 46, 47, 48, 49, 53, 56, 60, 65, 66, 70, y 72. Una vez
finalizado el estudio técnico del instrumento, la escala para medir la actitud hacia la vejez en
niños, niñas y adolescentes quedó constituida por los 43 ítems, ya mencionados.
Estos ítems midieron los tres componentes de la variable “Actitud hacia la vejez”: el
cognitivo, afectivo y conductual y sus indicadores, concretados en las características físicas,
cognitivas y socioemocionales de cada componente. Los ítems exploraron qué piensan y creen
sobre la vejez y el envejecimiento; es decir, sus creencias, basado en la información que poseen
sobre las características y cambios físicos-fisiológicos, cognitivos y socioafectivos de esta etapa
evolutiva; cómo se sienten respecto a los adultos mayores y al hecho de envejecer (sentimientos y
emociones vinculados a esto), cuál es su tendencia a actuar, a responder, cuando se encuentran
con personas de la tercera edad.
El procedimiento seguido fue el siguiente: una vez que otorgaron el consentimiento tanto la
dirección de la escuela como los padres y representantes y, habiendo informado a los niños y
adolescentes sobre su participación en este estudio, se efectuó la primera aplicación del
instrumento; posteriormente se implementó el programa en horario de clases; tuvo una duración
de 16 horas; estas se distribuyeron en dos semanas, cuatro horas diarias, dos días cada semana,
martes y jueves de 8:00 a 12:00 m. El programa fue desarrollado por cuatro estudiantes del
último semestre de la Licenciatura en Educación mención orientación, quienes actuaron como
facilitadores y cofacilitadores, acompañados por las investigadoras responsables del programa.
Dos trabajaron con los niños y dos con los adolescentes. Previo al desarrollo del programa, los
facilitadores y cofacilitadores fueron entrenados por las investigadoras responsables durante un
mes, a razón de ocho horas semanales que incluyeron el diseño del programa y la forma cómo iba
a ser desarrollado.
Finalizadas las cuatro sesiones del programa con los niños y adolescentes, se administró la
segunda aplicación del instrumento de recolección de datos. Se introdujeron las puntuaciones de
los estudiantes en una base de datos con el propósito de llevar a cabo el tratamiento estadístico
correspondiente y generar los resultados que permitieran comprender los efectos de la
intervención planificada para esta investigación, enfocada en determinar el efecto de un programa
educativo para promover actitudes positivas hacia la vejez.
Resultados y discusión
En la tabla 1 se muestra el baremo utilizado para la interpretación de los puntajes obtenidos.
Tabla 1. Baremo de interpretación de los puntajes promedio
Intervalos
Categoría
1,00 - 1,79
Muy negativa
1,80 - 2,59
Ligeramente negativa
2,60 - 3,39
Neutra
3,40 - 4,19
Ligeramente positiva
4,20 - 5,00
Muy positiva
Fuente: Elaboración propia (2023)
Estadísticos descriptivos antes de la intervención
En la tabla 2, se puede observar que el promedio para la actitud fue de 3,26 que se ubica en la
categoría neutra, la desviación estándar 0,38 indica una dispersión baja, siendo el mínimo 2,67
(neutra) y el máximo 3,84 (ligeramente positiva). Esto indica que los participantes evalúan de
manera neutra la vejez; es decir, hacen una evaluación entre favorables o desfavorable (Robbins y
Judge, 2013); considerándola como una etapa con ventajas y desventajas, la cual según Alonso y
Moros (2011) implica transformaciones de diferente índole en las estructuras internas y externas
del ser humano que se traducen en cambios físicos-fisiológicos, psicológicos-cognitivos y
socioafectivos.
Por otra parte, en el componente cognitivo, el promedio fue 3,14, ubicado en la categoría
neutra, la desviación estándar 0,52 (media), el mínimo 2,00 (ligeramente negativa) y el máximo
4,08 (ligeramente positiva). Este componente se refiere a creencias que las personas tienen sobre
la vejez, que por un lado la pueden considerar como de cambios donde se presenta un deterioro
físico y cognitivo, pero también de aportes de experiencias y conocimientos (Kohan, 2008).
En cuanto al componente afectivo, el promedio fue 3,21 ubicándose en la categoría neutra, la
desviación estándar 0,38 indicando una dispersión baja, siendo el mínimo 2,33 (ligeramente
negativa) y el máximo 4,00 (ligeramente positiva) (ver tabla 1). Dicho componente se refiere a
los sentimientos y emociones vinculados a la vejez, la cual es una etapa que está muy lejos de la
niñez y la adolescencia; por lo tanto, no se considera ni positiva ni negativa (Robbins y Judge,
2013).
Para el componente conductual, el promedio fue 3,39 pertenece a la categoría neutra, la
desviación estándar 0,64 indicando una dispersión media, siendo el mínimo 2,07 (ligeramente
negativa) y el máximo 4,47 (muy positiva). Es decir, las intenciones de comportamiento dirigidas
a las personas adultas no son ni de aceptación ni de rechazo (Robbins y Judge, 2013).
Por lo tanto, antes de la administración del programa educativo, se pudo evidenciar en los
niños y adolescentes una actitud de indiferencia hacia la vejez, con creencias, sentimientos y
tendencias a la acción ni favorables ni desfavorables, las cuales pueden estar vinculadas a otras
actitudes y valores, e influidas por la familia, medios de comunicación, la escuela, repercutiendo
en las relaciones entre jóvenes y adultos en proceso de envejecimiento (Pachano y Álvarez,
2006).
Tabla 2. Estadísticos descriptivos en la actitud hacia la vejez y sus
componentes antes de la intervención
Actitud
Global
Componente
Cognitivo
Componente
Afectivo
Componente
Conductual
Promedio
3,26
3,14
3,21
3,39
Desviación Estándar
0,38
0,52
0,38
0,64
Mínimo
2,67
2,00
2,33
2,07
Máximo
3,84
4,08
4,00
4,47
Categoría del
Promedio
Neutra
Neutra
Neutra
Neutra
Fuente: Elaboración propia (2023)
En cuanto a los indicadores del componente cognitivo, en la tabla 3, se puede observar que el
promedio para el físico fue 3,12; este se ubica en la categoría neutra, la desviación estándar 0,72
indica una dispersión media, siendo el mínimo 2,00 (ligeramente negativa) y el máximo 5,00
(muy positiva). Esto refleja que los sujetos consideran que las creencias sobre personas en etapa
de envejecimiento, en lo referente a los cambios físicos no son ni positivos ni negativos (Sánchez,
Árraga y Maldonado, 2011)
Referente al indicador cognitivo, el promedio fue 3,52, ubicado en la categoría ligeramente
positiva, la desviación estándar 0,74 (media), el mínimo 2,50 (ligeramente negativa) y el máximo
de 4,50 (muy positiva). Por lo que, las personas consideran como ligeramente ventajoso la vejez
en cuanto a los cambios en la memoria y autoeficacia (Sánchez, Árraga y Maldonado, 2011)
Asimismo, en el indicador socioemocional, el promedio fue 2,80 correspondiendo a la
categoría neutra, la desviación estándar 0,79 indica una dispersión media, siendo el mínimo 1,50
(muy negativa) y el ximo 4,50 (muy positiva). Esto indica que los sujetos se encuentran
indiferentes ante los cambios socioemocionales de los adultos mayores (tabla 3).
Con respecto al componente cognitivo, las evaluaciones realizadas acerca de los cambios
físicos y fisiológicos y los aspectos socioafectivos, fueron valoradas ni positivas ni negativas,
mientras que los elementos cognitivos, como inteligencia, memoria fueron considerados
ligeramente favorables. Se infiere que la mayoría de los sujetos consideran evidente el deterioro
de las funciones y habilidades tanto físicas y socioafectivas de los adultos mayores en cuanto a
las creencias, mientras que en lo referente a lo cognitivo hace referencia a la consideración de la
persona mayor como sabia, cargada de experiencias, de alto estatus social, merecedora de un gran
respeto, con influencias sobre los demás, tal como establece Carbajo (2009).
Tabla 3. Estadísticos descriptivos en los indicadores del componente cognitivo
de la actitud hacia la vejez antes de la intervención
Físico
Cognitivo
Socioemocional
3,12
3,52
2,80
0,72
0,74
0,79
2,00
2,50
1,50
5,00
4,50
4,50
Neutra
Ligeramente positiva
Neutra
Fuente: Elaboración propia (2023)
Con relación a los indicadores del componente afectivo, en la tabla 4, se puede observar que el
promedio para el físico fue 2,71, el cual se ubica en la categoría neutra, la desviación estándar
0,55 indica una dispersión media, siendo el mínimo 1,80 (ligeramente negativa) y el máximo
3,60 (ligeramente positiva). Esto indica que los sujetos no valoran ni negativa ni positivamente
las creencias sobre personas en etapa de envejecimiento, en lo referente a los cambios físicos
(Sánchez, Árraga y Maldonado, 2011)
En el indicador cognitivo, el promedio fue 2,95, ubicado en la categoría neutra, la desviación
estándar 0,46 (media), el mínimo 2,20 (ligeramente negativa) y el máximo 3,80 (ligeramente
positiva). Es decir, las personas se sienten indiferentes en relación a los cambios en la memoria y
autoeficacia que experimentan los adultos mayores (Sánchez, Árraga y Maldonado, 2011)
El indicador socioemocional obtuvo como promedio 3,97 ubicándose en la categoría
ligeramente positiva, la desviación estándar 0,67 indica una dispersión media, siendo el mínimo
1,60 (muy negativa) y el máximo 5,00 (muy positiva) (tabla 4). Por lo tanto, los sujetos valoran de
manera ligeramente positiva los cambios socioemocionales de los adultos mayores, basados en
los niveles de felicidad y éxito que se pueden experimentar en esta etapa (Papalia, Konopaske y
Matteson, 2009).
En cuanto al componente afectivo, las emociones acerca de los afectos fisiológicos y
habilidades cognitivas en la vejez fueron neutras, mientras que aspectos como la personalidad,
relaciones interpersonales generaron afectos agradables, tal como establecen los autores (Papalia,
Konopaske y Matteson, 2009).
Tabla 4. Estadísticos descriptivos en los indicadores del componente
afectivo de la actitud hacia la vejez antes de la intervención
Físico
Cognitivo
Socioemocional
Promedio
2,71
2,95
3,97
Desviación Estándar
0,55
0,46
0,67
Mínimo
1,80
2,20
1,60
Máximo
3,60
3,80
5,00
Categoría del promedio
Neutra
Neutra
Ligeramente positiva
Fuente: Elaboración propia (2023)
Los indicadores del componente conductual, se presentan en la tabla 4, donde el promedio
para el físico fue 3,10, correspondiente a la categoría neutra, la desviación estándar 0,73 indica
una dispersión media, siendo el nimo 1,67 (muy negativa) y el máximo 4,33 (muy positiva).
Luego, los sujetos tienden a actuar de manera indiferente ante las personas en etapa de
envejecimiento, lo cual no se asocia a lo encontrado por Nalvarte (2013) donde informa que el
rechazo a los adultos mayores, parece ir creciendo solapadamente en la sociedad peruana, y otros
países latinoamericanos.
En el indicador cognitivo el promedio fue 3,53, ubicado en la categoría ligeramente positiva,
la desviación estándar 0,77 (media), el mínimo 2,00 (ligeramente negativa) y el máximo 5,00
(muy positiva). El cual está referido a las creencias que ven el proceso de envejecimiento como
algo ni bueno ni malo (Robbins y Judge, 2013).
El indicador socioemocional obtuvo un promedio fue 3,61 (ligeramente positiva), la
desviación estándar 0,86 indicando una dispersión media, siendo el mínimo 2,20 (ligeramente
negativa) y el máximo 5,00 (muy positiva) (tabla 5). Así, los sujetos valoran ligeramente como
positivos los cambios que se producen en esta etapa, dado a la reducción o aumento de
características de la personalidad tendientes a la estabilidad emocional (Sánchez, Árraga y
Maldonado, 2011).
Respecto al componente conductual, la tendencia a la acción hacia los cambios corporales se
presenta neutra y con relación a los procesos cognitivos y socioemocionales resultaron con una
tendencia ligeramente positiva, por lo que tal como expresan Robbins y Judge (2013) conduce a
comportarse de forma positiva hacia las personas adultas.
Tabla 5. Estadísticos descriptivos en los indicadores del componente
conductual de la actitud hacia la vejez antes de la intervención
Físico
Cognitivo
Socioemocional
Promedio
3,10
3,53
3,61
Desviación Estándar
0,73
0,77
0,86
Mínimo
1,67
2,00
2,20
Máximo
4,33
5,00
5,00
Categoría del promedio
Neutra
Ligeramente positiva
Ligeramente positiva
Fuente: Elaboración propia (2023)
Estadísticos descriptivos después de la intervención
En la tabla 6, se puede observar que el promedio para la actitud después de la intervención fue
3,94 ubicándose en la categoría ligeramente positiva, la desviación estándar 0,29 indica una
dispersión baja, siendo el mínimo 3,28 (neutra) y el máximo 4,44 (muy positiva). Es decir, que
tienden a considerar de manera más positiva a las personas adultas mayores tal como lo enuncian
Ivancevich, Konopaske y Matteson (2006).
El componente cognitivo obtuvo un promedio de 3,95, que corresponde a la categoría
ligeramente positiva, la desviación estándar fue 0,31 (baja), el mínimo 3,38 (neutra) y el máximo
4,54 (muy positiva). Por lo tanto, pueden considerar como buenas, deseables o aceptables las
creencias sobre el proceso de envejecimiento (Robbins y Judge, 2013).
Por su parte, en el componente afectivo, el promedio fue 3,94 situado en la categoría
ligeramente positiva, la desviación estándar 0,41 indica una dispersión baja, siendo el mínimo
3,13 (neutra) y el máximo 4,73 (muy positiva) (tabla 6). Según lo plantea, Cortada de Kohan
(2008), este componente se refiere a los sentimientos y emociones vinculados a las personas
mayores, las cuales a asocian más al amor, admiración y tolerancia.
Para el componente conductual, el promedio fue 3,92 ajustado a la categoría ligeramente
positiva, la desviación estándar 0,45 indica una dispersión baja, siendo el mínimo 2,73
(ligeramente positiva) y el máximo 4,47 (muy positiva). Igualmente, implica que la tendencia a la
acción, está asociada a responder de manera positiva a las personas adultas, en cuanto a la
obediencia y satisfacer sus requerimientos de ayuda (Robbins y Judge, 2013).
Posterior a la realización del programa educativo con la finalidad de construir actitudes
favorables y de esa manera optimizar las relaciones intergeneracionales, se evidenciaron cambios
significativos en la dirección e intensidad de la actitud y sus componentes, modificándose desde
neutra hasta ligeramente positiva. De allí que este programa ayuda a mejorar la concepción que
tienen los niños y adolescentes con respecto a las personas que están en proceso de
envejecimiento, contribuyendo a resolver las necesidades del grupo, permitiendo planificar,
organizar y detallar actividades y experiencias del proceso educativo, con la finalidad de lograr
los objetivos diseñados, según lo planteado por Jesüites Educació y UOC (2018).
Tabla 6. Estadísticos descriptivos en la actitud hacia la vejez y sus
componentes después de la intervención
Actitud
Global
Componente
Cognitivo
Componente
Afectivo
Componente
Conductual
Promedio
3,94
3,95
3,94
3,92
Desviación Estándar
0,29
0,31
0,41
0,45
Mínimo
3,28
3,38
3,13
2,73
Máximo
4,44
4,54
4,73
4,47
Categoría del
Promedio
Ligeramente
Positiva
Ligeramente
Positive
Ligeramente
positiva
Ligeramente
positiva
Fuente: Elaboración propia (2023)
En cuanto a los indicadores del componente cognitivo, en la tabla 7, se observa que el
promedio para el físico fue 4,02, el que se ubica en la categoría ligeramente positiva, la
desviación estándar 0,46 indica una dispersión baja, siendo el mínimo 3,20 (neutra) y el máximo
5,00 (muy positiva). Por lo que, a través del programa, los sujetos obtuvieron informaciones que
ampliaron las creencias de manera positiva sobre la vejez (Robbins y Judge, 2013).
Para el indicador cognitivo, el promedio fue 4,04, categoría ligeramente positiva, la desviación
estándar 0,47 (baja), el mínimo 3,00 (neutra) y el máximo 4,75 (muy positiva). Igualmente, al
mejorar las creencias, también las valoraciones hacia esta etapa se hicieron más positivas
(Robbins y Judge, 2013).
Asimismo, en el indicador socioemocional el promedio fue 3,78 correspondiente a la categoría
ligeramente positiva, la desviación estándar 0,47 indica una dispersión baja, siendo el mínimo
2,75 (neutra) y el máximo 4,50 (muy positiva) (tabla 7). Así, los niños y adolescentes mejoraron
en cuanto a las creencias que tenían acerca de la vejez en relación a los cambios producidos en la
adaptación a la edad (Sánchez, Árraga y Maldonado, 2011).
Tabla 7. Estadísticos descriptivos en los indicadores del componente
cognitivo de la actitud hacia la vejez después de la intervención
Físico
Cognitivo
Socioemocional
4,02
4,04
3,78
0,46
0,47
0,47
3,20
3,00
2,75
5,00
4,75
4,50
Ligeramente positiva
Ligeramente positiva
Ligeramente positiva
Fuente: Elaboración propia (2023)
En cuanto a los indicadores del componente afectivo después de la intervención, en la tabla 8,
se puede observar que el promedio para el físico fue 3,67, ubicado en la categoría ligeramente
positiva, la desviación estándar 0,68 indica una dispersión media, siendo el mínimo 2,20
(ligeramente negativa) y el máximo 4,60 (muy positiva). De manera que los niños y adolescentes
que participaron en el programa mejoraron en cuanto a la evaluación y expectativas que tienen
acerca de la vejez.
En el indicador cognitivo, el promedio, 3,63 se corresponde con la categoría ligeramente
positiva, la desviación estándar 0,53 (media), el mínimo 2,80 (neutra) y el máximo 4,60 (muy
positiva). Según plantean Sánchez, Árraga y Maldonado (2011) la capacidad memorística está
influenciada por las creencias, expectativas, actitudes y sentimientos de las personas hacia su
memoria, de tal manera, quienes tienen un alto grado de autoeficacia y bajo nivel de ansiedad con
relación a su capacidad memorística, presentan mejor rendimiento memorístico y recuerdan con
más eficacia que quienes no creen en sus capacidades, tienen un alto nivel de ansiedad o bajo
nivel de autoeficacia.
Asimismo, en el indicador socioemocional el promedio fue 4,54 con categoría muy positiva, la
desviación estándar 0,56 indica una dispersión media, siendo el mínimo 3,40 (ligeramente
positiva) y el máximo 5,00 (muy positiva) (tabla 8). De acuerdo a lo que plantean Sánchez,
Árraga y Maldonado (2011), los cambios son posibles hasta la edad avanzada y se caracteriza por
su estabilidad, lo cual es valorado de manera más positiva por los sujetos que participaron en el
programa.
Tabla 8. Estadísticos descriptivos en los indicadores del componente
afectivo de la actitud hacia la vejez después de la intervención
Físico
Cognitivo
Socioemocional
3,67
3,63
4,54
0,68
0,53
0,56
2,20
2,80
3,40
4,60
4,60
5,00
Ligeramente positiva
Ligeramente positiva
Muy positiva
Fuente: Elaboración propia (2023)
Referido a los indicadores del componente conductual después de la intervención, en la tabla
9, se puede observar que el promedio para el físico fue 3,43, situado en la categoría ligeramente
positiva, la desviación estándar 0,53 indica una dispersión media, siendo el mínimo 2,33
(ligeramente negativa) y el máximo 4,50 (muy positiva). Esto indica que existe una mayor
disposición a actuar de manera positiva hacia las personas adultas mayores, según lo plantean
Robbins y Judge (2013)
Respecto al indicador cognitivo, el promedio fue 4,23, correspondiente a la categoría muy
positiva, la desviación estándar 0,66 (media), el mínimo 2,50 (ligeramente negativa) y el máximo
5,00 (muy positiva). Es decir, consideran que podrían ayudar a las personas adultas en cuanto a
los cambios que se den en la capacidad de memoria, la autoeficacia y la ansiedad que
experimentan (Sánchez, Árraga y Maldonado, 2011).
En el indicador socioemocional el promedio fue 4,28 (muy positiva), la desviación estándar
0,82 indica una dispersión media, siendo el mínimo 2,20 (ligeramente negativa) y el máximo
5,00 (muy positiva) (tabla 9). Por lo que, según Sánchez, Árraga y Maldonado (2011), los niños y
adolescentes estarían con mayores intenciones para manejar los cambios relacionados con la edad
de las personas adultas para la adaptación y estabilidad de la personalidad.
Tabla 9. Estadísticos descriptivos en los indicadores del componente
conductual de la actitud hacia la vejez después de la intervención
Físico
Cognitivo
Socioemocional
3,43
4,23
4,28
0,53
0,66
0,82
2,33
2,50
2,20
4,50
5,00
5,00
Ligeramente positiva
Muy positiva
Muy positiva
Fuente: Elaboración propia (2023)
Cada uno de los componentes cognitivo, afectivo y conductual, al evaluar los aspectos físicos,
cognitivos y socioemocionales de la vejez, se incrementaron, predominando elevaciones de
indiferencia a ligeramente favorable y otros desde ligeramente favorables a muy favorables.
Comparación antes y después de la intervención
Para determinar si existen diferencias significativas entre los puntajes obtenidos en la actitud y
sus componentes antes y después de la intervención, se aplicó la prueba t de Student para
muestras relacionadas, donde se puede apreciar que los valores tienen probabilidades menores de
0,05, lo cual indica que los puntajes en las actitudes y sus componentes, se incrementaron
significativamente (tabla 10).
Se aseguró de esa manera una evaluación a favor sobre las características físicas de los adultos
mayores, sentimientos de afecto hacia los mismos y propensión a emitir conductas de
acercamiento y aproximación, cuando interactúen con personas de la tercera edad. Por lo tanto, el
programa educativo contribuye a través de acciones sistemáticas, planificadas, orientadas por
metas u objetivos concretos, a mejorar las actitudes de los niños y adolescentes hacia la vejez,
según lo expuesto por Carpio (2007).
Tabla 10. Prueba t de Student para diferencias en la actitud hacia la
vejez y sus componentes antes y después de la intervención
Grupos
N
Media
Desviación
típ.
Error típ.
de la media
t
gl
Sig.
(bilateral)
Actitud
Antes
24
3,26
0,383
0,078
-6,88
45
0,000
Después
23
3,94
0,288
0,060
Cognitivo
Antes
24
3,14
0,518
0,106
-6,40
45
0,000
Después
23
3,95
0,314
0,065
Afectivo
Antes
24
3,21
0,379
0,077
-6,37
45
0,000
Después
23
3,95
0,413
0,086
Conductual
Antes
24
3,39
0,635
0,130
-3,32
45
0,002
Después
23
0,92
0,447
0,093
Fuente: Elaboración propia (2023)
Conclusiones
La vejez se concibe desde diferentes perspectivas. Unos la enfocan como una etapa de la vida,
caracterizada por enfermedades, dolencias y deterioro, y otros como una de las fases del ciclo
vital, que puede ser productiva y saludable, todo ello vinculado con los cuidados y el estilo de
vida en los años anteriores. Se puede estar enfermo a cualquier edad, no necesariamente en la
vejez y también se puede estar saludable, a cualquier edad.
Tomando en cuenta la importancia de lo que se cree, lo que se siente y la tendencia a actuar,
en el comportamiento futuro, se pretendió analizar los componentes de la actitud hacia la vejez en
niños y adolescentes marabinos antes y después de la administración de un programa educativo
para promover actitudes positivas hacia dicha etapa, con la finalidad de comparar los
componentes cognitivo, afectivo y conductual de dicha actitud y de esa manera, determinar el
efecto de la administración del programa diseñado para fomentar actitudes positivas hacia la
senectud en niños y adolescentes de la ciudad de Maracaibo.
Inicialmente, la actitud y sus componentes se evidenciaron en la categoría neutra, sin dirección
positiva, ni negativa. El componente cognitivo, lo que se cree, acerca de las características
cognoscitivas, tales como pensamientos, memoria, se ubicó en la categoría ligeramente positiva,
mientras que las características físicas y socioemocionales en la categoría neutra. El componente
afectivo, relacionado con las emociones, hacia las características fisiológicas y cognitivas de la
vejez, se situó en el nivel neutro, en tanto que las características socioemocionales en la categoría
ligeramente positiva. En cuanto al componente conductual, referido a la tendencia a la acción,
respecto a las características físicas, se situó en la categoría neutra y las características cognitivas
y socioemocionales en ligeramente positiva.
En función de estos resultados, en los cuales prevalecen niveles neutros y enfatizando el
carácter aprendido de las actitudes en los diferentes contextos: familia, escuela y diversos medios
de comunicación, se diseñó e implementó un programa, dirigido a promover las actitudes
positivas de estos niños, niñas y adolescentes hacia la vejez, de 16 horas de duración, conformado
con información teórica y actividades prácticas.
Culminada la administración del programa de intervención, se aplicó nuevamente el
instrumento de recolección de datos, evidenciándose que la actitud hacia la vejez y los
componentes cognitivo y conductual se ubicaron en la categoría ligeramente positiva y la afectiva
en muy positiva.
En cuanto al componente cognitivo, las características físicas, cognitivas y socioemocionales,
se ubicaron en la categoría ligeramente positiva, al igual que en el componente afectivo en las
características físicas, mientras que en las características cognitivas y socioemocional se sitúa en
muy positiva. El componente conductual, en las características físicas, se sitúa en ligeramente
positivo y las características cognitivas y socioemocionales, se ubican en muy positivo.
Al comparar la actitud, sus componentes cognitivo, afectivo y conductual y en cada uno, las
características físicas, cognitivas y socioemocionales, se revela que todos se elevaron,
incrementándose de manera significativa. En esto radica la gran relevancia de la utilización del
mencionado programa.
Esta conclusión resulta de importancia, debido a que, producto de la estrecha vinculación entre
los componentes de la actitud, se favorece el comportamiento de reconocimiento de los adultos
mayores como personas de gran valor, quienes han desarrollado sus habilidades y destrezas
individuales y sociales, demostrando sabiduría; pudiendo desempeñarse como guías y consejeros
de personas de menor edad, entre ellos los integrantes de su grupo familiar. Además, la expresión
de afecto hacia los adultos mayores, abuelos, bisabuelos, tíos y padrinos de los padres.
Asimismo, se desarrolla el aprecio de la vejez como una etapa con características específicas,
no necesariamente asociada con enfermedades incapacitantes y generadoras de dependencia,
aclarando que también existen personas, adultos mayores con enfermedades, a quienes hay que
atender con cuidado y amor.
Se procura afianzar la actitud favorable en niños, niñas y adolescentes, en las instituciones
educativas, mediante actividades como la búsqueda de información sobre personas de la tercera
edad que están aportando a la sociedad contemporánea, en diversas áreas: científico, religioso,
político, artístico (comunidad internacional), la cual puede ser expuesto y compartido en
Instagram, WhatsApp, Facebook y otras aplicaciones tan manejadas por este grupo etario.
Además, en el centro educativo donde se llevó el presente estudio, ubicar personas en la
comunidad marabina, que disfruten de una vejez activa; revisar caricaturas, chistes, imágenes
donde se presente una visión negativa de la vejez y contrarrestar con lo abordado en el programa
de intervención administrado. Al mismo tiempo, dichos alumnos que lleven o presenten un adulto
mayor, con quien mantengan una relación afectiva, exponiendo sus cualidades personales y
aportes a la comunidad.
Se sugiere continuar efectuando investigaciones sobre la actitud hacia la vejez, en la región
zuliana, otros estados de Venezuela y personas de diferentes zonas geográficas, abordando
diversos grupos de niños niñas y adolescentes, en intervenciones psicoeducativas, a fin de
incrementar la dirección positiva de la actitud. También pudieran realizarse indagaciones
comparativas con participantes de distintos estratos socioeconómicos, así como estudios bajo el
enfoque cualitativo, con la finalidad de abordar la actitud hacia la vejez, desde diferentes
perspectivas.
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