Universidad del Zulia - Facultad de Humanidades y Educación
Encuentro Educacional
ISSN 1315-4079 ~ Depósito legal pp 199402ZU41
Vol. 27 (1) enero - junio 2020: 140-155
La práctica docente y el uso de las tecnologías. Una visión
desde la pedagogía crítica
María Urbano1 y Thais Hernández2
1Departamento de Formación y Ciencias Básicas, Universidad Simón Bolívar.
La Guaira-Venezuela
2Doctorado en Ciencias de la Educación. Universidad Latinoamericana y del Caribe.
Caracas-Venezuela
murbano@usb.ve; thaishernandez1303@gmail.com
Resumen
La educación es la base de la formación de los individuos y a partir de esta se genera la
adquisición de conocimientos, habilidades, creencias y valores para el desarrollo esencial de lo
tecnológico, económico y político dentro las sociedades; por lo que es necesario su mejora
continua dentro de las aulas de clases con el uso de las Tecnologías de Información y
Comunicación, con la intención de dejar atrás las viejas concepciones de la enseñanza y enfilar
hacia métodos y estrategias más eficientes y atractivas para lograr el aprendizaje efectivo de los
contenidos. El objetivo fue analizar la práctica docente y el uso de las tecnologías desde la
perspectiva de la pedagogía crítica y la teoría del conectivismo en el ámbito de la educación
básica. Se realizó una investigación cualitativa, de tipo analítico-interpretativo, y un análisis
según ideas de Paulo Freire (2006), pionero de la pedagogía crítica; y George Siemens (2005),
precursor del conectivismo. Los hallazgos permitieron evidenciar que los educadores no suelen
usar las herramientas tecnológicas como apoyo en el aula ni tampoco establecen redes
dinámicas de comunicación que permitan reflexionar sobre la práctica docente; sin embargo, la
teoría revisada permit conceptualizar algunos elementos para unir la tecnología y educación
desde una visión integradora y participativa en un contexto de formación específico, para
formar sujetos actualizados y críticos tanto en lo educativo y social, como en lo tecnológico.
Palabras clave: Práctica docente; pedagogía crítica, conectivismo; tecnologías de la
información y comunicación.
Abstract
Teaching practice and the use of technologies. A view from critical pedagogy
Education is the basis of the formation of individuals and from this the acquisition of
knowledge, skills, beliefs and values is generated for the essential development of the
technological, economic and political within societies; Therefore, its continuous improvement
is necessary within the classrooms with the use of Information and Communication
Technologies, with the intention of leaving behind the old conceptions of teaching and heading
towards more efficient and attractive methods and strategies to achieve the effective learning
of the contents. The objective was to analyze teaching practice and the use of technologies from
the perspective of critical pedagogy and the theory of connectivism in the field of basic
education. A qualitative, analytical-interpretive research was carried out, as well as an analysis
according to the ideas of Paulo Freire (2006), a pioneer of critical pedagogy; and George
Siemens (2005), precursor of connectivism. The findings made it possible to show that
educators do not usually use technological tools as support in the classroom, nor do they
establish dynamic communication networks that allow reflection on teaching practice;
However, the revised theory allowed the conceptualization of some elements to unite
technology and education from an integrative and participatory vision in a specific training
context, to train up-to-date and critical subjects both in education and society, as well as in
technology.
Keywords: Teaching practice; critical pedagogy, connectivism; information and
communication technologies.
Introducción
La educación es la base de la formación de los individuos, pues a partir de esta se genera la
adquisición de conocimientos, habilidades, creencias y valores para el desarrollo esencial de lo
tecnológico, económico y político dentro las sociedades. Es un proceso de transformación
continuo y progresivo, donde el docente es el responsable de la formación integral de sus
estudiantes.
El educador, además, debe apoyarse de las herramientas comunicacionales necesarias para
optimizar su práctica pedagógica, ya que la tecnología constituye uno de los ejes trascendentales
del desarrollo de nuevas acciones en el ámbito académico. Además, hoy por hoy es necesario
formar ciudadanos capacitados para encarar los constantes retos y cambios que la tecnología
ofrece; por lo que es imprescindible reflexionar sobre cómo llevar a cabo la práctica docente
para desarrollar una conciencia crítica y lograr una verdadera transformación de la realidad, a
través de las relaciones subjetivas e intersubjetivas, tomando en cuenta el contexto humano; es
decir, lograr una transformación en la cual se reconozca el proceso dialógico y dialéctico de la
enseñanza usando la tecnología.
Asimismo, la tecnología de la comunicación, combinada con la tecnología informática al
servicio del incremento de la calidad de vida del ser humano, da lugar a nuevos conceptos y
términos innovadores como el de Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) que
permiten la optimización de dicho proceso dialógico.
Para una aproximación a la práctica docente desde la pedagogía crítica, se toma como punto
de partida el enfoque cualitativo, construido desde múltiples perspectivas, tal como lo señala
Márquez (2004), desde la postura epistemológica tripartita de los que escriben, los que hablan
y quien investiga. Las conversaciones informales que aportan los datos para esta investigación
provienen la observación de interacciones educativas entre los sujetos de la U.E.N. Bernardina
Bustos, ubicada en La Vega, Caracas-Venezuela. Así, se plantea analizar la práctica desde la
visión del profesor, a partir de una visión fenomenológica desde la pedagogía ctica.
Se realizó una revisión de significados, experiencias académicas y vivencias cotidianas
dentro del contexto estudiado, para comprender e interpretar la realidad social, considerar los
rasgos cualitativos de la acción docente, llevar a cabo la interacción con otros actores y
establecer una aproximación a un marco referencial que permita reflexionar entorno a las
prácticas profesionales.
Este razonamiento está orientada a la transformación educativa como el camino idóneo para
la producción de conocimiento a través de la autorreflexión; con base en datos de investigación
cualitativa, de carácter social y multifocal, que permite afrontar los fenómenos desde unas
perspectivas de múltiples proposiciones teóricas: la reflexividad, las vivencias y los discursos
cotidianos sirven para dar apertura al análisis de la acción formativa desde un punto de vista
integral.
En este sentido, se consideró conveniente acercarse al problema desde la siguiente
interrogante: ¿Cómo realizar una transformación educativa de la práctica docente tomando en
consideración los aportes epistemológicos actuales y el desarrollo tecnológico? La respuesta a
esta pregunta constituye la columna vertebral de este análisis, cuyo objetivo fue analizar la
práctica docente y el uso de las tecnologías desde la perspectiva de la pedagogía crítica y la
teoría de conectivismo en el ámbito de la educación básica, para lograr una educación crítica,
reflexiva y de calidad.
Fundamentación teórica
La práctica docente
Este término se ha analizado desde múltiples perspectivas y proposiciones teóricas. Es una
definición con un sentido amplio, pero de forma simplificada se puede decir que es la acción
social que realiza el educador en el aula de clases.
En su tiempo, Simón Rodríguez estableció como principio y fundamento de la acción
educadora lo siguiente: instruir no es educar, ni la instrucción puede ser un equivalente de la
educación, aunque instruyendo se eduque en prueba de que con acumular conocimientos,
extraños al arte de vivir, nada se ha hecho para formar la conducta social (Rodríguez, 2016:
329); esto quiere decir que no se debe confundir el dar instrucciones e información con la labor
de educar. Al ser un visionario de la educación, señalaba que el docente debía orientar su
práctica hacia una formación de criterios y el desarrollo de la conciencia de un ciudadano útil,
un hombre integral. Con la instrucción se enseña, pero en pequeña escala.
Para Luis Beltrán Prieto Figueroa (citado por Varelis, 2009), la educación está destinada a
la formación integral del hombre, con énfasis en el desarrollo humanístico, acorde con un
contexto social específico. Su proyecto educativo estaba dirigido a la formación de hombres
libres con herramientas para desarrollarse económica y socialmente dentro de su entorno.
En Pedagogía de la autonomía, Freire (2006) convoca a pensar acerca de lo que los maestros
deben saber, y lo que deben hacer en el proceso de enseñanza y el aprendizaje, sobre todo
cuando el énfasis está puesto en educar para lograr la igualdad, la transformación y la inclusión
de todos los individuos en la sociedad. Desde esta óptica, se proyecta una práctica docente hacia
la liberación de las personas abriendo el camino para el mejoramiento de la humanidad.
Dentro de esta perspectiva, Giroux (1999) describe la pedagogía como el resultado de la
reflexión de la acción educativa, que asume al proceso en el cual tanto profesores como
estudiantes negocian produciendo significados; de esta forma se posesionan de las maniobras
discursivas y de las relaciones de poder y de conocimiento.
Desde el punto de vista estructural, Fierro, Fortoul y Rosas (1999) afirman que se debe
entender la práctica docente como una praxis social, objetiva e intencional, en la que intervienen
los significados, las percepciones y las acciones de los agentes implicados en el proceso; es
decir, maestros, alumnos, autoridades educativas y padres de familia, así como los aspectos
políticos-institucionales, administrativos y normativos, que según el proyecto educativo de cada
país, delimitan la función del profesor.
En cuanto al uso de las TIC, quien represente la figura de la orientación en el proceso de
enseñanza y aprendizaje, juega un rol preponderante en cuanto a su propia adaptación y la de
los demás, a las demandas del entorno y, entre ellas, la exigencia de ajustarse a las nuevas
tecnologías, debe ser él quien esté al tanto de todos los cambios para poder exigir e incentivar
a otros a actualizarse en su aplicación; por ello, se enfatiza la utilidad de las plataformas
virtuales en el desarrollo educativo.
Es necesario hacer referencia a este tipo de plataforma y su manejo en el aula de clases, pues
su inclusión en la educación supone la formación de un individuo capaz de ajustar la adquisición
de sus propios saberes, proceso que requiere de la innovación por parte de los educadores a la
hora de impartir conocimientos, ya que debe utilizar instrumentos convencionales y no
convencionales para estimular al educando en la adquisición de un aprendizaje significativo
que le permita enfrentar los retos actuales.
El gerente educativo tiene que estar informado y orientado para incorporar las plataformas
virtuales en el marco del uso de las TIC, lo cual requiere de un profesional del área educativa
capaz, proactivo, dinámico, estratega, creativo e innovador, que asegure que su desempeño
suministre y facilite los resultados planificados en pro de cumplir con la misión y visión que se
ha determinado en el marco legal de lo que debe garantizar el Estado venezolano.
Teoría del conectivismo
El conectivismo es una teoría de aprendizaje que juega un rol preponderante dentro del
ámbito educativo; responde a procesos propios de un mundo en el cual la tecnología
proporciona fácilmente la multiplicación de fuentes de información y del mismo modo, el
acceso a ellas, genera la interconexión entre las personas.
Siemens (2005) señala que estas conexiones tienen una máxima relevancia que el estado
actual de noción que pueda presentar el individuo, siendo éste el trascendental punto de partida,
ya que se pone de manifiesto que las nociones personales se estructuran en una red que facilita
la innovación; estas interacciones le permiten actualizarse a través de las conexiones que se van
conformando en la misma medida que se genera el proceso de aprendizaje.
Por tanto, se hace necesario capacitar a los educandos para que pasen de ser consumidores
del conocimiento a productores del mismo. De esta manera, si las nociones que se requieren no
son conocidas, se debe desarrollar la destreza de conectarse con fuentes que corresponden a lo
que se requiere, por lo que al desplegar las competencias tecnológicas en el manejo y
apropiación de las TIC o de las plataformas virtuales, se garantiza el desarrollo individual y
colectivo en términos de colaboración y cooperación entre el alumnado en sí, y de ellos con los
profesores.
“Los que hablan” sobre la práctica y formación docente
Son las voces de los informantes que constantemente generan opiniones y juicios acerca de
cómo se están desarrollando las actividades educativas y los procesos de formación dentro de
la comunidad. Estas voces no suelen ser escuchadas, debido a que sus reflexiones suelen ocurrir
en contextos de informalidad; pero son de vital importancia en el presente trabajo.
En el caso de la investigación cualitativa es necesario considerar las versiones cotidianas de
los actores sociales como fuentes de saberes para la construcción de un ámbito de estudio. En
relación con este ambiente, se debe dar el sentido a los significados que ellos atribuyen a los
eventos, porque es desde la cotidianidad el lugar adecuado para construir realidades a través de
la subjetividad del actor social y el investigador.
La investigación cualitativa permite suspender las creencias preestablecidas para
comprender y complejizar el objeto de estudio desde las voces de los actores sociales y
contrastarlas con las teorías existentes. El sentido de la acción se va conociendo en una relación
dinámica; la intersubjetividad dialógica del investigador e informantes crea un devenir entre los
momentos del proceso investigativo, generando deconstrucciones y reconstrucciones del
diseño.
Velasco (2017) afirma que la práctica docente representa un reto intelectual de gran
magnitud y una responsabilidad humana y social de gran trascendencia para la formación de las
generaciones futuras, con una visión de desarrollo de país más equilibrado.
De este modo, se está en presencia de un proceso de transformación hacia la acción y
formación docente, quienes actualmente exigen un cambio que inicie en el consenso del
colectivo, que vayan en correspondencia a las políticas y orientaciones educativas emanadas
por el Estado y por consiguiente con los proyectos educativos. Se pretende renovar la práctica
educativa con la participación de los sujetos que intervienen en ella.
Visión reflexiva del investigador sobre la práctica docente
En los párrafos anteriores nos apoyamos en una estructura flexible y dialógica para
reflexionar e interpretar la práctica y la formación docente desde sus vivencias y
transformaciones a través del tiempo; en otras palabras, la mirada hacia adentro, hacia el mundo
vivido, hacia el diálogo intersubjetivo de los actores sociales de la U.E.N. Bernardina Bustos y
su contexto social.
Compartimos la propuesta de Márquez (2004), de realizar la reflexión desde una orientación
subjetiva e intersubjetiva del mundo vivido, de los informantes en los espacios locales. El
diálogo para problematizar la realidad; separado o vista por otra parte, la sociedad como un
sistema de funciones subdividida en subsistemas, vinculados a las estructuras que los
interconecta.
Metodología
La investigación realizada fue cualitativa, caracterizada por la intervención o estudio sobre
la práctica local, llevada a cabo a través de procesos de autorreflexión, que generen cambios y
transformaciones de los protagonistas, a nivel social y educativo. Según Hernández, Fernández
y Baptista (2014:358) se enfoca en:
comprender los fenómenos, explorándolos desde la perspectiva de los participantes
en un ambiente natural y en relación con su contexto el propósito es examinar la
forma en que los individuos perciben y experimentan los fenómenos que los rodean,
profundizando en sus puntos de vista, interpretaciones y significados.
El trabajo desarrollado fue de tipo analítico-interpretativo en el cual se pretende encontrar
las pautas de relación interna en un evento para llegar a un conocimiento más profundo de
este, que la mera descripciónpara desentrañar lo que está más allá de lo evidente(Hurtado,
2012:133). Para comprender cómo se desarrollan los intercambios socioeducativos en
educación básica, se partió de la observación de las interacciones ocurridas en la U.E.N.
Bernardina Bustos y su contexto social.
Además, se realizó una revisión documental para analizar desde el punto de vista de la
pedagogía crítica cómo se pueden mejorar los procesos educativos si se optimizaran los
procesos de interacción y comunicación entre todos los miembros de la comunidad educativa;
una aproximación desde el conectivismo llevó a reflexionar acerca de cómo se entienden las
conexiones y las relaciones interpersonales entre los miembros de la comunidad escolar.
Las técnicas de recolección de datos fueron la observación no participante y las
entrevistas no estructuradas con seis (06) docentes, dos (02) miembros del personal directivo,
seis (06) estudiantes y seis (06) representantes. Los datos se sistematizaron para evaluar cómo
es la direccionalidad de la información entre los miembros de la comunidad y como se crean
redes de comunicación.
El estudio, se centra en conocer y analizar las vivencias y experiencias vinculadas a la
práctica docente y la integración de las TIC, desde el ámbito de la cotidianidad escolar. En otras
palabras, se resalta la relevancia de la interpretación de los participantes en las interacciones
escolares, de tal modo que todos (directivos, docentes, estudiantes y representantes) son actores
protagónicos el ámbito de la cotidianidad escolar, por lo que la descripción de esas vivencias y
experiencias, sean contentivas de los significados presentes y sus puntos de vista.
De aquí, se percibe el peso de las cnicas narrativas de investigación social, para producir
discursos individuales y colectivos. El trabajo se sustenta, entonces, en la narración de los
hechos para evaluarlos procesos de construcción de los textos sobre la discursiva de los
participantes, que han de emerger de las entrevistas, como una de las técnicas propia de la
metodología cualitativa.
En cuanto a la aproximación desde la pedagogía crítica, se debe considerar que el contexto
estudiado es un mundo de la vida cotidiana que los sujetos viven en una actitud natural (Schutz,
2008), de modo que se exige que el investigador no se involucre con los valores, creencias,
saberes e ideologías de los informantes, ni permita que sus vivencias interfieran para no restar
fidelidad, pertinencia y credibilidad al proceso desarrollado.
Resultados y discusión
El análisis se construyó a partir de la observación de las interacciones educativas de los
miembros de la comunidad escolar para lograr procesos pedagógicos exitosos; permitiendo
incursionar en la práctica pedagógica de los educadores con el propósito de conocer desde
mismo y otros agentes, la transformación que ha sufrido la práctica pedagógica actual.
Luego de un proceso de observación de las interacciones entre directivos, docentes, alumnos
y miembros de la comunidad, se hizo evidente que las TIC no están integradas en los procesos
pedagógicos ni didácticos de la institución. Se pudo corroborar que no se aprovechan al máximo
las tecnologías disponibles, sino que gran parte de los docentes siguen haciendo prácticas
tradicionales con pizarra y cuaderno, sin incentivar la implementación de herramientas que para
el alumno son muy familiares, como el empleo del celular inteligente o computador personal
para obtener información.
La interacción mediante la tecnología no fue fluida, pues a pesar de que los estudiantes
cuentan con dispositivos como las computadoras Canaima u otro tipo de medio con conexión a
internet, no hacen uso de ellas con fines formativos (sino recreativos o como fuente de
información), sino estas son vistas de dos formas bien delimitadas entre sí: 1) como un
impedimento para el aprendizaje porque imposibilitan la concentración en temas educativos o
2) como un mero depósito de información donde investigar, pero que no se vincula directamente
con el aprendizaje efectivo.
Aunque los seis docentes observados, impulsaron a sus estudiantes a investigar sobre
determinados temas en internet y en libros de texto, no aplican medios elementales como la
escritura digital, el correo electrónico, o las prácticas de ejercicios interactivos, lo cual dificulta
la implementación de otra clase de herramientas de utilidad específicamente educativa, como
las aulas virtuales. Esto hace que, a larga, tanto educadores como representantes y estudiantes
se sientan intimidados ante la tecnología y el uso imperante de las TIC.
Parra y Galindo (2016:81) expresan que:
desde la experiencia personal se evidencia que para un buen porcentaje de
maestros, no es importante actualizarse para dinamizar su quehacer pedagógico,
realizando año tras año de la misma forma las clases e incluso manejando las
mismas herramientas de evaluación, perdiendo el sentido la labor docente y
convirtiéndose en mero cumplimiento y firma de un contrato para reclamar un
salario al final del mes.
Lo señalado por estos autores se manifiesta en la institución bajo estudio; sin embargo, hay
que tener en cuenta que es una época en la cual el concepto de educación y saber se invierten,
pues los alumnos suelen conocer y dominar estas tecnologías, con absoluta suficiencia
mientras que muchos docentes miran para otro lado, con miedo al cambio” (Riveros, 2015:75)
y esta es una de las grandes dificultades a sortear en la práctica de una educación liberadora y
verdaderamente efectiva y afectiva.
El educador debe asumir entonces la tecnología como una aliada en su labor; una que se
preocupa por las prácticas de la enseñanza e incluye el análisis de la teoría de la comunicación
y de los nuevos desarrollos tecnológicos. Beltrán y Pérez (2003) sostienen que el uso de TIC
conlleva cambios que alcanzan todos los ámbitos de la humanidad; cuyos efectos se
manifiestan en las actividades laborales de casi cualquier tipo y muy especialmente en el
entorno educativo.
En cuanto a la interacción docente-representante, docente-docente y docente-personal
directivo, se pudo constatar que la comunicación suele ser personal o mediante aplicaciones de
mensajería grupal y correo electrónico. Estas interacciones suelen ser un poco más fluidas que
las que ocurren entre el docente y el estudiante, la cual a veces se torna en unidireccional, del
primero hacia el segundo. En el cuadro 1 se resumen los resultados de las observaciones.
Cuadro 1. Resultados de los tipos de interacciones comunicativas
Actores
Comunicación fluida
Uso de tecnología
Direccionalidad
docente-estudiante
Si
No
Unidireccional
docente-docente
Si
Si
Bidireccional
docente-personal directivo
Si
Si
Bidireccional
docente-representante
Si
No
Unidireccional
Fuente: Elaboración propia (2020)
Esto impulsó a realizar una revisión documental que permitiera dar cuenta de cómo mejorar
estos procesos desde la pedagogía crítica y el uso de TIC. En este sentido, se debe plantear un
proceso dinámico de reflexión entre todos los miembros de la comunidad escolar; ya que, los
educadores y la institución trabajan como un frente unido antagónico, y esto no debería ser así.
En este espacio existe una interrelación entre los que escriben, los que hablan y la
reflexividad. Según Gimeno (1998:56) las funciones sociales de la escuela son vitales para el
desarrollo de la sociedad y propone una transformación desde el currículo, teniendo en cuenta
la perspectiva académica, técnica, práctica y una reflexión de la práctica para una
reconstrucción social. Desde esta circunstancia, se vuelve a afirmar la lectura y análisis de las
prácticas pedagógicas no desde una sola dimensión, sino desde un manejo del saber disciplinar
o académico y un saber práctico, ético y reflexivo que lleve el aprendizaje a su máxima
expresión en todos los ámbitos: tanto educativo (en el aula y en la escuela) como en lo
comunitario (fuera de la escuela, en la cotidianidad).
Tomando en cuenta las ideas de Gimeno (1998), el Estado Docente promueve la aplicación
de herramientas como las Canaimitas y estimula el empleo de las TIC como medidas para
mejorar el currículo disponible; sin embargo, no siempre es posible usar estos recursos y los
educadores observados no suelen incluir actividades en línea ni instruyen a sus estudiantes para
que lo hagan. Es necesaria una constante revisión de las prácticas docentes y una permanente
actualización para que las comunidades educativas no se queden atrás en cuanto al uso de la
tecnología; Solórzano y García (2016:100) apoyan esta visión del hecho educativo al afirmar
que las comunidades de aprendizaje pueden incrementar su eficacia si aprovechan la
posibilidad que el espacio electrónico ofrece para generar nuevos escenarios educativos y
canales de intercambio y participación entre los diferentes implicados”.
En cuanto a cómo se percibe el trabajo del educador, los alumnos no parecen estar
conformes con el contenido que reciben, que se torna aburrido o desactualizado, y, en todo
caso, desvinculado de su realidad. Esta realidad no solo se evidencia en el contexto observado,
sino que ya se había diagnosticado en la Consulta Nacional por la Calidad Educativa
(Ministerio de Poder Popular para la Educación, MPPE, 2014), realizada en toda la geografía
nacional. En los resultados de dicha consulta se muestra la inconformidad que tienen los
estudiantes y distintos sectores de la vida nacional con el desempeño de los profesores, puesto
que, se considera que los maestros “carecen de habilidades y destrezas pedagógicas” (MPPE,
2014:28).
En cuanto a la formación, los datos recogidos en la Consulta Nacional reflejan que: el 53%
de los consultados privilegian la formación docente como el elemento clave para mejorar la
calidad educativa(MPPE, 2014:26) y se precisa que:
Familias y Consejos Educativos les preocupa la actitud pasiva e indiferente de un
grupo de docentes ante los problemas del quehacer educativo, los problemas de los
estudiantes, sus familias y entorno y aseguran que debe fomentarse una formación
para el servicio. Que sólo puede ser maestro quien tenga la vocación (MPPE,
2014:31).
Todo esto revela la ausencia de la práctica y la formación docente como un proceso de
transformación social desde una visión individual y colectiva, pues no se evidencia la
percepción e interpretación de la realidad, donde se involucre el contexto histórico-social desde
sin tomar en consideración la relevancia subjetiva. Se interrelaciona la reflexividad de la
práctica y el docente en formación desde su mundo de vida para un conocimiento de la
complejidad del quehacer educativo, para generar cambios a partir del discurso y de las voces
de aquellos que están inmersos en la dinámica de la cotidianidad.
Además de los señalamientos en la Consulta Nacional, cabe resaltar el papel que ahora juega
la tecnología en la enseñanza y el aprendizaje. La tecnología educativa se preocupa por las
prácticas formativas e incluye el análisis de la teoría de la comunicación y de los nuevos
desarrollos tecnológicos.
En los últimos años, la práctica docente en Venezuela se ha orientado hacia la promoción de
espacios humanistas y de reflexión, pero aún hay una fuerte tendencia a estancarse en la
educación bancaria, aquella que deposita información, pero no genera la interacción necesaria;
esta situación produce una ruptura entre la enseñanza de conceptos frente a la enseñanza de la
transformación y no se fomenta una interacción equitativa; sigue manteniendo una educación
unidireccional donde el saber solo proviene del educador, quien deposita información en el
educando.
Esta realidad es una conducta difícil de erradicar, porque la clase de intercambio educativo
que se documenta, ya había sido reseñada por Carreño (2012), cuyo trabajo se enfoca en el área
de valores y complejidad, planteando que en el contexto de la Educación Bolivariana, donde
del ser y hacer del docente depende el proceso de formación integral de los estudiantes, quienes
adquirirán una educación para la ciudadanía social practicando los valores morales y sociales y
aprendiendo a vivir en comunidad; sin embargo la autora hace referencia a que “algunos
educadores suelen limitarse a proporcionar conocimientos e instrucciones, sin dedicarse a
formarles como personas(Carreño, 2012:1).
La práctica docente distanciada de la realidad socio-histórica genera una educación
descontextualizada, en la que ninguno de los actores (docentes, estudiantes, representantes y
directivos), se siente parte de los procesos formativos, ni percibe que la educación es un proceso
que no solo constituye un intercambio de valores e información conceptual, sino también un
intercambio reflexivo de paradigmas. Serrano (2013), reafirma la relevancia de este
intercambio, pues los modelos pedagógicos que debaten sobre el papel de la educación y de sus
formas de enseñar y aprender en un escenario de cambios socio-históricos profundos. Trata de
las transformaciones de la práctica docente en su quehacer cotidiano. Aunque todo está dicho
en papel, tales reflexiones no se ponen en ejecución o se desestiman. Es necesario poner en
evidencia la importancia de la revisión constante de estas prácticas pedagógicas para el
mejoramiento del proceso educativo.
Es fundamental que haya una interacción y una comunicación fluida entre los miembros de
la comunidad, con ayuda de la mayor cantidad de herramientas posibles. Así, la tecnología
desvela un medio vital para poder ser utilizadas apropiadamente como recursos para enseñar,
estudiar, motivar, facilitar la comprensión, incorporar nuevos saberes y habilidades, de una
manera mucho más satisfactoria, estimulando las múltiples inteligencias de los alumnos
(Riveros, 2015:75). Sin embargo, observamos que los educadores no utilizan estos recursos que
tienen a su disposición para mejorar los procesos educativos y pedagógicos y en ocasiones
tampoco ayudan a crear redes óptimas para la transmisión de información, tanto relacionada
con la práctica docente, como la que tiene que ver con la convivencia propia del entorno escolar.
La postura anterior, obviamente, dificulta además el camino hacia la formación de los
profesores para usar las TIC en pro de mejorar su acción laboral. Esto redunda negativamente
en la creación de redes de interacción y de información aprovechables para todos, lo cual es
grave, pues ya en 1995 se afirmaba que urgía el uso de TIC en el ámbito académico para elevar
la calidad educativa y el aprendizaje (Litwin, 1995).
En la actualidad, la educación, ha tenido que abandonar el aula como único espacio de
aprendizaje; en la nueva era de la información y la comunicación, identificada por la abundante
tecnología que cubre todas las actividades del hombre, los educadores deben incursionar y
aprehender estas nuevas herramientas para hacer de su actividad pedagógica una praxis más
dinámica y actualizada.
A partir de los datos expuestos, se puede develar la importancia de la relación entre la
práctica y la formación docente, tomando en consideración el cómo se llevará a cabo ese
proceso de caracterización de un profesor preparado, dinámico y capaz, donde cada uno de los
ejes de formación se involucre de forma espontánea y se valore la toma decisiones desde lo
colectivo.
Comprender esta interrelación no se hace desde la nada. Es necesario asumir una postura
que permita identificar los distintos componentes que hacen interacción en el intercambio
docente para la formación de ciudadanos críticos. De este modo, la pedagogía crítica erige como
un excelente punto de partida para comprender la interacción entre las representaciones
simbólicas, la vida cotidiana y las relaciones materialistas de poder.
El planteamiento de la práctica docente en esta forma de racionalidad educativa debe incluir
una interacción dialéctica entre el conocimiento, el poder y la ideología. Las fuentes de esa
ausencia ponen al descubierto los pilares ideológicos conservadores del paradigma educativo
positivista. En otras palabras, la manera en que los educadores ven el conocimiento se apoya
en una serie de supuestos que ponen de manifiesto sus puntales ideológicos bajo el paradigma
positivista, donde el conocimiento es objetivo, limitado, es independiente al tiempo y al lugar,
lo cual no favorece la reflexión y el discernimiento.
Se trata de orientar la práctica docente tomando en consideración los postulados de la
pedagogía crítica para la transformación de las aulas de clases, para desarrollar en nuestros
estudiantes un pensamiento crítico y reflexivo de su realidad y del contexto histórico-social de
su comunidad.
Consideraciones finales
La investigación cualitativa y analítico-interpretativa realizada dio aportes significativos al
analizar las prácticas e interacciones docentes y el uso de las TIC desde la perspectiva de la
pedagogía crítica y la teoría de conectivismo en el ámbito de la educación básica; con la
finalidad de optimizar los procesos de interacción y comunicación entre todos los miembros de
la comunidad escolar desde la pedagogía crítica; y de las conexiones y relaciones
interpersonales entre ellos, para formar estudiantes críticos y de libre pensamiento, con la
convicción de que los docentes preparados integralmente pueden educar a jóvenes conscientes
de sí mismos y la sociedad que les rodea.
Se precisó que las TIC no están integradas en los procesos pedagógicos ni didácticos y
tampoco se aprovechan al máximo las tecnologías disponibles, sino que gran parte de los
educadores prefieren prácticas tradicionales dentro del aula, lo que hace que la interacción no
sea fluida. Se confirma que para algunos de ellos no es importante actualizarse, aunque el
Estado Docente promueve la aplicación de herramientas como las computadoras Canaimitas y
estimula el uso de las TIC; sin embargo, no siempre es posible usar estos dispositivos. En esta
situación, los estudiantes no parecen estar conformes con el contenido que reciben, que se torna
aburrido o desactualizado.
La práctica docente en Venezuela se ha orientado hacia la reflexión y la auto-evaluación
como método para formar ciudadanos críticos, pero aún prevalecela educación bancaria. Lo
idóneo sería que los educadores se hagan partícipes de las realidades de la comunidad es la que
sus estudiantes se desarrollan, para lograr un desarrollo óptimo de la transmisión de
conocimientos.
Diversos autores han analizado la influencia de la acción docente como práctica dialéctica
en la que se ponen en juego no solo saberes académicos, sino maneras de interpretar el mundo
circundante. Dentro del contexto estudiado se evidenció que los docentes no toman en cuenta
estas ideas y transmiten los saberes sin vincular la educación en el aula a otras prácticas sociales
que llevan a cabo en la vida comunitaria; tampoco hacen uso de las herramientas tecnológicas
que están a su alcance para crear redes de comunicación efectivas.
La tecnología debe verse como aliada y una herramienta beneficiosa, no como un obstáculo
a vencer por educadores y educandos; los docentes poco actualizados e interesados no poseen
las herramientas para llevar a cabo una praxis pedagógica adaptada a las necesidades del nuevo
ciudadano, libre, crítico y autosuficiente para adaptarse a las exigencias de la sociedad actual.
Estos formadores se verán superados por la tecnología y por aquellos que sí logren adaptarse y
se abran de manera colaborativa, pero crítica ante las nuevas formas de comunicar y de enseñar.
Es necesario plantear un proceso dinámico de reflexión entre todos los miembros de la
comunidad escolar; ya que la práctica docente distanciada de la realidad socio-histórica, genera
una educación descontextualizada; es imprescindible la revisión constante de estas acciones
pedagógicas para el mejoramiento del proceso educativo, ya que las circunstancias actuales
exigen nuevos enfoques para educar y nuevos modelos que permitan transmitir información,
valores y modelos de pensamiento que estimulen la reflexión en la enseñanza y el aprendizaje.
Aún no se han llevado a cabo grandes cambios en las aulas y se torna difícil la inclusión de
las TIC como forma de lograr aprendizajes significativos, pero es necesario tener en cuenta que
son precisamente estas herramientas las que pueden contribuir al logro de un acceso universal
a la educación, en un entorno verdaderamente autónomo y liberador, en el que haya una praxis
calidad, con docentes formados en lo pedagógico y en lo administrativo para hacer del sistema
educativo más eficiente y eficaz en la resolución de toda clase de situaciones.
Para la incorporación de las TIC en el desarrollo y consolidación de interacciones estables y
saludables es indispensable una renovación integral de las prácticas educativas, estilos de
educar y de hacer pedagogía en el ámbito de una sociedad que se torna cada vez más exigente
en todos los espacios de interacción posibles; deben estar a la vanguardia. Con este trabajo, se
pretende llamar la atención sobre este hecho e impulsar el interés hacia la inclusión de nuevas
herramientas en la práctica docente y mejorar la forma de dar clases.
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