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Psicología Humanista y Trabajo Social: Un binomio perfecto 7
Vol. 16(1) enero - abril 2026/ 3 - 14
La terapia existencial, utiliza los acontecimientos vividos por el paciente en el pasado para
comprender su presente y sanar el problema actual, promoviendo la libertad de ser y decidir del
individuo en todo momento. Centrándose en el aquí y el ahora tratando de unir el pasado con la
proyección del futuro deseada. Se considera que los problemas nacen de su relación con el entorno
no de una enfermedad mental.
La terapia consiste en un diálogo entre dos personas, donde el terapeuta tiene una postura
colaboradora y alentadora de apoyo y empatía. El paciente expresa sus sentimientos y pensamientos
más profundos, uniendo su pasado, presente y futuro, desde su forma subjetiva, abriendo su inte-
rior desde la libertad y conciencia.
Para la terapia existencial existen cuatro niveles de experiencia y existencia, que nos muestran
la realidad del paciente, en el pasado, presente y futuro: 1. El mundo físico y sus necesidades corpo-
rales, 2. El mundo social en el que el sujeto se mueve y la comunicación con su entorno. 3. El mundo
personal, como se ve a él mismo, sus fortalezas y debilidades, sus características personales y 4. El
mundo de las ideas, sus valores, creencias y patrones.
Terapia de las necesidades humanas
Abraham Maslow introdujo por primera vez el concepto de la jerarquía de necesidades en “A
eory of Human Motivation”
La idea básica es que el individuo sólo se ocupa de un escalón superior cuando ha satisfecho el
anterior. Las necesidades más altas ocupan nuestra atención sólo cuando se han satisfecho las infe-
riores, aunque hay estudios que afirman que incluso sin tener cubiertas las necesidades más básicas,
también son importantes las relacionadas con la autorrealización y el reconocimiento.
Los niveles de necesidades recogidas en la Pirámide de Maslow son:
1. Necesidades fisiológicas y de supervivencia como la respiración, alimentación, descanso,
sexo, homeostasis. 2. Necesidades de seguridad y protección: la estabilidad, la seguridad física, de
empleo, de recursos, moral, familiar, de salud, y de propiedad privada. En esta segunda fase el mie-
do es muy importante, su papel es clave para que podamos acceder a cumplir estas necesidades y
seguir avanzando. La persona tiene miedo a la incertidumbre, a la confusión, a lo desconocido. 3.
Necesidades de afiliación, amistad, afecto e intimidad sexual, en este grupo encontramos el afecto,
el amor y la pertenencia. 4. Necesidad de reconocimiento, autorreconocimiento, confianza, respeto
y de éxito. Aquí, se sitúa la autoestima. 5.Necesidad de autorrealización, de moralidad, creatividad,
espontaneidad, falta de prejuicios, aceptación y resolución de problemas, son objetivos que inclu-
yen el desarrollo espiritual y búsqueda de la misión de vida.
La función del terapeuta es averiguar cuáles son esas necesidades no cubiertas, para que desde
la toma de conciencia el individuo pueda encontrar los recursos necesarios.
Terapia breve centrada en soluciones
Nace en Estados Unidos en la década de 1980, de la mano de Steve de Shazer y su esposa Insoo
Kim Berg, junto con su equipo en el Centro Familiar Breve; influidos por el trabajo terapéutico de
Milton H. Erickson, así como por el enfoque clínico desarrollado en el Mental Research Institute
de Palo Alto. Esta terapia se establece bajo las premisas de la confianza, puesto que el cambio que
busca depende del paciente en gran medida. No se trata al individuo como enfermo, sino que con-
vierte al paciente en la persona que puede solucionar la causa del problema.