Universidad del Zulia - Facultad de Humanidades y Educación
Encuentro Educacional
ISSN 1315-4079 ~ Depósito legal pp 199402ZU41
Vol. 24 (1,2,3) enero diciembre 2017 Edición Especial: 173-191
Violencia estudiantil en las instituciones educativas.
Caso: Liceo Aurelio Beroes
Arelis Arteaga de Martín; Jacqueline Guillén de Romero y Adriana
Martín de Montero
Centro de Investigación en Trabajo Social. Escuela de Trabajo Social. Facultad de Ciencias
Jurídicas y Políticas. Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela.
arelisart@yahoo.com, jacquelgr@cantv.net, avma15@hotmail.com
Resumen
La violencia en las sociedades actuales no resulta una tarea fácil, es una acción donde predomina
el maltrato, presión, manipulación u otra acción que atenta contra la integridad física, psicológica
y moral de cualquier persona. Esta se ha convertido en un problema social dentro de los planteles
escolares. El objetivo del trabajo fue comprender la violencia estudiantil desde la perspectiva de
docentes y estudiantes del liceo Aurelio Beroes. La metodología fue de tipo cualitativa, método
biográfico en su versión relato de vida. La población era de 1320 entre estudiantes y docentes. La
muestra, seleccionada según criterios de relevancia para alcanzar el objetivo, estuvo constituida
por 2 estudiantes (uno con perfil violento y otro no violento) y 3 docentes. Las técnicas e
instrumentos utilizados para la recolección de datos fueron la entrevista en profundidad,
observación participante, el diario de campo y la grabadora. Para el análisis y procesamiento de
los datos se efectuó la categorización y teorización de las entrevistas. Los resultados obtenidos
arrojaron que la violencia estudiantil deviene de la familia y del entorno social, consumo de
drogas, porte de armas y ausencia de los docentes en el aula de clases. Se concluyó que la
violencia estudiantil se manifiesta dentro y fuera del plantel, mediante agresión física y verbal a
docentes, alumnos y comunidad, así como daños a bienes materiales, infraestructura y
mobiliario. Se propone la creación de la cátedra en valores y escuela para familia, talleres de
comportamiento ciudadano y promoción del deporte, artes culturales y elaboración de proyectos.
Palabras clave: Violencia estudiantil, integridad física, quehacer cotidiano, familia.
Student violence in educational institutions. Study Case: Liceo Aurelio Beroes
Abstract
Violence in today's societies is not an easy task, it is an action where abuse, pressure,
manipulation or another action that threatens the physical, psychological and moral integrity of
any person prevails. This has become a social problem within school campuses. The objective of
the work was to understand student violence from the perspective of teachers and students of the
Aurelio Beroes high school. The methodology was qualitative, biographical method in its life
story version. The population was 1320 between students and teachers. The sample, selected
according to criteria of relevance to achieve the objective, consisted of 2 students (one with a
violent profile and the other non-violent) and 3 teachers. The techniques and instruments used for
data collection were the in-depth interview, participant observation, the field diary and the
recorder. For the analysis and processing of the data, the interviews were categorized and
theorized. The results obtained showed that student violence comes from the family and the
social environment, drug use, carrying weapons and the absence of teachers in the classroom. It
was concluded that student violence manifests itself inside and outside the campus, through
physical and verbal aggression against teachers, students and the community, as well as damage
to material goods, infrastructure and furniture. The creation of the chair in values and a school for
the family, workshops on citizen behavior and the promotion of sport, cultural arts and the
elaboration of projects are proposed.
Key words: School bullying, physical integrity, everyday life, family.
Introducción
Abordar el problema de la violencia en el contexto de las sociedades actuales no resulta una
tarea fácil, en primer lugar, porque abarca diferentes manifestaciones que se reflejan en todas las
esferas del quehacer cotidiano y muchas veces pasan desapercibidas debido a la dinámica propia
que las caracteriza.
Las Naciones Unidas, a través de sus agencias especializadas en educación infanto-
adolescente, tales como: Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (UNESCO), Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización
Mundial de la Salud (OMS), han hecho reiterados llamados de atención con relación al tema de la
violencia en las instituciones educativas, a fin de proponer respuestas contundentes a los
conflictos que se están generando. Así, la UNESCO (2008), ha realizado una propuesta orientada
hacia la promoción de una educación para la no violencia; esta organización internacional no solo
insiste en negar los sentimientos de cólera o de conflicto, sino que busca canalizar la energía
subyacente hacia el objetivo de elaborar estrategias de eficacia y respuestas con los otros,
excluyendo las actitudes de pasividad.
La violencia en las instituciones educativas es un problema mundial, donde se ve afectado en
igual proporción los países desarrollados como en vías de desarrollo. Cada nación, ha recurrido a
diferentes medios para prevenir desde el aula este flagelo, pero quienes han estudiado la
problemática reconocen que existen diversos factores que fungen como detonantes de esta
situación, ligados a modelos complejos de diferentes índoles como el de la familia, la
socialización, el contexto educativo, entre otros. Esta problemática se visualiza en Latinoamérica
a partir de los años ochenta, debido al alto índice de crímenes violentos que aumentan en los
países con muy bajas tasas de homicidios, como, por ejemplo, Costa Rica y Argentina.
Igualmente, Colombia y El Salvador para este tiempo se caracterizaban en poseer tasas altas de
criminalidad. De Roux (1997), refiere que en América Latina la violencia ha venido
incrementándose con una velocidad superior incluso a su crecimiento demográfico, asimismo,
asevera que el número de víctimas y la magnitud del problema en las escuelas han llegado a
adquirir carácter endémico en algunas ciudades.
Con base a esta situación, América Latina y particularmente en Venezuela, siempre ha surgido
la necesidad de enfocar la atención en los jóvenes, hombres y mujeres que nacen, viven y se
desenvuelven en dinámicas donde la violencia estudiantil forma parte del día a día de las
comunidades.
En la actualidad, los jóvenes están socializándose en una cotidianidad violenta, que va desde
su familia hasta su entorno social y quienes se constituyen en actores de violencia (OMS, 2002).
Esa violencia juvenil perjudica profundamente no sólo a las víctimas, sino también a sus familias,
amigos y comunidades y sus efectos se ven no sólo en los casos de muerte, enfermedad y
discapacidad, sino también en la calidad de vida. De modo, que la violencia juvenil se presenta
generalmente en comunidades con pobreza, desempleo y tráfico de drogas, de igual forma en los
contextos sociales con altos niveles de desigualdad económica.
De esta manera y desde el contexto de la problemática analizada, es interesante observarla en
el ámbito nacional, en donde esta situación puede tener su origen en el hacinamiento palpable en
los centros de enseñanza, donde la masificación del proceso educativo no permite considerar las
diferencias individualidades de cada alumno, de forma que se registran hechos violentos cuyo
escenario es el entorno educativo, en su mayoría orientados a la consecución o preservación de
ciertas cuotas de poder.
Es por ello, en el ranking de violencia en América Latina, se afirma, que ésta es una región
jaqueada por la criminalidad y la violencia, destacados en los países: Brasil, Colombia,
Venezuela, Salvador y México. Ahora bien, los datos estadísticos recopilados por la Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales, señala que desde finales de la década de los setenta al año
2001, la violencia creció en promedio de 115%.
En este mismo orden de ideas, la Corporación Latinobarometro en su informe de 2011,
identificó como los principales problemas en América Latina a la delincuencia y la seguridad, los
cuales en conjunto representan un 28% y en el rubro violencia de pandillas un 4%, destacando
sobre diez países examinados, los mismos están sobre el promedio general de la región,
Venezuela encabeza la lista con un 61%. En el caso de Venezuela, el Observatorio Venezolano
de Violencia, OVV, (2012) estimaba 21.692 fallecidos violentamente (es decir, 73 muertes por
cada 100.000 habitantes).
Así se tiene, que el problema de la violencia escolar está presente en todos los centros
educativos, y en mayor o menor medida afecta al 30% de los alumnos. Aunque las agresiones son
las más frecuentes, las amenazas e intimidaciones alcanzan el 8% de los casos y las agresiones
físicas el 5%, mientras que el acoso sexual no llega al 2% y las amenazas con armas se sitúan en
torno al 1%. Por otro lado, entre los 12 y los 14 años, el 27% sufre agresiones de forma frecuente;
el 60%, algunas veces, y el 18% se declara al margen. El patio de la escuela es el lugar donde se
produce el 48% de las agresiones y en edades más avanzadas las agresiones son fuera del colegio.
Los niños entre 4 y 9 años prefieren, como programa de televisión, dibujos animados violentos.
Igualmente, un 20% responsabiliza la violencia escolar a la actitud excesivamente permisiva y
poco involucrada de los padres, un 12% a la actitud docente; un 16% se les adjudica a los adultos
en general; otro 8% opina que los medios de comunicación social, sobre todo la televisión influye
en las actitudes antisociales y violentas al ser edades influenciables y proclives a adoptar.
En el mismo orden de ideas, la temática del fenómeno de la violencia estudiantil en las
instituciones educativas de educación media general, se manifiesta de forma ascendente en todos
los espacios de las sociedades del mundo, obligando a los diferentes entes sociales y educativos
de todos los países a tomar las medidas correctivas antes que el problema se agrave y adquiera
grandes dimensiones motivado a que la escuela es un espacio latente de situaciones vulnerables.
Ahora bien, el espacio educativo medio general se ha considerado, básicamente como contexto
de progreso y desarrollo. Lo que resulta desconcertante es manejar la idea de que la escuela sea
un área vulnerable. Así como lo expresa García y Madriaza (2005:135):
Dentro de las violencias sociales la violencia escolar es una de aquellas consideradas
más insensatas e inexplicable ¿Cómo es posible entonces que se violencia en las
escuelas? ¿Por qué un espacio que se pensaba de resguardo, termina cambiando de
signo para parecer bajo el alero de la vulnerabilidad? ¿Qué incide finalmente en la
formación de esta particular manifestación social?
Por consiguiente, la violencia estudiantil se ha venido manifestando desde aproximadamente
un largo tiempo, incidiendo significativamente en las relaciones que el individuo establezca a lo
largo de su existencia. Por tal razón, la familia, el docente, el orientador escolar y los estudiantes
deben estar atentos ante los comportamientos y acciones que generan esta conducta inadecuada
que se presenta en el área educativa media general.
En este sentido, otros autores enfocan los aspectos sociales que generan la violencia en las
instituciones educativas. Como Araos y Correa (2004:51), quienes afirman:
La escuela se presenta como un dispositivo de imposición de un arbitrario cultural
determinado por las clases dominantes, que reproduce dentro de las aulas las
desigualdades sociales a través de una violencia simbólica y que sólo reconoce como
válido al capital cultural de este arbitrio, que es legitimado y perpetuado por la
institución escolar.
En otras palabras, esta representación de la violencia se ha convertido en el detonante
fundamental como problemática en las instituciones educativas, centrado en el maltrato entre los
compañeros, lo cual se conoce como dinámicas bulling-victimización, la misma parte de acciones
descalificantes, que conllevan tanto a la violencia física como a efectos psicológicos relevantes y
de impacto al ser humano.
Por consiguiente, Moreno (2006:13) considera que el hecho de que las escuelas estén
apareciendo con frecuencia en los periódicos por los episodios de violencia parece atraer a la
atención pública, causando alta alarma social”. Asimismo, a estas situaciones de violencia ya
referidas, se añaden los incontables problemas existentes en los centros educativos y demanda
especial atención por parte de los entes gubernamentales y la propia comunidad educativa. Es así
como incide en todos los sectores de la población afectando a los jóvenes que terminan siendo los
principales victimarios y víctimas de este acontecimiento.
En tal sentido, los factores que influyen en los índices de violencia urbana De Roux (1997),
indica que son las rupturas familiares, el desempleo, la desintegración de los valores
tradicionales, las carencias afectivas, la falta de oportunidad y la marginalidad social, estos
elementos incitan a la mayoría de los jóvenes a reconstruir su identidad en las pandillas.
En efecto, para inicio de los años noventa la Comisión Presidencial para la Reforma del
Estado (COPRE, 1990:197), concluyó que “…los principios éticos y morales son la vía para
alcanzar formas superiores de expresión social”. Dicha comisión produjo un modelo de proyecto
educativo en el cual se hizo énfasis en que era preciso formar para el ejercicio de la democracia si
se deseaba fortalecer el sistema político y a ello debía encaminarse la educación brindando
nuevas formas de relacionamiento, construyendo valores sociales, consolidando experiencias y
prácticas vivenciales para ponderar y evaluar las opciones para resolver problemas.
Briceño (2008), afirma que cuando la violencia adquiere matices tan relevantes como ha sido
en Venezuela (pasamos de una tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes de 8% en 1987 a
una de 49% para 2007, según el Observatorio Venezolano de Violencia, el Centro para la Paz, el
Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores y Justicia y el Instituto Nacional de
Estadísticas), podemos buscar su explicación en las condiciones sociales y políticas, en una
profunda crisis la cual quebranta el pacto social, lo cual lleva a su quiebre y a una ruptura
importante en la convivencia ciudadana y la gobernabilidad.
De esta manera, quienes investigan el fenómeno de la violencia en Venezuela suelen
encontrarse con la dificultad de acceder a datos estadísticos, basta considerar que en cuanto al
incremento de su magnitud los resultados de distintos entes o actores son diferentes, por ejemplo,
las cifras de homicidios por habitante reportadas son las siguientes: Observatorio Venezolano de
la Violencia: 73 por cada 100 mil habitantes; Ministerio del Poder Popular de Interior y Justicia:
50 por cada 100 mil habitantes; Mesa de Unidad Democrática (MUD): 56 por cada 100 mil
habitantes; Primero Justicia: 499 por cada 100 mil habitantes.
Asimismo, el Zulia no escapa a esta problemática de la violencia estudiantil e impacta
directamente en el seno de los espacios educativos, en donde no existe en la actualidad
estadísticas oficiales sobre el número de víctimas que genera la misma en estos espacios, por lo
que se hace necesario de parte del Ministerio del Poder Popular para la Educación la creación de
dichas estadísticas.
Ha de tomarse en cuenta, que en la región zuliana, el Consejo Estatal de los Derechos del Niño
y del Adolescente (CEDNA, 2000) ha implementado, desde hace tres años, un plan estratégico
destinado a establecer correcciones pedagógicas y orientadoras, enfocadas a desarrollar en los
niños, niñas y adolescentes el fortalecimiento de los lazos familiares, esto considera que cada día
aumenta la violencia estudiantil dentro y fuera de las escuelas, y esta violencia se origina (entre
otras cosas) por la falta de atención de los menores en su seno familiar.
Cabe señalar, como uno de los problemas de violencia que más ha inquietado a la colectividad
venezolana y en particular al Estado Zulia es el enfrentamiento entre jóvenes pertenecientes a
diferentes instituciones. Esta situación, tiene su epicentro en los liceos públicos y la rivalidad se
genera sin atender algún motivo particular. En algunos casos, se han registrados incidentes con
armas de fuego u otros objetos punzo penetrantes, lo que ha obligado a los directivos de las
instituciones educativas a implementar el uso del bolso transparente entre la población
estudiantil. Por tal motivo, se ha formulado la presente investigación, con el propósito de alcanzar
la comprensión de la violencia estudiantil desde la perspectiva de docentes y estudiantes del
Liceo Aurelio Beroes.
Por tanto, con la finalidad de dar apoyo a los estudiantes de esta institución frente a esta
problemática funciona una Coordinación de Protección y Desarrollo Estudiantil (CPDE)
perteneciente al Municipio Escolar 1, Parroquia Juana de Ávila, del Municipio Autónomo
Maracaibo. Dicha CPDE es supervisado por el Centro Comunitario de Protección y Desarrollo
Estudiantil (CCPDE) Juana de Ávila, puesto que cada CCPDE, está ubicado de acuerdo a la
parroquia donde pertenecen los planteles y sus áreas de influencia y este a su vez recibe
lineamientos y directrices de la División de protección y desarrollo estudiantil de la zona
educativa Zulia.
Al respecto, durante la primera quincena del mes de noviembre del 2010, se realizó un
diagnóstico interinstitucional de la División de Protección y Desarrollo Estudiantil elaborado por
la Sociólogo Marisela Morales para detectar las realidades existentes en el Liceo Aurelio Beroes,
arrojando los siguientes resultados. En dicho informe se detectó que la mayor parte de los
estudiantes proceden de sectores distantes de la ubicación del plantel donde estudian entre ellos
se encuentran los Barrios: El Mamón, 23 de marzo, Rafito Villalobos, Virgen del Carmen, Mirta
Fonseca, de la Parroquia Idelfonso Vásquez, con características urbano marginal en situación de
pobreza extrema.
Evidentemente, dentro de los factores de riesgo externos se detectaron: inseguridad, presencia
de bandas y pandillas, las cuales mantienen en zozobra tanto al liceo como a los vecinos de la
comunidad donde está ubicado el mismo, se capturan jóvenes para asistir a minitecas o discotecas
llamadas "Fiestas Rey" donde se presume consumen drogas, se realizan actos lascivos,
alteraciones de conductas, bailes poco acordes que incitan a las prácticas sexuales, vandalismo y
otros comportamientos indeseables.
Visto de esta forma, estos jóvenes con comportamientos problemáticos provienen de grupos
familiares multiproblemáticos con patrones de crianza disfuncional autocrático o permisivos,
conformadas por personas inmaduras, bajo la presencia de adicciones por drogas, juego
patológico, vicios extremos (alcohol y tabaco), en situación de violencia intrafamiliar, maltrato
psicológico, físico y verbal, que redundan en carencias afectivas expresadas por la baja tolerancia
a la frustración, rebeldía, impulsividad, indisciplina, conducta desafiante, irrespeto, perturbación
del orden entre otras.
Por otro lado, el mal manejo de la autoridad, de la normativa interna o manual de convivencia,
se encuentran las escasas estrategias para el control de la disciplina en el aula, unido a la
presencia de personas externa dentro de las instituciones. De igual forma, se observan
disminución de proyectos de salud mental, resolución pacífica de conflictos, manejo de la
conducta problemática por parte del personal docente como de los mismos profesionales de
ayuda. Por tanto, se evidencia debilidad en el abordaje de los familiares y comunidades de
procedencia de los estudiantes con conductas difíciles en este liceo de educación secundaria.
En base a lo anteriormente planteado, surge la siguiente interrogante: ¿Cuál es la
Interpretación que hacen los docentes y alumnos en relación con la violencia estudiantil del Liceo
Aurelio Beroes?
Por consiguiente, el propósito fundamental de esta investigación fue comprender la violencia
estudiantil en dicha institución, donde se entrevistó a tres (3) docentes y dos (2) alumnos: uno con
actitud dócil y otro rebelde.
El presente estudio, constituye uno de los problemas que viene afectando desde hace cierto
tiempo tanto al personal docente, administrativo, obrero, alumnado, así como urbanizaciones
circunvecinas, establecimientos comerciales cercanos al plantel, y personas que transitan por las
cercanías del mismo quienes se ven afectados en algunos momentos de estos hechos de violencia
en las adyacencias del liceo.
En resumidas cuentas, el aporte de esta investigación a las ciencias educativas, tuvo como
objeto de estudio, comprender la problemática de la violencia estudiantil, determinar qué factores
inciden en dicho contexto, para así generar alternativas que aborden el problema, tomando en
consideración la perspectiva cualitativa, desde esta modalidad se podrá evidenciar la realidad
vivida dentro y fuera de la institución tomando en cuenta la experiencia vivenciada por docentes
y alumnos.
Este estudio sirve de plataforma para emprender acciones en función de minimizar los actos
violentos que suceden en los planteles y contribuir a elevar la calidad de la educación. Este
milenio demanda mayor efectividad en el hecho educativo, y desde esta investigación se pueden
hacer aportes valiosos que incidirán en el progreso de la educación venezolana.
Fundamentación teórica
Generalidades sobre la violencia
El conflicto se presenta desde un nivel micro (personas, familia, escuela) hasta un nivel macro
(sociedades, estados). Se refiere a cualquier diferendo o desacuerdo que se manifieste en
cualquier situación o momento. Para que se exprese se requiere de dos partes relacionadas,
divididas por causa de intereses o unos objetivos percibidos como incompatibles.
Desde esta perspectiva que antecede se define al conflicto como “…una situación en la que
dos o más actores, cuyos intereses son incompatibles o mutuamente excluyentes, se oponen en el
curso de acción que desarrollan para lograr los objetivos que se originan en estos intereses
(Ferrigni, Guerón y Guerón, 1973:32); en consecuencia, es un proceso que nace y se desarrolla,
pudiendo desaparecer o permanecer estacionario sin resolver o crecer llevando a niveles mayores
de confrontación y hasta la violencia, es decir, en el interior entre el surgimiento del conflicto
puede estar la imposibilidad de su resolución por medios pacíficos, lo cual se constituye en una
circunstancia detonante o facilitadora de la conducta o acciones violentas.
Machado y Guerra (2009) identifican y agrupan los factores de riesgo que incrementan las
probabilidades de ocurrencia de comportamientos agresivos o violentos, a saber: a) Factores de
riesgo biológico, b) Factores de riesgo asociados a las relaciones familiares cercanas, c) Factores
de riesgos comunitarios y sociales. Estos factores los explican de la siguiente manera:
Los factores de riesgo biológicos son los relacionados con cierto grado de daño neurológico o
del desarrollo cognitivo o cerebral.
Aquellos factores de riesgo asociados a las relaciones inter-personales cercanas (familia e
iguales), se conectan con las técnicas y destrezas de dirección de los padres. Se supone que los
padres de niños agresivos tienden a incurrir en: a) Disciplina inconsistente (intransigente o
perversiva), b) Incurrir en coacción o emplear destrezas inadecuadas en la gestión del
comportamiento, c) Disciplina indebidamente estricta o abusiva, d) Bajos niveles de monitoreo y
supervisión, e) Valores distorsionados que refuerzan comportamiento agresivo, f) Vínculos
inseguros de los niños agresivos con sus padres.
Factores de riesgos comunitarios y sociales
En el desarrollo de los niños tienen influencia significativa la escuela, el barrio y en general, el
conflicto social.
Hechas las consideraciones anteriores es menester tener en cuenta las orientaciones teóricas
para explicar el problema de la violencia, resaltando lo planteado por Romero, Rujano y Moreno
(2008) quienes realizan una clasificación de las distintas perspectivas desde las cuales puede
enfocarse el problema de la violencia. Así las distinguen en:
Perspectiva culturalista
La violencia se vincula a un proceso de socialización que se da en un determinado contexto
cultural, entendido como la manera como el hombre responde a sus necesidades básicas. También
se vincula al modo de vida de un pueblo, a la representación simbólica de los comportamientos
culturales y a los significados que comparten los integrantes de una sociedad. La posición que
adoptan las personas ante la violencia se relaciona con sus condiciones de vida, y estas dependen
de factores psicológicos cuyo substrato es cultural y social.
Perspectiva cognoscitiva social
Se parte de considerar que el comportamiento humano se origina en la interrelación de
factores diversos: ambientales, personales y otros directamente conexos a la agresión.
Perspectiva del comportamiento aprendido
Sostiene que la conducta agresiva y antisocial es aprendida (Eron et al., 1987). La instigación,
el reforzamiento, a identificación y las normas socioculturales son importantes determinantes de
la acción humana.
Perspectiva simbólica
Este punto de vista sostiene que el pensamiento se construye a partir del proceso de
interacción social y se comunica mediante símbolos: “…objetos sociales que se usan para
representar cualquier cosa que las personas acuerden representar(Charon, 1985). Los gestos y
el lenguaje son símbolos llenos de significación que le facilitan a los niños conocer reglas,
actitudes y principios del grupo. De esta manera se identifican o diferencian de él.
La Violencia Escolar: Qué es, cómo se origina, cómo se clasifica y cómo se expresa
La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2002) ha considerado a la violencia como el uso
intencional de la fuerza o el poder físico, tanto de hecho o como amenaza, contra uno mismo, otra
persona o grupo o comunidad, que causa efectivamente o tenga la posibilidad de causar
determinados efectos, tales como lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o
privaciones. Así mismo, la OMS (2002) ha producido una clasificación o tipología de la violencia
distinguiendo entre: a) Violencia interpersonal, b) Violencia autoinflingida (suicidios,
automutilaciones), c) Violencia colectiva (guerras).
Así se tiene que, los espacios más específicos para que se produzcan actos violentos son
aquellos en los que los niños y las niñas debían estar más y mejor protegidos: el hogar y la
escuela. Con relación a la escuela, el Programa Hermes (2009) ha establecido como violencia
escolar cualquier proceso que viola o afecta tanto la integridad física, como social o psicológica
de otra persona en el marco de la escuela. Ella se expresa en diversos comportamientos o
acciones, tales como: a) Disrupciones de las aulas, b) Problemas de disciplina
(profesores-alumnos), c) Maltrato entre compañeros (“bullying”), d) Vandalismo y daños a los
materiales, e) Violencia física y extorsiones, f) Acoso sexual
Sobre la base de las consideraciones anteriores Garay y Gezmet (2000) al explicar el porqué
de la violencia escolar sostienen que la violencia, como todos los fenómenos humanos y sociales,
es el resultante de componentes interactuantes, tales como:
Procesos estructurales
Se originan en las fuerzas relacionales, sociales y productivas, y en consecuencia afectan otros
procesos e instituciones, tales como: globalización económica y cultural, el modelo de
producción, avances tecnológicos, roles del estado y sociedad, empleo de recursos materiales y su
agotamiento, entre otros.
Procesos institucionales
Las instituciones educativas integran tres instancias: la sociedad como contexto de producción,
los sujetos como actores esenciales de la escena y de la institucionalidad e interinstitucional.
Procesos psíquicos
Hace referencia a procesos subjetivos, algunos inconscientes, que conforman la personalidad
de los alumnos, generalmente asociados a la constitución temprana de la subjetividad del niño,
cierta precariedad vincular y carencias emocionales.
El orden legislativo venezolano: Tratamiento de la violencia en general, cultura de la paz y
regulación de los espacios escolares
Con el cambio constitucional que se produjo en Venezuela (1999), desde el propio preámbulo
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), la Asamblea Nacional
Constituyente expresó que el objetivo que se perseguía era “…transformar el Estado y crear un
nuevo ordenamiento jurídico que permita el funcionamiento efectivo de una democracia social y
participativa…”; de manera que el fin supremo del preámbulo, refundar la República, conduzca
no sólo a un Estado democrático sino a una sociedad democrática.
Para caracterizar el sistema que se propone se enuncian valores fundamentales: la paz, la
solidaridad, el bien común, la convivencia, el derecho a la vida, la igualdad sin discriminación y
la garantía universal e indivisible de los derechos humanos, entre otros (Art. 2, CRBV, 1999),
estableciendo entre los fines esenciales del Estado “la construcción de una sociedad justa y
amante de la paz” (Art. 3, CRBV, 1999). De allí que desde el Estado deben garantizarse
irrenunciable, indivisible e interdependiente los derechos humanos (Art. 19, CRBV, 1999).
En concordancia con esta orientación, la Carta Magna consagra el derecho a la integridad
física, psíquica y moral (Art. 46, CRBV, 1999), así como la debida protección de los niños, niñas
y adolescentes (Art. 78, CRBV, 1999), a través del desarrollo legislativo antes y después de los
acuerdos y convenciones internacionales suscritos por la República.
Desde una perspectiva constitucional (jurídico-política), se postula que la violencia obra como
un severo obstáculo a la realización social y humana, comprendida como “desarrollo humano
sostenible” (PNUD, 2012), en este orden de ideas, la incidencia de la violencia opera como factor
de deslegitimación del Estado.
Fundamentación epistemológica
Moreno, (1993), citado por Arias (2006:20), destaca que “los paradigmas muestran la diversidad
de las formas de conocer de una época y cada uno de ellos constituyen un modo común fuera del
cual no es posible conocer”. El término paradigma ha venido ocupando cada vez mayor espacio
en el campo del conocimiento para definir, en líneas generales, el marco de pensamiento o
referencia que orienta las actividades y reflexiones dentro de un área determinada del
conocimiento.
Metodología
La presente investigación se delimita espacialmente en el Liceo Aurelio Beroes, ubicado en la
Urbanización Monte Claro, Parroquia Juana de Ávila, Municipio Maracaibo, del Municipio
Escolar 1 del Estado Zulia; estableciéndose en términos de temporalidad en un lapso
comprendido de dos años.
El Liceo Aurelio Beroes, es un plantel educativo de media general, con una matrícula total de
1320 alumnos y 65 docentes, de la cual 857 estudiantes pertenecen a los años primero y segundo,
siendo esta última la población seleccionada para realizar las entrevistas a los dos (2) estudiantes
y a tres (3) docentes. Para llevar a cabo la validez de contenido, se hicieron entrevistas a cinco (5)
informantes clave quienes proporcionaron su vivencia con respecto a la violencia estudiantil en el
plantel antes nombrado. Según Hernández, Fernández y Baptista (2010), la validez de un
instrumento de recolección de datos está definida como el grado en que éste realmente mide la
variable que pretende medir.
La investigación se caracterizó por la selección del enfoque cualitativo, el cual persigue
penetrar en el espacio de los significados, correspondiente a los valores, aspiraciones, motivos,
entre otros, situados en el lenguaje común, es decir, el de la cotidianidad de la vida.
En este sentido, se enuncia el postulado de Martínez (2006:127), se trata del estudio de un
todo integrado que forma o constituye una unidad de análisis y que hace que algo sea lo que es:
una persona, una entidad étnica, social, empresarial, un producto determinado entre otros”.
Esta investigación desde el punto de vista epistémico tiene un enfoque introspectivo, donde se
realizó una construcción simbólica subjetiva con elementos sociales y culturales de los docentes y
estudiantes del Liceo Aurelio Beroes, escuchando sus vivencias o experiencias sobre la temática
estudiada, trasmitidos de manera verbal a las investigadoras, dentro de su entorno natural sin
manipular las variables.
El método empleado en esta investigación fue el biográfico en su versión relato de vida; al
respecto Pujadas (1992:95), considera que a través de este método se pretende mostrar el
testimonio subjetivo de una persona” en donde se recogen acontecimientos como las valoraciones
que hace de su propia existencia, la cual se materializa en una historia de vida, es decir, cualquier
trabajo humanístico o científico-social orientado al establecimiento de trayectorias personales,
sea en base a fuentes orales o escritas.
Criterios de inclusión de la muestra.
Se utilizaron los siguientes criterios:
1. Docentes que laboran en el liceo que han presenciado casos de violencia o que trabajan con
alumnos violentos o alumnos víctimas de ésta y estuvieran dispuestos a colaborar con la
investigación.
2. Alumnos con edades comprendidas entre 13 y 14 años de edad, de educación media general,
uno con perfil violento y otro no violento.
Debe señalarse, que todo relato de un acto o de una vida es a su vez, la totalización sintética
de experiencias vividas y de una interacción social. Un relato es un acto social a través de la cual
un individuo retotaliza sintéticamente su vida (biografía) y la interacción social en marcha
(entrevista) en el medio de un relatointeracción
Para la elaboración de esta investigación se emplearon una gran variedad de técnicas e
instrumentos a fin de diseñar el plan de recolección de datos. Se contacta con el informante y se
plantea directamente y con franqueza el interés por hacerle la entrevista. Quedarse con él o ella
en un lugar tranquilo e íntimo, donde pueda sentirse relajado, sin que haya interrupciones.
Exponer la conveniencia de grabar la entrevista. Si se plantea el problema de la confidencialidad
de los datos, se le puede proponer ocultar su nombre verdadero y sustituirlo por un seudónimo, o
solo utilizar las siglas.
También se recolectaron autobiografías y anécdotas las cuales sirvieron de sustento para la
presente investigación. Estas observaciones fueron registradas en notas de campo y se tomaron en
el mismo momento e inmediatamente después de haber ocurrido. Asimismo, se realizaron siete
(07) visitas al Liceo Aurelio Beroes; a fin de recolectar toda la experiencia vivida por los
informantes claves, los cuales se mostraron receptivos. Las mismas se realizaron en el
departamento de orientación y dirección del plantel, en un ambiente armónico y confortable.
También se realizaron cinco (5) entrevistas comenzando con una pregunta relevante haciendo
énfasis, ¿háblame de la violencia en tu plantel? Para éstas entrevistas se utilizó el grabador,
cuadernos de notas, diarios de campo, a fin de resaltar alguna actitud que percibir mediante la
observación.
El diario de campo es un instrumento, según Martínez (2002:65), que permite al
investigador la toma de notas”, este es, quizás la más sencilla y última, permite anotar detalles
precisos, se viven en el momento.
La grabadora es una herramienta que se utilizó para no dejar pasar por alto ningún aspecto
determinante en la conversación al momento del proceso de la transcripción fiel y exacta.
En relación a la confiabilidad, el estudio se centró en el significado que construyen los
docentes y estudiantes del Liceo Aurelio Beroes acerca de la violencia estudiantil que se presenta
en la respectiva institución educativa.
La entrevista se transcribió palabra por palabra, cada investigador generó un código propio,
siguiendo ciertas normas básicas, a este código también se le llama categorización, la cual se
emplea con la finalidad de obtener los significados esperados, específicamente en esta
investigación se espera obtener los significados sociales acerca de la violencia escolar.
Del mismo modo fue transcrita la información protocolar (las entrevistas, grabaciones y
descripciones), las cuales fueron revisadas y completadas antes de abandonar el campo, en los
dos tercios derechos de las ginas, dejando el tercio izquierdo para la categorización y
anotaciones especiales. Conviene numerar las páginas y las líneas del texto (los procesadores de
textos lo hacen automáticamente), para su fácil manejo posterior, y separar o marcar
adecuadamente mediante algún símbolo los textos de los diferentes interlocutores.
Según Pujadas (1992), una vez finalizada la entrevista, el siguiente paso es la transcripción de
la misma. Para ello es recomendable utilizar unas normas de transcripción generales que otorguen
uniformidad al relato. En la transcripción de la entrevista no se deben omitir ni añadir palabras o
frases que no aparezcan en la entrevista. Debe distinguirse lo que dice el informante, de lo que
dice el investigador en la conversación, encabezando los párrafos con el nombre de cada uno.
Luego, que se recoge toda la información en su totalidad, y no se dispone de nuevos contactos
con las fuentes, se debe iniciar el procedimiento de categorización a través de los siguientes
pasos, que expone Martínez (2009):
1. Transcribir la información protocolar (entrevistas, grabaciones y descripciones), la cual
debe revisarse con detenimiento antes de abandonar el campo.
2. Dividir los contenidos en porciones o unidades temáticas (párrafos o grupos de párrafos
que expresan una idea o un concepto central).
3. Categorizar, es decir, clasificar, conceptualizar o codificar mediante un término o
expresión breve que sean claros e inequívocos (categoría descriptiva), el contenido o idea
central de cada unidad temática.
Este proceso constituye la esencia de la labor investigativa. Una buena investigación no puede
quedar al nivel empírico, pues no sería investigación propiamente dicha. El fin de la
categorización es lograr estructurar una imagen representativa, un patrón coherente y gico, un
modelo teórico o una auténtica teoría o configuración del fenómeno estudiado, que le dé sentido a
todas sus partes y componentes. Por consiguiente, se revisaron los aspectos más relevantes de las
entrevistas, y las expresiones que se encuentran en estas. Asimismo, las categorías se agruparon o
asociaron de acuerdo con su naturaleza y contenido, para agrupar cada categoría basta hacer la
lista de las páginas y sectores de líneas correspondientes.
Según Pujadas (1992), la teorización tiene por finalidad describir las etapas y procesos que
permitirán la emergencia de la posible estructura teórica, implícita en el material recopilado en
las entrevistas, grabaciones, notas de campo, entre otras. El proceso completo implica la
categorización, la estructuración individual y general, la contrastación y la teorización
propiamente dicha.
En tal sentido, hace énfasis a las expresiones que realiza el investigador, y lo que se toma
como categoría desde el punto de vista del investigador y se compara con el contenido y las
teorías ya establecidas, es así como lo define Martínez (2006:), la teorización se realiza cuando
se analicen, relacionen, comparen y contraste las categorías”. Por lo cual, este proceso
representa lo medular de la acción investigativa.
Resultados y discusión
El desarrollo de las diferentes fases de la investigación, así, como determinar los aspectos
teóricos de la misma en función al objetivo fue comprender la violencia estudiantil desde la
perspectiva de docentes y estudiantes del Liceo Aurelio Beroes y en correspondencia a los
resultados se obtuvo, la existencia de manifestaciones violentas, por ejemplo, la agresión física y
verbal a docentes por parte de los alumnos, disputas entre alumnos que terminan en
enfrentamientos físicos, hechos de violencia con deterioro de bienes materiales de los docentes,
infraestructura y mobiliario de la institución, así, como a las comunidades adyacentes, lo cual,
trae como consecuencia el rechazo de los vecinos del plantel en las áreas circunvecinas.
Otro significado que surgió, está relacionado que la violencia deviene de la familia y el
entorno social, según testimonios de varios informantes clave, la violencia se aprende en la
familia, haciéndose necesaria la enseñanza de valores donde cada alumno reflexione sobre
aquellos patrones adquiridos en el seno familiar. Sin olvidar que la familia es la unidad
fundamental de la sociedad y una de sus funciones es la creación de un clima armónico que
brinde apoyo y seguridad a sus integrantes.
Por otro lado, a partir de lo expresado por los informantes clave se obtuvo otro resultado
relacionado con el consumo de drogas y porte de armas, siendo factores de riesgo y por ser
jóvenes vulnerables poseen alta probabilidad de estar incurso en hechos violentos, consumo de
drogas, y porte ilícito de armas que conducen a adquirir conductas inapropiadas y transgresoras.
De igual modo, se precisó como resultado la categoría delincuencia escolar y daños
materiales. Destacando que la violencia estudiantil no es un hecho aislado de la sociedad. El
alumno está inmerso en una sociedad violenta. Lo cual, conlleva a una agresividad de
adolescentes, los alumnos de más edad inducen a los estudiantes niños y niñas a salir del plantel
para saquear gandolas de alimentos, ellos muchas veces no saben porque lo hacen, saquean a la
panadería que está cerca al plantel, les roban los celulares a los alumnos y luego los venden a
veinte o treinta bolívares a otros alumnos.
Otra premisa que se obtuvo a través de las entrevistas, está relacionada con la comunidad
víctima de la delincuencia escolar, donde los estudiantes al generar hechos de violencia causan
grandes malestares a la comunidad adyacente del liceo, ocasionando destrozos a los jardines,
vidrios de los automóviles, como a las ventanas, puertas de las residencias, hasta lanzando
piedras, así, como el hurto de la vestimenta que se encuentran en la parte posterior de la vivienda.
Propuesta de estrategias para la solución de la violencia estudiantil
Según los resultados obtenidos, en esta investigación se plantea una propuesta de estrategias
como aporte para la posible solución de la violencia estudiantil en el Liceo Aurelio Beroes, las
cuales se señalan a continuación:
Dar a conocer los resultados de este estudio a nivel del plantel, Municipio Escolar número N°
1 y a la Zona Educativa del estado Zulia.
Realizar campañas informativas de sensibilización dirigidas a los alumnos, padres,
representantes, docentes y comunidad en general sobre la prevención de la violencia estudiantil.
Desarrollar proyectos educativos de formación en valores, autoestima, liderazgo, disciplina,
otros, para los estudiantes con el objeto de fortalecer su formación de crecimiento personal y
académico que coadyuven a una mejor calidad de vida en correspondencia a las relaciones con su
entorno social.
Propiciar talleres de convivencia familiar y escolar a través de la implementación del
programa de escuelas para familia.
Cultivar el carácter social del educando, en relación al ejercicio de la acción de ser un buen
ciudadano para la práctica de los valores de convivencia que determine su autonomía con respeto
al otro.
Proponer a los actores sociales involucrados como a los alumnos, padres, representantes,
docentes y comunidad en general, el diálogo como mecanismo de comunicación más efectiva y
eficaz para así, tomar las medidas más apropiadas y pacíficamente solventar los conflictos de
violencia estudiantil en el respectivo liceo, donde prevalezca el discenso que forme parte de la
cotidianidad, a fin de aprender a convivir juntos.
Instruir en la formación académica del alumno la educación para la paz, en correspondencia
con los principios democráticos como fundamento de vida en una cultura de paz.
Por otra parte, se propone la creación de la cátedra de educación en valores dirigida a los
estudiantes (todos los años de media general y técnica), docentes, padres, representantes y
comunidad en general, para formar individuos con principios, tolerancia y solidaridad hacia el
otro.
En este orden de ideas, debe implementarse los bolsos transparentes, donde se visualice los
textos, cuadernos u otros objetos; y estos sean inspeccionados a diario al ingreso del estudiante a
la institución por parte del portero.
Realizar los primeros días de clases (comenzando el año escolar), una reunión en cada aula,
donde este presente el padre, madre o representante con el alumno, para analizar y que sean
participe de la práctica del manual de convivencia escolar.
Retomar las horas de guiaturas, por parte de los docentes, dirigidas a los alumnos, que se
implementen temas de la actualidad, para mejorar sus relaciones interpersonales, en sí, con su
propio entorno social, que coadyuve para convivir con lo demás.
Fomentar jornadas sobre investigación, deportes, cultura y otros, a fin de realizar debates de
temas de interés para los alumnos. De tal forma, que prevalezca su propia opinión y aportes ante
el análisis de los contenidos.
Informar a los alumnos para su pleno conocimiento sobre la existencia de los organismos de
seguridad del estado como, 171, policías del estado y municipal, bomberos, CICPC, entre otros,
motivado a cualquier eventualidad que se pueda presentar en el espacio educativo.
Conclusiones
Resaltando el espacio investigativo que ocupa el tema, como lo es la violencia escolar en el
Liceo Aurelio Beroes, se toma en cuenta la Ley Orgánica para la protección de niños, niñas y
adolescentes (2007), de la República Bolivariana de Venezuela, para fomenta la creación,
producción y difusión de información que promuevan valores, entre estos la paz y la tolerancia;
que no inciten o hagan apología a la violencia, ni al uso de armas, ni atenten contra la
convivencia humana, el irrespeto de la dignidad de las personas, promuevan el odio o la
discriminación (Artículos 73, 75, 79, LOPNNA, 2007).
La propuesta de estrategias planteada para la posible solución de la violencia estudiantil en el
Liceo Aurelio Beroes y otras instituciones educativas, es un aporte importante que debe ser
considerado por los diferentes entes involucrados en el proceso educativo.
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