Instituto de Estudios Políticos y Derecho Público "Dr. Humberto J. La Roche"
de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad del Zulia
Maracaibo, Venezuela
Esta publicación cientíca en formato digital es continuidad de la revista impresa
ISSN-Versión Impresa 0798-1406 / ISSN-Versión on line 2542-3185Depósito legal pp
197402ZU34
ppi 201502ZU4645
Vol.41 N° 78
Julio
Septiembre
2023
ISSN 0798- 1406 ~ De pó si to le gal pp 198502ZU132
Cues tio nes Po lí ti cas
La re vis ta Cues tio nes Po lí ti cas, es una pu bli ca cn aus pi cia da por el Ins ti tu to
de Es tu dios Po lí ti cos y De re cho Pú bli co Dr. Hum ber to J. La Ro che” (IEPDP) de la Fa-
cul tad de Cien cias Ju rí di cas y Po ti cas de la Uni ver si dad del Zu lia.
En tre sus ob je ti vos fi gu ran: con tri buir con el pro gre so cien tí fi co de las Cien cias
Hu ma nas y So cia les, a tra vés de la di vul ga ción de los re sul ta dos lo gra dos por sus in ves-
ti ga do res; es ti mu lar la in ves ti ga ción en es tas áreas del sa ber; y pro pi ciar la pre sen ta-
ción, dis cu sión y con fron ta ción de las ideas y avan ces cien tí fi cos con com pro mi so so cial.
Cues tio nes Po lí ti cas apa re ce dos ve ces al o y pu bli ca tra ba jos ori gi na les con
avan ces o re sul ta dos de in ves ti ga ción en las áreas de Cien cia Po lí ti ca y De re cho Pú bli-
co, los cua les son so me ti dos a la con si de ra ción de ár bi tros ca li fi ca dos.
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Po li ti cal Scien ce, Re vencyt, His pa nic Ame ri can Pe rio di cals In dex/HAPI), Ul ri chs
Pe rio di cals Di rec tory, EBS CO. Se en cuen tra acre di ta da al Re gis tro de Pu bli ca cio-
nes Cien tí fi cas y Tec no ló gi cas Ve ne zo la nas del FO NA CIT, La tin dex.
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Fabiola Tavares Duarte
Ma ría Eu ge nia Soto Hernández
Nila Leal González
Carmen Pérez Baralt
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Pedro Bracho Grand
J. M. Del ga do Ocan do
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Re vis ta Cues tio nes Po lí ti cas. Av. Gua ji ra. Uni ver si dad del Zu lia. Nú cleo Hu ma nís ti co. Fa-
cul tad de Cien cias Ju rí di cas y Po lí ti cas. Ins ti tu to de Es tu dios Po lí ti cos y De re cho Pú bli co
Dr. Hum ber to J. La Ro che. Ma ra cai bo, Ve ne zue la. E- mail: cues tio nes po li ti cas@gmail.
com ~ loi chi ri nos por til lo@gmail.com. Te le fax: 58- 0261- 4127018.
Vol. 41, Nº 78 (2023), 782-798
IEPDP-Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas - LUZ
Recibido el 15/04/23 Aceptado el 17/06/23
Estrategias de atención socioeducativa
a la conictividad multifactorial que
atraviesa la escuela. Aportaciones
referenciales del Anteproyecto de Ley de
Convivencia Escolar Pacíca
DOI: https://doi.org/10.46398/cuestpol.4178.52
Jesús Morales *
Resumen
Esta investigación como resultado de una revisión documental,
propone una serie de estrategias de atención socioeducativa
enfocadas en reducir las implicaciones de la conictividad
multifactorial por la que atraviesa la institución educativa, para
lo cual, se toman las aportaciones referenciales del Anteproyecto
de Ley de Convivencia Escolar Pacíca, iniciativa legislativa en
la que se precisa como propósito el abordaje de los factores de
riesgo que posibilitan la emergencia, permanencia y práctica sistemática
del acoso escolar en sus diversas manifestaciones. Parte de los resultados
obtenidos indican que, la reducción del maltrato psicológico, social, moral,
emocional y físico que se dan en la escuela, requiere de esfuerzos sinérgicos
entre el aparato institucional del Estado venezolano, la comunidad
educativa y la familia, quienes en común acuerdo y desde el sentido de la
corresponsabilidad, deben promover acciones estratégicas que fortalezcan
la convivencia fundada en el respeto activo y la reciprocidad compartida.
Se concluye que, garantizar el bienestar psicosocial y el desarrollo pleno
de la personalidad, requiere el involucramiento de la educación para el
ejercicio de la ciudadanía, como antídoto que coadyuve con la gestión de
los conictos, la aceptación de la diversidad y el respeto a los derechos
fundamentales que le asisten al otro.
Palabras clave: convivencia socioeducativa; gestión de conictos;
cultura de paz; dignicación humana; estrategias de
intervención preventiva.
* Politólogo y Docente de Psicología General y Orientación Educativa. Investigador Socioeducativo
Emérito en Universidad de Los Andes, Venezuela. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-8379-2482
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Strategies for socio-educational attention to the
multifactorial conict that the school is experiencing.
Referential contributions of the Draft Law for Peaceful
School Coexistence
Abstract
This research, as a result of a documentary review, proposes a series
of strategies of socio-educational attention focused on reducing the
implications of the multifactorial conict that the educational institution
is going through, for which the referential contributions of the Draft Bill
of the Law of Peaceful School Coexistence are taken, a legislative initiative
in which the purpose is to address the risk factors that make possible
the emergence, permanence and systematic practice of school bullying
in its various manifestations. Part of the results obtained indicate that
the reduction of psychological, social, moral, emotional and physical
mistreatment at school requires synergic eorts between the institutional
apparatus of the Venezuelan State, the educational community and the
family, who in common agreement and from a sense of co-responsibility,
must promote strategic actions that strengthen coexistence based on
active respect and shared reciprocity. It is concluded that guaranteeing
psychosocial well-being and the full development of the personality
requires the involvement of education for the exercise of citizenship, as an
antidote that contributes to conict management, acceptance of diversity
and respect for the fundamental rights of others.
Keywords: socio-educational coexistence; conict management; culture
of peace; human dignity; preventive intervention strategies.
Introducción
El Anteproyecto de Ley de Convivencia Escolar Pacíca, como propuesta
del poder legislativo frente a la inminente realidad violenta que se vivencia
al interior de la institución educativa, involucra explícitamente la tarea de
los diversos factores de socialización en el compromiso de abordar, prevenir
y erradicar uno de los fenómenos socioeducativos con mayor impacto en el
deterioro del bienestar psicosocial, del clima escolar y de los procesos de
relacionamiento positivo de los que depende la convivencia en condiciones
de respeto, justicia y reconocimiento recíproco. Para Delors (1996), quien
reitera el compromiso de educación en el abordaje de la crisis social, su rol
debe apuntalar: “El desarrollo de vínculos de pertenencia que garanticen
la conciliación, el ejercicio del contrato social, las libertades individuales y
una organización común de la sociedad” (1996: 58).
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Estrategias de atención socioeducativa a la conictividad multifactorial que atraviesa la escuela.
Aportaciones referenciales del Anteproyecto de Ley de Convivencia Escolar Pacíca
Según propone Sarramona (2007), la institución educativa enfrenta en
la actualidad diversos desafíos que van desde el establecimiento normas que
respondan adecuadamente al orden y la disciplina, hasta la construcción
de un ambiente positivo que le provea a los estudiantes las condiciones
de seguridad, crecimiento integral y desarrollo psicosocial; de allí, que el
compromiso de la escuela como factor de socialización del ser humano, gire
en torno a la formación para el ejercicio de la ciudadanía, lo cual implica,
ayudarles a enfrentar la conictividad mediante experiencias signicativas
en las que se logre: “Enseñar destrezas sociales con las que le sea posible
mantener una mejor relación con sus compañeros; logrando de este modo,
afrontar con éxito las situaciones de conicto que se encuentran en el aula”
(Sarramona, 2007: 9).
Una revisión del artículo 1 del Anteproyecto de Ley de Convivencia
Escolar Pacíca, deja ver los referentes que guían el objeto de esta iniciativa
legislativa, entre los que se precisan dos dimensiones importantes, a decir:
por un lado, la protección al estudiante de cualquier modalidad de acoso
y, por el otro, el despliegue de acciones entorno a la prevención; ambos
procesos se entienden entonces, desde el sentido de corresponsabilidad del
Estado, la comunidad educativa y la familia en lo referente al resguardo
de la integridad psicosocial personal como requerimiento sobre el que se
sustenta el desarrollo pleno de la personalidad.
Para Nardone, Giannotti y Rocchi (2005), la formación de sujetos
funcionales socialmente, requiere de la puesta en marcha de modelos
positivos de interacción familiar, en el que los hijos aprendan a gestionar sus
problemas a través de mecanismos pacícos que eviten la perturbación del
equilibrio y sí, en cambio, potencie la asunción de responsabilidades sobre
la resolución de las crisis mediante el despliegue de actitudes tolerantes
cuyo sentido de apertura posibilite el diálogo, y no la incomprensión y los
enfrentamientos. Esto como parte de la formación para el ejercicio pleno
de la ciudadanía, constituye una tarea desaante que insta a los factores de
socialización a avocarse en el compromiso de reforzar el desarrollo pleno
del ser humano, mediante la praxis de principios rectores de la “libertad y
la igualdad entre los hombres, mediante el trato justo, solidario y el respeto
activo tanto a su persona como a terceros, lo cual demanda el trabajo por la
paz social y el bien común” (Cortina, 2009: 193).
En correspondencia Maalouf (1999), propone que dadas las condiciones
hostiles y violentas por la que atraviesa la humanidad y, que atentan contra
la búsqueda del equilibrio sustentado en la justicia social, la misión del
Estado en acuerdo con la institución educativa debe ser el cumplimiento
de objetivos estratégicos como “el tejer lazos de unión, disipar los
malentendidos, hacer entrar en razón unos, moderar a otros, allanar y
reconciliar; pues su vocación es de ser enlaces, puentes, mediadores entre
diversas comunidades y diversas culturas” (1999: 6). En razón de estos
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cometidos, esta investigación como resultado de una revisión documental,
propone una serie de estrategias de atención socioeducativa a partir del
Anteproyecto de Ley de Convivencia Escolar Pacíca, en un intento por
reducir las implicaciones psicosociales de la conictividad por el acoso que
se da al interior de las instituciones.
1. Estrategias de atención socioeducativa. Aportaciones
referenciales del Anteproyecto de Ley de Convivencia Escolar
Pacíca
Convivir en condiciones armónicas y desde la reciprocidad, como valor
universalmente reconocido, ha conseguido un sitial importante dentro de
los programas educativos en todos los niveles; por esta razón, las agendas
globales y los programas de educación plantean como eje transversal la
promoción de la tolerancia a la diversidad sociocultural y, la búsqueda del
bien común, la justicia y la paz, como principios rectores de los que depende
la vida en comunidad (Morales, 2022). Al respecto, el Anteproyecto de Ley
de Convivencia Escolar Pacíca, como una iniciativa para el abordaje de las
múltiples formas como se maniesta el acoso escolar, entraña dentro de
sus cometidos, el trato igualitario que dignique al ser humano mediante
acciones de inclusión y resguardo de la integridad individual, como aspectos
sobre los que cimienta el desarrollo psicosocial pleno de la personalidad.
Una revisión de la exposición de motivos de esta iniciativa legislativa deja
ver, como parte del proceso estratégico relacionado con el abordaje del acoso
escolar, la integración sinérgica de esfuerzos provenientes de la familia, la
institución educativa, el Estado a través de los órganos competentes en la
materia y la sociedad en general. En Olweus (2020), se logran identicar
algunas actuaciones que involucran la participación conjunta de los
factores de socialización y, en los que se percibe la denición de acuerdos de
crianza y educación, entre los que se precisa: el refuerzo de la cordialidad, el
interés positivo en la protección del otro, el establecimiento de límites y la
tipicación de los comportamientos inaceptables, la denición de reglas de
conducta y de modelos coherentes relacionamiento, así como las sanciones
no punitivas pero si disciplinares por comportamientos impropios contra
terceros. En razón de lo propuesto, se mencionan las siguientes estrategias:
1. Accionar desde la intervención preventiva en el abordaje de la
discriminación, la exclusión y la intolerancia. Según propone Maalouf
(1999), la actuación preventiva de los órganos del Estado y de la escuela,
requiere de esfuerzos reivindicativos de la identidad, en el que se reconozca
a los marginados histórica y socialmente, hasta lograr la reducción de
los efectos de la hostilidad, la persecución sistemática fundada en la
desconanza y la incomprensión, como factores de riesgo a los que se le
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Estrategias de atención socioeducativa a la conictividad multifactorial que atraviesa la escuela.
Aportaciones referenciales del Anteproyecto de Ley de Convivencia Escolar Pacíca
atribuye la mayor parte de los obstáculos que impiden la convivencia
a plenitud. Por consiguiente, lograr el reconocimiento de la diversidad
requiere de actividades de acompañamiento educativo que “reivindiquen
plenamente a los excluidos, pero además, que amplíen las mentalidades que
le permitan a los sujetos asumir la armonía proveniente de la comprensión
y pertenencia a una identidad compuesta, que remite a lazos del pasado”
(Maalouf, 1999: 5).
Al respecto Delors (1996), propone que el rol de la educación en
la formación para el ejercicio de la ciudadanía, constituye el antídoto
estratégico para sustituir patrones violentos por estilos de vida dignicantes,
en los que se privilegie el resguardo de la integridad de humana mediante
la ampliación de “la libertad, la paz, el pluralismo auténtico y la justicia
social, como valores sobre los cuales establecer los cimientos de una
sociedad democrática que reivindique los derechos humanos” (1996: 58).
Esto supone, luchar contra la exclusión y la discriminación, mediante
la generación de espacios para la reexión, que conduzcan al sujeto a la
revisión de las raíces culturales e identitarias sobre las que sea posible
establecer puentes de encuentro que sumen a la convivencia como ideal
social.
2. Potenciar la autoestima constituye un compromiso de la institución
educativa, para lo cual, se considera imprescindible ayudar al sujeto en
la tarea de auto-valorarse positivamente, descubrir su valía y el potencial
que entraña, con la nalidad de instarle a actuar con libertad, autonomía
y sentido de apertura frente a la realidad. Se trata entonces, de consolidar
la conanza en mismo y la autoarmación, a los que se entienden
como procesos que, además de favorecer el relacionamiento con terceros,
potencian el crecimiento personal que le permite al sujeto denir límites,
confrontar potenciales situaciones de riesgo y gestionar con éxito sus propias
necesidades. Esto signica apuntalar la estabilidad psíquica y el equilibrio
emocional que reduzcan el complejo de inferioridad, al que el victimario
pudiera apelar para desplegar su destructividad (Brandoni, 2017).
En consecuencia, generar acciones en dirección a potenciar la
autoestima y el autoconcepto, requiere el acompañamiento psicológico que
ayude al sujeto en el proceso de reemplazar la sensación de inferioridad
por el sentimiento de valía, que le conduzca a reconocer su potencial, su
autenticidad y, más importante aún a aprender a aceptarse, a trabajar sobre
las debilidades y, en especíco sobre los rasgos de la personalidad que
aporten a su actuar social mayor seguridad (Monbourquette, 2004); desde
la psicología humanista, lograr el nivel apropiado de bienestar psicológico
demanda de la consolidación de apreciaciones positivas sobre sí mismo,
como sustento tanto de la realización como del crecimiento personal que
fortalezca procesos importantes como la maximización del rendimiento,
la creatividad y las posibilidades de desempeño (Cloninger, 2003; Rogers,
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2015). Es a partir de este estado de equilibrio, que el sujeto puede expresar
emociones en libertad, con responsabilidad y conanza, logrando de esta
manera reducir el poder destructivo del victimario contra su dignidad.
3. Fomentar la participación activa de la familia en la concreción
de planes, programas y proyectos asociados con la consolidación de la
convivencia educativa. Proceder en dirección al abordaje estratégico
e integral del acoso escolar dado entre grupos de pares, requiere la
formulación de normas claras, adecuadas y fundadas en la atención a los
requerimientos psicosociales tanto de la víctima como del victimario; según
Sarramona (2007), esto demanda el: “Trabajo cooperativo de los docentes
y su talante dialogador y democrático que, como factores positivos apunten
a la creación de un ambiente que no fomente conductas agresivas y sí, en
cambio, coadyuve con el diagnóstico y tratamiento de los conictos” (2007:
95).
4. Impulsar la enseñanza de las prohibiciones legales establecidas en la
normativa nacional e internacional. Lograr la consolidación de la institución
educativa como un espacio seguro, demanda erradicar el temor, el miedo y
el asedio sistemático, como factores de riesgo frente a los cuales se requieren
acciones contundentes que amplíen la activación de dispositivos jurídicos
en torno a la erradicación del maltrato en sus diversas manifestaciones; en
tal sentido, enseñar a los miembros de la institución educativa los derechos
que le asisten como ciudadano, instan la responsabilidad de las autoridades,
de los docentes y el personal administrativo no solo a intervenir, sino a
denunciar situaciones que pudieran atentar contra el bienestar psicosocial
de los más vulnerables (Olweus, 2020).
Desde la perspectiva de Cortina (2009), el rol del Estado como garante
del resguardo de la integridad personal, debe partir de respeto a la condición
humana y a su dignicación, como requerimientos que, además de exigirse
deben: “Garantizar la igualdad ante la ley y la igualdad de oportunidades,
propone la protección a los derechos y garantías inherentes a la idea de
ciudadanía social, por entrañar exigencias morales, cuya satisfacción es
indispensable para el desarrollo de una persona” (2009: 200).
Esto plantea revitalizar la defensa de los derechos humanos, como el
medio para fortalecer los procesos de relacionamiento que se dan al interior
de la institución educativa y, frente a los cuales el Anteproyecto de Ley de
Convivencia Escolar Pacíca, es reiterativo al considerar que la lucha contra
la discriminación, el acoso y la exclusión, debe partir de la promoción de
competencias sociales que ayuden a estrechar lazos entre grupos, mediante
la praxis de la ciudadanía socialmente activa que reconozca el enraizamiento
de valores preciados como la reciprocidad en lo referente al trato paritario
que dignique a las personas.
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Aportaciones referenciales del Anteproyecto de Ley de Convivencia Escolar Pacíca
Lograr el afrontamiento positivo de estos factores responsables de la
destructividad social, la tarea del Estado como agente socializador debe
involucrar el despliegue de acciones fundadas en la educación en y para
la defensa de los derechos humanos que le asisten a todo ciudadano y, que
requieren ser preservados como mecanismos a partir de los cuales “luchar
contra los grandes azotes de la humanidad, responsables de la vulneración
y degradación de la integridad psicosocial y, frente a los cuales es perentoria
la actuación institucional que conduzca a reconsiderar nuestras actitudes,
nuestros hábitos” (Maalouf, 1999: 21).
4. Integrar en los planes de formación curricular, el trabajo experiencial
enfocado en el aprendizaje de valores y principios rectores de la convivencia
socioeducativa. El trabajo en torno a la construcción de espacios para la
convivencia y el ejercicio pleno tanto de la libertad responsable como de la
autonomía, debe partir de la transversalización de acciones que, inmersas
en contenidos curriculares, actitudinales y procedimentales se conviertan
en dimensiones para trabajar el hacer, el ser y el convivir, como desafíos
a los que gran parte de las agendas internacionales en lo que a ciudadanía
se reere pretenden apuntalar para reducir los índices de violencia escolar.
Para Sarramona, esto implica actuar en función de persuadir al sujeto
hasta lograr que racionalice lo pernicioso de su proceder; lo cual constituye
una invitación al desarrollo de las siguientes acciones: “Acompañar con
actuaciones especícas de diálogo, aceptación de compromisos, ayudas
personales, búsqueda de actividades graticadoras que no le aboquen
irremisiblemente al fracaso” (Sarramona, 2007: 96).
Consolidar estos cometidos demanda esfuerzos formativos enfocados en
la familia, en los que se ofrezcan métodos de crianza aceptables y permitidos,
que eviten las medidas represivas y castigadoras, por mecanismos de
relacionamiento positivo y de escucha activa, en el que padres e hijos
amplíen la conanza y la comunicación, así como la manifestación de
inquietudes e intereses; para Bowlby (2014), se trata de fortalecer los
patrones de interacción familiar que ayuden en el crecimiento evolutivo
sano y el reforzamiento positivo que le otorguen al sujeto en formación la
seguridad emocional que, fundados en: “Patrones de apego redimensionen
la construcción de los modelos internos que guiarán las percepciones
individuales, emocionales y pensamientos del niño” (2014: 7). En otras
palabras, estrechar los lazos de comunicación entre padres e hijos, además
de reducir la inseguridad, ampliará los canales de interacción que le aporte
a los padres las evidencias para accionar frente a los potenciales efectos
destructivos del acoso escolar.
En tal sentido, potenciar el estilo de crianza con límites y
responsabilidades, aporta la estabilidad emocional y el desarrollo coherente
de la personalidad, que le permita al sujeto actuar en contextos conictivos
con respeto, reconociendo al otro desde la igualdad y aceptando el sentido
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paritario de quien integra su entorno. Para Bowlby (2014), la construcción
de hogares estables afectiva y socioemocionalmente, requiere el trabajo
en función de los siguientes factores de riesgo: “La dominación social, las
estructuras jerárquicas de poder, las coaliciones nocivas, la sumisión y
la humillación que conducen a la dependencia, así como a la indefensión
crónica” (2014: 9).
Para Nardone y otros (2005), la edicación de familias comprometidas
con la crianza respetuosa requiere denir roles claros: “En el sentido de
devolver al hijo la responsabilidad de sus acciones, lo cual representa el
fundamento de la interacción funcional entre padres e hijos” (2005: 43).
Accionar desde esta perspectiva, constituye un modo de respetar el mundo
del otro y su condición humana, con el propósito de disuadir actuaciones
extremas de violencia y maltrato, que al ser reproducidas en otros contextos
vulneren la integridad psicosocial ocasionando daños en ocasiones
irreversibles.
5. Articular esfuerzos entre los órganos del Estado y la Escuela en
lo relacionado al abordaje preventivo, ofreciendo a los estudiantes las
herramientas que eviten la exposición de su integridad psicosocial y física;
esto sugiere actuar desde el punto de vista institucional en al menos dos
direcciones estratégicas: por un lado, trabajar para sensibilizar sobre el
uso consciente y el manejo responsable de las redes sociales, instando a la
comunidad educativa a convertirse en veedores responsables de situaciones
que pudieran vulnerar la dignidad de sus miembros.
Para ello, parte de los mecanismos de abordaje preventivo deben
involucrar el uso de los medios de comunicación como instrumentos al
servicio de la sensibilización permanente y continua, a través de los cuales
lograr mayor radio de acción informativa en temas como: estilos de crianza
saludables, bienestar psicosocial, relaciones de ayuda, superación de las
crisis derivadas del maltrato en sus diversas manifestaciones (Corkille,
2010), mecanismos jurídicos e institucionales que pueden activarse en
función de garantizar el resguardo de las víctimas; pero además, los
efectos de la violencia directa, estructural, cultural, juvenil, domestica,
escolar, cotidiana, ente otras (Puglisi, 2012). Esto signica, precisar
comportamientos y conductas que atentan contra la dignidad humana,
dejando ver sus efectos y las consecuencias tanto visibles como destructivas,
que una vez detectadas pueden ser combatidas.
6. Promover encuentros socializadores de experiencias, en las que la
red institucional no solo diseñe procesos de intervención y prevención,
sino que denan el establecimiento de acciones conjuntas producto del
compartir de situaciones que pudieran enriquecer las posibilidades de
abordaje integral transformador. Al respecto Cortina (2009), propone que
la actuación sensibilizadora de la comunidad socioeducativa debe ser el
resultado del involucramiento activo y sinérgico de los órganos del Estado
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Estrategias de atención socioeducativa a la conictividad multifactorial que atraviesa la escuela.
Aportaciones referenciales del Anteproyecto de Ley de Convivencia Escolar Pacíca
venezolano en torno a la promoción del ejercicio pleno de la libertad en
al menos tres dimensiones fundamentales; en primer lugar, la libertad
para participar de la vida educativa y social sin ningún tipo de coacción, de
amenaza o maltrato de terceros; en segundo lugar, la libertad como valor
unido al proceder independiente, en cuya praxis el ser humano alcance el
nivel de conciencia necesario para expresar su voluntad y profesar tanto sus
creencias como los modos como concibe el mundo; y, nalmente, la libertad
como sinónimo de autonomía, a la que se asume como el punto de partida
para el desenvolvimiento coherente de la personalidad, lo que implica a
su vez, la disposición plena para tomar decisiones, escoger alternativas y
proceder de manera responsable.
7. La construcción de equipos de apoyo multidisciplinario, a través
de los cuales articular esfuerzos estratégicos que redunden no solo la
erradicación de las situaciones de acoso, sino en la creación de condiciones
positivas en las que cada estudiante se perciba seguro dentro del escenario
educativo. Desde la perspectiva de Olweus (2020), el trabajo inter y
multidisciplinario debe favorecer la integración de la planta profesoral en
torno a objetivos precisos y alcanzables, que respondan con efectividad
a los requerimientos de los estudiantes; para el autor, la conjugación de
esfuerzos disciplinares no solo debe entenderse como la aportación de
metodologías, herramientas de intervención preventiva y la aplicabilidad
de protocolos con enfoque holístico-integral, sino además, la denición de
procesos de implementación, supervisión y monitoreo de acciones, en un
intento por determinar los avances y su efectividad.
Por consiguiente, el proceder cientíco conjugado con el trabajo
grupal constituye una estrategia en favor de ampliar la comprensión de
las actividades emprendidas, del comportamiento de los componentes del
programa y de las evidencias que, como demostraciones concretas dejan
ver posibles líneas de acción, aspectos por reforzar y soluciones prácticas
sobre las cuales aanzar los procesos de intervención preventiva; en los
cuales se integren diversas posiciones epistémicas que transformadas en
estrategias aporten a la formulación de prácticas efectivas que apuntalen la
consolidación de la escuela como un lugar seguro.
Este proceder multidisciplinario involucra también, el tratamiento
efectivo de los estresores que ocasionan estados de inestabilidad
socioemocional producto de la exposición prolongada a abusos sistemáticos,
los cuales se exteriorizan en espacios sociales y educativos a través conictos
recurrentes en los que subyace la inadaptación del sujeto a las pautas de
comportamiento social.
8. La atención integral tanto a la víctima como al victimario. Según
Puglisi (2012) y Morales (2023), el trabajo con los sujetos que conforman
el espiral de la violencia, requiere procesos de intervención y prevención
asociados con el desarrollo de competencias sociales, emocionales y afectivas
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que reduzcan la victimización, al que se entiende como un propósito
enfáticamente defendido por el Anteproyecto de Ley de Convivencia Escolar
Pacíca.
Algunas de los factores de riesgo que requieren especial atención
responden a las secuelas psicológicas que alteran signicativamente la
salud mental, entre los que se precisan la reducción del estrés producto del
asedio, la frustración y la depresión, el manejo de sentimientos y emociones
como: el temor, la indefensión aprendida o condicionada, el miedo y la
tristeza, la culpa y la sensación de autopercepción negativa.
En consecuencia, la búsqueda del equilibrio psico-socio-emocional
y el funcionamiento de la víctima y el victimario dentro del contexto
socioeducativo, requiere la revisión de las fuentes directas de la violencia
que se reproduce en la institución educativa y, en función de esta
indagación, precisar estrategias de acompañamiento individualizado y
grupal que reduzcan los episodios de acoso que ocasionan disrupción en
el aula, maltrato y hostigamiento entre pares, problemas de disciplina y
conictividad, discriminación y agresión física (Camps, 2000).
9. Potenciar los procesos de indagación que le permitan a la comunidad
educativa y al Estado profundizar en los estilos de vida, en los modos de
relacionamiento y en las prácticas socioculturales sobre las que se sustenta
la reproducción del maltrato psicológico, emocional y físico. Emprender
acciones de investigación en torno a la detección de los factores de riesgo
responsables del acoso escolar, debe entenderse como la oportunidad para
elaborar diagnósticos que precisen actores responsables, posibles protocolos
de actuación y ajustes institucionales en lo referente a mecanismos
normativos, así como propuestas y recomendaciones que redunden en la
construcción de un clima seguro, armónico y mediado por la paz.
Un acercamiento a los planteamientos de Olweus (2020), deja por
sentada la necesidad de fusionar esfuerzos mediados por la investigación
socioeducativa y familiar, con la nalidad de identicar los factores que
ocasionan la reproducción del acoso en el contexto escolar; lo que demanda
la participación sinérgica que favorezca la recogida, análisis y estructuración
de acciones en torno a nuevas medidas de intervención estratégica.
Esto debe asumirse a su vez, como una alternativa de transformación
de la que depende el compromiso razonable y la elevación del nivel de
consciencia de los factores de socialización, en la compleja tarea de adoptar
medidas de intervención preventiva que modiquen hábitos y prácticas
destructivas por modos de relacionamiento anti-acoso, que redimensionen
la conanza, el trabajo sistemático y comprometido con la convivencia en
condiciones de respeto.
10. Promover la cultura de paz, la gestión pacíca de conictos y los
procesos de acuerdo fundados en el diálogo respetuoso, simétrico y
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Estrategias de atención socioeducativa a la conictividad multifactorial que atraviesa la escuela.
Aportaciones referenciales del Anteproyecto de Ley de Convivencia Escolar Pacíca
empático. El compromiso con respecto a la construcción y establecimiento
de la paz positiva demanda esfuerzos formativos destinados no solo
a la comunidad educativa, sino a la sociedad en general. De allí, que los
docentes, estudiantes, padres-representantes y personal administrativo se
involucren en procesos educativos en los que se potencien las relaciones
interpersonales, el uso de la comunicación asertiva y el reconocimiento
al pluralismo, así como la convivencia democrática y paritaria en lo que
respecta a derechos y obligaciones.
Se trata entonces de tomar conciencia sobre el uso de mecanismos
alternativos que pudieran conducirlos a los sujetos en conicto a
soluciones pacícas, que movilicen los ánimos de la solidaridad y
reduzcan el: “Sentimiento de miedo o de inseguridad que, por ser opuesto
a la racionalidad, ocasionan que los sujetos se autoperciban excluidos
de la comunidad humana, lo que deviene en la creación de un ambiente
amenazante que amplía la resignación” (Maalouf, 1999: 18). En tal sentido,
la cultura de paz pretende motivar la reexión sobre los conictos que
nos han sido heredados del pasado y, que por ser responsables de las más
cruentas tragedias, requieren el cuestionamiento que amplíe la visión del
mundo, como resultado de la identicación de aspectos destructivos de la
convivencia saludable, entre los que se precisan: sufrimientos históricos,
lamentos y persecuciones así como injusticias.
Lo dicho implica, abordar los elementos que nos han distanciado y a los
que se les adjudica la descomposición de la relaciones entre la humanidad,
a decir: la arrogancia, el racismo y la xenofobia que, aunado a vulnerar los
derechos del otro nos han hecho coparticipes de injusticias contagiosas y de
conictos sangrientos.
Frente a este degradante panorama, educar para la paz supone la
búsqueda de puntos de encuentro fundados en la resignicación de
las ideas y creencias, en un intento por consolidar personalidades con
sentido de corresponsabilidad y dispuestas a adoptar como parte de sus
estilos de vida, la convivencia en torno a intereses comunes para todos los
seres humanos, de valores como la aceptación desde la reciprocidad y el
intercambio cultural enriquecedor, a los cuales entender como factores de
protección de los que dependen el resguardo del mayor patrimonio de la
humanidad, la convivencia digna.
11. Fomentar la actuación ciudadana fundada en la comprensión
empática y el reconocimiento recíproco. Proceder en esta dirección plantea
como desafío, trabajar en función de la aceptación de la diversidad que
acompaña al otro, de sus formas de vida y las percepciones propias sobre el
mundo. Para Delors (1996), la sociedad del futuro demanda la construcción
de lazos positivos entre sujetos, en quienes se hace perentoria la necesidad
de reforzar la cohesión en torno a vínculos referenciales que fundados en:
“El sentimiento de pertenencia y solidaridad, ayuden en el desarrollo del
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ser humano en su dimensión social, propiciando el respeto a la diversidad
de los individuos y de los grupos humanos mediante la práctica de reglas
comunes” (1996: 55).
Educar para el ejercicio pleno de la ciudadanía, debe asumirse como
una estrategia asociada con el enseñar y aprender a vivir juntos, pero
además, a convertirnos en sujetos activos, conscientes y corresponsables
de la edicación de las condiciones necesarias para vivir en armonía; según
propone Cortina (2009), la formación de una sociedad en la que prime la
inclusión y la tolerancia, demanda esfuerzos institucionales que atiendan
la práctica de valores universales, a partir de los cuales edicar el proyecto
común que nos debe instar al: “Descubrimiento del sentido de la equidad y
la justicia, que acondicione nuestro mundo para hacerlo habitable” (2009:
190). Esto reere a la motivación esperanzadora que nos invita a construir
un mundo cada vez más armónico, en el que la praxis de ciertos valores
ayude en la tarea humanizadora de elevar las cualidades individuales y
colectivas, así como la conciencia moral que ayuden a vivir en condiciones
de respeto recíproco.
Este desafío como parte de los propósitos de las agendas globales en
materia de educación en derechos humanos, reitera la necesidad de
promover estrategias de intervención preventiva que ayuden en el proceso
de transformar los estilos de relacionamiento, la exibilización de la mente
y la adopción del sentido de corresponsabilidad en torno al bienestar del
otro.
Estas estrategias como parte de la educación en valores cívicos, precisa
la potenciación de “la libertad, la igualdad, la solidaridad, el respeto activo
y el diálogo, o mejor dicho, la disposición, para resolver los problemas
comunes a través del diálogo” (Cortina, 2009: 193). En otras palabras, la
consolidación de los ideales de los que depende la dignicación de la vida
humana, requiere del trabajo por la igualdad y la justicia, como el proceso
necesario para lograr la erradicación de la opresión y la desigualdad socio-
histórica y cultural.
12. Integrar la educación intercultural y multicultural como parte
de los procesos formativos, además de pertinencia social, le otorga a la
institución educativa la posibilidad para lograr la verdadera inclusión como
parte de la denomina democracia social, que procura el logro de puntos de
encuentro en el que cada sujeto logre ver al otro desde la aceptación y el
reconocimiento, como valores que aporten a la erradicación de la exclusión
y la violencia. Según propone Sarramona (2007), la educación intercultural
cuenta con propósitos precisos de los que depende el entendimiento
entre agrupaciones socioculturalmente divergentes, en quienes procura
estrechar lazos de encuentro que, mediante el: “Compartir de valores
universales, amplíen la concepción del mundo y de la vida, lo cual supone,
la praxis principios básicos que provean las condiciones para el desarrollo
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Aportaciones referenciales del Anteproyecto de Ley de Convivencia Escolar Pacíca
de actitudes tolerantes” (2007: 82). Este nivel de reconocimiento recíproco
según Delors es el resultado del denominado igualitarismo intercultural
que “acepta con tolerancia y respeto al otro, como condición para vivir en
paz y en democracia” (Delors, 1996: 63).
Para Delors, algunas acciones estratégicas que deben promoverse desde
los procesos educativos tienen que ver con la revalorización del pluralismo
cultural: “Presentándolo como fuente de riqueza humana; la erradicación
de los prejuicios como factores de violencia y exclusión, los cuales deben
combatirse mediante una información mutua sobre la historia y los valores
de las distintas culturas” (Delors, 1996: 64). Esto signica desde la praxis de
la educación intercultural, exibilizar el pensamiento para comprender el
indiscutible valor de la diversidad cultural, a la que se debe estimar desde la
cohabitación que reduzca la conictividad entre agrupaciones; este sentido
de apertura debe entenderse como el resultado de la adopción del espíritu
crítico y de la capacidad para descifrar similitudes entre acontecimientos
históricos, prácticas y sistemas de creencias, en un intento por garantizar:
“La armonía social que estimule el diálogo democrático y el alcance de la
paz” (Delors, 1996: 64).
13. Formar a los administradores de justicia. Proceder en dirección a
la educación para la atención oportuna a las víctimas de acoso, requiere
facilitar una serie de condiciones que redimensionen la empatía, la
conanza y sentido de apertura, como aspectos necesarios para establecer
una relación de ayuda coherente y apropiada. Esto implica generar
acciones de asesoramiento y acompañamiento, que propicien en la víctima
la sensación de seguridad y resguardo de su integridad; en razón de estas
condiciones, los funcionarios de justicia deben recibir formación ética
que, además de elevar el compromiso y la corresponsabilidad, ayuden al
manejo y la superación de las crisis multidimensionales ocasionadas por la
conictividad.
En tal sentido, parte de los principios rectores del quehacer de los
funcionarios del poder judicial deben girar en torno a la: “Honestidad,
integridad, respeto, responsabilidad, conanza, sinceridad, compartir,
cooperación, tolerancia, justicia, equidad, y capacidad para el diálogo”
(Centro de Documentación del INDESOL, s/f: 24). Ampliar los procesos
de atención a las víctimas debe asumirse entonces, como parte de los
requerimientos para satisfacer las necesidades psicosociales que por
encontrarse en desequilibrio y disfuncionalidad, demandan especial
consideración hasta lograr la estabilidad emocional y afectiva, que le permita
al sujeto pasivo de la relación violente ajustar su dimensión cognitiva, social
y psicológica para racionalizar, tomar decisiones y comprometerse con su
recuperación.
14. La conformación de los Consejos Convivencia Pacíca Escolar.
Según pauta el Anteproyecto de Ley de Convivencia Escolar Pacíca,
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estos órganos tienen la responsabilidad de diseñar, formular y organizar
programas tanto de intervención como de prevención, que propicien la
transformación de la escuela en un espacio seguro, libre de acoso en sus
diversas manifestaciones. Esto implica tareas importantes que deben
complementar sus actuación, entre las que se precisa motivar la integración
de esfuerzos de los diversos actores sociales e institucionales, quienes en
su quehacer activo aporten ideas, estrategias y experiencias que, desde el
compromiso y la participación, ayuden en la construcción de un ambiente
de paz positiva y de respeto a la diversidad.
Lo anterior reere, entre otros aspectos, al manejo de valores importantes
como la coordinación de actuaciones y el sentido de la cooperación en
función de convertir a la institución educativa en un espacio para el alcance
de la plenitud individual y colectiva, pero además, para el desenvolvimiento
cognitivo, social, físico y emocional que predispongan al sujeto para
aprender y convivir en armonía. Para ello, se considera imprescindible
trabajar aspectos medulares que determinan la convivencia escolar, entre
los que se mencionan: el reconocimiento de los derechos humanos propios
y del otro, el respeto a la dignidad y a la integridad de los pares, aprender a
vivir en paz, en igualdad y en orden, mediante la praxis de la cordialidad, la
tolerancia y la no violencia, así como el ejercicio de la ciudadanía con apego
al manejo vivencial de valores que potencien conductas sociales positivas.
Conclusiones
Enfrentar el acoso escolar como fenómeno multifactorial demanda el
concierto de esfuerzos de los factores de socialización en torno a la formación
para el respeto, la tolerancia y el reconocimiento desde la reciprocidad,
cuyo enfoque sea apuntalar los cimientos de una sociedad plural como el
contexto en el que cada sujeto asuma con responsabilidad la sustitución de
prácticas nocivas por el diálogo simétrico y respetuoso que coadyuve con el
entendimiento de las particularidades relacionadas con las formas de ver
el mundo.
Esto implica, adoptar el compromiso con el establecimiento de un clima
escolar positivo, en el que la conictividad logre manejarse a través del uso
de mecanismos vinculados con el acuerdo mutuo y el consenso mediado
por la exibilidad del pensamiento, que ayude en la valoración del otro
como sujeto social de derecho.
En tal sentido, maximizar las posibilidades para convivir en armonía
y desde el encuentro, requiere el operar institucional en torno a la
construcción del proyecto común denominado sociedad, desafío que invita
a la transformación de los modos de relacionamiento destructivos, la
renuncia a la intolerancia y al individualismo, como factores de riesgo que
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Aportaciones referenciales del Anteproyecto de Ley de Convivencia Escolar Pacíca
atentan contra la diversidad inter e intrasocial; lo cual reere al tratamiento
de las corrientes sociales globales que sustentadas en el fundamentalismo,
han exacerbado la conictividad colectiva hasta ocasionar desorientación
moral y distorsión en los vínculos positivos de los que depende tanto el
equilibrio personal como la predisposición del sujeto para relacionarse
positivamente con sus pares.
Lograr estos cometidos debe entenderse como el resultado del
afrontamiento de las prácticas disruptivas que han sido transmitidas
generacionalmente y, en las que subyacen actuaciones como la sumisión
y la dominación, como rasgos que por asociarse el patriarcado conducen a
la denominada indefensión aprendida o condicionada, estado emocional
que ocasiona la entrega de la voluntad de la víctima al victimario, en
quien se amplía las posibilidades para perpetrar actos atroces que atentan
contra la integridad personal y la dignidad humana; dadas las condiciones
particulares por las que atraviesa Venezuela, atender con especial énfasis
estos factores destructivos de la individualidad, requiere el abordaje
del abandono familiar y los efectos de la deprivación social que, como
reforzadores del resentimiento ocasionan la alteración del clima escolar,
la elevación de los abusos de poder entre agrupaciones y la emergencia del
maltrato en sus diversas manifestaciones.
En síntesis, el compromiso del Estado venezolano en lo referente a
los procesos educativos, debe girar en torno a la promoción de formación
de ciudadanos con la disposición para participar de la vida social sin con
respeto a la dignidad e integridad de quienes hacen parte de su entorno
de convivencia cotidiana; por ende, conviene reiterar el valor de la
ciudadanía, que invita a actuaciones civiles, respetuosas de la diversidad
y de las particularidades socioculturales de quienes integran el contexto
socioeducativo. Esto sugiere, el involucramiento de los factores de
socialización, quienes en actuación sinérgica impulsen políticas públicas,
acciones de intervención preventiva y programas acompañamiento que
apuntalen la búsqueda del entendimiento recíproco y empático, como
requerimientos para consolidar el proyecto común de la humanidad, una
sociedad funcional y pacíca.
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Esta revista fue editada en formato digital y publicada
en julio de 2023, por el Fondo Editorial Serbiluz,
Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela
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