Universidad del Zulia - Facultad de Humanidades y Educación
Encuentro Educacional
ISSN 1315-4079 ~ Depósito legal pp 199402ZU41
Vol. 27 (2) julio - diciembre 2020: 175-177
La investigación y la calidad de la educación universitaria
Editorial
La calidad de la educación universitaria tiene una creciente relevancia, producto de los
mayores desafíos que plantea el desarrollo sostenible y de la competitividad de las instituciones
educativas en un mercado global y digital. Se trata de un tema ampliamente tratado a escala
nacional e internacional, prioritario a la hora de diseñar planes de desarrollo y políticas públicas
en cualquier país; de lineamientos por parte de organizaciones como la Unión Europea (UE), el
Mercado Común del Sur (MERCOSUR), la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (UNESCO), entre otras. Abordar la problemática de la calidad de la educación incluso
más allá del ámbito universitario, resulta pertinente en un mundo inmerso en la revolución del
conocimiento, característica del siglo XXI, y también en crisis.
A lo interno de las instituciones de educación universitaria (IEU), el tema de la calidad no ha
sido abordado de forma igualitaria por ser un concepto relativo y multidimensional; además, estas
instituciones han de ser diversas per se (públicas, privadas, humanísticas, pedagógicas,
tecnológicas, etcétera), esta consideración no contradice los esfuerzos que algunos países, como
los europeos, realizan para la armonización de los sistemas de educación universitaria.
En cualquier caso, Estados e IEU realizan esfuerzos notables por alcanzar altos estándares de
calidad, porque, según expresa Orlando Albornoz (2011:9) en el Prólogo de la obra de
Humberto Ruiz y Beatriz López (Comp.) Universidad y Calidad: Experiencias y Proyectos, si
existe algún elemento común en la educación superior contemporánea es la obsesión por la
calidad académica”. Tendencia que atribuye Jeisson Martin (2018) en su artículo Calidad
educativa en la educación superior colombiana: una aproximación teórica, a la globalización
y a la posibilidad de movilidad de estudiantes e investigadores.
Así, pueden referirse, el establecimiento de sistemas de aseguramiento de calidad de la
educación, como ocurre en la UE y otros países, como Rusia o Turquía, con el Proceso de
Bolonia o Plan Bolonia, que condujo a la creación del Espacio Europeo de Educación Superior
(EEES), para impulsar las adaptaciones curriculares, tecnológicas y reformas financieras; la
creación por parte del MERCOSUR, de un Sistema Integrado de Movilidad Académica (SIM-
MERCOSUR), destinado a ampliar los programas regionales de becas de estudio, y la Red
MERCOSUR de Investigación, para facilitar el intercambio entre las entidades científicas de los
países del bloque, cuyo propósito es intensificar la cooperación entre los socios en educación,
ciencia, tecnología e innovación, áreas esenciales para lograr que este esquema de cooperación e
integración cobre importancia en el escenario mundial.
Asimismo, la organización del Sistema Nacional de Acreditación en Colombia, como una
estrategia para el mejoramiento de la calidad de la educación superior y del sistema; y el
Programa Estímulo a la Calidad del Pregrado “Andrés Bello” (PAB) de la Universidad de Los
Andes (Venezuela), que incentivan el logro de la eficiencia y eficacia, permiten observar las
debilidades y fortalezas, mediante la aplicación de instrumentos de evaluación en áreas
fundamentales de la docencia, investigación, extensión, administración académica, y la
percepción de los estudiantes sobre la carrera. Según el Vicerrectorado Académico de esta casa
de estudios, con la información recabada, se favorece, se estimula y se corrige, de manera
continua, el desempeño de los programas académicos de pregrado.
De las actividades sustantivas que conforman el quehacer cotidiano en las IEU, es, sin lugar a
dudas, la investigación la que mejor puede contribuir con el logro de esos estándares de calidad,
componente fundamental en la modernización contemporánea de la educación universitaria.
Mucho se ha repetido que las IEU que no cumplen esta función, no son tales, para expresar que
se trata de una función elemental o, mejor, consustancial a ellas.
Pero no basta su declaración en las políticas universitarias. Es necesario, básicamente: a) una
clara y permanente política de Estado; b) estimular la actividad investigativa y la producción
académica entre los docentes de pre y postgrado, con remuneración digna y financiamiento
suficiente para sus proyectos, premios a la labor investigativa, producción de revistas científicas
de aparición periódica (trimestral, semestral), con el objetivo de publicar trabajos originales e
inéditos, etcétera; c) involucrar a los estudiantes, especialmente a los cursantes de programas de
especializaciones, maestrías, doctorados y postdoctorados, investigadores de institutos y centros
de investigación, en proyectos inscritos en programas, sublíneas y líneas, lo que ayudaría a
promover el abordaje de problemas y temáticas en forma cooperativa; y d) constatar
permanentemente la pertinencia de los estudios científicos ante los cambios que impone el
desarrollo científico y tecnológico.
Sin embargo, la conformación del sistema de investigación universitaria no está exenta de
serias dificultades; los ejemplos que se podrían presentar para ilustrar esta afirmación son
numerosos. Persiste, en no pocas instituciones de este nivel, escasa rigurosidad en el diseño,
estructura y gestión de las neas de investigación; desarticulación entre estas y los proyectos,
programas, trabajos de grado, tesis doctorales, trabajos de ascenso, institutos y centros de
investigación, programas académicos de pregrado y postgrado, programas de educación continua,
divulgación de hallazgos, etcétera. Asimismo, ausencia de criterios sobre la vigencia de las
líneas, necesarios para verificar su continuación, transformación o supresión; entre otros.
En ese sentido, la tarea pendiente para las IEU es la consolidación de su sistema de
investigación, cuyo logro tendrá incidencia e impacto en la calidad de la educación que ofrecen,
necesaria para lograr el posicionamiento, ser referencia en el mundo intelectual e instrumento
fundamental para el desarrollo social y cultural (UNESCO, 1998). Este sistema es abierto porque
requiere todo tipo de recursos, información y conocimientos; alianzas con otras instituciones
públicas o privadas, nacionales, multinacionales e internacionales, para la cooperación y el
financiamiento, que hagan posible la producción de conocimientos científicos y tecnológicos,
para responder, en primer lugar, a las necesidades de las propias organizaciones y, luego, a las
demandas de la sociedad, del sector productivo y del mercado, en función de los planes globales
y sectoriales.
Vivimos una época de cambios vertiginosos, que exigen una transformación profunda del
mundo universitario que abarque la legislación, la construcción de consensos entre actores clave
de la sociedad y el Estado, sobre temas centrales y prioritarios; verbigracia, políticas científico-
tecnológicas, educativa y, también, sobre el funcionamiento de las propias IEU, actores
fundamentales para el desarrollo, donde se revisen las cualidades y dominios del docente, sus
prácticas de enseñanza, el modelo de evaluación institucional y de evaluación del desempeño, los
recursos para el desarrollo de la innovación, la filosofía y mejora de la calidad, la evaluación de
la gestión, de la docencia y de la investigación, el modelo de financiación, la administración y la
política universitarias, el rol de estas instituciones en el proceso de desarrollo, el proceso de
internacionalización de la educación, y, el no menos importante, referido a la autonomía
financiera, administrativa y académica, entre otros temas. Para ello, debe existir un compromiso
de los actores clave y del Estado con la resolución del problema de la calidad de los servicios.
Francisco Antonio Bracho Espinel
Coordinador General de Investigación de la
Universidad Cecilio Acosta-UNICA