Universidad del Zulia (LUZ)

Revista Venezolana de Gerencia (RVG)

Año 30 No. Especial 14, 2025, 985-999

Julio-Diciembre

ISSN 1315-9984 / e-ISSN 2477-9423

Como citar: Jiménez, G., Cruz, B. C., Gonzales, X., B. y Alonso, L. A. (2025). Capital social y competitividad territorial en el sector textil: estudio empírico del desarrollo municipal, Oaxaca-México. Revista Venezolana De Gerencia30(Especial 14), 985-999. https://doi.org/10.52080/rvgluz.30.especial14.8

Capital social y competitividad territorial en el sector textil: estudio empírico del desarrollo municipal, Oaxaca-México

Jiménez Velasco, Gabriela*

Cruz Cabrera, Blasa Celerina**

Gonzales Torres, Xochitl Berenise***

Alonso Hernández, Luis Alberto****

Resumen

El objetivo de este estudio fue analizar la relación entre capital social y competitividad territorial en el sector textil artesanal de Oaxaca, México, considerando la importancia de los vínculos sociales en la sostenibilidad productiva local. Se aplicó un diseño mixto, no experimental y de corte transversal, con una población de 177 unidades textiles distribuidas en diversos municipios oaxaqueños. La información se obtuvo mediante un instrumento de 59 ítems, validado por juicio de expertos y pruebas de confiabilidad, que permitió medir dimensiones de confianza, cooperación, acción colectiva y desempeño competitivo. Los resultados revelan una correlación positiva significativa entre capital social y competitividad municipal (r = 0.742; p < 0.001) y un modelo de regresión que explica el 55 % de la varianza (R² = 0.55). Estos hallazgos evidencian que la articulación de lazos de confianza, cooperación y asociatividad entre productores textiles fortalece la competitividad local, incluso frente a limitaciones estructurales e institucionales. En conclusión, el estudio confirma que el capital social constituye un factor determinante del desarrollo territorial, cuya integración en las políticas públicas podría favorecer modelos de crecimiento más inclusivos, sostenibles y equitativos en regiones artesanales latinoamericanas.

Palabras clave: capital social; competitividad territorial; economía artesanal; sector textil.

Recibido: 21.07.25 Aceptado: 06.10.25

* Estancia Posdoctoral, Instituto Tecnológico de Oaxaca, México. Email: gabriela_dta@hotmail.com, ORCID: https://orcid.org/0000-0002-6725-908X.

** Profesor Investigador Instituto Tecnológico de Oaxaca, México. Email: blasa.cc@oaxaca.tecnm.mx, *autor de correspondencia, ORCID: https://orcid.org/0000-0003-4694-4261 (Autor de correspondencia)

*** Doctora en Ciencias en Desarrollo Regional y Tecnológico, México. Email: d20161931@itoaxaca.edu.mx, ORCID: https://orcid.org/0000-0001-9041-8870.

**** Doctor en Ciencias en Desarrollo Regional y Tecnológico, México. Email: luis.alonso@itoaxaca.edu.mx, ORCID: https://orcid.org/0000-0003-1697-9084.

Social capital and territorial competitiveness in the textile sector: an empirical study of municipal development, Oaxaca-Mexico

Abstract

The objective of this study was to analyze the relationship between social capital and territorial competitiveness in the artisanal textile sector of Oaxaca, Mexico, considering the importance of social ties for local productive sustainability. A mixed methods, non-experimental, cross-sectional design was used with a population of 177 textile units distributed across various municipalities in Oaxaca. Data were collected using a 59-item instrument, validated by expert judgment and reliability tests, which measured dimensions of trust, cooperation, collective action, and competitive performance. The results reveal a significant positive correlation between social capital and municipal competitiveness (r = 0.742; p < 0.001) and a regression model that explains 55% of the variance (R² = 0.55). These findings demonstrate that the development of trust, cooperation, and association among textile producers strengthens local competitiveness, even in the face of structural and institutional limitations. In conclusion, the study confirms that social capital is a determining factor in territorial development, and its integration into public policies could favor more inclusive, sustainable, and equitable growth models in Latin American artisan regions.

Keywords: social capital; territorial competitiveness; artisanal economy; textile sector.

1. Introducción

Durante las últimas décadas, el debate sobre el desarrollo regional en América Latina ha adquirido una complejidad creciente al incorporar dimensiones sociales, culturales e institucionales que inciden directamente en la competitividad de los territorios. Los enfoques contemporáneos reconocen que el crecimiento económico, por sí solo, no garantiza cohesión territorial ni equidad, pues persisten profundas desigualdades entre regiones periféricas y centros urbanos (Boisier, 2004). En el caso mexicano, la heterogeneidad estructural se manifiesta en brechas productivas, desigual acceso a infraestructura y debilidad institucional, limitando el impacto de estrategias centradas exclusivamente en la apertura comercial y la inversión pública (Paredes-Castellanos et al., 2024). Esta realidad plantea un desafío epistemológico: comprender cómo factores sociales e intangibles como la confianza, la cooperación y las redes comunitarias contribuyen al desarrollo y la competitividad territorial más allá de los indicadores económicos tradicionales.

Desde esta perspectiva, las actividades artesanales y los sistemas productivos locales emergen como espacios privilegiados para repensar la competitividad territorial, al vincular identidad cultural, cooperación comunitaria y capacidades organizativas. Estas dimensiones suelen ser invisibles para las métricas convencionales de mercado, centradas en productividad, infraestructura o capital físico (Vázquez-Barquero, 2002; Camagni, 2017).

La literatura reciente sugiere que el desarrollo no depende únicamente de los recursos materiales, sino también de la densidad relacional y de la calidad institucional que sustentan la cooperación y la innovación social (Taylor, Van & Robinson, 2023; Cabrera y García, 2021).

En Oaxaca, el sector textil artesanal representa un ejemplo paradigmático de estas dinámicas. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2020), el estado alberga aproximadamente el 23 % de los talleres textiles artesanales del país, concentrados principalmente en los Valles Centrales. Comunidades como Teotitlán del Valle, Santo Tomás Jalieza, San Pablo Villa de Mitla y Santa Ana del Valle destacan por su especialización en tejidos de lana y algodón elaborados en telares de pedal, preservando técnicas ancestrales de alto valor cultural. Este sistema productivo muestra una alta feminización (≈ 65 % de la fuerza laboral), fuerte anclaje familiar y una estructura económica caracterizada por la informalidad (más del 70 % sin registro fiscal), limitada inserción en cadenas de valor y débil articulación institucional (Gobierno del Estado de Oaxaca, 2016; García-Vidales, Maldonado-Guzmán & Alvarado-Carrillo, 2019). Tales condiciones revelan una paradoja: el textil artesanal constituye un motor cultural y económico, pero opera bajo estructuras frágiles que restringen su potencial competitivo.

El estudio analiza cómo las redes de confianza, cooperación y acción colectiva influyen en la competitividad del sector textil artesanal oaxaqueño, buscando caracterizar el sistema productivo, medir la relación entre capital social y competitividad municipal y comparar diferencias territoriales y de género.

El estudio vincula el capital social como red de confianza y cooperación con la competitividad territorial entendida desde su base relacional y cultural, cuestionando los modelos centrados en productividad e infraestructura y destacando la cooperación comunitaria como eje del desarrollo local.

El estudio emplea un diseño mixto, no experimental y transversal con enfoque cuantitativo, aplicado a 177 unidades productivas de cuatro municipios artesanales. Se utilizó un instrumento de 59 ítems sobre capital social y competitividad, complementado con observación participante y registros etnográficos, lo que permitió analizar la relación entre la densidad del capital social y la competitividad local, incorporando una comprensión cualitativa de las prácticas asociativas y territoriales.

El estudio demuestra que el capital social incide más que la infraestructura en la competitividad municipal, y que fortalecer los lazos comunitarios favorece un desarrollo regional inclusivo y sostenible.

2. Capital social y competitividad: elementos teóricos

El capital social se entiende como un recurso intangible que promueve la cooperación, reduce costos y potencia el desarrollo. Para Bourdieu (1986), representa los recursos derivados de redes de reconocimiento y reciprocidad; Coleman (1990) lo concibe como un medio funcional para alcanzar metas colectivas mediante normas compartidas, y Putnam (2000) lo asocia con la confianza y la asociatividad que fortalecen la gobernanza democrática (Romero Borre et al., 2022, Ayaviri et al., 2017).

Los enfoques recientes sobre el capital social cuestionan su carácter homogéneo y sus efectos universales. Portes (2014) y Small et al. (2021) señalan que algunos vínculos pueden ser excluyentes o reproducir desigualdades, por lo que se distingue entre capital social y lazos internos de apoyo mutuo y conexiones externas que facilitan recursos, distinción clave para comprender dinámicas cooperativas y limitaciones en sectores artesanales (Woolcock, 2010).

La producción textil artesanal en Oaxaca representa un eje cultural y económico esencial del sur de México. Según el INEGI (2020), el estado concentra alrededor del 23 % de los talleres textiles del país, con una notable presencia en los Valles Centrales, donde localidades como Teotitlán del Valle, Santo Tomás Jalieza, San Pablo Villa de Mitla y Santa Ana del Valle destacan por su especialización en tejidos de lana y algodón elaborados en telares de pedal.

Este sector tiene una composición laboral predominantemente femenina (alrededor del 65 %), articulada en torno a unidades familiares de pequeña escala que combinan saberes heredados, redes de parentesco y mercados locales e internacionales. Socialmente, la actividad refuerza la identidad colectiva y la transmisión intergeneracional de conocimientos, configurando un sistema productivo local con arraigo cultural y fuerte capital simbólico.

Sin embargo, el sector enfrenta desafíos estructurales como una alta informalidad superior al 70 %, baja integración en cadenas de valor, escaso acceso a financiamiento y limitado respaldo institucional, evidenciando la brecha entre el valor cultural del trabajo artesanal y su reconocimiento económico. Además, las políticas de fomento y la descentralización muestran resultados desiguales, ya que el desarrollo local depende en gran medida de la organización comunitaria y la cooperación entre municipios.

El estudio centra su análisis en el capital social entendido como recurso relacional que, según Bourdieu, Coleman y Putnam, facilita la cooperación, la confianza y la acción colectiva. En Oaxaca, estas redes familiares y comunitarias actúan como un activo intangible clave para la sostenibilidad y competitividad del sector textil artesanal.

Las limitaciones de los indicadores tradicionales de competitividad han impulsado enfoques que incorporan dimensiones sociales y territoriales (Boisier, 2004), destacando que el desempeño económico depende del capital social y de la confianza entre actores locales (Taylor, Van y Robinson, 2023; Pizarro y Meñaca, 2025). Esta visión resulta esencial para entender la resiliencia del sector textil artesanal, donde la productividad y las exportaciones no bastan para explicar su sostenibilidad.

Ramírez y Álvarez (2023) sostienen que este cambio paradigmático busca reducir las desigualdades territoriales en América Latina, donde regiones con alto capital cultural y natural permanecen rezagadas en competitividad.

Desde esta perspectiva, la relación entre capital social y competitividad territorial resulta fundamental, pues las regiones con mayores niveles de confianza, cooperación e institucionalidad muestran mejor desempeño en innovación, acceso a mercados y resiliencia (Camagni, 2017; Taylor et al., 2023; García-Vidales, Maldonado-Guzmán & Alvarado-Carrillo, 2019). A escala municipal, ello se refleja en la capacidad de los actores locales para articular cadenas productivas, coordinar esfuerzos y gestionar vínculos con instituciones externas.

El análisis se sustenta en la articulación teórica entre el capital social concebido como red de relaciones de confianza, cooperación y reciprocidad (Bourdieu, 1986; Putnam, 2000) y la competitividad territorial entendida como la capacidad de los sistemas locales para generar valor a partir de su capital relacional, institucional y cultural (Camagni, 2017; Vázquez-Barquero, 2002). Esta aproximación permite abordar la competitividad no como un resultado meramente económico, sino como un proceso social y territorialmente construido.

3. Enfoque metodológico

El estudio adopta un enfoque mixto, de corte transversal y analítico, con predominio cuantitativo, complementado por observación de campo y notas etnográficas realizadas entre enero y julio de 2025. Su propósito es explicar la relación entre el capital social (CS) y la competitividad municipal (CM) en cuatro municipios artesanales de los Valles Centrales Santo Tomás Jalieza, Teotitlán del Valle, San Pablo Villa de Mitla y Santa Ana del Valle, comparando perfiles productivos y organizativos. Se trabajó con una muestra no probabilística de 177 unidades textiles (126 mujeres y 51 hombres), seleccionadas por cuotas y conveniencia en talleres, hogares y puntos de venta, priorizando la diversidad territorial y los arreglos organizativos sobre la representatividad estadística.

El instrumento incluyó tres bloques: (a) datos sociodemográficos y productivos, (b) capital social, compuesto por 25 ítems en tres dimensiones confianza social, redes sociales y acción colectiva, y (c) competitividad municipal, con 34 ítems distribuidos en cinco dimensiones recursos humanos, recursos físicos, población, instituciones y gobierno, y empresas. Las escalas Likert de cinco puntos se aplicaron mediante entrevistas presenciales. La confiabilidad del CS se evaluó con alfa de Cronbach y KMO, y se verificaron supuestos de normalidad y autocorrelación con Durbin–Watson.

Se calcularon correlaciones de Pearson entre CS y CM, así como regresiones lineales para examinar dependencias: (i) CM sobre CS, (ii) CM sobre confianza social y acción colectiva, y (iii) CM sobre recursos humanos, población y empresas. Los resultados se interpretaron considerando significancia (p<.05, p<.01), magnitud (r, R, R²) y sentido sustantivo de las dimensiones.

Previo al levantamiento, se realizó una prueba piloto y capacitación del equipo en consentimiento informado, anonimización y registro homogéneo. Los criterios de inclusión consideraron mayores de 18 años, residencia mínima de dos años y participación directa en la producción textil; se excluyeron revendedores, no residentes, cuestionarios incompletos o participantes que rechazaran colaborar.

En conjunto, el enfoque metodológico integró análisis estadístico y comprensión cualitativa de las prácticas asociativas, permitiendo identificar cómo la densidad del capital social incide en la competitividad municipal y en la resiliencia de los sistemas artesanales en los Valles Centrales de Oaxaca.

4. Elementos empíricos del capital social en Oaxaca, México: Resultados

Esta sección persigue cuatro objetivos: (i) caracterizar a los sujetos de estudio para contextualizar la base social del sistema artesanal; (ii) construir y comparar el Índice de Competitividad Municipal (ICM) por dimensiones; (iii) comprobar hipótesis con análisis estadístico (SPSS v26) mediante correlaciones y regresiones; y (iv) documentar hallazgos específicos sobre Capital Social a partir de un comparativo municipal. Además de esto, se busca que el ICM funcione como herramienta práctica para identificar fortalezas y debilidades territoriales y aprender de las estrategias exitosas.

4.1. Caracterización de los artesanos

En primer término, se caracteriza a la población encuestada con el fin de situar la base social del sistema artesanal y hacer legible el resto de los hallazgos. La muestra estuvo integrada por 177 unidades económicas, de las cuales 126 (71%) correspondieron a artesanas y 51 (29%) a artesanos. Entre las mujeres, la distribución municipal muestra una concentración en San Pablo Villa de Mitla (40%), seguida de Santo Tomás Jalieza (25%), Santa Ana del Valle (18%) y Teotitlán del Valle (17%); entre los hombres, predomina Teotitlán del Valle (55%), luego San Pablo Villa de Mitla (35%) y Santo Tomás Jalieza (10%), mientras que en Santa Ana del Valle solo se encuestaron mujeres. A decir verdad, esto ya sugiere una base productiva eminentemente femenina y territorialmente diversa.

Respecto a la estructura etaria, el promedio general fue de 45 años; por municipio y sexo se observó SAV (mujeres) 46, STJ 50 (mujeres) y 53 (hombres), TDV 39 (mujeres) y 42 (hombres), y SPVM 43 (mujeres) y 46 (hombres). Desde esta mirada, conviven cohortes maduras con un relevo generacional todavía incierto. Por otra parte, en organización productiva se identifica un 52% de trabajo independiente frente a 48% de asociacionismo formal, lo que delata una tensión fecunda entre cooperación y estrategias individuales que, según veremos, influye en aprendizaje, información y poder de negociación.

El perfil de las 177 unidades textiles muestra una participación femenina predominante (64%) frente a los hombres (36%), lo que sugiere una centralidad de las mujeres en la economía artesanal. Pese a ello, persisten brechas de acceso a financiamiento, certificaciones y redes externas. En lo asociativo, solo el 41% participa en cooperativas o figuras formales; la mayoría opera de forma individual o familiar, lo que restringe la negociación colectiva y la entrada a programas públicos. Tecnológicamente, predominan los telares de pedal tradicionales (72%), con innovación parcial (28%) telares metálicos o mejoras en teñido, un proceso modernizador incipiente que coexiste con prácticas de alto valor cultural.

La muestra evidencia una clara feminización del sistema artesanal, con dos tercios de mujeres y un tercio de hombres, reflejo de la organización familiar de los talleres y de la transmisión de saberes entre mujeres. Este predominio femenino revela desigualdades en tiempos de cuidado, acceso a crédito y certificación, además de diferencias territoriales mayor presencia masculina en Teotitlán del Valle y ausencia en Santa Ana del Valle que indican especialización y segmentación de roles. Se plantea incorporar políticas de conciliación, financiamiento adaptado y formación específica para mujeres artesanas a fin de fortalecer el tejido productivo y asegurar el relevo generacional.

En San Pablo Villa de Mitla la proporción resulta casi equilibrada, con 40 % de mujeres y 35 % de hombres, lo cual refleja una dinámica mixta y balanceada en la participación textil. En Santo Tomás Jalieza la fuerza femenina predomina claramente (25 % frente a 10 % masculino), confirmando el papel central de las mujeres en los grupos organizados que sostienen el tejido productivo. Por otra parte, en Teotitlán del Valle la situación se invierte: los hombres concentran el 55 %, frente a un 17 % de mujeres, hecho que coincide con una tradición donde los varones lideran la producción y la comercialización, aunque persista participación femenina.

Finalmente, Santa Ana del Valle se distingue por contar exclusivamente con mujeres (18 %) y ninguna representación masculina en la muestra, lo que sugiere una feminización absoluta de la actividad artesanal en este municipio.

Se identifican tres escenarios: municipios con equilibrio relativo (SPVM), con hegemonía femenina (STJ y SAV) y con predominio masculino (TDV). Esta diversidad territorial confirma que la competitividad y el capital social no se explican solo por el volumen de producción, sino también por las configuraciones de género que determinan liderazgos, redes y estrategias de sostenibilidad.

En conjunto, la caracterización de la población encuestada revela un sistema artesanal profundamente enraizado en el territorio y sostenido por una base predominantemente femenina, cuya participación trasciende lo productivo para configurar redes de cooperación, transmisión de saberes y resiliencia comunitaria. La coexistencia de talleres individuales, grupos cooperativos y estructuras familiares muestra que la competitividad local no depende únicamente de la escala o del acceso a mercados, sino de la capacidad relacional que cada comunidad articula para sostener su producción frente a las limitaciones estructurales.

4.2. Índice de Competitividad Municipal

El Índice de Competitividad Municipal (ICM) se construyó con Análisis Factorial (Componentes Principales) y rotación Varimax, reteniendo factores para explicar ≥ ≈65% de la varianza por dimensión cuando fue pertinente, y depurando variables con varianza única elevada. La validez estadística se apoyó en KMO y Esfericidad de Bartlett por dimensión, con resultados adecuados: Recursos Humanos (KMO .588; χ²=48.952; p<.001), Recursos Físicos (.684; χ²=303.912; p<.001), Población (.560; χ²=58.752; p<.001), Instituciones y Gobierno (.842; χ²=420.055; p<.001) y Empresas (.617; χ²=189.116; p<.001). Además de esto, se calcularon ponderaciones municipales a partir de la varianza explicada por cada factor, con lo cual se derivaron índices comparables entre territorios.

Para Capital Social (CS), el AF identificó 3 componentes/18 ítems que explican 52.5% de la varianza: Acción Colectiva (27.1%), Redes Sociales (13.6%) y Confianza Social (11.9%); la confiabilidad interna resultó Alfa=.828 y KMO=.764, lo cual es aceptable/bueno. Para Competitividad Municipal (CM) se retuvieron 5 componentes/23 ítems que explican 56.5% de la varianza: Empresas (28.4%), Instituciones y Gobierno (9.7%), Recursos Físicos (6.6%), Población (6.0%) y Recursos Humanos (5.7%).

Seis de cada diez artesanos trabajan de manera independiente (≈59 %), mientras que alrededor de cuatro de cada diez lo hacen bajo esquemas de asociación formal (≈41 %). Esta distribución revela que, si bien el asociacionismo tiene una presencia importante en la región, la estrategia individual o familiar sigue siendo predominante, lo que refleja tanto la autonomía de los talleres como la limitada capacidad de organización colectiva en algunos municipios.

Desde esta mirada, el peso de los no asociados puede estar vinculado a factores como la desconfianza hacia liderazgos, los costos de integración en grupos o la falta de incentivos institucionales. Por otra parte, la proporción relevante de artesanos asociados muestra que allí donde existen organizaciones consolidadas como en Santo Tomás Jalieza o algunos grupos de Teotitlán del Valle, se generan espacios de cooperación, aprendizaje y negociación que fortalecen la competitividad.

La tabla 1 sintetiza la estructura factorial de la competitividad municipal, los cinco factores explican 56.5 % de la varianza total, lo cual constituye una base metodológica sólida y estable para el análisis.

Tabla 1

Competitividad Municipal: componentes y varianza explicada

Componente

% Varianza

Observaciones clave

Empresas

28.4

Ambiente laboral, fomento, innovación

Instituciones y Gobierno

9.7

Eficiencia y coordinación

Recursos Físicos

6.6

Servicios, equipamiento, ambiente

Población

6.0

Bienestar y trascendencia cultural

Recursos Humanos

5.7

Formación y disponibilidad

Total

56.5

Estructura válida y estable

En primer lugar, el componente Empresas concentra el mayor porcentaje de varianza (28.4 %), lo que confirma que el desempeño competitivo de los municipios se sostiene principalmente en el ambiente laboral, el fomento empresarial y los procesos de innovación que se desarrollan en el sector artesanal. Le sigue Instituciones y Gobierno con 9.7 %, donde la eficiencia de la gestión pública y la coordinación interinstitucional actúan como factores diferenciadores entre municipios.

Los Recursos Físicos explican 6.6 % de la varianza e incluyen infraestructura y servicios clave para la producción; la Población aporta 6.0 %, vinculada al bienestar y la cohesión cultural; y los Recursos Humanos, con 5.7 %, evidencian la relevancia de la capacitación y la escasez de relevo generacional en el sector artesanal.

En síntesis, el análisis factorial evidencia que la competitividad municipal no depende de un único elemento, sino de la interacción entre cinco dimensiones clave, con un peso mayor de las condiciones empresariales, pero también con el aporte relevante de los factores institucionales, sociales y humanos. Esto valida la pertinencia del índice propuesto y ofrece un mapa claro de prioridades para el diseño de políticas locales de fortalecimiento.

4.3. Capital Social: confianza, redes y acción colectiva

Los datos muestran altos niveles de confianza vecinal 49 % “siempre” y 16 % “casi siempre” con mayor densidad en municipios pequeños como STJ y SAV. En contraste, la confianza en autoridades municipales es moderada, predominando respuestas “a veces”, aunque SAV alcanza 36 % de confianza plena. Este patrón evidencia que la cohesión comunitaria sostiene la base social de la competitividad, mientras la desconfianza institucional limita la coordinación local.

La confianza entre empresas es mayormente positiva, especialmente en contextos familiares como SAV (36 %) y STJ (28 %). En cambio, la confianza hacia grupos o asociaciones es más variable, con solo 18 % que confía plenamente, debido a liderazgos politizados y costos de participación. En términos de redes y ventas, 42 % no percibe beneficios por asociarse y solo 23 % sí, destacando STJ con 53 % de incrementos frente a SPVM, donde 64 % no reporta mejoras.

La empresa familiar continúa siendo el eje del sistema productivo, con 46 % de participación constante y alto involucramiento general, aunque con menor interés de las nuevas generaciones. La acción colectiva mantiene fuerza 46 % “siempre” percibe organización comunitaria impulsada por el tequio y la identidad local. El cumplimiento de derechos “sin distinción” alcanza 53 %, destacando Santo Tomás Jalieza con 83 %. En conjunto, se confirma que redes densas y normas creíbles fortalecen la acción colectiva y garantizan una competitividad territorial estable.

Santo Tomás Jalieza encabeza las cinco dimensiones, destacando en institucionalidad e infraestructura; Teotitlán del Valle presenta un desempeño equilibrado; San Pablo Villa de Mitla sobresale en instituciones y empresas por su diversificación; y Santa Ana del Valle muestra rezago general debido a débil presencia institucional y migración laboral. En conjunto, los cuatro municipios evidencian bajos niveles en recursos humanos por falta de relevo generacional y rentabilidad limitada en mercados inestables.

Esto datos reflejan que la mayoría de los artesanos (≈70 %) continúa utilizando el telar de pedal tradicional, mientras que solo alrededor de un 30 % ha incorporado alguna forma de innovación parcial en sus procesos productivos. Este hallazgo confirma la fuerza de la tradición textil en los Valles Centrales, donde el conocimiento heredado y la técnica ancestral se mantienen como base de la producción.

El gráfico 1 muestra el perfil competitivo por dimensión (RH, RF, POB, INS y EMP) para los cuatro municipios analizados; cuanto más se aleja del centro cada trazo, mayor es el desempeño en esa dimensión, y el área total del polígono sugiere el rendimiento global.

Gráfico 1

Perfil competitivo por dimensión para STJ, TDV, SPVM y SAV

Santo Tomás Jalieza muestra el perfil más sólido y equilibrado, destacando en Instituciones y Gobierno (≈3.56) y Recursos Físicos (≈3.47), con buen desempeño empresarial (≈2.85), reflejo de un entorno institucional activo y una infraestructura adecuada. Teotitlán del Valle presenta un perfil balanceado, con fortalezas en Recursos Físicos (≈2.91) e Instituciones (≈2.80), aunque niveles moderados en Empresas (≈1.87) y Población (≈1.68), lo que evidencia una base material estable, pero con potencial de mejora en emprendimiento y bienestar social.

San Pablo Villa de Mitla presenta un perfil desigual, con fortaleza en Instituciones (≈3.38) y desempeño medio en Empresas (≈2.25), pero rezagos en Recursos Físicos (≈2.56), Población (≈1.54) y Recursos Humanos (≈1.66), reflejando buena gestión institucional y diversificación productiva, aunque con déficits en relevo laboral y cohesión comunitaria. En cambio, Santa Ana del Valle muestra los niveles más bajos en todas las dimensiones especialmente en Población (≈0.56) y Empresas (≈0.70), evidenciando vulnerabilidad estructural derivada de migración, baja organización y escasa articulación institucional

Del análisis se desprenden dos conclusiones principales: primero, las dimensiones de Recursos Humanos y Población son las más débiles en los cuatro municipios, reflejando carencias en relevo generacional, capacitación y participación comunitaria, factores que limitan la sostenibilidad competitiva; segundo, las mayores brechas intermunicipales se concentran en Instituciones y Recursos Físicos, donde la coordinación y la infraestructura determinan el desempeño. En conjunto, la jerarquía STJ > (TDV ≈ SPVM) > SAV evidencia la necesidad de consolidar avances en STJ, fortalecer empresa y bienestar en TDV, equilibrar SPVM con inversión en capital humano y atender integralmente la fragilidad institucional y de mercado en SAV.

El gráfico 2 compara, mediante líneas superpuestas, los índices por dimensión (RH, RF, POB, INS y EMP) de los cuatro municipios.

Gráfico 2

Comparativo de perfiles (superposición por dimensión)

El patrón general muestra una curva en “V”: incremento de Recursos Humanos a Recursos Físicos, descenso en Población y repunte en Instituciones, con cierre en Empresas. Santo Tomás Jalieza alcanza los valores más altos RF (≈3.47), INS (≈3.56) y EMP (≈2.85), reflejando articulación institucional y base física sólida. Teotitlán del Valle reproduce la misma tendencia a menor escala RF (≈2.91), POB (≈1.68), INS (≈2.80) y EMP (≈1.87), con desempeño equilibrado, aunque con espacio para fortalecer emprendimiento y bienestar comunitario.

San Pablo Villa de Mitla muestra un perfil desigual: bajos niveles en Recursos Físicos (≈2.56) y Población (≈1.54), pero altos en Instituciones (≈3.38) y Empresas (≈2.25), impulsados por buena gestión y diversificación productiva, aunque con rezagos en relevo laboral y cohesión comunitaria. En contraste, Santa Ana del Valle se mantiene rezagado en todas las dimensiones, con un leve repunte en Instituciones (≈1.49) insuficiente para compensar mínimos en Población (≈0.56) y Empresas (≈0.70), evidenciando vulnerabilidad estructural por baja densidad productiva y migración.

Las mayores brechas intermunicipales se concentran en Instituciones y Recursos Físicos, con clara ventaja de Santo Tomás Jalieza, mientras que la baja general en Población evidencia que el bienestar y la participación comunitaria son los principales cuellos de botella. En conjunto, se confirma el orden STJ > (TDV ≈ SPVM) > SAV y se delinean prioridades: consolidar avances en STJ, fortalecer empresas y bienestar en TDV, equilibrar capital humano y social en SPVM, e impulsar en SAV una estrategia integral de articulación institucional, redes y acceso a mercados.

Los resultados confirman que el capital social es un factor clave en la competitividad territorial del sector textil artesanal en Oaxaca. La correlación significativa (r = 0.742) evidencia que la confianza, la cooperación y la asociatividad inciden directamente en el desempeño municipal, en línea con Putnam (2000), quien destaca su papel en la eficacia institucional. El modelo de regresión (R² = 0.55) respalda esta relación y coincide con hallazgos regionales (Taylor, Van y Robinson, 2023), mostrando que, en contextos artesanales, con escasos recursos materiales, los lazos sociales resultan determinantes para el desarrollo.

La comparación intermunicipal evidencia que los territorios con mayor cohesión organizativa y presencia de cooperativas logran niveles superiores de competitividad, lo que respalda la tesis de Vázquez-Barquero (2002) sobre la cooperación local como base del desarrollo regional. El estudio confirma que la competitividad no depende solo de factores macroeconómicos, sino también de recursos intangibles como la confianza y la organización comunitaria. Sin embargo, la fragmentación productiva y la baja participación asociativa (41 %) limitan la sostenibilidad competitiva, en línea con lo observado en economías rurales de Perú y Bolivia (Camagni, 2017; Ramírez y Álvarez, 2023). En consecuencia, se propone redefinir los índices de competitividad para incluir dimensiones sociales y culturales que reflejen con mayor precisión las realidades artesanales y orienten políticas territoriales más equitativas.

5. Capital social como componente estructural de la competitividad territorial: discusión

Los resultados confirman que el capital social es un componente estructural de la competitividad territorial en el sector textil artesanal de Oaxaca. La correlación significativa (r = 0.742; p < 0.001) y la varianza explicada por el modelo (R² = 0.55) evidencian que la confianza, la cooperación y la acción colectiva son determinantes del desempeño competitivo municipal, en consonancia con Vázquez-Barquero (2002) y Taylor, Van y Robinson (2023), quienes destacan el papel relacional del desarrollo regional. El enfoque mixto permitió integrar análisis cuantitativo y cualitativo, validando tres dimensiones del capital social confianza, redes y acción colectiva que explican el 52.5 % de la varianza, junto con cinco dimensiones complementarias de competitividad.

Los municipios con mayor organización cooperativa, como Santo Tomás Jalieza y Teotitlán del Valle, registran los mejores resultados, lo que confirma que la asociatividad impulsa la innovación y la resiliencia. Estos hallazgos amplían la evidencia sobre el papel económico del capital social en territorios rurales latinoamericanos (Boisier, 2004; García-Vidales, Maldonado-Guzmán & Alvarado-Carrillo, 2019) y revelan particularidades del contexto oaxaqueño, donde la participación femenina, la transmisión de saberes y la articulación entre identidad cultural e innovación sustentan un modelo híbrido de competitividad.

Desde el plano teórico, se cuestionan los enfoques tradicionales centrados en productividad o infraestructura, proponiendo una visión integral que incorpore los lazos sociales, la institucionalidad y la cultura organizativa como ejes de análisis. Incluir indicadores de capital social en los diagnósticos de desarrollo permitiría diseñar políticas más contextualizadas, orientadas a fortalecer la cooperación, el aprendizaje colectivo y la gobernanza participativa. En conjunto, el estudio muestra que la competitividad territorial es un proceso relacional y multidimensional donde la cohesión social y la calidad institucional son tan relevantes como los recursos materiales, configurando la base para un desarrollo regional más inclusivo, sostenible y equitativo.

6. Conclusiones

Los resultados obtenidos confirman que el capital social constituye un componente estructural de la competitividad territorial en el sector textil artesanal de Oaxaca, al incidir de manera directa en la capacidad organizativa, la cooperación productiva y la sostenibilidad comunitaria.

Desde una perspectiva teórica, la investigación aporta evidencia empírica al debate contemporáneo sobre la competitividad regional, al demostrar que las dinámicas de desarrollo no pueden entenderse únicamente a partir de indicadores económicos o de infraestructura, sino también desde los activos intangibles que emergen de la interacción social. En este sentido, se puede mencionar que el desarrollo territorial es un proceso relacional sustentado en la cooperación y la innovación social más que en la mera acumulación de capital.

En términos metodológicos, el diseño mixto permitió integrar datos cuantitativos con observaciones cualitativas, ofreciendo una visión comprensiva de la realidad productiva artesanal. El instrumento validado de 59 ítems posibilitó medir con rigor las dimensiones del capital social y su efecto sobre la competitividad municipal, aportando una herramienta replicable en otros sectores productivos de América Latina. Este enfoque refuerza la pertinencia de incorporar metodologías híbridas en los estudios territoriales para captar la complejidad de los procesos sociales y económicos.

En el plano aplicado, los resultados sugieren que fortalecer las redes de cooperación, las asociaciones textiles y los mecanismos de gobernanza local podría incrementar la resiliencia productiva y la inserción competitiva de los territorios rurales. Asimismo, integrar el capital social en las políticas públicas de desarrollo permitiría consolidar estrategias de fomento artesanal que reconozcan el valor cultural y simbólico del trabajo textil como motor de bienestar colectivo y sostenibilidad.

Finalmente, se concluye que la competitividad territorial debe entenderse como un proceso multidimensional e inclusivo, en el que los lazos sociales y comunitarios constituyen el principal recurso para enfrentar las desigualdades históricas, preservar los saberes locales y proyectar modelos de desarrollo regional más equitativos y sostenibles.

Referencias

Ayaviri, N., Quispe Fernández, G. M., & Borja Lombeida, M. E. (2017). El capital social en el desarrollo local comunitario. Un estudio en comunidades rurales de Bolivia. Revista Galega de Economía, 26(2), 77-88. https://www.redalyc.org/pdf/391/39152751005.pdf

Boisier, S. (2004). Desarrollo territorial y descentralización. El desarrollo en el lugar y en las manos de la gente. Revista Eure, XXX(90), 27-40. https://www.flacsoandes.edu.ec/sites/default/files/agora/files/1245798293.boisier__descentralizacion_0.pdf

Bourdieu, P. (1986). The forms of capital. In J. Richardson (Ed.), Handbook of theory and research for the sociology of education (pp. 241–258). Greenwood. https://www.ucg.ac.me/skladiste/blog_9155/objava_66783/fajlovi/Bourdieu%20The%20Forms%20of%20Capital%20_1_.pdf

Cabrera, M. F., & García-Castiblanco, C. P. (2021). Capital social y población vulnerable, un análisis desde entidades gubernamentales locales. Revista Venezolana De Gerencia, 26(5), 370-387. https://doi.org/10.52080/rvgluz.26.e5.24

Camagni, R. (2017). Territorial capital and regional development. In R. Capello (Ed.), Seminal studies in regional and urban economics (pp. 118–140). Springer. https://doi.org/10.1007/978-3-319-57807-1_8

Coleman, J. S. (1990). Foundations of social theory. Harvard University Press.

García, M., Maldonado, G., & Alvarado, A. (2019). Innovación abierta y rendimiento financiero en la industria manufacturera de México. Revista Venezolana De Gerencia, 24(87), 826-842. https://doi.org/10.37960/revista.v24i87.24639

Gobierno del Estado de Oaxaca. (2016). Diagnóstico de la cadena de valor artesanías textil en las regiones de Oaxaca. https://www.oaxaca.gob.mx/coplade/wp-content/uploads/sites/29/2017/04/Perfiles/AnexosPerfiles/1.%20CV%20TEXTIL.pdf

Instituto Nacional de Estadística y Geografía-INEGI (2020). Censos Económicos 2019: Resultados definitivos por entidad federativa – Oaxaca. https://www.inegi.org.mx/programas/ce/2019/#Publicaciones

Paredes, E., Diaz, E., Franco, J. A., & Parra, F. A. (2024). Modelo para determinar la capacidad de representación de una marca territorial. Revista Venezolana De Gerencia, 29(106), 659-673. https://doi.org/10.52080/rvgluz.29.106.13

Pizarro De la Hoz, A. M., & Meñaca, I. (2025). Gestión estratégica, turismo rural y competitividad: una revisión sistemática. Revista Venezolana De Gerencia, 30(109), 144-162. https://produccioncientificaluz.org/index.php/rvg/article/view/43394

Portes, A. (2014). Downsides of social capital. Proceedings of the National Academy of Sciences, 111(52), 18407–18408. https://doi.org/10.1073/pnas.1421888112

Putnam, R. D. (2000). Bowling alone: The collapse and revival of American community. Simon & Schuster.

Ramírez, M., & Álvarez, E. (2023). Desarrollo económico territorial desde el gobierno intermedio. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales y Humanidades, REDILAT. https://doi.org/10.56712/latam.v4i1.429

Romero, J., Gutiérrez, J. M., Barrios, J. R., & Núñez, O. A. (2022). Financiamiento a corto plazo de las micro y pequeñas empresas familiares del sector confección. Revista Venezolana De Gerencia, 27(8), 1382-1400. https://doi.org/10.52080/rvgluz.27.8.41

Small, M. L., Perry, B. L., Pescosolido, B., & Smith, E. B. (Eds.). (2021). Building a network theory of social capital. In Personal networks: Classic readings and new directions in egocentric analysis (pp. 489–503). Cambridge University Press.

Taylor, R., Van Leuven, A. J., & Robinson, S. (2023). The role of community capital in rural renewal. Local Development & Society, 6(1), 60–79. https://doi.org/10.1080/26883597.2023.2258453

Vázquez-Barquero, A. (2002). Endogenous development: Networking, innovation, institutions and cities. Routledge. https://doi.org/10.4324/9780203217313

Woolcock, M. (2010). The rise and routinization of social capital, 1988–2008. Annual Review of Political Science, 13(1), 469–487. https://doi.org/10.1146/annurev.polisci.031108.094151