Universidad del Zulia - Facultad de Humanidades y Educación
Encuentro Educacional
ISSN 1315-4079 ~ Depósito legal pp 199402ZU41
Vol. 25 (1) enero - junio 2018: 91-105
El voleibol como práctica deportiva para el reforzamiento
de los valores en instituciones educativas
José Bernardo Petit López1 y Giannantonio Raspa2
1Universidad de la Guajira. Riohacha-Colombia;
2Universidad Dr. Rafael Belloso Chacín. Maracaibo-Venezuela.
josepetit84@hotmail.com; graspagerencia@gmail.com
Resumen
El voleibol como disciplina deportiva tiene sus orígenes como juego de entretenimiento,
concebido inicialmente como un tipo de tenis para ser jugado en conjunto, convirtiéndose
rápidamente en un deporte muy popular en su país de origen, Estados Unidos, gracias al impulso
por parte de la Asociación Cristiana de Jóvenes YMCA, por sus siglas en inglés, llevándose una
demostración del mismo en los Juegos Olímpicos de 1924; no siendo hasta los juegos olímpicos
de 1964 que comenzaron a formar parte de las especialidades olímpicas, convirtiéndose de esta
forma en una práctica deportiva a nivel global. Por ello, es relevante conocer de qué forma esta
disciplina como práctica deportiva puede ser empleada para la promoción de valores en las
instituciones educativas. En tal sentido, la investigación tuvo como objetivo analizar la
promoción de los valores éticos por parte del entrenador de voleibol en instituciones de básica
secundaria. Se sustentó en los aportes de Orts (2005), Lemus (2011), Cortina (2001) y Visintini
(2015), entre otros. La investigación fue descriptiva, no experimental, transeccional y de campo.
Con una población de tres directivos y ciento veintisiete docentes. Se aplicó un cuestionario
validado y con una confiablidad de r=0,84. Los datos se analizaron utilizando la estadística
descriptiva. Los resultados mostraron que la promoción de los valores éticos no se incluye como
estrategia dentro de la práctica del voleibol.
Palabras clave: Voleibol; práctica deportiva; valores éticos; educación básica.
Volleyball as a sports practice for the reinforcement of values in educational institutions
Abstract
Volleyball, as a sports discipline, has its origins as an entertainment game initially conceived as a
type of tennis to be played together, quickly becoming a very popular sport in its home country of
the United States, thanks to the drive by the Christian Association Youth YMCA, for its acronym
in English, taking a demonstration of it at the 1924 Olympics, not until the 1964 Olympics did
they become part of the Olympic specialties, thus becoming a sports practice at the global. For
this reason, it is relevant to know how this discipline as a sports practice can be used to promote
values in educational institutions. For this reason, it is relevant to know how this discipline as a
sports practice can be used to promote values in educational institutions. In this sense, the
objective of the research was to analyze the promotion of ethical values by the volleyball coach
in Secondary Education Institutions. It was based on the contributions of Orts (2005), Lemus
(2011), Cortina (2001) and Visintini (2015), among others. The research was descriptive, not
experimental, transectional and field. With a population of three managers and one hundred and
twenty-seven teachers. A validated questionnaire with a reliability of r = 0.84 was applied. The
data was analyzed using descriptive statistics. The results showed that the promotion of ethical
values is not included as a strategy within the practice of volleyball.
Keywords: Volleyball, sports practice, ethical values, basic education.
Introducción
El deporte tiene su origen en el juego, el cual promueve distracción desde el inicio de la vida,
pero el deporte supera el juego al traspasar la línea divisoria entre diversión y dedicación. De esta
forma conceptualiza el deporte Orts (2005:17), quien agrega que puede ser considerado como
una magnificación del juego, expresada por la constante repetición de los ejercicios, a fin de
conseguir la perfección física, técnica y táctica del jugador.
Esto significa que, si la práctica del juego es natural, el deporte se produce una vez que han
sido analizadas las variables que pueden proporcionar un mejor rendimiento del jugador en la
ejecución de un determinado juego, siendo su responsabilidad mayor que la del practicante del
juego. En ese sentido, Orts (2005:17), define el deporte como la actividad física, individual o
colectiva, practicada en forma competitiva.
Ahora bien, dentro de las instituciones educativas, existen diferentes manifestaciones
deportivas, entendidas éstas de acuerdo a Orts, (2005:17), como aquellas que abarcan todo tipo
de actividad física que se desarrolla dentro y fuera de las referidas instituciones, cuyo
desarrollo, al margen de las clases de educación física y como complemento de estas, tienen un
carácter voluntario.
Bajo la referida definición, en la presente investigación, se consideró como una de esas
manifestaciones deportivas el voleibol, el cual es entendido según De Lellis (1997), citado por
Leónidas (2008), como un deporte que requiere de niveles altísimos de técnica e inteligencia
táctica para resolver diferentes situaciones de juego.
Por ende, es decididamente importante para un jugador de voleibol estar en condiciones de
realizar movimientos explosivos e intensos por un largo período de tiempo (2 o 3 horas). En este
deporte se alternan acciones de poco tiempo de duración, pero de altísima intensidad seguidos de
períodos de pausa y por ende de baja intensidad (Leónidas 2008).
Se requiere de una preparación física adecuada, destinada a desarrollar las aptitudes físicas y
las posibilidades funcionales de los sistemas y órganos de los jugadores, que crean condiciones
favorables que permiten dominar los hábitos del juego, permitiendo realizar una actividad
competitiva y eficaz, donde el fortalecimiento de órganos y sistemas debe estar al servicio de la
técnica. Por tal motivo, se debe incidir en la calidad del trabajo en vez de la cantidad (Cometti,
2002).
Estas aptitudes físicas parten del entrenamiento primordialmente dirigido al desarrollo de las
cualidades motoras de fuerza, rapidez, resistencia y flexibilidad, así como del fortalecimiento de
los órganos y sistemas y al perfeccionamiento de sus funciones (Lemus, 2011). Según las
concepciones planteadas por los autores citados, se puede referir que la formación física previa
del atleta, no es más que el desarrollo de las diferentes capacidades motrices necesarias para la
actividad deportiva seleccionada; por lo tanto, no debe establecerse un proceso previo sin haber
antes observado el desarrollo de las diferentes capacidades motoras, orientando al deportista
hacia un entrenamiento físico general y especifico.
Como puede observarse, es imprescindible para poder desarrollar de forma eficiente la
práctica del voleibol como actividad deportiva el entrenamiento y la preparación física general y
especial. La primera, esta orientada al desarrollo pleno de las capacidades en una forma integral y
con una dirección determinada, como lo son el desarrollo de la fuerza de la musculatura de las
extremidades superiores, velocidad de desplazamientos, resistencia aeróbica, entre otras. La
segunda está dirigida a desarrollar capacidades específicas que proporcionan la base del
rendimiento deportivo, requiriendo la suma de la fuerza explosiva y la rapidez de traslación, que
le permita al deportista recorrer una distancia determinada en el menor tiempo posible
(Hernández, 2015).
Si bien es cierto, que todos los elementos de entrenamiento considerados para la práctica del
voleibol son necesarios e indispensables para el logro de un alto rendimiento físico del deportista,
es igualmente imprescindible que vaya acompañado o forme parte de una formación integral del
individuo, promoviéndose a través del mismo la vivencia de valores y abordándose todas las
dimensiones de la persona. Por lo tanto, deporte y educación deben estar unidos cuando las
actividades deportivas van dirigidas a niños y jóvenes escolares.
El deporte debe contribuir a la educación integral de los individuos, permitiendo equilibrar
de mejor forma los aprendizajes técnicos y los aprendizajes sociales, representando al mismo
tiempo un instrumento indispensable para abrir la educación al entorno local, promoviendo la
movilidad y las relaciones entre las personas (Orts, 2005:8). Cabe resaltar que, en la etapa
educativa, que es la principal etapa de formación de los jóvenes, el deporte puede contribuir al
desarrollo armónico de su personalidad formando un ser integro en valores y con un desarrollo
equilibrado de sus condiciones físicas.
Es así como, la promoción para la vivencia de valores como acción complementaria de la
práctica deportiva responde al modelo educativo de deporte escolar, entendido este como aquel
que abarca todo tipo de actividad física que se desarrolla en el periodo educativo del deportista
dentro y fuera del centro educativo. Cuyo desarrollo al margen de las clases de educación física y
como complemento de estas tiene un carácter voluntario (Orts, 2005).
Es importante continuar formando a los deportistas en valores también durante las prácticas y
entrenamientos que se suceden fuera del ámbito escolar, garantizando de esta forma un proceso
humanizador que conlleve al deportista a la adquisición de destrezas, hábitos de trabajo en
equipo, un desarrollo emocional sano y la adquisición de valores entre los cuales debe destacar su
comportamiento ético.
Cabe destacar la labor del entrenador como garante de dicho proceso, quien debe incluir en
sus sesiones de entrenamiento estrategias tendientes a lograr además del desarrollo físico y de las
capacidades para la práctica del voleibol, estrategias orientadas al fortalecimiento de los valores,
los cuales de acuerdo a Carrera (2001), pueden ser fomentados, descubiertos e incorporados por
el ser humano.
Por tal motivo, la promoción de valores debe pasar a ser un trabajo sistemático a través de las
actuaciones prácticas de los entrenadores deportivos, promoviendo aquellos valores que deben
ser la base de una adecuada convivencia. Al respecto, Cortina (2001), indica que la importancia
de los valores radica en que la razón de ser del hombre es el valor moral, el cual influye en la
personalidad del individuo dentro de su comportamiento en la sociedad.
Contreras (2004), refiere que el valor se convierte en un elemento motivador de las acciones
del comportamiento humano, lo que define su carácter fundamental. Desde la perspectiva
pedagógica, Day (2006) concreta la definición de valores con aspectos como: la honestidad,
confianza, solidaridad, justicia, tolerancia, respeto, responsabilidad, cooperación, entre otros; los
cuales son elementos no observables en la práctica por algunos docentes y deportistas.
Para efectos de la investigación, se consideró analizar de qué manera el entrenador de voleibol
promociona los valores éticos en el desarrollo de sus prácticas deportivas. Es así que, se
estableció como objetivo general de la investigación, analizar la promoción de los valores éticos
por parte del entrenador de voleibol en sus prácticas deportivas con los atletas en edades
escolares en instituciones de básica secundaria de Riohacha, departamento de la Guajira,
Colombia.
Fundamentación teórica
Existen una serie de valores requeridos para que los estudiantes vivencien y puedan
desenvolverse como ciudadanos responsables dentro de la sociedad; en tal sentido, para efectos
de la investigación, se consideraron como valores la honestidad, solidaridad, responsabilidad y
cooperación, los cuales pueden ser promovidos y aplicados desde la práctica de cualquier
deporte y pueden ser traspolados a la vida cotidiana.
Para tal efecto, se asumió en primer rmino la definición de Contreras (2004), quien expresa
que los valores éticos son estructuras del pensamiento que se mantienen y preconfiguran en el
cerebro de una persona a la supervivencia como especie humana. Al respecto, Cortina (2001)
agrega que medios adecuados para conseguir una finalidad, donde la calidad de un individuo se
mide por estos valores; es decir por la capacidad de hacer el bien, estos son para vivirlos, para
actuar bajo dictados; para abrir caminos con ellos, son siempre una meta y un ideal. El valor
ético, acepta el nivel de culpa propia y ajena, el individuo siente tanto por sus propias acciones
como por las ajenas, de las cuales se siente responsable.
De tal manera que, el comportamiento ético no es un problema de normas del hombre que
realiza o destruye a través de las obras, sino por la formación moral. Una conducta será
éticamente positiva cuando el hombre encamina su vida conforme a las costumbres sociales y
normas jurídicas vigentes; por lo tanto, debería conducirse de acuerdo al bien y evitar el mal. Sin
embargo, la ética estudia que es la moral, como se justifica racionalmente un sistema moral, y
como se ha de aplicar posteriormente a los distintos ámbitos de la vida personal y social. En todo
caso, la vida cotidiana constituye una reflexión sobre el hecho moral, busca las razones que
justifican la utilización de un sistema moral u otro.
En síntesis, la ética requiere de la reflexión, de la argumentación, cuando se emplea se está
valorando a la persona, situaciones, cosas u acciones que le permite ir haciendo los juicios
morales en el cual el ser humano perfecciona su vida hacia sus propios reconocimientos, sociales,
morales, perfilándose hacia el logro apropiado de sus creencias y virtudes.
Basado en los planteamientos anteriores, se consideraron como valores éticos la honestidad, la
cual es aquella acción humana donde el individuo determina elegir actuar siempre con base en la
verdad, en autenticidad justa; ser una persona honesta es ser real, acorde con la evidencia que
presenta el mundo con sus diversos fenómenos y elementos; es ser genuino, autentico, objetivo,
expresa respeto y siembra confianza en mismo y por los demás con quienes está en contacto
(Tovar, 2001).
Otro valor ético fue la solidaridad, considerado como aquel sentimiento que motiva a los seres
humanos a prestar ayuda mutua; dispone el ánimo para actuar siempre con sentido de comunidad,
un individuo solidario sabe muy bien que su paso por el mundo constituye una experiencia y que
por lo tanto las necesidades, dificultades y sufrimientos de los demás no le pueden ser ajenos.
(Contreras, 2004).
Asimismo, se incluyó el análisis de la responsabilidad como valor ético a ser promovido por el
entrenador deportivo de voleibol, concebida en el lenguaje común para indicar la condición de
aquel que debe rendir cuentas, desde el punto de vista humano, moral o jurídico, por hechos,
actividades o eventos de los que el individuo es autor o por parte en causa y, por ende, asumir
las consecuencias (Visintini, 2015:13). Es decir, es la capacidad que tiene un individuo de
conocer y aceptar las consecuencias de sus actos libres, conscientes.
Por último, la cooperación es la capacidad de colaborar con otros o trabajar en equipo para
lograr el bien común; en consecuencia, cooperar lleva al individuo mucho más allá de mismo,
de sus intereses, preocupaciones, en busca del bienestar de los seres humanos (Sánchez, 2005).
Es un elemento esencial que varía de persona a persona; de modo que, la contribución de cada
una al alcance del objeto común es variable y depende del resultado de la satisfacción a la
insatisfacción percibida imaginariamente por ella. Los individuos cooperan desde que su esfuerzo
proporciona satisfacción.
Metodología
Epistemológicamente, esta investigación se basó en el positivismo, donde la información y
datos obtenidos en forma numérica, y analizados estadísticamente, son narrados por el
investigador de forma coherente apoyándose en la descripción y argumentación de manera que el
discurso sea entendido por la comunidad lectora (Guanipa, 2010)
En cuanto al método utilizado para el análisis de los datos obtenidos y los resultados derivados
de las operaciones de campo fue de carácter inductivo, teniendo en cuenta el aporte de Gasparotto
(2000), quien indica que el investigador debe proceder a reconocer el tipo de estudio según el
nivel de conocimiento científico que se desea alcanzar a partir del cual se operacionalizan y se
concretan los objetivos de la investigación.
Consecuentemente, de acuerdo al nivel de conocimiento generado en el presente trabajo, fue
de tipo descriptivo. Hernández, Fernández y Baptista (2014), refieren que los estudios
descriptivos buscan especificar las propiedades importantes de individuos, grupos, comunidades
o cualquier otro fenómeno que se somete a otro análisis. Es decir, son aquellas que se orientan a
recolectar información relacionadas con el estado real de las personas, objetos, situaciones o
fenómenos, tal cual como se presentaron en el momento de su recolección.
El diseño de la investigación se asum no experimental, transeccional y de campo. La
investigación fue no experimental, por cuanto en ningún momento se manipularon las variables,
solo se describieron los hechos reales para luego analizarlos. Al mismo tiempo fue transeccional
debido a que su propósito fue describir las variables y analizar su incidencia e interrelación,
recopilando los datos en un momento único, pudiendo abarcar varios grupos de individuos,
objetos y situaciones. Por último, fue de campo porque los datos fueron recogidos directamente
en la realidad o lugar donde ocurrieron los hechos (Hernández, Fernández y Baptista, 2014).
Con relación a la población, considerada como una cantidad determinada, especifica. accesible
y concreta de unidades de análisis que comparten ciertas características y proceden a conformar
un grupo adscrito al fenómeno que se integra (Tamayo, 2004), estuvo constituida por directivos y
docentes de tres instituciones educativas de básica secundaria de Riohacha, departamento de la
Guajira, Colombia, quienes fueron los encargados de aportar la información necesaria para el
estudio, tal y como puede observarse en el cuadro 1.
Cuadro 1. Distribución de la población
Planteles
Directivos
Docentes
Institución A
01
70
Institución B
01
31
Institución C
01
26
TOTAL
03
127
Fuente: Elaboración propia (2018)
Dado que la población se considera finita y accesible, no es necesario aplicar un muestreo,
sino que se trabajó con la técnica del censo, es decir, con toda la población. En este sentido,
Tamayo (2004), señala que las investigaciones con poblaciones reducidas son consideradas de
carácter finito, pues están conformadas por un número determinado de elementos integrantes de
la realidad.
Para la recolección de los datos se seleccionó como técnica la observación mediante encuesta.
Dentro de esta cnica, el instrumento utilizado fue un cuestionario tipo escala con un nivel de
medición ordinal, con preguntas orientadas al cotejo de opiniones y juicios de los sujetos que
conformaron la población, sobre creencias, actitudes y valores (Hernández, Fernández y Baptista,
2014), y con cuatro alternativas de respuesta (siempre, casi siempre, casi nunca y nunca). El
mismo, fue sometido a procesos de validez de expertos para comprobar su eficacia.
Seguidamente, se determinó la confiabilidad del instrumento a través de la aplicación de una
prueba piloto a diez sujetos seleccionados con características similares a las de la población
objeto de estudio, utilizando el coeficiente de confiabilidad Alfa de Cronbach, el cual expresa el
grado en que un instrumento produce resultados consistentes y coherentes (Chávez, 2007).
Sustituyendo los valores luego de la aplicacn de la prueba piloto, el resultado obtenido con la
aplicación del coeficiente de Alfa Cronbach fue de 0,84, el cual de acuerdo al baremo estimado
para su categorización (cuadro 2), coincide con muy alta confiabilidad y apto para su
aplicación.
Cuadro 2. Escala para la interpretación de la confiabilidad
Rango
Categorización
0,01 a 0,20
Muy Baja
0,21 a 0,40
Baja
0,41 a 0,60
Moderada
0,61 a 0,80
Alta
0,81 a 1,00
Muy Alta
Fuente: Chávez (2007)
En cuanto al análisis de los resultados y para el procesamiento de la información, se utilila
estadística descriptiva con distribución de frecuencias porcentuales, y como medidas de tendencia
central se consideraron las medias aritméticas. De igual forma, para la interpretación de las
medias se diseñó un baremo para tal fin, el cual se muestra en el cuadro 3.
Cuadro 3. Baremo de interpretación de medias
Rango
Categorías
3,25 < X ≤ 4,00
Alta
2,50 < X ≤ 3,25
Medianamente Alta
1,75 < X ≤ 2,50
Medianamente Baja
1,00 ≤ X ≤ 1,75
Baja
Fuente: Elaboración propia (2018)
Resultados y discusión
Se proced a tabular los resultados obtenidos de la aplicación del instrumento diseñado; luego
se interpretaron, tomando en consideración los conceptos teóricos pertinentes que sustentan el
presente trabajo y que dan respuesta al objetivo de la investigación, orientado a analizar los
valores éticos promovidos por el docente entrenador en las instituciones de básica secundaria de
Riohacha, departamento de la Guajira, Colombia.
Tabla 1. Valores éticos promovidos
Fuente: Elaboración propia (2018)
En la tabla 1 pueden observarse los resultados obtenidos con respecto a la promoción de los
valores éticos. En cuanto al indicador honestidad, se evidenció que la mayoría de los docentes
de las instituciones abordadas, representados por el 40,20%, manifestaron que nunca durante el
desarrollo de las prácticas deportivas realizan actividades donde promocionen la honestidad en
los deportistas, nunca demuestran sus emociones al establecer procesos valorativos al interactuar
con ellos; el 28,10% mencionaron casi nunca lo hacen. Sin embargo, un 31,20% casi siempre y el
0,50% se inclinó a siempre.
Por su parte, la mayoría de los directivos encuestados, representados por el 55,50%
concordaron con lo planteado por los docentes, los cuales manifestaron que nunca promueven la
honestidad; un 29,80% expresaron casi nunca; mientras que 9,10% siempre y el 5,60% casi
siempre. Con base a estos resultados, se nota la existencia de una cierta coincidencia entre las
opiniones emitidas por ambas poblaciones encuestadas.
Indicador
Alternativas (%)
Casi Nunca
Medias
Dir
Doc
Dir
Doc
Dir
Doc
Dir
Doc
Dir
Doc
Honestidad
9,10
0,50
5,60
31,20
29,80
28,10
55,50
40,20
2,01
2,35
Solidaridad
3,20
0,00
36,50
27,50
17,80
42,00
42,50
30,50
2,05
2,10
Responsabilidad
12,60
25,90
29,20
3,40
40,00
34,60
18,20
36,10
1,99
2,50
Cooperación
0,00
29,40
4,90
4,20
30,90
36,70
64,20
29,70
2,13
1,70
Promedio
6,20
13,95
19,00
16,60
29.60
35,40
45,10
34,10
2,05
2,16
Media Aritmética
Directivos = 2,05 Docentes = 2,16
Interpretación del
baremo
Directivos: Medianamente Baja Docentes: Medianamente Baja
Con respecto al valor de la media para el indicador honestidad, esta se ubicó dentro de la
categoría medianamente baja según el baremo de interpretación, con un valor de 2,01 para los
directivos y 2,35 para los docentes. Estos resultados difieren de lo planteado por Tovar (2001),
quien plantea que la honestidad es aquella acción humana donde el individuo determina elegir
actuar siempre con base en la verdad; ser honesto es ser real, genuino, autentico, objetivo,
expresa respeto por mismo y por los demás.
Seguidamente, los resultados para el indicador solidaridad, muestran que 42,00% de los
docentes encuestados, representando la mayoría de la población, mencionaron que casi nunca
promueven mecanismos de solidaridad entre los atletas al momento de los entrenamientos y casi
nunca promueve interacciones a fin de mantener relaciones de solidaridad; seguidos del el
30,50% que expresaron nunca hacerlo; mientras que el 27,50% refirió casi siempre y nadie
(0,00%) siempre. Estos resultados coincidieron con los obtenidos por parte de los directivos,
representados por el 42,50%, quienes manifestaron que nunca el docente promueve la
solidaridad; mientras que 17,8% expresó casi nunca; un 36,50% casi siempre y 3,20% siempre.
Al comparar los resultados de ambas poblaciones, se nota una marcada concordancia entre las
opiniones emitidas, obteniéndose un valor de media aritmética para ambas poblaciones,
directivos y docentes, de 2,05 y 2,10 respectivamente, ubicándose dentro de la categoría
medianamente baja; lo que se contrapone a lo referido por Contreras (2004), quien expresa que la
solidaridad motiva a los seres humanos a prestar ayuda mutua; dispone el ánimo para actuar
siempre con sentido de comunidad y las necesidades, dificultades y sufrimientos de los demás no
le pueden ser ajenos.
De acuerdo con el indicador responsabilidad, se observó que el 36,10% de los docentes
encuestados opinaron que nunca promueven en los atletas valores para producir cambios en sus
conductas y nunca generan un clima de responsabilidad de sus actos, en apoyo, un 34,60%
expresaron casi nunca, mientras que un 3,40% manifestó casi siempre y 25,90% siempre. Por su
parte, la mayoría de los directivos, representados por el 40,00%, manifestaron que lo referido por
los docentes casi nunca ocurre, el 18,20% expresaron nunca, 12,60% siempre y 29,20% casi
siempre.
El valor de la media para el indicador, se mantuvo dentro de la misma categoría del baremo
para su interpretación que el indicador anterior, cuyo valor fue de 1,99 para los directivos y 2,50
para los docentes. Resultados que difieren de lo planteado por Visintini (2015), quien sostiene que
la responsabilidad es la condición de aquel que debe rendir cuentas, desde el punto de vista
humano, moral o jurídico, por hechos de los que el individuo es autor y, por ende, debe asumir
las consecuencias.
En cuanto al indicador cooperación, la mayoría de los docentes encuestados, representados
por el 36,70%, manifestaron que casi nunca generan un clima de cooperación para la realización
de las actividades y casi nunca fomenta la cooperación para la realización de los trabajos; en
concordancia con estos, un 29,70% expresaron nunca. Sin embargo, un, 4,20% indicó casi
siempre y 29,40% siempre.
Por su parte, los directivos encuestados, representados por el 64,20%, manifestaron que los
docentes nunca promueven la cooperación; mientras que 30,90% expresaron casi nunca; el 4,90%
casi siempre y la alternativa siempre no obtuvo respuesta. En base a estos resultados, se nota
concordancia en las opiniones por ambas poblaciones. Con respecto al valor de las medias, esta
fue de 2,13 para los directivos y 1,70 para los docentes, valores que se ubican en la categoría
medianamente baja.
Los resultados observados, difieren de lo que plantea Sánchez (2005), al expresar que la
cooperación es la capacidad de colaborar con otros o trabajar en equipo para lograr el bien
común. En efecto, cooperar lleva al individuo mucho más allá de mismo, de sus intereses,
preocupaciones, en busca del bienestar de los seres humanos.
Por último, en cuanto al cierre de la dimensión que responde al objetivo identificar los valores
éticos promovidos por el docente entrenador, se pudo evidenciar que la mayoría de los docentes,
representado el 35,40% se inclinaron a la opción casi nunca; seguido por el 34,10% quienes
escogieron la alternativa nunca; por su parte, 16,60% dijeron casi siempre y 13,95% siempre.
En el caso de los directivos, los resultados fueron similares; es decir, sus respuestas apuntan a un
resultado negativo, debido a que el 45,10% de las respuestas se agrupó en la opción nunca; 29,60%
en la opción casi nunca; 6,20% siempre y 19,00% casi siempre. Cabe destacar de igual forma que el
baremo para la interpretación de las medias se ubicó en la categoría medianamente baja, cuyo
valor promedio fue de 2,16 para los docentes y 2,05 para los directivos.
Con los resultados obtenidos puede expresarse que el docente entrenador no promueve en los
atletas los valores éticos, debido a que lo observado se contrapone a lo establecido por Cortina
(2001), quien expresa que estos valores orientan la forma de comportamiento y de actuar de un
individuo, convirtiéndose en medios para conseguir una finalidad, permiten medir su calidad y
su capacidad para hacer el bien.
Una conducta será éticamente positiva cuando el hombre encamina su vida conforme a las
costumbres sociales y normas jurídicas vigentes, por lo tanto debería conducirse de acuerdo al
bien y evitar el mal. Sin embargo, la ética estudia qué es la moral, cómo se justifica
racionalmente un sistema moral, y cómo se ha de aplicar posteriormente a los distintos ámbitos
de la vida personal y social. En todo caso, la vida cotidiana constituye una reflexión sobre el
hecho moral, busca las razones que justifican la utilización de un sistema moral u otro.
En síntesis, la ética requiere de la reflexión, de la argumentación; cuando se emplea se está
valorando a la persona, situaciones, cosas y acciones que le permite ir haciendo juicios honestos,
en el cual el ser humano perfecciona su vida hacia sus propios reconocimientos sociales y
morales, perfilándose hacia el logro apropiado de sus creencias y virtudes.
Conclusiones
Una vez analizados los resultados, se concluye que existe una similitud en las opiniones de los
directivos y docentes en cuanto a que la promoción de los valores éticos por parte del entrenador
de voleibol en sus prácticas deportivas, con los atletas en edades escolares en instituciones de
básica secundaria de Riohacha, departamento de la Guajira, Colombia; se evidenció en un nivel
medianamente bajo; siendo la responsabilidad, el valor mayormente desfavorecido en su
promoción. Por lo que es necesario reforzar de manera particular este valor, ya que un individuo
al ser responsable es capaz no sólo de tomar diferentes decisiones de forma sensata, sino que es
capaz de asumir las consecuencias de dichas decisiones y de responder por las mismas.
En virtud de lo referido, se precisa aprovechar el ámbito deportivo como medio para el
aprendizaje y promoción de los valores éticos, considerando al deporte como creador de
oportunidades para la mejora, tanto en el ámbito físico y técnico, como en el personal, logrando
que el deportista pueda transferir este aprendizaje a los otros ámbitos de su vida.
De igual manera ha podido evidenciarse que el sólo hecho de que los estudiantes participen en
la práctica del voleibol como disciplina deportiva, no implica que se generen de forma
inconsciente los valores, sino que es necesario que el docente entrenador establezca las
estrategias adecuadas que faciliten o promuevan su desarrollo.
Por consiguiente, se hace necesario que conjuntamente con la práctica del voleibol, el docente
diseñe e implemente estrategias orientadas a la promoción de los valores, no como generalmente
se acostumbra, que es abordarlos únicamente cuando suscita una situación o hecho que así lo
amerite, sino que su promoción forme parte de la planificación de la práctica deportiva; es decir,
que sean considerados en la planificación de forma sistemática.
En función de lo planteado, se recomienda que desde la dirección de las instituciones
educativas consideradas se emanen directrices para que los docentes entrenadores deban
necesariamente incluir en sus planificaciones, estrategias tendientes a la promoción y la vivencia
de valores, siendo conveniente crear y aplicar programas de capacitación al docente para que éste
pueda enriquecer la actividad deportiva y convertirla en un escenario para el aprendizaje de
conductas y hábitos basados en valores.
Además, se recomienda aprovechar la dinámica del juego de voleibol para desarrollar en las
deportistas habilidades de relaciones sociales que se orienten a la incorporación de valores en su
comportamiento, con lo cual se favorecerá igualmente la convivencia dentro del equipo,
potenciando igualmente el diálogo como forma de resolver los conflictos, lo que se revertirá en la
vivencia de la honestidad, solidaridad, responsabilidad y la cooperación.
Referencias bibliográficas
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