ANARTIA

Publicación del Museo de Biología de la Universidad del Zulia ISSN 1315-642X (impresa) / ISSN 2665-0347 (digital)


Anartia, 30 (junio 2020): 72-73



A. E. Seijas

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Cocodrilo Americano


Israel Cañizales (Investigación documental); Eduardo Sánchez Rugeles (Adaptación de textos); Leonardo Rodríguez (Ilustraciones)


2019. Colección La Fauna.

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España: Artes Gráficas Palermo, 24 pp. ISBN: 978-84-09-09108-9 (tapa dura)



Por la vasta extensión de su distribución, que abarca 17 países, Crocodylus acutus tiene bien merecido el nombre común que le ha impuesto la comunidad científica: “Co- codrilo Americano”, aun cuando se sabe que ese nombre le fue originalmente asignado por encontrarse en Estados Unidos de América, no obstante en ese país apenas se le encuentra en el extremo sur de la Península de La Florida. Pero Crocodylus acutus ha recibido (y recibe) numerosos nombres, dependiendo del país donde se encuentren sus poblaciones. Los primeros exploradores y colonizadores españoles que llegaron a “Las Indias Occidentales” los llamaban lagartos o dragones al relacionarlos con el coco- drilo del río Nilo, también denominado de esa forma, y se maravillaban por su abundancia, tamaño y peligrosidad. Esto se encuentra relatado por Israel Cañizales y Eduardo

Sánchez Rugeles, en las primeras páginas del hermoso li- bro titulado precisamente “Cocodrilo Americano”. Estos autores mencionan otros nombres regionales para este co- codrilo, como: lagarto real, lagarto gris, caretabla, caimán del Magdalena, caimán aguja, cocodrilo de río, cocodrilo narigudo, cocodrilo de Tumbes, Kayuüishi y hay muchos otros apelativos que seguramente se les quedaron en el tin- tero. En Venezuela la especie es conocida como Caimán de la Costa, denominación que será usada de manera prefe- rente en el resto de la presente recensión.

La breve y bien acabada obra “Cocodrilo Americano” forma parte de la “Colección La Fauna” que coordina Mi- riam Ardizonne y que cuenta ya con números dedicados a otras especies emblemáticas de la fauna venezolana como el Águila Arpía (Harpia harpyja) y el Oso Palmero (Myr- mecophaga tridactyla). La idea original de esa colección es del zoólogo germano-venezolano Dr. Pedro Trebbau Mi- llowitsch, un divulgador y apasionado amante de los ani- males. La calidad del libro es impecable. Las acuarelas que lo ilustran, de Leonardo Rodríguez, son de gran belleza. A lo largo de sus páginas leemos de manera sucinta y ame- na distintos temas relacionados con su relación histórica y actual con los seres humanos, su origen evolutivo y clasifi- cación zoológica, sus hábitos alimenticios, su distribución, su reproducción y cuidado de las crías, los factores que amenazan su supervivencia y las medidas necesarias para su conservación.

Los autores destacan que el Caimán de la Costa, a dife- rencia de otros grandes cocodrilos en África y Australia, es un animal “tímido y discreto”. Como todos los cocodrilos son animales muy territoriales, en particular los machos

Recensión: Cocodrilo americano


adultos. No obstante, huyen ante la presencia humana, pero no tardarán en “atacar” en el caso de que se sientan amenazados. Sus muy esporádicos ataques, técnicamente denominados “incidentes”, provocados por el acoso y la negligencia de las personas, pueden llegar a resultar leta- les en algunos casos. Esto ha contribuido a cimentar sobre esta especie una reputación de reptil agresivo y feroz, que inspira terror en una población ignorante de la realidad. En el libro se señalan algunas de las características físicas de este cocodrilos (su tamaño, coloración, escamado) pero creemos que habría sido útil señalar, de manera muy breve, aquellos rasgos que permiten diferenciarlo del otro gran cocodrilo americano, el Caimán del Orinoco (Crocodylus intermedius).

Como su nombre común sugiere, Crocodylus acutus en- cuentra su hábitat en cuerpos de aguas dulces, salobres y saladas de ambientes costeros y estuarios como desembo- caduras de ríos, lagunas, ciénagas, manglares y pantanos. La presencia en estos ambientes marino costeros aparen- temente es favorecida por la presencia de glándulas ex- cretoras de sal, que poseen en la lengua y no en los ojos, como erróneamente se menciona en el libro. Los hábitos alimenticios del Caimán de la Costa están bien descritos, así como su comportamiento reproductivo sobre el cual se desarrollan los aspectos del cortejo, anidación, nacimiento y cuidado parental por parte de las hembras.

En la obra se realiza un buen resumen de las relaciones que se establecen entre el Caimán de la Costa y las otras es-

pecies animales con las que comparte su hábitat. Se destaca además, su importancia ecológica como depredador tope en los ecosistemas acuáticos que ocupa. También se men- cionan las amenazas que ponen en riesgo su supervivencia a largo plazo, en particular la destrucción y el deterioro de sus hábitats provocado por el desarrollo industrial, la re- colección de sus huevos para el consumo humano y otras formas de cacería indiscriminada, así como la sobrepesca de sus principales presas o fuentes de alimento.

La sección dedicada a la conservación y supervivencia nos parece que podría haber sido mejorada y aunque en el mapa se mencionan algunos programas que se llevan a cabo en distintos países de su área de distribución, creo que algunos de ellos merecían ser mencionados y explicados con mayor detalle. Uno de estos Programas es el desarro- llado en la Bahía de Cispatá (Costa Caribe de Colombia), sobre el cual sólo se ofrece la cita en la sección de lecturas recomendadas.

Aun cuando las obras de la Colección La Fauna están dirigidos a lectores jóvenes, según manifiestan expresa- mente sus autores, el universo potencial de lectores es mucho mayor, y no excluye a la comunidad científica no familiarizada con esas especies. Como se expresa al final de la contraportada, el libro es una invitación para que el lector se adentre “en el fascinante mundo de los animales, sin importar tu edad”.


Andrés E. Seijas*


* Profesor jubilado, Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales “Ezequiel Zamora” (UNELLEZ), Guanare, Portuguesa. Vene- zuela.