Psicología Humanista y Trabajo Social: Un binomio perfecto Beatriz Martínez Pérez Universidad de Murcia. Murcia, España. E-mail: beatrizmz@um.es; ORCID ID: http://orcid.org/0000-0002-8287-8161 Resumen. El presente trabajo, tiene como finalidad mostrar el vínculo que existe entre dos disciplinas afines que coinciden de manera necesaria formando un bino- mio perfecto. El trabajo Social y la Psicología Humanista, ambas tienen el desafío de acompañar en los procesos de cambio del individuo hacia la autorrealización y auto- determinación en sus vidas de manera respetuosa y empática. Para ello se realizará un recorrido por la psicología humanista; antecedentes históricos, objetivos y característi- cas, desde su nacimiento hasta la actualidad, así como la revisión de la contribución de las terapias humanistas a los modelos de intervención social, desde la detección de los aspectos comunes de ambos campos en el valor intrínseco de la persona. Trabajo Social y Humanismo toman como base la satisfacción de las necesidades básicas del indivi- duo antes de alcanzar su máximo potencial, así como los medios para ello, teniendo en cuenta su aceptación incondicional y como los factores culturales y sociales afectan a la personalidad y comportamiento de las personas. El Trabajo social y su identidad profesional se centrada en la identificación de necesidades sociales, no cubiertas y el acompañamiento en su obtención de una manera empática y respetuosa del individuo mediante las relaciones siendo estas un fin en sí mismo. Por lo que ambas disciplinas van de la mano en la relación de ayuda. Palabras clave: necesidades básicas, autorrealización, autodeterminación, acompañamiento y responsabilidad. Recibido: 02/02/2025 ~ Aceptado: 26/05/2025 INTERACCIÓN Y PERSPECTIVA Revista de Trabajo Social ISSN 2244-808X ~ Dep. Legal pp 201002Z43506 DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.17639462 Vol. 16 (1): 3 - 14 pp, 2026
4 Martínez Pérez Interacción y Perspectiva. Revista de Trabajo Social Vol. 16(1): 2026 Humanistic Psychology and Social Work: A perfect combination Abstract. e purpose of this work is to show the link that exists between two related disciplines that necessarily coincide, forming a perfect binomial. Social work and Humanistic Psychology, both have the challenge of accompanying the individual’s processes of change towards self-realization and self-determination in their lives in a respectful and empathetic way. To do this, a tour of humanistic psychology will be carried out; historical background, objectives and characteristics, from its birth to the present, as well as the review of the contribution of humanistic therapies to social intervention models, from the detection of the common aspects of both fields in the intrinsic value of the person. Social Work and Humanism are based on the satisfaction of the basic needs of the individual before reaching their maximum potential, as well as the means to do so, taking into account their unconditional acceptance and how cultural and social factors affect the personality and behavior of individuals. people. Social work and its professional identity focuses on the identification of unmet social needs and support in obtaining them in an empathetic and respectful manner of the individual through relationships, these being an end in themselves. erefore, both disciplines go hand in hand in the helping relationship. Keywords: basic needs, self-realization, self-determination, support and responsibility. INTRODUCCIÓN La intervención social como seña de identidad del trabajo social se determina en su esencia, en términos de ayuda e intervención psicosocial, es por ello, que el trabajo social y la psicología huma- nista conforman un maridaje, no una dependencia o sumisión del Trabajo Social hacia la psicología humanista. El Trabajo Social orienta a la intervención sobre la realidad social, con el objetivo de modificar situaciones que obstaculizan o limitan el desarrollo pleno del sujeto en su relación con el otro, con el entorno y consigo mismo y lo hace desde el acompañamiento empático y respetuoso hacia y con el individuo, estableciendo un vínculo terapéutico. Es por ello, que se hace fundamental hacer una revisión en la relación que existe entre ambas epistemologías; trabajo social y la tercera fuerza, en concreto los aspectos comunes de ambas: el acompañamiento respetuoso en la interven- ción con el individuo en el proceso de cambio hacia la autorrealización. Esto requiere la visión panorámica de las corrientes humanistas sobre su trayectoria histórica, principales autores y características, para luego trasladarnos a una ampliación y aplicación en las ciencias sociales del trabajo social, así como sus principales aportes y comuniones, haciéndose evi- dente la necesaria retroalimentación de ambas disciplinas en la actualidad. El objetivo es identificar el vínculo existente entre el trabajo social en la actualidad y los dis- tintos enfoques humanistas, cuando las sinergias suceden en el punto de partida de la situación- problema, la relación a través del vínculo con las personas en la relación-transformadora, el acom- pañamiento durante el proyecto vital de cada persona previniendo la vulnerabilidad a través del desarrollo de las potencialidades, facilitando los recursos precisos y la expresión de las emociones e identificación de patrones que obstaculizan la autodeterminación hacia una libertad responsable.
Psicología Humanista y Trabajo Social: Un binomio perfecto 5 Vol. 16(1) enero - abril 2026/ 3 - 14 En la “Declaración Global de Principios Éticos y de Integridad Profesional” aprobado en la Asamblea General de la Federación Internacional de Trabajadores Sociales (FITS) define como un principio ético del trabajo social, el derecho a la libre determinación entendiendo como tal que: “los/las trabajadores sociales respetan y promueven el derecho de las personas para tomar sus pro- pias decisiones, independientemente de sus valores y decisiones de vida, siempre y cuando esto no amenace los derechos e intereses legítimos de los demás”. El código deontológico incluye como principios generales de la profesión, la individualización expresada en la necesidad de adecuar la intervención profesional a las particularidades específicas de cada persona, grupo o comunidad y la personalización que exige reconocer el valor del destinatario no como objeto sino como sujeto activo “participante” en el proceso de intervención con la inten- cionalidad de derechos y deberes. Para Hermida y en contraposición a Ander-Egg existe un obstáculo epistemológico en el hu- manismo sobre la disciplina del Trabajo social que limita las posibilidades de un pensar-otro para la profesión. La hipótesis explora como una lectura naturalizada y lineal del Humanismo puede generar que el mismo funcione como obstáculo epistemológico para las instancias de investigación e intervención del Trabajo Social. Sin embargo, el presente trabajo de investigación plantea un segundo objetivo que es invitar al trabajador social a la reflexión sobre el profundo sentido humanista de la profesión, en palabras de Ander Egg. Y cuán importante es profundizar en las corrientes humanistas no solo a nivel teó- rico sino a nivel experiencial fundamentado bajo los mismos fines que se establecen para y hacia el sujeto de la intervención, es decir, el trabajo hacia la autorrealización a través del conocimiento propio y la autodeterminación hacia la responsabilidad en las intervenciones empáticas y actua- ciones respetuosas del profesional de manera bidireccional. De este modo el profesional refuerza lo más importante que no son los conocimientos teóricos y el excelente manejo de las técnicas y métodos sino la herramienta principal en el campo del trabajo social, el profesional en la relación de acompañamiento con el Otro. MARCO TEÓRICO Psicología Humanista Antecedentes, evolución histórica y algunos autores La psicología humanista, se forja como un movimiento que ofrece una nueva visión psicoló- gica desde un enfoque distinto al psicoanálisis y al conductismo que eran las dos grandes fuerzas psicológicas predominantes desde finales del siglo XIX el psicoanálisis al XX el conductismo. El humanismo partiría de la idea de un paciente sano, libre o auto determinado. La psicología humanista, se reconoció como “la tercera fuerza”, nace en EE. UU en 1961 con la fundación de la American Association for Humanistic Psychology (AAHP), formando parte del comité organizador autores como Abraham Maslow, Joe Adams, Dorothy Lee, Clark Moustakas, Anthony Sutich entre otros. La psicología humanista sería el resultado del reconocimiento de nue- vas necesidades en la población. Según José Luis Martorell en la psicología humanista podemos identificar influencias de la filosofía humanista que se estaba desarrollando en Europa; la psicología existencial, así como la influencia social y cultural, marcada por el trauma de la segunda guerra
6 Martínez Pérez Interacción y Perspectiva. Revista de Trabajo Social Vol. 16(1): 2026 mundial, la guerra fría y sus consecuencias. Esto supuso que el ser humano necesitara hablar de libertad y espiritualidad como impulso o aliento suponiendo un cambio de mentalidad en una sociedad traumada. La psicología humanista como movimiento se traslada a Europa, coincidiendo con las mismas necesidades. Entre los autores que desarrollaron la corriente humanista, destacamos a los considerados como padres; Abraham Maslow y Carl Rogers, también Fritz Perls, Kurt Goldstein, Aldous Huxley, Erich Fromm, Karen Horney, Herbert Marcuse, Rollo May, Sidney Jourard y Eugene Gendlin. Carl Rogers, desarrolló la “Teoría de la personalidad”. En ella exponía que todos merecemos convertirnos en el tipo de personas que soñamos, reforzando la realización de la persona como uno de los pilares de su obra. “La curiosa paradoja es que cuando me acepto como soy, entonces puedo cambiar”. Abraham Maslow, realizó algunas aportaciones a la Teoría de la Personalidad de Rogers, como el concepto de las necesidades reflejado en su conocida pirámide, a través de la cual observamos el orden jerárquico de las necesidades del hombre: necesidades fisiológicas, de seguridad, de afiliación, de reconocimiento, y situando en la cumbre la autorrealización, donde está la confianza, el respeto y el éxito. Para Maslow el ser humano era una unidad, con una percepción tanto objetiva como subjetiva del mundo y de él mismo. Sin embargo, dos fueron las claras influencias nacidas en Europa de las que se nutrió la psico- logía humanista; la psicología existencial y la fenomenología del filósofo alemán George Friedrich Hegel, inspirado en la obra de Edmund Husserl. Tanto el existencialismo como la fenomenología y el humanismo comparten mismos objeti- vos; la autorrealización como pieza fundamental y la búsqueda de la capacidad del ser humano para desarrollarse. Los preceptos de los que partirían son: La autorrealización natural tomada del existencialista Viktor Frankl; “El hombre se autorrealiza en la misma medida en que se compromete al cumplimento del sentido de su vida”. Cada persona debe ser tratada de forma individual, cada individuo es único, en sus experiencias y en su entorno. Las personas son buenas por naturaleza y crecerán así si se dan las condiciones adecuadas, destacando el papel que juega una buena infancia. como postulaba Jean Jacques Rousseau “el hombre es bueno por naturaleza, es la sociedad la que lo corrompe”. Finalmente, la expresión de sentimientos, pensamientos, y emociones a través del diálogo es fundamental a través de técnicas creativas pues la subjetividad y la experiencia interna son determinantes para el desarrollo y el crecimiento personal, el ser humano es libre, auténtico y responsable. Sin olvidar la importancia del entorno. Tipos de Terapias Humanistas Terapia Existencial Los padres de la psicología existencial fueron Medard Boss o Ludwing Binswanger, así como las aportaciones filosofías de Kierkeggard y de Friedrich Nietzsche y posteriormente las de Martin Heidegger, Jean-Paul Sartre, Kart Jaspers, Edmund Husserl y Simona de Beauvoir. La terapia exis- tencial también se inspira en la Fenomenología y en la Hermenéutica post cartesiana viendo al ser humano como un todo unido a su entorno familiar y social.
Psicología Humanista y Trabajo Social: Un binomio perfecto 7 Vol. 16(1) enero - abril 2026/ 3 - 14 La terapia existencial, utiliza los acontecimientos vividos por el paciente en el pasado para comprender su presente y sanar el problema actual, promoviendo la libertad de ser y decidir del individuo en todo momento. Centrándose en el aquí y el ahora tratando de unir el pasado con la proyección del futuro deseada. Se considera que los problemas nacen de su relación con el entorno no de una enfermedad mental. La terapia consiste en un diálogo entre dos personas, donde el terapeuta tiene una postura colaboradora y alentadora de apoyo y empatía. El paciente expresa sus sentimientos y pensamientos más profundos, uniendo su pasado, presente y futuro, desde su forma subjetiva, abriendo su inte- rior desde la libertad y conciencia. Para la terapia existencial existen cuatro niveles de experiencia y existencia, que nos muestran la realidad del paciente, en el pasado, presente y futuro: 1. El mundo físico y sus necesidades corpo- rales, 2. El mundo social en el que el sujeto se mueve y la comunicación con su entorno. 3. El mundo personal, como se ve a él mismo, sus fortalezas y debilidades, sus características personales y 4. El mundo de las ideas, sus valores, creencias y patrones. Terapia de las necesidades humanas Abraham Maslow introdujo por primera vez el concepto de la jerarquía de necesidades en “A eory of Human Motivation” La idea básica es que el individuo sólo se ocupa de un escalón superior cuando ha satisfecho el anterior. Las necesidades más altas ocupan nuestra atención sólo cuando se han satisfecho las infe- riores, aunque hay estudios que afirman que incluso sin tener cubiertas las necesidades más básicas, también son importantes las relacionadas con la autorrealización y el reconocimiento. Los niveles de necesidades recogidas en la Pirámide de Maslow son: 1. Necesidades fisiológicas y de supervivencia como la respiración, alimentación, descanso, sexo, homeostasis. 2. Necesidades de seguridad y protección: la estabilidad, la seguridad física, de empleo, de recursos, moral, familiar, de salud, y de propiedad privada. En esta segunda fase el mie- do es muy importante, su papel es clave para que podamos acceder a cumplir estas necesidades y seguir avanzando. La persona tiene miedo a la incertidumbre, a la confusión, a lo desconocido. 3. Necesidades de afiliación, amistad, afecto e intimidad sexual, en este grupo encontramos el afecto, el amor y la pertenencia. 4. Necesidad de reconocimiento, autorreconocimiento, confianza, respeto y de éxito. Aquí, se sitúa la autoestima. 5.Necesidad de autorrealización, de moralidad, creatividad, espontaneidad, falta de prejuicios, aceptación y resolución de problemas, son objetivos que inclu- yen el desarrollo espiritual y búsqueda de la misión de vida. La función del terapeuta es averiguar cuáles son esas necesidades no cubiertas, para que desde la toma de conciencia el individuo pueda encontrar los recursos necesarios. Terapia breve centrada en soluciones Nace en Estados Unidos en la década de 1980, de la mano de Steve de Shazer y su esposa Insoo Kim Berg, junto con su equipo en el Centro Familiar Breve; influidos por el trabajo terapéutico de Milton H. Erickson, así como por el enfoque clínico desarrollado en el Mental Research Institute de Palo Alto. Esta terapia se establece bajo las premisas de la confianza, puesto que el cambio que busca depende del paciente en gran medida. No se trata al individuo como enfermo, sino que con- vierte al paciente en la persona que puede solucionar la causa del problema.
8 Martínez Pérez Interacción y Perspectiva. Revista de Trabajo Social Vol. 16(1): 2026 El terapeuta intentará un acercamiento al cliente poniéndose en su lugar y centrando el trabajo en los recursos del propio individuo y en sus posibilidades de superación. No se centra en el pasado, ni tampoco en los problemas sino en las soluciones, visualizando su vida sin el problema. Usando el diálogo como herramienta clave del éxito terapéutico. Las preguntas distintivas del modelo y las respuestas de los profesionales en entrevistas centradas en las soluciones tienen la intención de ini- ciar un proceso co-constructivo que llamaron: escuchar, seleccionar y construir. Uno de los modelos que más seguidores tiene se centra en la pregunta del milagro, preguntas de excepción o escalado de preguntas. Terapia centrada en el cliente Creada por el psicólogo norteamericano Carl Rogers e influenciado por las investigaciones de Otto Rak y de Jessie Taff. Para Rogers, la psicopatología se deriva de la incongruencia, la separación entre la experiencia del organismo y el concepto que la persona tiene de sí misma, que piensa y siente de sí misma. Rogers deja de utilizar el término paciente para sustituirlo por el de cliente, debido a la asun- ción de enfermedad que llevaba implícita. Para Rogers, el individuo es una persona sana que utiliza un servicio psicoterapéutico, participando activamente en la solución. La terapia centrada en el cliente toma como punto de partida el autoconocimiento como base de la autorrealización, equilibrio y paz interior y la aceptación incondicional de uno mismo como paso primordial para llegar a la verdadera felicidad. La baja autoestima, la falta de confianza, respeto a uno mismo, problemas con el entorno social o personal, hacen que no se produzca esta aceptación y surjan los problemas personales y las enfermedades; es imprescindible sanar el autoconcepto de uno mismo. Terapia Experiencial La terapia experiencial parte de la persona como globalidad, con libertad, conocimiento, res- ponsabilidad, emociones y responsabilidades. El ser humano es único e irrepetible, funcionando como un organismo total en el que mente y cuerpo se unen, confían en la forma en la que ocurren las cosas, evitando el control de la persona o del entorno. Dan prioridad a lo emocional, lo intuiti- vo, lo contemplativo, para restablecer el equilibrio entre lo racional, las emociones frente a los pen- samientos, de aquí que quieran trascender el ego, para que la persona pueda ir alcanzando niveles de conciencia más evolucionados. La terapia experiencial contempla dos subterapias:1. Centrada o focalizada en emociones (EFT), conocida como terapia de regulación emocional o terapia experiencial de Greenberg. La finalidad es cambiar el estado emocional problemático, los pacientes no son enfermos, sino que están atrapados en la forma habitual de hacer frente a las emociones evitando el dolor. Consta de varias fases. a) toma de conciencia de la emoción. b) la expresión para superar la evitación de expe- rimentar y expresar emociones previamente coartadas. c) la regulación de la emoción, tanto para acercarse a ellas como para alejarse, según sea el caso. d) la reflexión, la exploración de la experiencia emocional, pensar, analizar, interiorizar todo lo ocurrido, el para qué. La reflexión nos ayuda a crear un nuevo significado y desarrollar una nueva narrativa que explique la experiencia. Por último, e) la transformación. Esta fase es el cambio de una emoción por otras emociones, generando alternati- vas. Hacia la autorrealización. 2. Terapia experiencial de Gendlin (focusing). Centra su acción en la
Psicología Humanista y Trabajo Social: Un binomio perfecto 9 Vol. 16(1) enero - abril 2026/ 3 - 14 toma de contacto con el cuerpo físico, el cuerpo nos habla, nos dice las emociones, los sentimientos que nos dañan y los que nos fortalecen. El focusing invita a la persona a experimentar vivencialmen- te, a través de su cuerpo para sanar sus emociones. Evitando la racionalidad. Terapia Transaccional Conocida como Análisis Transaccional (AT), Teoría de la personalidad o Teoría de los Grupos y Organizaciones. Creada por el psiquiatra Eric Berne en 1950, recoge conceptos psicoanalíticos, humanistas y también conductistas. La terapia transaccional utiliza una serie de técnicas para facilitar la reestructuración y el cam- bio personal, les dota de herramientas para encontrar soluciones a sus problemas. La finalidad es conseguir una relación sana con nosotros mismos y con los demás, trabajando con una serie de conceptos: Estados del ego, se basa en los tres estados del yo, (padre, adulto y niño), para conocer cómo se identifica cada uno y la relación que existe entre ellos, centrándose en el inconsciente para ver los patrones que se arrastran en la forma de comportarnos y de relacionarnos con los demás, en la forma de pensar, observando permisos y prohibiciones que se reciben de niños y cómo impactan en el presente y en el resto de la vida. Para la terapia transaccional lo importante es sacar a la luz los patrones repetitivos de comportamiento que obstaculizan el potencial de una persona, su libertad e independencia. Trabaja en el equilibrio de tres conceptos para alcanzar la buena salud física: la consciencia, la espontaneidad y la intimidad. Psicología Transpersonal También llamada Orientación Transpersonal, surge del psicólogo Abraham Maslow junto a Anthony Sutich en la década de los setenta; junto con Stanislav Grof y James Fadiman entre otros. El término transpersonal significa más allá de lo personal. Para muchos es considerada como la “la cuarta fuerza”, ya que supone un cambio de conciencia, en ella confluyen la psicología hu- manista, la psicología conductista y el enfoque psicodinámico, junto a las corrientes espirituales orientales como el budismo, el hinduismo y el yoga, con la influencia de Ramana Maharsi, máximo exponente de la idea de auto indagación como camino hacia la autorrealización (Barnes, 2005). Recuperando la sabiduría antigua, revelando el significado de la vida en textos ancestrales como Gilgamesh (babilonia), Tao te King de Lao Tse, Confucio (China), los upanishádica (India), los dervishes y la sabiduría cristiana. Para Maslow el papel de la psicología transpersonal es explorar los alcances más lejanos de la naturaleza humana, explorar el crecimiento humano con una comprensión completa de sí mismos, de sus capacidades y de sus relaciones y ayudar a las personas a descubrir una profunda y más dura- dera forma de ser que les permita resolver los problemas que la vida les pueda plantear y les ayude a conseguir la autorrealización. Intenta llevar al individuo a su esencia, mucho más allá de un cuerpo físico, con sus recursos internos, hasta alcanzar un equilibrio interior. Trabajo Social y Terapias de la Psicología Humanista: Un binomio necesario Toda ciencia estudia lo mismo en cuanto a su objeto material, en el caso de las ciencias socia- les, la relación hombre-sociedad, y toda disciplina social estudia algo diferente en cuanto a su objeto formal, que es lo que le da su especificidad disciplinar.
10 Martínez Pérez Interacción y Perspectiva. Revista de Trabajo Social Vol. 16(1): 2026 En el caso de la disciplina del Trabajo Social como ciencia social aplicada, la cuestión a desta- car es definir el objeto de estudio y de intervención propio y de disciplinas afines y en cual se coin- cide de manera necesaria. La intervención en Trabajo Social está orientada a la actuación sobre la realidad social, con el objetivo de modificar ciertas situaciones que obstaculizan el desarrollo pleno de los sujetos sociales. La definición internacional de Trabajo Social recoge: “El trabajo social es una profesión basada en la práctica y una disciplina académica que promueve el cambio y el desarrollo social, la cohesión so- cial, y el fortalecimiento y la liberación de las personas. Los principios de la justicia social, los derechos humanos, la responsabilidad colectiva y el respeto a la diversidad son fundamentales para el Trabajo Social. Respaldada por las teorías del trabajo social, las ciencias sociales, las humanidades y los conoci- mientos indígenas, el Trabajo Social involucra a las personas y las estructuras para hacer frente a desafíos de la vida y aumentar el bienestar”. El Trabajo Social tiene diversos acercamientos teóricos y epistemológicos por lo que es necesa- rio visibilizar aquellas tendencias y corrientes que orientan los procesos de intervención y también de investigación social. Para Teresa Matus (1999) el Trabajo Social es un intérprete que tiene delan- te un texto, el de la realidad social que no es otra cosa que el reflejo del ser humano, del sujeto en su relación con el otro, con la sociedad-entorno y consigo mismo y desde ahí el Trabajo Social tiene el desafío de acompañar en los procesos de cambio y desarrollo hacia una autorrealización y autode- terminación del individuo en su responsabilidad de bienestar desde el acompañamiento respetuoso. La psicología se centra en el comportamiento individual, en cambio el Trabajo Social profun- diza en el comportamiento social y los recursos internos y externos para solucionar los problemas y cubrir las necesidades. Sin embargo, para ambas disciplinas lo importante es la persona, su libertad y su desarrollo. El trabajador social al igual que el terapeuta en su deontología no dirige, sino que ayuda a la persona en su libertad y en su capacidad de decidir. En ambos casos, el individuo forma un todo con el entorno. El Trabajo Social, es uno de los principales beneficiarios directos de la psicología humanista, destacando la teoría y metodología de esta, las cuales han producido cambios significativos tanto en la teoría como en la puesta en práctica del Trabajo Social, como, por ejemplo, en el nacimiento de distintos modelos en la intervención. El modelo “ofrece una explicación de la realidad y guía la práctica” (De la Red, 1993:31). De igual manera la psicología humanista en la actualidad es una de las principales beneficiarias de la capacidad interpretativa del Trabajo social que comprende el fenómeno que sucede como elemento del todo contextualizado. Para el Trabajo Social la interpretación no es un método, sino una virtud entrenada de la que las terapias humanistas beben por la capacidad de descubrimiento preciso más que por la demostra- ción de lo descubierto. Lo que se pretende acentuar es como ambas disciplinas se retroalimentan, se enriquecen formando un binomio perfecto tanto en el punto de partida como en el proceso. El trabajador social debe poner en marcha toda una serie de conocimientos, actitudes, ha- bilidades y destrezas, tendentes a hacer de la relación un instrumento para el cambio. (Escartín, Palomar, & Suárez, 1997: 66). En su relación con el cliente debe establecer un canal de comunica- ción abierto, en el que poder comprender su problema y proporcionar la ayuda que necesita. Para Ezequiel Ander-Egg, las características de un trabajador social además de la aplicación de teoría y epistemología, debe tener cualidades para la intervención, ya que de lo contrario sería una limita-
Psicología Humanista y Trabajo Social: Un binomio perfecto 11 Vol. 16(1) enero - abril 2026/ 3 - 14 ción para el ejercicio de esta profesión. El factor humano es el instrumento por antonomasia. De manera que trabajador social y terapeuta comparten auto-instrumento. El Trabajo Social es la disciplina que comprende la problemática del sujeto/ usuario en la interrelación por lo que es fundamental cambiar al termino “participante” que incluye la responsa- bilidad mutua. A vista de pájaro se revisan los aspectos comunes entre las terapias humanistas y los modelos de intervención social derivados y conformados a partir de estas con sus aportaciones y variaciones contextualizadas. Modelo existencial en Trabajo Social Este modelo, es uno de los que mayor repercusión e influencia ha tenido en la disciplina del Trabajo Social. Tanto la psicología humanista como el Trabajo Social parten de sus valores para intervenir, siendo el respeto hacia la persona y la situación el pilar fundamental. No hay imposición de la intervención, el participante es y tiene que ser el principal en la acción, hay un cambio en el concepto, ya no es quien recibe los servicios, si no que se concibe como un agente activo en la modificación del desarrollo de su vida, es libre de continuar o cesar la intervención, por lo que se debe potenciar su capacidad de decisión para el desarrollo personal a nivel interno como socialmente, es el protagonista en la intervención. El libre albedrío es entendido como el hacer libre con responsabilidad. La terapia es entendida como un diálogo entre individuos, el trabajador social no impone sus criterios, escucha, atiende sus necesidades, el cliente expresa sus sentimientos, pensamientos, pro- blemas y el trabajador social ayudará con los medios y recursos a su alcance, tanto personales como sociales para la resolución del problema. En 1978 se publica la obra “Existential social work”, el autor desarrolla bajo su nombre el En- foque existencialista de Krill en el que trataba de reunir las distintas aplicaciones de las ideas tanto existenciales como humanistas para el Trabajo social, persiguiendo un modelo ecléctico. Dentro de este enfoque, “El trabajador social no realiza un diagnóstico, ni un pronóstico, ni una prescripción, sino que estimula al usuario para que éste busque nuevas opciones vitales” (Ballestero, 2004: 28-56). Modelo Terapia de las necesidades en Trabajo Social El trabajador social es el encargado de conseguir mediante “la terapia social” (Gabriel Cano, 2021) llegar a identificar las necesidades personales y sociales que se dan en el individuo que está tratando. Tiene la capacidad de establecer las relaciones profesionales necesarias, mediante las técni- cas, entrevistas y terapias que considere oportunas, para, una vez identificadas las necesidades sean físicas o emocionales elegir la forma de intervención más oportuna para evitar situaciones de riesgo. Los seres humanos necesitamos tener las necesidades cubiertas, (pirámide de Maslow); hasta llegar a la autorrealización. El trabajador social fomenta, orienta y ayuda al cliente a escalar en la pirámide, promoviendo e identificando los recursos necesarios internos y externos. Los trabajadores sociales tienen la facultad de planificar, programar y aplicar los servicios, recursos y posibilidades que las políticas sociales ponen a su alcance orientadas a la ayuda de los indivi- duos.
12 Martínez Pérez Interacción y Perspectiva. Revista de Trabajo Social Vol. 16(1): 2026 Modelo Terapia breve centrada en soluciones Trabajo Social La terapia breve centrada en soluciones es cada vez más utilizada en trabajo social pues no se extiende en el tiempo, como en el resto de las terapias humanistas. El cliente es un individuo libre y sano, no es un enfermo, solamente tiene problemas que solucionar, aspectos personales o sociales que mejorar. Esta terapia pese a su brevedad consigue soluciones importantes, que suponen un cambio de actitud de la persona, una toma de conciencia de su problema en el aquí y el ahora; no se centra en el pasado y en las situaciones que han llevado a esta situación, sino que se concentra en solucionar los problemas del momento. Esta terapia es muy utilizada en Trabajo Social permitiendo un cambio en las relaciones de la unidad familiar y dotándolos del poder y la seguridad de que ellos mismos pueden solucionar y elegir los recursos para transformar los conflictos o problemas. Modelo Terapia centrada en el cliente en Trabajo Social Este enfoque centrado en el cliente considera como fundamental y es su principal premisa, el respeto absoluto por la capacidad de desarrollo y actualización que posee de manera innata el ser humano siempre que las condiciones que lo rodean sean las adecuadas para ello. Para el trabajo social, la persona ocupa el primer lugar, es el centro de la intervención y el eje de su trabajo. Para el trabajo social como para Rogers, la persona es capaz de conseguir su desarrollo por sí mismo, su autorrealización a través del autoconocimiento, la terapia es una forma de ayudarlo. El cliente quiere y debe aceptarse de forma incondicional; para el trabajador social estas son unas de sus funciones principales; ayudar a la persona en su desarrollo, en su aceptación tanto personal como social, promocionando para que decida llevar a cabo en él los cambios necesarios, acompa- ñándolo y dotándolo de recursos. Modelo Terapia Experiencial en Trabajo Social Dentro de la terapia experiencial, podemos distinguir dos enfoques que presentan caracterís- ticas similares entre ellas y con el trabajo social; la persona es vista y tratada como un todo, único e irrepetible que convive, se desarrolla y se nutre de un entorno social y familiar al cual debe adap- tarse. Teniendo en cuenta que las emociones son fundamentales para el desarrollo personal y social del individuo. La terapia centrada en emociones o terapia de regulación emocional de Greenberg, integra ele- mentos del modelo centrado en el cliente de Rogers, también de la Gestalt (Perls, Hefferline, & Goodman, 1951) y de las más modernas teorías de las emociones. El trabajador social en esta tera- pia tendrá la responsabilidad de extraer, conseguir que el individuo exprese sus sentimientos para la toma de conciencia y poder dotar de herramientas que ayuden al cambio y le haga salir de su problema sea inadaptación, racismo, riesgo de exclusión social, problemas personales, etc. Para Greenberg, hay que expresar, transformar y manejar la emociones; las emociones mal enfocadas producen problemas personales íntimos, de relación con los demás y con la sociedad. El trabajador social ayuda al individuo a la hora de sacar las emociones y transformarlas en la forma de relacionarse con el mismo y con la sociedad. Para Eugene Gendlin, las emociones se tratan desde el
Psicología Humanista y Trabajo Social: Un binomio perfecto 13 Vol. 16(1) enero - abril 2026/ 3 - 14 cuerpo, es la emoción sentida. Los trabajadores sociales utilizan el cuerpo para conectar con las emocio- nes escondidas del individuo y desde ahí ayudarle a solucionar sus problemas. Modelo Terapia Transaccional en Trabajo Social Esta terapia, desarrollada por Eric Berne lleva a cabo un estudio del yo, desde los patrones que hemos recibido en nuestra infancia y que nos condicionan en estos momentos, tanto en nuestra visión de nosotros mismos como de la sociedad. Además, estudia el funcionamiento interpersonal, relacional y la la comunicación estudiada mediante el análisis de las unidades de comunicación, que llamamos transacciones. Bajo este modelo el trabajador social tendrá que conocer la comunicación que la persona tiene con el mismo y con la sociedad. Modelo Terapia Transpersonal en Trabajo Social La meta de la terapia transpersonal es que el individuo alcance el quinto nivel en la pirámide de Maslow; la Autorealización, para lo cual la persona debe tener satisfechas las necesidades de los escalones anteriores. El trabajador social aquí desarrolla un papel importante porque ayuda al cliente a ir desarro- llando y consiguiendo sus metas, estando como última instancia el despertar a la conciencia. El Tra- bajo Social alcanza en su virtud de la interpretación del todo no fragmentado y contextualizado la comprensión del individuo por el mismo, la aceptación de su persona y su relación con el mundo, su capacidad de decidir, de interiorizar, su libre albedrío, la responsabilidad, su dimensión mística, su valoración intra e inter y su yo realizado. RESULTADOS Y CONCLUSIONES La intervención social como seña de identidad del trabajo social se determina en su esencia, en términos de ayuda e intervención psicosocial, por ello, el trabajo social y la psicología humanis- ta conforman un maridaje, no una dependencia o sumisión del Trabajo Social hacia la psicología humanista. El valor intrínseco de ambas disciplinas es el acompañamiento empático y respetuoso del individuo en su autorrealización y autodeterminación responsable y consciente, estableciendo un vínculo terapéutico. Se pone de relieve la consonancia entre la psicología humanista y sus distintos enfoques y tera- pias con los modelos de trabajo social, que sintetizamos en un suave devenir que parte del respecto hacia la responsabilidad mutua, enfocada al cambio, fomentando las capacidades del participante, que expresa emociones e identificando patrones aprendidos a través de la comunicación y el cuerpo hacia la transformación y la autorrealización. Trabajo Social y Psicología Humanista no se limitan en las posibilidades de un pensar-otro para sus intervenciones e investigaciones, sino, que se retroalimentan, ¿Cómo? La psicología huma- nista y sus diferentes terapias humanizan la ardua intervención social (intra-inter) que comprende la virtuosa capacidad del profesional de trabajo social de la que bebe la psicología humanista en la interpretación total que hace del individuo en la realidad, sin fragmentaciones, sino contextualizada en un todo.
14 Martínez Pérez Interacción y Perspectiva. Revista de Trabajo Social Vol. 16(1): 2026 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Acín G, P. (2019). “La importancia del vínculo terapéutico, en la práctica del Traba- jo Social y la Terapia Gestalt”. Revista Internacional de Políticas de Bienestar y Trabajo So- cial. En: file:///C:/Users/Usuario/Downloads/3177-Texto%20del%20art%C3%ADcu lo-11850-1-10-20190629.pdf. Fecha Consulta: 12/12/2024 Aguirre, F. (2018). ¿Qué es la psicología humanista y la terapia humanista? Irradia Terapia. Ander Egg, E. (2011). “Humanismo y Trabajo social”. Interacción y Perspectiva Revista de Trabajo Social. Vol. 1, No. 2. Venezuela. pp. 142-151. Ander Egg, E. (2012). “Humanismo y Trabajo social”. Interacción y Perspectiva Revista de Trabajo Social, Vol. 1, No. 2. Venezuela. pp. 47-79. Cano, G.A, C. (2021). Terapia Social, un instrumento de cambio. Guía para hacer terapia social. Ed. Alejandro Rodríguez Robledillo. De Casso, P. (2003). Gestalt. Terapia de autenticidad. Madrid. Kairós. Frankl, V. (2015). El hombre en busca de sentido. Barcelona. Herder. García A, J. & Melián M, J.R. (1993), Hacia un nuevo enfoque del Trabajo Social. NarceaS.A. Madrid. En: https://books.google.es/books?hl= es&lr=&id=5CnVSw2ajsUC&oi=fnd&pg=PA1 1&dq= autores+trabajo+social+y+terapia+ gestalt&ots=X3GbGYL-ai&sig=PMGkLeB9F-1X- GC9EveBMf2RRTM#v= onepage&q&f=false. Fecha Consulta: 04/11/2024 Gendlin, E.T. (1980). Focusing - Proceso y Técnica del Enfoque Corporal. Bilbao. Mensajero. González, A. (2004). Psicoterapia transpersonal. En L. Oblitas (Ed.) Cómo hacer psicoterapia exitosa: los veintidós enfoques más importantes en la práctica psicoterapéutica contemporá- nea y de vanguardia [Libro electrónico]. Editorial Psicom. Hegel, J.W.F. (2019). Fenomenología del espíritu. Madrid. Abada editores. Hermida, M.E. (2015). “El Humanismo como obstáculo epistemológico del Trabajo social”. Revista Cátedra Paralela, No.12. Martínez, M.J. (2005). Modelos teóricos del trabajo social. Murcia. Editorial. Diego Marín. Martorell, J.L. y Prieto, J.L. (2008). Fundamentos de Psicología. Ed. C.A. Ramón Areces. Matus, T. (1999). Propuestas Contemporáneas en Trabajo Social; hacia una intervención po- lifónica. Espacio Editorial. Rogers, C. (1981). Psicoterapia centrada en el cliente. Buenos Aires. Editorial Paidós. Rogers, C. (1968). El proceso de convertirse en persona. Buenos Aires. Editorial Paidós. Sánchez, A, Centeno, F, Carbonell, C. (2024). Trabajo social con el sistema individual: Meto- dología de intervención. Barcelona. Editorial Tirant Lo Blanch. Sartre, J.P. (1999). El existencialismo es un humanismo. Barcelona. Edhasa. Torres, M. (2024). Lecturas críticas en América Latina; reflexiones desde Trabajo Social.Chile. Editorial Brujas & Liber Books. Turienzo, R. (2016). El pequeño libro de la motivación. Alienta editorial. Viscarret Garro, L. L. (2007., Modelos y métodos de intervención en Trabajo Social. Alianza Editorial. Watson, J.B. (2024). Las formas del conductismo. ABA.