Las luchas noviolentas del MST durante el

esplendor neoliberal brasileño (1989-2002)*

 

Liosdany Rodríguez Valle**

Miguel Carlos Gómez Oliver***

Resumen

En el artículo se analiza el desempeño político del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) en Brasil desde 1989 hasta el 2002. El objetivo es revelar analíticamente las particularidades de las luchas noviolentas del MST por el acceso democrático y equitativo de los campesinos a la propiedad de la tierra a partir de 1989; etapa marcada por el empleo de mecanismos violentos por parte del Estado, en pleno auge del neoliberalismo. Se realiza desde una perspectiva metodológica cualitativa, utilizando cómo técnicas de recolección de datos la Revisión Bibliográfica-Documental y el Análisis de Contenido. Los resultados permiten concluir que el MST y sus líderes fueron criminalizados y enfrentaron la violencia de la policía, el ejército y los pistoleros al servicio de las corporaciones y del latifundio. Sin embargo, se verificó cómo la lucha del MST se realiza mediante la acción política noviolenta y usando métodos pacíficos, entre ellos, las ocupaciones de tierras, campamentos, caminatas, cartas a políticos, declaraciones públicas, protestas masivas, exigencias al ejecutivo nacional, manifestaciones en grandes ciudades, publicaciones y manifiestos políticos en los medios de difusión y en su propio órgano de prensa el Jornal dos Trabalhadores Rurais Sem Terra.

Palabras clave: MST; conflicto; noviolencia; violencia; neoliberalismo.

* Este trabajo forma parte de una investigación doctoral relacionada con los métodos de lucha del MST. Se realiza en el Instituto de la Paz y los Conflictos (IPAZ) de la Universidad de Granada (UGr), España. Está financiado con una beca doctoral de la Asociación Universitaria Iberoamericana de Postgrado (AUIP).

** Profesor Auxiliar y Máster en Relaciones Internacionales. Instituto de la Paz y los Conflictos, Universidad de Granada, España. C/ Rector López Argüeta, S/N. C.P. 18071. Granada, España. Tel. 0034 603350292. Correo: liosdany@correo.ugr.es

*** Catedrático y Doctor en Ciencias. Departamento de Historia Contemporánea, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Granada. Campus Universitario de Cartuja s/n C.P. 18071. Granada, España. Tel. 0034 958246369. Correo: migomez@ugr.es

Recibido: 13-11-2016 ~~~ Aceptado: 24-03-2017

MST’s nonviolent struggles during the Brazilian neoliberal splendor (1989-2002)

Abstract

The article analyzes the political action of the Landless Rural Workers´ Movement (MST) in Brazil from 1989 to 2002. The objective is to reveal analytically the particularities of the MST’s nonviolent struggles for the democratic and equitable access of peasants to ownership of land since 1989; a stage characterized using violent mechanisms by the Government, at the boom of neoliberalism. It is carried out from a qualitative methodological perspective, using as techniques of data collection the Bibliographic-Documentary Review and the Content Analysis. The results allow to conclude that the MST and its leaders were criminalized and faced the violence of the police, the army and the gunmen at the service of the corporations and the large landowners. However, it was verified how the struggle of the MST is carried out through nonviolent political action and using peaceful methods, including land occupations, camps, walks, letters to politicians, public statements, mass protests, demands to the national executive, demonstrations in large cities, publications and political manifests in the media and in the Jornal dos Trabalhadores Rurais Sem Terra, its own press organ.

 

Keywords: MST, conflict, nonviolence, violence, neoliberalism.

 

Introducción

 

Las luchas campesinas en sus disímiles expresiones son señales de resistencia de la población rural contra la desterritorialización que promueve el capitalismo, entendiendo el territorio como espacio de realización de la vida en sus diferentes dimensiones (económicas, sociales, culturales, políticas, etc.,). “Las propiedades campesinas y las capitalistas son territorios distintos, son totalidades diferentes, donde se producen relaciones sociales desiguales, que promueven modelos opuestos de desarrollo” (Mançano Fernandes, 2008: 6). Para resistir a los procesos violentos de desterritorialización el campesinado intenta reterritorializarse de diversas maneras, que se modifican, avanzan o retroceden, conforme a las coyunturas económicas, sociales y políticas.

El Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) como representante de gran parte del campesinado brasileño y heredero de las tradiciones de lucha por la tierra, especialmente las llevadas a cabo a partir de la primera mitad del siglo XX por las Ligas Campesinas y el Movimiento de Agricultores Sin Tierra (MASTER), emerge en las postrimerías de la década de los 70 (Mançano Fernandes, 2000: 49). Factores de carácter social, económicos, políticos e ideológicos-culturales se combinaron dentro de los marcos de la dictadura militar que se extendió desde abril de 1964 hasta 1984, para el nacimiento de uno de los movimientos sociales más importantes de América Latina (AL) en los últimos 30 años.

El período final de la década de los 80 y el inicio de los 90 marcan un viraje en la historia mundial, pues con el derrumbe del llamado “modelo eurosoviético” (García Báez, 1994: 60), se viene abajo un paradigma que, si bien estaba muy lejos de lo que predicaba ser, era el otro polo de poder que servía de freno a los mecanismos de explotación y violencia armada del imperialismo norteamericano y de sus aliados. La debacle del “socialismo real”1 (Aguilera García y Labrada Fernández, 1994), para unos esperada, para otros sorpresiva, impactó negativamente a las organizaciones políticas de izquierda en todo el orbe y sirvió de aliento al neoliberalismo, de manera particular en AL, donde las recetas del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) encontraron excelente receptividad entre las élites y varios Gobiernos de turno. Brasil no dejaría de ser la excepción en medio de esa oleada, con afectaciones considerables para el sector campesino.

El ambiente de democratización de Brasil que se vivía en la segunda mitad de la década de los ochenta exigía una nueva Constitución, pues aún estaban vigentes las leyes de la dictadura. Las movilizaciones populares solicitan aprobar normas jurídicas progresistas y la derecha por su parte también hizo hasta lo imposible para impedir las conquistas de los trabajadores (Gil Kinso, 2001). Además del uso de la violencia contra los militantes izquierdistas y sus líderes, intentan convencer a la opinión pública de que es necesario preservar el derecho de la propiedad de la tierra.

La pretensión principal de los latifundistas en el período constituyente, fue garantizar el derecho absoluto de la propiedad y sólo aceptar la expropiación de tierras improductivas. Pero las luchas rurales logran algunos resultados y la nueva Constitución promulgada el 5 de octubre de 1988, le da estatus constitucional al Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA). En la nueva Carta Magna se define la expropiación de los inmuebles que no cumplan una “función social” (Constituição da República Federativa do Brasil, 1988: artículo 186).

El estudio pretende analizar las dinámicas de las luchas noviolentas del MST por el acceso democrático y equitativo de los campesinos a la propiedad de la tierra a partir de 1989, en una etapa marcada por la violencia y el auge del neoliberalismo que se profundiza a partir del Gobierno de Fernando Collor de Mello-Itamar Franco (1989-1994) y los dos períodos de mandato de Fernando Henrique Cardoso, respectivamente (1994-1998, 1998-2002).

Se trabaja desde una perspectiva cualitativa que permite obtener una percepción más completa del objeto de investigación. Se considera la metodología cualitativa como la más adecuada para atender los objetivos planteados, ya que se caracteriza por ser inductiva, humanista, al tiempo que permite al investigador observar el escenario y las conductas de los grupos humanos o sociales desde una perspectiva holística, comprendiéndolas dentro del marco de referencia de ellas mismas, apartando así –en la medida de lo posible– sus propias creencias, perspectiva y predisposiciones, considerando que todos los escenarios y personas son dignos de estudio.

Cómo técnica de recolección de datos se utilizó la revisión bibliográfica-documental y el Análisis de Contenido. Se revisaron las obras de los principales referentes teóricos y contextuales del estudio. Sobre paz, conflictos y teoría de la acción noviolenta: Capitini, Aldo; Galtung, Johan; López Martínez, Mario; Martínez, Vicent; Vandana, Shiva; Sharp, Gene. Sobre estudios de la cuestión económica, política y agraria: Konder Comparato, Bruno; Mançano Fernándes, Bernardo; Martins de Carvalho, Horacio; Sallum Jr., Basilio; Sánchez Vázquez, Adolfo; Stédile, João Pedro; Umbelino de Oliveira, Arriovaldo y Vaz da Motta Brandão, Rafael, entre otros.

Para el estudio de la criminalización y la violencia sobre el MST, así como los métodos de acción, se analizó fundamentalmente el contenido de: Jornal dos Trabalhadores Rurais Sem Terra en el período 1989-2010. La elección del periódico del movimiento se justifica porque es el órgano divulgativo donde se concentran la mayor cantidad de materiales referidos a sus luchas. También, se analizaron noticias aleatorias sobre el MST aparecidas en Folha de São Paulo y el semanario revista Veja, para lograr captar puntos de vista diversos sobre el tema estudiado. Finalmente, la recolección de datos se complementó con la realización de entrevistas a líderes del MST, senadores y diputados de diferentes partidos políticos con el propósito de conocer sus apreciaciones y puntos de vista sobre el objeto de estudio, como actores claves en el escenario político brasileño.

1. Lo que significa la noviolencia

 

Según el investigador de la Universidad de Granada (UGr) Mario López Martínez, el pedagogo italiano Aldo Capitini fue quien comenzó a usar el término noviolencia, por el año 1931. Capitini la identificaba con la satyagraha, término empleado por Gandhi para significar: fuerza de la verdad y de la justicia. El también filósofo insistía –según López–, en: “La importancia de que la noviolencia se identificara con una concepción humanista, espiritual y abierta de las relaciones humanas conflictivas” (López Martínez, 2012: 10). Constituía una suerte de “un programa constructivo y abierto [...] de tipo ético-político, social y económico de emancipación en el que se pretendía, al máximo de lo posible, reducir el sufrimiento humano” (Capitini, citado por: López Martínez, 2012: 10).

A los efectos de este trabajo asumimos la idea de (López Martínez, 2012: 15), sobre la definición de noviolencia como un método legítimo de lucha sociopolítica. El autor considera que es la forma de lucha no armada y no cruenta contra las diversas expresiones de las injusticias (desigualdad, opresión, control, explotación, dependencia, y otras formas de violencia o de crueldad humanas). Métodos y técnicas que permiten, al mismo tiempo, la presión, el forcejeo, la pugna, la lucha, entre otros, siempre respetando la vida y la integridad física del adversario, pero no renunciando a incorporar tensión en esos procedimientos.

Por su parte, el politólogo norteamericano Gene Sharp (2014), referente internacional cuando de resistencia noviolenta se trata, explica que el supuesto político básico de la misma se da cuando las personas en cantidad suficiente y durante un tiempo considerable se niegan a cooperar, desobedecen, retiran su apoyo y desafían a los oponentes, eso hace que el sistema jerárquico o gobernantes pierdan el poder.

Afirma que esto se da porque los que algunos gobernantes no tienen un poder exclusivo, su poder depende, en principio, de los gobernados; por ello, el grado de su poder deriva siempre del grado de obediencia y cooperación de los miembros de la sociedad. Cualquier Gobierno necesita gozar de autoridad para mantener la obediencia voluntaria y continua, de esa manera garantizar su existencia. La: “[…] Pérdida de autoridad pone en movimiento la desintegración del poder del gobernante. Su poder se reduce en proporción a la autoridad que se le niegue” (Sharp, 2014: 19-20). De ahí que afirme:

[...] la acción noviolenta es una técnica por medio de la cual las personas que rechazan la pasividad y la sumisión y que ven la lucha como esencial, pueden luchar sin usar la violencia. La acción noviolenta no es una invitación a evitar o ignorar el conflicto. Es una respuesta al problema de cómo actuar con eficacia en la política, especialmente en lo que toca al ejercicio del poder (Sharp, 2014: 20).

La lucha en contra de los adversarios políticos se puede llevar a cabo practicando los Métodos de Acción Noviolenta que propone Gene Sharp en su libro La lucha política noviolenta. Criterios y métodos (1988). Estos métodos, sistematizados por el politólogo en el popular texto De la dictadura a la democracia. Un sistema conceptual para la liberación, cuyo enfoque -según el propio autor-, es: “El problema genérico de cómo destruir una dictadura y cómo impedir el surgimiento de una nueva” (Sharp, 2011: IX), han sido usados por diversos movimientos políticos en el mundo. De los más recientes pudiéramos citar los que actuaron durante las llamadas Revoluciones de Colores2 en la década de los 2000 y los organizadores de las manifestaciones en algunos países árabes a partir del 2010, en la denominada Primavera Árabe.3

Si bien es cierto que Sharp ha sido uno de los consejeros de los movimientos anticomunistas a partir de 1989, y que en esta investigación no se comparte, entre otras cosas, su visión parcializada con los poderes hegemónicos, en temas como la democracia, los derechos humanos, los sistemas políticos que cataloga como dictatoriales, ni incluso con algunas de las acciones que recomienda, se considera que la mayoría de los métodos de acción noviolenta que propone son viables, efectivos y podrían aplicarse por cualquier organización política de izquierda para conquistar sus objetivos contra los poderes que representan a las fuerzas conservadoras.

 

2. El MST durante el Gobierno Collor de Mello-Itamar Franco

 

El año 1989 reviste particular importancia para las luchas de resistencia del MST, pues celebran el Quinto Encuentro Nacional del 27 de febrero al 3 de marzo, cuyo tema fue Ocupar, resistir e produzir [Ocupar, resistir y producir]. Presentan un Plan Nacional4 para cuatro años, con cuatro puntos clave: el primero hace un análisis del impacto del capitalismo en el campo y del papel de la Reforma Agraria como forma de acceso a la tierra; el segundo, reivindica la necesidad de las ocupaciones para impulsar la Reforma Agraria; en el tercer punto, defienden la alianza obrero-campesina para el fortalecimiento de las luchas de los trabajadores y; en el cuarto, presentan las perspectivas para el cuatrienio 1989-1993, desarrollando las luchas vinculadas a la organización interna.

Lo particular de este encuentro, está en la importancia que se le comienza a dar a la creación de un modelo propio de producción en la agricultura dentro de los asentamientos, una manera pacífica de luchar contra el esquema capitalista hegemónico, basado en las producciones extensivas e intensivas y alcanzar la soberanía alimentaria para sus integrantes.

El año 1989 también es clave políticamente para la nación, finalmente después de 25 años, los brasileños concurren a unas elecciones para elegir directamente al presidente. Esos comicios serían los primeros de los cuatro en los que participaría como candidato el líder del Partido de los Trabajadores (PT) Luiz Inácio Lula da Silva, quien sintetizaba en su programa las aspiraciones del MST. Lula es derrotado en segunda vuelta por Fernando A. Collor de Mello, representante de la derecha, con el Partido da Reconstrução Nacional [Partido de la Reconstrucción Nacional] (PRN), un hecho que frustra temporalmente en alguna medida las esperanzas del movimiento.

Esas elecciones, en particular la segunda vuelta, son entendidas por el MST como el enfrentamiento trabajador vs burguesía (MST, 1989: 3). Fue una derrota electoral que tuvo efectos para todos los movimientos de masas del país que venían desarrollando una intensa lucha en los últimos diez años. Comienza una etapa compleja para el MST en la que enfrenta la violencia exponencial de los latifundistas y del Gobierno, que no escatiman con tal de desaparecerlos del escenario político. En 1989 la cantidad de familias asentadas ascendía a 89.350 y los asentamientos habían crecido en 500 en tan solo cuatro años (615) llegando a tener 4.315.762 hectáreas ocupadas.

El inicio de esta etapa neoliberal que continuaría en los años posteriores, permite tácitamente la acción de la União Democrática Ruralista (UDR) [Unión Democrática Ruralista] y de la violencia contra los campesinos, sin el menor avance en la Reforma Agraria. Sobre este particular se pronuncia el MST en marzo de 1990 en el Jornal dos Trabalhadores Rurais Sem Terra (JST), afirmando que la derecha quiere implantar un modelo de desarrollo que descarte la Reforma Agraria y copie el sistema agrícola de Estados Unidos de América (EUA), para lo que, se apoyarán en la represión directa, amparados por un discurso de legitimidad que está garantizado por el voto popular (MST, 1990: 3). El líder del MST Joao Pedro Stédile y Bernardo Mançano (2005) calificarían el período 1990-1993 como de crisis para la organización de los sin tierra, ya que Collor desmanteló las políticas públicas para la agricultura desde su llegada al poder.

En la mencionada edición de JST, un artículo titulado A nova face da violencia [La nueva fase de la violencia], hace referencia al balance provisional de los conflictos en el campo durante 1989, que en el mes de enero había divulgado la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT). Se daba a conocer que en ese año se habían registrado: 39 asesinatos de trabajadores; 370 conflictos en el que estuvieron involucrados 159.843 personas; 309 prisiones ilegales; 101 casos de amenazas de muerte y 94 tentativas de homicidios. El artículo explica que comienza una nueva forma de violencia porque los latifundistas articulados en la UDR preferirían la represión al asesinato por lo que crecen los grupos de paramilitares (MST, 1990: 7).

Collor de Mello representa un Gobierno comprometido con el capital internacional y los latifundistas, y en solo dos años y medio en el poder sigue al pie de la letra las indicaciones neoliberales del “Consenso de Washington”. Las privatizaciones de las empresas estatales, el despido masivo de trabajadores de la función pública, la restricción del retiro de dinero de las cuentas bancarias y el aumento de la tarifa de servicios públicos, entre otras medidas, que no pudieron contener la inflación ni la caída del PIB, generando una situación económica compleja, unida a un gran escándalo de corrupción que forzó su renuncia ante la presión popular (Carvalho, 1993: 2-3).

Entre el 8 y el 10 de mayo de 1990 se celebra en Brasilia el Segundo Congreso Nacional del MST bajo la consigna Ocupar, resistir e producir. Se realiza en medio de un proceso de institucionalización y territorialización, en el que ya el movimiento había establecido una estructura organizativa que le permite implantarse nacionalmente (diecinueve Estados) e intensificar su resistencia noviolenta. En uno de los documentos finales titulado Nossa Posiçᾶo, Ocupar, resistir e producir, firmado por la dirección nacional, declara su decisión de luchar por sus derechos y combatir el latifundio.

Aunque se intensifica la lucha por la tierra durante el Gobierno de Collor de Mello también aumenta la represión contra los sin tierra, que impide en muchos casos hacer efectivas las ocupaciones, principalmente por la actuación violenta de la Policía Federal. Para garantizar su existencia, el movimiento se concentra en resistir pacíficamente y comienza a desarrollar la organización interna, la producción dentro de sus asentamientos a través de cooperativas agropecuarias y de servicios, diferentes al modelo tradicional capitalista; también empieza la articulación de sus luchas con las de la clase trabajadora en general.

Además, como la tierra no es el único derecho que el sistema les niega, a través de la consolidación de su estructura desarrollan otras dimensiones de actuación. Junto a la lucha por la tierra comienzan a dar batalla por otros derechos básicos de la ciudadanía, el acceso a servicios de salud, educación, vivienda, transporte, por mencionar algunos.

La violencia del Gobierno de Collor y la falta de diálogo, es suficiente para que la cantidad de asentamientos se reduzca de 615 a 478 en el período 1990-1994, lo que significa la disminución de 23 785 familias menos asentadas (Ver tabla 1).

 

Tabla 1.

Asentamientos rurales según MST. Brasil 1990-1994

 

I

Fuente: (Mançano Fernandes, 2000: 269).

 

 

Después de la renuncia de Mello le sucede interinamente su primer vicepresidente Itamar A. Cautiero Franco para terminar el período presidencial. En medio de una profunda crisis económica, el nuevo presidente lanza el denominado Plan Real que le permite estabilizar la economía después de cuatro planes fallidos (Sáinz y Calcagno, 1999). Para ejecutar el Plan designa a uno de sus creadores como Ministro de Hacienda, a Fernando Henrique Cardoso, quien llevaba la cartera de exteriores hasta ese momento.

Por su parte, Itamar Franco en su breve período en el poder sostuvo una actitud de mayor intercambio con los demás actores sociales donde el MST comienza a ser tratado como un interlocutor político. Es el primer presidente de la República que recibe el 2 de febrero de 1993 a la Coordinación Nacional del MST, después de nueve años de fundado el movimiento y haber enfrentado profundos conflictos en el área rural.

Ante el incremento de las ocupaciones de tierra, el Gobierno responde con una política de asentamientos. No solo el MST, que ya estaba consolidado como movimiento nacional lidera los asentamientos en esa etapa, sino otras organizaciones a nivel estadual o local que se incorporan de manera más protagónica a partir de la segunda mitad de los noventa y luchan por la conquista de la tierra.

El éxito del programa económico para reducir la inflación que lideró Cardoso siendo Ministro de Hacienda, lo coloca en el escenario electoral de 1994 con el apoyo de Itamar Franco. El día 3 de octubre de 1994 gana las elecciones en primera vuelta con el 54,27% de los votos válidos, superando a Lula quien competía por segunda ocasión, quedando este en el segundo puesto con el 27,04 % de los votos.

 

3. El MST durante la gestión de Fernando Henrique Cardoso

 

Fernando Henrique Cardoso, fundador del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), compuesto por el ala izquierda del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), abandona la socialdemocracia y retoma el proyecto neoliberal iniciado por Collor, con la voluntad política de quitar cualquier obstáculo que pudiera impedir el desarrollo y la reproducción del gran capital. Se dispuso desde sus inicios a expulsar a millones de campesinos del campo para la ciudad, planteando la meta de que solo el 6% de la población permaneciera en el campo.

En ese contexto neoliberal, se realiza del 24 al 27 de julio de 1995 el III Congreso Nacional del MST en Brasilia, bajo el lema Reforma agrária, uma luta de todos [Reforma Agraria, una lucha de todos]. En esa etapa ya es un movimiento mucho más sólido y curtido en la resistencia a la violencia de los años anteriores, también habían crecido las ocupaciones de tierras, la creación de nuevos campamentos y la conquista de nuevos asentamientos.

La madurez de la organización le permite plantearse tareas de organización interna como la educación en los asentamientos y los campamentos, la discusión de la comunicación popular, la participación de las mujeres, entre otras. Se comienza a divulgar la idea de que esta Reforma Agraria era imposible sin el apoyo del resto de la sociedad, con un mensaje ideológico muy claro, de que sin un desarrollo del medio rural era improbable el desarrollo del país en su conjunto (Diogo y Estevam, 2014: 36).

Un logro político importante del Congreso fue la audiencia concedida el 27 de julio por el presidente Cardoso para recibir en manos de 28 representantes del movimiento un pliego de reivindicaciones. Este recibimiento se da gracias al prestigio que se había ganado ya el MST por los años de lucha y a la acción noviolenta ejercida por 5.000 delegados que se manifestaban frente al palacio de Gobierno.

En el Congreso también se aprueba el Programa Agrario del MST que se venía discutiendo desde 1993. Era una propuesta de reorganización del medio rural en Brasil y como novedades aporta el acceso a la educación y a la organización de escuelas como parte de una Reforma Agraria; así como la formación de la agroindustria para aprovechar las producciones, sumar valor a las materias primas y comercializar por ellos mismos el producto final a menor precio, que garantizara mayor soberanía alimentaria frente a las Empresas Trasnacionales (ETN); en todos los sentidos los métodos de lucha utilizados serían pacíficos y reivindicaban la opción de la lucha noviolenta, frente a un modelo violento por naturaleza como lo es el neoliberal.

El nuevo Gobierno, comprometido con el latifundio, usa todas las vías para desestimular la lucha del MST: primero los ignora, después intenta cooptarlos a través del INCRA, para lo cual designa a Francisco Graziano al frente del organismo. Visitaban los campamentos e intentaban dar una imagen de buena comunicación con los campesinos; cuando se percataron de que no les funcionaba ni el desconocimiento ni la cooptación, comienzan a usar la violencia directa.

Gran repercusión pública tuvo la confrontación con la Policía Militar el 9 de agosto de 1995, cuando en horas de la madrugada invade sorpresivamente, a 500 familias que acampaban en la hacienda Santa Elina en Corumbiará, Estado de Rondônia. Según datos ofrecidos por el Gobierno, el saldo de la acción fue la muerte de nueve trabajadores acampados y una menor de edad, además de dos policías. Estos datos difieren de los suministrados por el MST, quienes aseguran que fueron 16 los trabajadores muertos en la masacre y 7 los desaparecidos. También, es diferente el número de víctimas contenidas en el Informe Nº 32/04, Caso 11.556 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de fecha 11 de marzo de 20045 y que en sus conclusiones hace responsable al Estado brasileño en varios puntos, a saber:

[…] la violación al derecho a la vida, a la integridad personal, a la protección judicial y a las garantías judiciales consagrados en los artículos 4, 5, 25 y 8, respectivamente, de la Convención Americana, en perjuicio de los trabajadores sin tierra identificados en el presente informe, debido a las ejecuciones extrajudiciales, lesiones a la integridad personal, y violaciones de la obligación de investigar, del derecho a un recurso efectivo y de las garantías judiciales cometidas en su perjuicio. La Comisión determina igualmente que el Estado violó su deber de adoptar disposiciones de derecho interno, en los términos del artículo 2 de la Convención Americana, y violó también la obligación que le impone el artículo 1(1) de respetar y garantizar los derechos consagrados en la Convención. La CIDH concluye asimismo que el Estado brasileño violó los artículos 1, 6 y 8 de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura (CIDH, 2004, 39).

En este escenario complejo, los crímenes contra los sin tierra eran cada vez mayores, los hechos violentos ocurridos en el estado de Pará en abril de 1996 superarían a los de la finca Santa Elina. Alrededor de 1.100 manifestantes realizaban una marcha rumbo a Belém, la capital del Estado de Pará, después de haber ocupado la hacienda Macaxeiras para forzar al Gobierno del estado y al Federal a la expropiación de las tierras. El 17 de abril acontece uno de los mayores crímenes de la historia en el campo brasileño, quedando reflejada la vergüenza en la portada de Jornal do Brasil y en la memoria popular como la Masacre de Eldorado dos Carajás.

Los manifestantes fueron cercados en la Curva de la S, trecho de la carretera PA-275 por la Policía Militar, quienes tenían la orden de Paulo Sette Câmara, Secretario de Seguridad Pública del estado, de limpiar la ruta, aunque tuvieran que hacer uso de la fuerza. Los manifestantes pacíficos fueron atacados y diecinueve trabajadores resultaron asesinados, cincuenta y siete quedarían heridos y/o mutilados; a las víctimas se sumaron otros dos que fallecieron con posterioridad a causa de las heridas provocadas por la agresión. Afirma Pinheiro (1996), que no fueron muertes en confrontación, esa versión fue una ficción inventada por las autoridades locales.

En el mes de mayo de 2012 terminaría un engorroso proceso judicial en el que fueron denunciados 154 policías por el Ministerio Público. Solo dos militares que comandaban los batallones de la Policía Militar fueron encontrados responsables del delito de homicidio doloso: el coronel Mário Colares Pantoja y el mayor José Maria Pereira de Oliveira, sancionados a penas de 228 y 158 años de prisión respectivamente (Globo.com, 2012).

Esa matanza conmocionó a la población brasileña y junto a los hechos de Corumbiara, lograron captar la atención de la comunidad internacional sobre la crisis que estaba viviendo el sector campesino en el país. A mediados de los años 90 los sin tierra comenzaron a destacarse en el escenario político brasileño y la lucha por la Reforma Agraria se proyectó a nivel nacional, obteniendo una amplia aceptación popular6. El apoyo recibido y las protestas en otros continentes contra la impunidad en el campo, principalmente en Europa, ayudó a legitimar la lucha del movimiento. En memoria de los mártires de Eldorado la organización Vía Campesina declaró el 17 de abril como el Día Internacional de la Lucha Campesina (Diogo y Estevam, 2014).

La postura del Gobierno frente al MST dio un giro después de los sucesos de Eldorado, aunque al otro día de la masacre el presidente, intentando minimizar el problema, dijo que los sin tierra y la policía militar “representaban a un Brasil arcaico”, se vio compelido a conceder una conferencia de prensa en el Palacio de Gobierno, además de remover al Ministro de Agricultura y desintegrar el ministerio.

Si antes de la masacre de Eldorado el MST era ignorado y no era tomado en cuenta por Cardoso como un actor político importante, después de lo sucedido pasa a ubicarse dentro de los objetivos a combatir. Comienza a coordinar las acciones para enfrentar al movimiento mediante una línea de actuación dura dirigida por el Gabinete Militar de la Presidencia. El nivel de prioridad cambió en poco tiempo y fue designado el general Alberto Mendes Cardoso, Jefe de la Casa Militar del Palacio de Planalto, para supervisar diariamente las actividades de la organización.

En el JST de mayo de 1996 se hace un llamado a la ciudadanía brasileña para evitar que quedara impune el crimen y no volviera a repetirse la tragedia. El escrito titulado O que fazer para garantir puniçᾶo e fim de da violência [Qué hacer para garantizar el castigo y el fin de la violencia] recomendaba a todos participar pacíficamente en debates, encuentros y manifestaciones; presionar al Gobierno para la ejecución de la Reforma Agraria y evitar nuevos conflictos (MST, 1996: 4-5).

En abril de 1997 el MST organiza una gran marcha de 1.000 Km hacia Brasilia, denominada Marcha Nacional por la Reforma Agraria, Empleo y Justicia, para buscar canales de comunicación con la sociedad y exigirle al Gobierno la ejecución de la Reforma Agraria y justicia por el crimen de Eldorado. La masividad de la huelga que terminó en Brasilia con una concentración de 100.000 personas el mismo día que se conmemoraba un año de la masacre sucedida en el Estado de Pará, logró la visibilidad y legitimación del movimiento. Al otro día de la concentración en la capital, el 18 de abril, el presidente recibió a una representación de los organizadores. El recorrido, que intentó ser ignorado por Cardoso al comienzo, tuvo amplia repercusión mediática, tanto por medios nacionales como internacionales. Sobre este punto recuerda sus vivencias el periodista Alvaro Abós en el artículo La larga marcha. La epopeya de los sin tierra:

[…] Fue una experiencia profesional y humana inolvidable; fue también una epopeya mediática. La Rede Globo la difundió, casi día a día, para 50 millones de telespectadores, y ocupó la portada en semanarios como Veja o Istoé, además de Time, Newsweek o New Statesmen. Obtuvo generosos espacios en CNN, BBC y otras cadenas mundiales. No era la primera vez que el MST ocupaba primeras planas, pero nunca su protagonismo había sido tan grande. Las encuestas de IBOPE certificaron por aquellos días que un 83% de los brasileños apoyaba la marcha y que un 43% aprobaba las ocupaciones de tierras improductivas siempre que se produjeran sin violencia (Abós, 2002:10).

Los sin tierra adoptan como metodología romper el aislamiento político de los movimientos populares y promover el diálogo con la población en los pueblos y ciudades por donde pasaban, para explicar el sentido de la lucha y hacer un trabajo de socialización política. Esta manera de proceder fue considerada como la primera acción masiva contra el Gobierno de Cardoso y una de las mayores que se haría, colocando al MST como una de las principales fuerzas políticas del país. La Marcha Nacional, realizada de manera pacífica, logra presionar al Gobierno para que creara el Gabinete del Ministro Extraordinario de Política Agraria (MEPF, por sus siglas en portugués) y comenzara a ejecutar algunas medidas en beneficio de las familias acampadas y asentadas.

El presidente a través de su Gabinete Militar dirigido por el general Mendes Cardoso mantenía un estrecho seguimiento de inteligencia sobre las acciones del MST y en especial monitoreó la ejecución de la marcha hasta Brasilia y las reacciones de la población, lo que demuestra que el MST ya en 1997 era un adversario político preocupante para la presidencia.

[…] el general [se refiere a Mendes Cardoso] controlaba 900 hombres, en 12 agencias regionales de inteligencia, y producía un informe que, durante los dos meses de duración de la marcha del MST a Brasilia, en 1997, era enviado diariamente al presidente. [...] (Konder Comparato, 2001: 107) [Traducido del portugués por el autor].

En ese mismo año 1997 se reúnen los principales dirigentes de todos los sectores sociales de las fuerzas de la izquierda brasileña, con el objetivo de unir esfuerzos para contribuir a transformar Brasil a través de un amplio proceso participativo de base, de formación política y militante. Aspiraban construir un proyecto de nación, pero desde abajo, con una gran Consulta Popular para que los ciudadanos edificaran su propio destino.

Mientras la izquierda se inspiraba, los cambios de algunos artículos de la Constitución realizados durante el Gobierno de Cardoso buscaban una mayor apertura de la economía al capital extranjero. Debido a las amargas experiencias de hiperinflación en los Gobiernos anteriores, todas las acciones que se acometían se justificaban y eran explicadas en nombre del mantenimiento de la estabilidad económica y del Plan Real, el cual convierten en “sagrado” para la política económica del país.

La reforma del Estado brasileño, argumentaban los defensores, sería una alternativa capaz de liberar la economía para una nueva etapa de desarrollo estimulada a partir del “Consenso de Washington”. Durante el Gobierno de Cardoso esa reforma articuló medidas legales y acciones ejecutivas para que el Estado pasara de ser un estimulador del desarrollo a un estimulador de la competencia económica y comercial (Vaz da Motta Brandão, 2013). Traspasa el patrimonio público al mercado y el Estado en vez de jugar su papel regulador se transforma en un complemento de los mecanismos reguladores del mercado.

Las acciones de marchas masivas noviolentas contra las políticas neoliberales y el abandono de la sociedad continuarían cobrando fuerza. En el segundo semestre de 1998 el MST, junto a luchadores organizados del campo y la ciudad, entre ellos movimientos populares, sindicatos de trabajadores rurales y urbanos e iglesias, realizan la Marcha por Brasil, organizados en 72 columnas de 200 integrantes cada una.

El 26 de julio de 1999 volverían a la ofensiva política mediante otra movilización popular denominada Marcha Popular por Brasil, que llevaría a cerca de 1.000 personas a recorrer 1.580 kilómetros desde el centro de Rio de Janeiro, frente a las oficinas de PETROBRAS, hasta llegar el 7 de octubre a la sede del Banco Central, donde está ubicada la sede del FMI en Brasilia. Entre los días 8 y 10 de octubre celebran como colofón de la gran movilización, la Asamblea de los Luchadores del Pueblo con la presencia de aproximadamente 5.000 personas.

La política de privatizaciones del Gobierno, consecuencias del modelo neoliberal que entregó parte del patrimonio público a los grupos económicos internacionales, fue de las más debatidas y criticadas por el MST. A través del JST denuncian las decisiones tomadas en ese orden. En la edición de agosto de 1998 se manifiestan contra la privatización de Telebrás (MST, 1998: 13). El monopolio telefónico es partido en 12 empresas y subastado a inversores privados como consecuencia de las modificaciones constitucionales de 1995 y las leyes promulgadas que perseguían reducir al mínimo el sector público.

Con el estímulo que le da el Gobierno de Cardoso a la inversión del capital privado, el papel del Estado en la economía se reduce considerablemente, favoreciendo los intereses de los grupos privados internacionales en detrimento de los nacionales (Sallum Jr., 2000: 764). Esto se justificaba argumentando que los recursos recaudados serían utilizados para amortizar la deuda pública, lo cual no tuvo ningún resultado positivo, evidenciado en los datos que demuestran que el déficit público aumentó tanto a nivel nacional como estadual y municipal. Las medidas económicas tomadas por Cardoso eran, según su propia opinión, la manera de reorganizar el capitalismo brasileño (Cardoso, 1997: 21). Si por una parte se logra la estabilización de la moneda y se paraliza la hiperinflación, también a partir de 1995 la economía sufre una tendencia a la desaceleración con un gran impacto sobre el empleo. Existía una alta vulnerabilidad externa reflejada en la crisis financiera del momento, influida por la crisis de liquidez que se apodera de los mercados financieros internacionales (1998-1999). En la figura siguiente se observa la tendencia decreciente del PIB desde 1995 hasta el 2002, año en que culmina el segundo período de mandato Cardoso.

 

Figura 1. Evolución del PIB de Brasil en MM de USD a precios corrientes (1995-2002).

I

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del World Macroeconomic Research 1970-2014.

 

Coincidiendo con la tendencia al decrecimiento de la economía, se agrava el desempleo durante los dos mandatos de Cardoso. Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) al inicio del primer mandato, en 1995 el índice de desempleo fue de 4,3%, pero en octubre de 2002, al terminar el segundo, este ya asciende a 7,7%. Resultaba falsa la información dirigida por el Gobierno y sus propagandistas a la opinión pública, cuando afirmaban que la mejoría de la economía y el crecimiento del nivel de empleo en Brasil eran directamente proporcionales a la inversión del capital foráneo. Bastaba comparar los datos de desempleo con el crecimiento exponencial de los negocios con capitales provenientes del exterior en la etapa 1994-2002. Según (Sperb de Oliveira Raguse y Triches, 2006), la inversión extranjera pasó de 2.589 millones de USD en 1994 a 16.590 millones en 2002. El año de mayor inversión de esta etapa fue el 2000, cuando los fondos provenientes del extranjero ascendieron a 32.457 MM USD. El país con mayores volúmenes de inversión en el período 1994-2002 fue EUA, con 42.500 MM USD, después le siguieron España, con 25.000 MM USD y Países Bajos con 15.000 MM USD.

Los datos del Banco Central de Brasil indican que mientras ocurre lo anterior y continúan las privatizaciones de las empresas federales y las restricciones al gasto público, la deuda externa bruta también creció. Si en 1993 la deuda era de 145.726 MM USD, ya en el 1998 ascendía a 233.880 MM USD (Pereira, 2000: 45). El ascenso de la deuda ocurría al mismo tiempo que eran vendidas empresas públicas federales y estaduales, lo que hacía que el endeudamiento se duplicara.

La existencia del MST en la etapa de Cardoso encuentra bastantes contratiempos, pero continúan las ocupaciones de tierra y los enfrentamientos y con ello, el fortalecimiento de la organización. El movimiento persistió de manera pacífica en su lucha política fundamental que era la Reforma Agraria, pero a la vez no le fueron ajenos otros conflictos y junto a otras organizaciones plantan bandera frente a las privatizaciones, a la disminución del salario de los funcionarios públicos, los recortes sociales y las restricciones crecientes a los derechos de los trabajadores, que estaban en consonancia con la adopción del modelo neoliberal. Los sin tierra consideraban que la modernidad a la que hacía referencia Cardoso era un caos, pues estaba alineada con las políticas del FMI y del capital internacional, era para ellos un Gobierno sometido a los dictados de los EUA.

La posibilidad de adhesión de Brasil al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) también refuerza las críticas de las organizaciones progresistas al Gobierno. Para el MST, el ALCA no significaba un simple acuerdo comercial; era la estrategia norteamericana y de las ETN de dominar económica y políticamente a América del Sur. Entre el 1 y 7 de septiembre de 2002, se realiza un plebiscito en Brasil, organizado por varias organizaciones, entre ellas el MST, la Confederación Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), la Central Única de Trabajadores (CUT), la Unión Nacional de Estudiantes (UNESCO) y otros movimientos sociales y políticos, para conocer la opinión de la población sobre la adhesión al Área de Libre Comercio.

La votación se realiza bajo un proceso de intensa movilización popular que lleva a la consolidación de la unidad política entre los trabajadores del campo y la ciudad. Participan alrededor de 10.149.542 personas y el 98,33 % de los votantes se manifestó en contra de la firma del Tratado (Campanha Jubileu Sul, 2003: 24-25), lo cual sirvió como instrumento de presión contra Fernando Henrique Cardoso para que no entrara en el nefasto proyecto de colonización que encabezaba el Gobierno de los EUA.

Las políticas de Cardoso en sus dos períodos de Gobierno están marcadas por el estímulo al capital extranjero, aumentando las ganancias y el poder de los bancos internacionales y las ETN. Estas políticas violentas igualmente son aplicadas en el campo, dando lugar al fortalecimiento del agronegocio. Una alianza entre latifundistas, ETN y los bancos, que se apoderan de las tierras, agroindustrias y empresas agrícolas, controlando de esa manera toda la cadena productiva desde la semilla hasta el producto final.

Al llegar el nuevo milenio el agronegocio encuentra terreno fértil en Brasil con grandes volúmenes de inversión en semillas transgénicas, agrotóxicos, monocultivos a gran escala y acumulación de tierras. Es un modelo que considera atrasado el método de producción de las comunidades tradicionales y los asentamientos de campesinos y por tanto no es capaz de satisfacer la gran demanda que exige el patrón de consumo moderno, para el cual se necesita producir intensa y extensamente en áreas de monocultivo.

Por lo general el agronegocio obvia los criterios ambientales, éticos y sociales que pueden ser un obstáculo para maximizar las ganancias. Cuenta con los medios de difusión y el poder judicial como buenos aliados que le permiten, por una parte, hacer buena publicidad de las bondades del modelo para el progreso y criminalizar a los movimientos sociales; por la otra legitimar sus acciones, la violencia en el campo a través de los desalojos, persecuciones y sanciones contra los trabajadores rurales. A la vez la justicia es lenta cuando se trata de realizar expropiaciones o resolver las situaciones de las familias acampadas. La apología al agronegocio que realizan los medios de difusión, las empresas y el Estado, es una forma de crear una especie de blindaje del modelo, procurando invisibilizar su conflictualidad. El agronegocio procura proyectar una imagen de productividad y de generación de riquezas para el país (Mançano Fernándes, 2013: 216).

Se debe resaltar en esta etapa, la presuntuosa Reforma Agraria de Fernando Henrique Cardoso, que no era más que una estrategia embaucadora dentro del propio modelo para, mediante la Reforma Agraria de Mercado (MRAM), organizada por el Banco Mundial para “distribuir” tierras a pequeños agricultores y trabajadores sin tierra y aliviar selectivamente la pobreza rural que se había agudizado con los ajustes estructurales. El discurso del BM, reproducido por algunos líderes políticos de la derecha e intelectuales afines, consideraba el “modelo tradicional” como fracasado, aun cuando jamás se había aplicado en Brasil. Para desacreditarlo argumentaban que era más caro, administrativamente lento, políticamente controvertido y que los beneficiarios no eran seleccionados adecuadamente.

En febrero de 1997, a partir de la propuesta del BM, con un préstamo de 90 Millones de USD surge el Projeto-piloto de reforma agrária e alívio da pobreza, más conocido como Projeto Cédula da Terra (PCT) para atender los Estados de Pernambuco, Ceará, Maranhão, Bahía y el Norte de Minas Gerais. Con este “moderno” modelo de Reforma intentan disminuir la presión provocada por las ocupaciones de tierra y el ascenso político de los movimientos sociales (Mendes Pereira, 2012: 16). El MRAM tropieza con el rechazo categórico del MST y CONTAG, siendo considerada esta receta una manera más de reducir el papel del Estado en los asuntos sociales y un decidido aporte para que la distribución de la tierra permaneciera intacta.

Para la consolidación de la Reforma Agraria de mercado, tuvo crucial importancia la creación del Banco de la Tierra el 2 de febrero de 1998, con el apoyo decisivo del patronato rural. Se formaba así un fondo de carácter nacional regulado legalmente y aprobado por mayoría absoluta del Congreso Nacional, para financiar la compra de tierras por la vía del mercado, en detrimento de las expropiaciones y contribuyendo al fortalecimiento del poder de los grandes propietarios de tierras.

Como parte de esta estrategia de nueva Reforma Agraria el Gobierno confiere la posibilidad a los campesinos de acceder a la tierra en 90 días, con solo inscribirse en el correo o a través de la compra con empréstitos del Banco de la Tierra, sin necesidad de expropiar los latifundios. Contra la propaganda de los correos, el MST utilizó un método de acción política noviolenta novedoso para el movimiento, pues convocaron a los campesinos acampados y asentados a realizar peticiones masivas en los correos para colapsar el proceso. No estaba preparado para recibir tantas solicitudes en tan poco tiempo, convirtiéndolo en un boomerang para el ejecutivo. En pocos meses ya se habían inscrito 575.000 familias y como resultado final a ninguna le fue otorgada la tierra por esa vía.

El Cuarto Congreso del MST con el lema Reforma Agrária: Por um Brasil sem Latifúndio [Reforma Agraria: Por un Brasil sin latifundio] celebrado desde el 7 al 11 de agosto del 2000 en Brasilia se plantea como objetivos: cualificar ante la sociedad el alcance e importancia de la Reforma Agraria, luchando no solo contra los latifundios improductivos, sino además contra todos los modelos antiguos de explotación a los trabajadores; proponer un nuevo modelo de desarrollo agrícola contrario al implantado por las grandes empresas y poderes financieros, que garantizara una agricultura saludable para los campesinos y para el medio ambiente, donde el desarrollo tecnológico y las investigaciones impactaran positivamente la pequeña propiedad; así como la proyección de valores nuevos que promovieran la formación de la identidad campesina y la solidaridad.

Al finalizar, los delegados dan a conocer el Manifesto do MST ao povo brasileiro [Manifiesto del MST al pueblo brasileño], en el que entre otras cosas convocan a la ciudadanía a levantarse, organizarse y salir a las calles a luchar pacíficamente por sus derechos. Llaman al pueblo a participar en el plebiscito que se haría del 2 al 7 de septiembre contra el pago de la deuda externa, así como en las elecciones que se acercaban, estimulando la elección de candidatos progresistas comprometidos con el Proyecto Popular para Brasil que garantizara la soberanía y la dignidad del país.

El falseamiento de los datos, junto al uso malintencionado de la prensa y la publicidad jugaron un rol clave para proyectar una imagen tergiversada sobre el MST durante el Gobierno de Fernando Henrique Cardoso. Las campañas mediáticas desinformativas contra el MST fueron de una intensidad nunca antes vistas, intentan a través de falsedades y calumnias liquidarlo como movimiento social, desmoralizarlo y encuadrarlo como una organización criminal.

En entrevista realizada por el autor al senador del Partido Democrático Laborista (PDT) Lasier Martins sobre el asunto mencionado, este tiene una visión distinta y considera que no sería correcto hablar de criminalización de los movimientos sociales; dice que, por el contrario, lo que se verifica es la indulgencia de las autoridades judiciales y policiales de los estados y a nivel federal. Añade que cualquier persona que invada una propiedad privada en Brasil es tipificada por el Código Penal como criminal. Mientras que si es un militante del MST no pasa nada. Los indígenas y militantes que estén integrados a movimientos organizados son generalmente inimputables (Martins, 2016).

Sobre el mismo tema la senadora del Partido Comunista do Brasil (PCdoB) Vanessa Grazziotin adopta otro enfoque. Plantea que no solo es el MST el que denuncia a los medios de comunicación por esa tendencia. Por lo general ellos [los medios], tienden a criminalizar los movimientos sociales como un todo. El MST por los métodos que utiliza de ocupación de propiedades es un objetivo preferencial, en una sociedad como la brasileña, no muy sensible a las cuestiones sociales (Grazziotin, 2016).

El 31 de marzo de 2000 Folha de São Paulo registraba las declaraciones del nuevo presidente de la UDR Almir Guedes Soriano. El dirigente ruralista afirma que Pontal do Paranapanema vive un clima de “guerra civil” y que la entidad que él representa continuará defendiendo el derecho de reacción de los hacendados, inclusive con el uso de las armas, frente a las invasiones de los sin tierra. En tono desafiante continúa diciendo que “podrá correr la sangre” y que la orientación que tiene UDR es que se use estrictamente lo que la legislación permite para sacar a los invasores. “Ahora, en una guerra, la cosa es impredecible” (Zanetti, 2000: 02).

Sobran los ejemplos que ilustran el tratamiento discriminatorio de una parte de la prensa brasileña hacia el MST. Los investigadores Mendes y Ramallo (2012) estudiaron la representación del MST en el semanario Veja a través de reportajes publicados entre 1989 y 2009. Solo en el eje discursivo violencia7 en los períodos políticos 1995-1998 y 1999-2002 se emplearon 20 calificativos ofensivos para desacreditar al movimiento: algunos de ellos fueron: agitador, invasores, organización a favor de la lucha armada, radicales, movimiento político que manipula a las masas, maoístas, guevaristas, marxistas, fidelistas, bandidos, etc.

A finales del 2000 ese ensañamiento político que se reflejaba en los medios de difusión se reproducía en Folha de São Paulo, en programas televisivos de la cadena O Globo y en otros espacios, tuvo contundente respuesta por parte de parlamentarios y alcaldes del PT que, con el apoyo de la CNBB, la Orden de los Abogados de Brasil (OAB) y el Consejo Nacional de Iglesias Cristianas (CONIC), hicieron una denuncia sobre la campaña que lanzaba el Gobierno contra el MST. Por su parte, Milton Santos, Fábio Konder Comparato, Plínio de Arruda Sampaio y Dom Tomás Balduíno circularon un documento de apoyo al movimiento de los sin tierra, condenando las acciones represivas y desmoralizadoras del Gobierno y la prensa aliada (MST, 2000: 10-11).

En relación con la Reforma Agraria en este período, Joao Pedro Stédile declaró en enero de 2002 que el Gobierno de Cardoso falseó los datos con respecto a la cantidad de asentados. Utilizando la publicidad y los medios de difusión, presenta un panorama edulcorado del campo muy alejado de la realidad. El dirigente sin tierra denuncia así, la falta de empleo en la ciudad, la falta de renta en el campo, la pobreza y desesperación de que eran víctimas millares de familias pobres, que la única opción que le quedaba era acampar a las orillas de las carreteras para conquistar un pedazo de tierra que les permitiera subsistir (Stédile, 2002). En su discurso aporta algunos datos interesantes que desmienten categóricamente los provenientes de organismos oficiales, los cuales por razones de espacio no podremos analizar en este artículo.

 

Conclusiones

 

Collor de Mello encarna una etapa de Gobierno que dura solo dos años, pero le sobra para comprometerse profundamente con el capital internacional y los latifundistas. Sigue al pie de la letra las indicaciones neoliberales del “Consenso de Washington”. Durante su mandato aumenta la represión contra los sin tierra, que impide en muchos casos hacer efectivas las ocupaciones, principalmente por la actuación violenta de la Policía Federal. Itamar Franco, quien asume la presidencia ante la renuncia de Collor, además que logra estabilizar la economía en su breve período con el Plan Real, sostuvo una actitud de mayor intercambio y el MST pasa a ser considerado un interlocutor político, aunque no se sale de la senda neoliberal imperante en el mundo.

El Gobierno de Cardoso, en sus dos períodos, intenta desmantelar las luchas obreras y campesinas en Brasil. En especial desarrolla un cruel enfrentamiento, nunca antes visto contra el MST, para lo cual no duda en emplear la violencia cultural con apoyo de la prensa y demás métodos de propaganda política. En la etapa de la violencia estructural que afecta al campo brasileño desde la llegada de los portugueses echa músculos, fundamentalmente cuando consiguen lo que sería el mayor peligro: consolidar una política de carácter neoliberal para mercantilizar la agricultura y conectar el campo brasileño con la estructura de la economía mundial a través del agronegocio. Y para completar el Triángulo de la Violencia8 de Galtung se ensañan en muchas ocasiones o permiten el ejercicio de la violencia directa contra el MST, como la represión de manifestaciones, desalojo por la fuerza de campamentos y asesinato de líderes, militantes o simpatizantes, lo cual solo disminuiría relativamente con la victoria del PT en las elecciones de 2002.

Durante los años analizados en el presente estudio el MST y sus líderes fueron criminalizados y enfrentaron sin piedad, la violencia de la policía, el ejército y los pistoleros al servicio de las corporaciones y del latifundio. Los latifundistas, por todas las vías a su alcance y utilizando eficientemente la prensa, que no pocas veces le sirve de aliada, pretendieron asociar al MST con la imagen de un movimiento de corruptos, de violentos o de antisociales que no respetan la legalidad. Buscan con eso crear un rechazo social en su contra, fracturar el apoyo a la lucha campesina de amplios sectores de la sociedad brasileña y de amigos internacionales.

Los miembros de la organización fueron víctimas de un proceso de represión y deslegitimación que aumenta en la etapa estudiada y en el que participan organismos estatales como la policía, el Ministerio Público y el Poder Judicial. Sin embargo, se verificó a lo largo de la pesquisa cómo la lucha del MST se realiza mediante la acción política noviolenta para alcanzar sus objetivos y usando métodos pacíficos como son: ocupaciones de tierras, campamentos, largas caminatas, cartas a políticos, declaraciones públicas, protestas masivas, exigencias al ejecutivo nacional, publicaciones y manifiestos políticos en los medios de difusión y en su propio órgano de prensa (Jornal dos Trabalhadores Rurais Sem Terra) y manifestaciones en grandes ciudades.

 

Referencias Bibliográficas

 

ABÓS, Albaro 2002. La larga marcha. La epopeya de los sin tierra. En http://temakel.net/node/106. Fecha de consulta: el 07 de octubre de 2015.

AGUILERA GARCÍA, Luis y LABRADA FERNÁNDEZ, Nelson 1994. Socialismo Real: del “modelo clásico” al derrumbe. En: (Col. Aut.) El derrumbe del modelo Eurosoviético: Una visión desde Cuba 2a ed. Félix Varela. La Habana, Cuba.

CARDOSO, Fernando Henrique 1997. Estamos Reorganizando o Capitalismo Brasileiro. Depoimento: 1997. Lua Nova, Pp. 21.

CARVALHO, Carlos Eduardo. 1993. Brasil. La caída de Collor. Nueva Sociedad. São Paulo.

CIDH 2004. CASO 11.556 FONDO CORUMBIARA, BRASIL. En: OEA (ed.). CIDH. Disponible: https://www.cidh.oas.org/annualrep/2004sp/Brasil.11556.htm. Fecha de consulta: 25 de julio de 2017.

CONGRESO NACIONAL 1988. CONSTITUIÇÃO DA REPÚBLICA FEDERATIVA DO BRASIL. En: Câmara dos Deputados (ed.) Artículo 186. Biblioteca Digital da Câmara dos Deputados. Brasília, Brasil.

DIOGO MAZIN, Angelo; ESTEVAM, Douglas y STÉDILE, Miguel Enrique 2014. A gente cultiva a terra e ela cultiva a gente. 30 años do MST. En: MST (ed.) Construção coletiva da turma de História ITERRA/UFFS. Instituto de Educación Josué de Castro. Veranópolis, Brasil.

GARCÍA BÁEZ, ROMÁN 1994. El derrumbe del modelo Eurosoviético: Coyunturas y esencias. En: (Col. Aut.) El derrumbe del modelo Eurosoviético: Una visión desde Cuba 2a ed. Félix Varela. La Habana, Cuba.

GLOBO.COM. 2012. Policial condenado pelo massacre de Eldorado do Carajás é preso no Pará, En: http://g1.globo.com. Fecha de consulta: 07 de mayo de 2012.

GIL KINZO, María D’Alva. 2001. A DEMOCRATIZAÇÃO BRASILEIRA. Um balanço do processo político desde a transição. SÃO PAULO EM PERSPECTIVA. São Paulo, Brasil.

GRAZZIOTIN, V. 2016. RE: Entrevista del autor a la senadora del PCdoB Vanessa Grazziotin

KONDER COMPARATO, Bruno. 2001. A ação política do MST. São Paulo em perspectiva, 15, 107.

LÓPEZ MARTÍNEZ, Mario. 2012. NOVIOLENCIA. Teoría, acción política y experiencias. Educatori. Granada, España.

MANÇANO FERNÁNDES, Bernardo.2000. Un Formação do MST no Brasil. Editora Vozes. Petropolis, Brasil

MANÇANO FERNÁNDES, Bernardo. 2013. Questão agrária: conflictualidade e desenvolvimento territorial. In: STEDILE, J. P. (ed.) A questão agrária no brasil. O debate na década de 2000. Expressão Popular. São Paulo, Brasil. p. 216.

__________2008. Territorio, teoría y política. Disponible: https://problemasrurales.files.wordpress.com/2008/12/territorio-teoria-y-politica-bernardo.pdf. Fecha de consulta 04 de marzo de 2014.

MARTINS, Lasier. 2016. RE: Entrevista del autor al senador del PDT Lasier Martins.

________ 2000. A Formaçao do MST no Brasil. Vozes. Petrópolis, Rio de Janeiro, Brasil.

MENDES PEREIRA, João Márcio. 2012. Avaliação do projeto Cédula da Terra (1997-2002). Estudos avançados.

MENDES GIESEL, Cláudia y RAMALLO, Fernando.2012. De labradores a pistoleros: El Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra en la revista Veja. En Revista Signos, vol. 45, núm. 79. Disponible: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=157023091002. Fecha de consulta: 15 de julio de 2016

MST 1996a. MST tem mais credibilidade do que políticos e policiais. Jornal dos Trabalhadores Rurais Sem Terra, No. 160. Julho/1996.

________ 1996b. O que fazer para garantir puniçᾶo e fim de da violência. Jornal dos Trabalhadores Rurais Sem Terra, No. 158. Mayo/1996. p. 4.

________ 1996c. Sᾶo Paulo apóia a Reforma Agraria. Jornal dos Trabalhadores Rurais Sem Terra, No. 158. Mayo/1996, p.2.

________ 1990a. Organizar e movilizar pra resistir. Jornal dos Trabalhadores Rurais Sem Terra. No. 92. Marzo/1990. p.3.

________ 1990b. Anova face da violencia. Jornal dos Trabalhadores Rurais Sem Terra. No. 92 Marzo/1990. p.7.

________ 1989a. Os trabalhadores enfrentam a burguesia. Jornal dos Trabalhadores Rurais Sem Terra. No. 89. Noviembre/1989. p. 3

________ 1989b. Plano Nacional do MST 1989-1993. En: Caderno de Formação nº 17 MST (ed.) Setor de formação da Secretaria Nacional MST. NERA. São Paulo, Brasil.

________ 2000. A sociedade brasileira em defensa do MST. Jornal dos Trabalhadores Rurais Sem Terra. No. 205. Noviembre/2000. pp. 10-11.

PEREIRA DOS SANTOS, Fábio. 2000. O Plano Real e o crescimento da dívida no Brasil. Mestrado Dissertação apresentada ao Curso de Pós- Graduação da FGV IEAESP, FGV/EAESP.

PINHEIRO, Paulo Sérgio. 1996. Eldorado do Carajás: impunidade á vista. Jornal dos Trabalhadores Rurais Sem Terra, No. 158. Mayo/1996, p.3.

SÁINZ, Pedro y CALCAGNO, Alfredo 1999. La economía brasileña ante el Plan Real y su crisis. CEPAL-ECLAC. Santiago de Chile.

SALLUM Jr., Basilio. 2000. Brasil bajo Cardoso: neoliberalismo y desarrollismo. Disponible: http://codex.colmex.mx:8991/exlibris/aleph/a18_1/apache_media/S8TIKJIDD34P12V338S4YDF64UJIPD.pdf. Fecha de consulta: 26 de julio 2014.

SÁNCHEZ VÁZQUEZ, A. 1981. Ideal socialista y socialismo real. Ideas expuestas en el Seminario sobre “Los nuevos procesos sociales y la teoría política contemporánea” Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. MARXISMOYREVOLUCION.ORG. Oaxaca, México.

SHARP, Gene. 2014. Cómo funciona la lucha noviolenta. The Albert Einstein Institution.

________ 2011. De la Dictadura a la Democracia. Un Sistema Conceptual para la liberación. . Estados Unidos de América: ALbert Einstein Institution. p. ix.

SPERB DE OLIVEIRA RAGUSE, Mariane y TRICHES, Divanildo. 2006. En Análise dos investimentos estrangeiros diretos na economia brasileira no período de 1994 a 2002. Fecha de consulta: el 04 de julio de 2015.

STÉDILE, Joao Pedro y MANÇANO FENNÁNDES, Bernardo. 2005. Brava gente. A trajetória do MST e a luta pela terra no Brasil. En: CHAVES, Rogério (ed.) 3era reimpresión ed. Editora Fundação Perseu Abramo. São Paulo, Brasil.

STÉDILE, Joao Pedro. 2002. Brasil 2001: Balance de una Reforma Agraria que no existió [Online]. Servicio Informativo “alai-amlatina”. Disponible: https://www.rebelion.org/hemeroteca/sociales/stedile200102.htm. Fecha de consulta: 10 de octubre de 2015.

VAZ DA MOTTA BRANDÃO, Rafael 2013. Ajuste neoliberal no Brasil: desnacionalização e privatização do sistema bancário no governo Fernando Henrique Cardoso (1995/2002). Tesis doctoral, Universidade Federal Fluminense.

ZANETTI, Edilson. 2000. Novo presidente da UDR vê “guerra civil” no Pontal [Online]. São Paulo Folha de São Paulo Disponible: http://www1.folha.uol.com.br/fsp/brasil/fc2904200002.htm. Fecha de consulta: 02 de marzo2014.


1 Para más información ver: Sánchez Vázquez, A. 1981 Ideal socialista y socialismo real. Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. Oaxaca, México: MARXISMOYREVOLUCION.ORG. p.4

2 Nombre colectivo que han recibido una serie de movilizaciones políticas llevadas a cabo contra líderes autoritarios acusados de fraudes electorales o de otras formas de corrupción. Se pusieron en práctica primeramente en el espacio ex soviético del 2000 al 2006 para después emplearse en otros países fuera de esa región. (Yugoslavia-2000, Georgia-2003, Ucrania-2004, Kirguistán-2005, Biolorrusia-2006, Birmania-2007, Irán 2009).

3 Fueron una serie de protestas ocurridas en algunos países árabes entre el 2010 y el 2013 que exigían democracia y derechos sociales. Sucedieron en Túnez, Argelia, Mauritania, Sáhara Occidental, Arabia Saudita, Omán, Yemen, Libia, Líbano, Kuwait, Sudán, Jordania, Siria, Egipto, Irak, Irán, Marruecos, Palestina.

4 Consultar: MST - Caderno de Formação nº 17. São Paulo: MST, 1989.

55 Para más información consultar: CASO 11.556 FONDO CORUMBIARA, BRASIL, Informe No 32/04 C.F.R. (2004). En línea: https://www.cidh.oas.org/annualrep/2004sp/Brasil.11556.htm

6 Esto lo confirman algunos estudios de opinión efectuados en la época: El Jornal Estado de Sao Paulo realizó una investigación telefónica para conocer los estados de opinión de la población entre 18 y 65 años. 86% estuvo a favor de la reforma Agraria, 68% consideró que la masacre de Eldorado desgastó la imagen del Gobierno de Cardoso; 69% declaró que la gestión de Cardoso es pésima en la Reforma Agraria (MST, 1996: 2). También, el Instituto de investigación Vox Populi realizó un sondeo de opinión entre el 11 y el 14 de mayo de 1996 en ocho capitales brasileñas. Aplicaron 5.278 entrevistas a electores mayores de 16 años de edad para conocer la opinión sobre algunas instituciones, y resultó que el MST fue la 5ta institución con mayor aprobación en el país. En primer lugar, quedaron la Prensa y la Iglesia Católica con 72% de aprobación, seguidas por las Fuerzas Armadas (66%), la Universidad pública (62%) y el MST 59% de aprobación contra 14% que declararon desaprobación y 17% no emitieron juicio (MST, 1996: 2).

7 Según los autores la categoría violencia recoge todas las denominaciones que caracterizan y sitúan las acciones del MST en la dimensión semántica del peligro, del terror, etc

8 Es un concepto introducido por Johan Galtung que representa la dinámica de la violencia en conflictos sociales. Destaca que para solucionar un conflicto hay que actuar sobre todos los tipos de violencia [violencia estructural, violencia cultural (invisibles) y violencia directa (visible)] y no solo sobre la pequeña parte que es evidente.